2. La primera pelea
Sulley y Mike estaban deseando que fuese el siguiente día y se durmieron ilusionados pensando en sus nuevos amigos, estaban seguros de que nada malo le iba a su amistad y que duraría para toda su vida.
Al día siguiente, nada más verse salieron corriendo hacía el otro, casi sin despedirse de su madre. Estas se quedaron hablando entre ellas de la amistad de sus hijos.
- Sulley lleva toda la tarde y toda la mañana hablando de Mike, se ven que se han hecho muy amigos.
- Si, mi Mike dice que está súper feliz de haber encontrado un amigo como él.
Mientras Sulley y Mike ya estaban sentados en su mesa con una hoja de unir puntos que la profesora les había dado para que trabajasen, quien la terminase antes podría enseñar cómo asusta.
Mike y Sulley lo hicieron lo más rápido que pudieron y terminaron a la vez.
- Bueno, parece que hay un empate. Mike, Sulley, adelante, podéis intentar asustar a la clase.
Los dos saltaban de alegría y Celia se reía, Mike parecía muy mono ilusionado.
- ¡Una, dos y tres! - gritó toda la clase a la vez
- ¡Booooo! ¡Buahhh! - gritaron los dos a la vez. Todos sus compañeros pegaron un pequeño salto hacía atrás, todos menos un lagarto morado con gafas que se quedó como si nada, ni siquiera disimuló.
- A estado súper bien chicos, enhorabuena, asustáis genial - les dijo la profesora en tono alegre.
- Pues a mi no me ha parecido para tanto... - dijo la lagartija
- Randall, por favor, dejalos ya - le dijo la profesora subiendo un poco la voz.
Randall se cayó, pero en su mirada se notaba que no estaba conforme.
- Bueno clase, creo que ahora toca... ¡pintar!
Todo el mundo gritó de alegría, ¡pintar!, ¿qué había más divertido que eso?
Al cabo de veinte minutos la profesora dejó ir al parque del recinto a todos para jugar, era como un recreo.
Entonces Randall se acercó a Sulley y a Mike.
- Oye, bola de pelo - dijo mirando hacía Sulley - ¿se supone que querías asustarme?
- Bu... bueno, lo intentabamos...
- Pues mejor cierra la boca mientras de habló, ¿entiendes?
- Dejale ya Randall, solo era un juego - dijo Mike defendiendo a su amigo.
- Bueno, pues esto tambien - dijo mientras le pegaba un empujon hacía atras, que hizo que sse cayera de culo.
- Oye, eso no ha tenído gracias - dijo entonces Celia, que había visto todo -, vas a ir a la profe...
Pero la profesora estaba en el cuarto de baño.
- Princesita, metete en tus asuntos, ¿vale? - Randall parecía más enfadado todavía - Además la profesora no está aquí, sino en el baño, así que deja de decir tonterías.
Celia estaba enfadada pero tenía miedo de lo que pudiera hacerle, Mike estaba llorando.
- Oh, que triste, la bola verde está llorando, ohh
-¿Y a ti qué te pasa? ¿Es que no puedes mantener la boca cayada? Además, no eres nadie para decirme lo que debo o no debo hacer, ¿me oyes?
Randall tenía ganas de matarla, pero en vez de eso, dijo.
- ¡Pues oye tú esto! - y le plantó una bofetada en toda la cara, Celia se cayó al suelo.
Justo en ese momento llegó la profesora.
- ¿Pero qué ha pasado aquí? - nada más salir del baño vió a tres de sus alumnos llorando en el suelo y a Randall en postura de pelea, ya se imaginaba lo que podría haber pasado -. Randall, ¿eres el responsable de todo esto?
- Yo no señorito, empezó Sulley. Se chuleó de que había asustado a toda la clase y me pasé...
- No me vengas con excusas, voy a llamar ahora mismo a tus padre jovencito - y luego se dirigió a Sulley, Mike y Celia -. ¿Estaís bien? Venga, poneros a jugar, ¿vale? Randall no os molestará más.
Y la profesora y Randall se metieron en la clase.
- Esto, muchas gracias por meterte, ¿estás bien? - le dijo Mike a Celia.
- Sí, tranquilo, tampoco a sido para tanto...
- Te debemos una, muchas gracias - le dijo Sulley.
- No, no, si ya sois mis amigos, con eso me basta y me sobra.
Al terminar el día Randall había sido castigado y las madres de los tres amigos hablaban de eso.
- Hay que ver, pergarles con menos de tres años...
- Me parece muy fuerte.
- Es inconcedible...
Después de darse los teléfonos, cada uno se fue a su casa, hasta el día siguiente, que esperaban sin conflictos.
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