▷ Bebé en Navidad

Kookie_Begin

Las luces de la oficina estaban apagadas; la única encendida era la lámpara de mesa, que solitaria trataba de alumbrar el gran espacio.

Aunque no era necesario, la luz de la computadora daba de lleno, alumbrando lo necesario y lo que YoonGi quería terminar.

De vez en cuando, su mirada sesgada se desviaba del ordenador hacia los ventanales y veía el panorama. Frustrado, escribía el último reporte que su muy amigable jefe le pidió corregir.

"HoSeok me matará", pensó. Observaba de reojo su móvil esperando alguna llamada de reproche, pero no. Su historial de llamadas estaba vacío, ni una llamada de su novio.

Y eso lo angustiaba más.

Era totalmente extraño que su adorable novio no le haya, ni siquiera, escrito uno de sus comentarios suspicaces.

Con apuro tecleó las últimas palabras, aplicó más fuerza de la necesaria en la tecla Enter y suspiró.

Guardó tres copias del archivo -por sí se le ocurría al documento original irse a la papelera- y apagó el ordenador, tomó su bolso, saco y llaves, y salió de la oficina, no sin antes maldecir a su jefe entre murmullos por el trabajo extra en un día festivo.

Mientras se dirigía hacia el autobús, llamó a HoSeok. Sin embargo, este no le contestó.

"Hay dos opciones, está molesto porque me he retrasado o está ocupado" pensó; su pierna temblaba ligeramente y con una mueca se detuvo. "Está ocupado" se convenció para así aliviar sus nervios.

Aunque en todo el camino, estos lo traicionaron y pensó que se calmaría al bajar del autobús, pero sucedió todo lo contrario; sus músculos tenían más adrenalina de la debida y le hicieron caminar rápido hasta su hogar.

Cuando vio las luces encendidas, sintió el aire entrar a sus pulmones, se permitió centrarse un poco antes de entrar a su hogar y encontrar a su novio enfurecido, preocupado, o sencillamente durmiendo.

YoonGi esperaba muchas cosas, pero ninguna era la acertada.

Las cortinas color mostaza se movían tenuemente y la brisa refrescaba el rostro sudado de HoSeok, quién yacía hecho un ovillo en la cama con un objeto blanco en sus manos.

Sus lágrimas ya habían humedecido el colchón, sus mejillas volvían a tomar su color natural y sus ojos, poco a poco se aclaraban.

HoSeok tenía muchas preocupaciones en mente y sabía que YoonGi también, los gastos del hogar, las medicinas de sus padres, los gastos de la graduación.

Había mucha presión encima, apenas estaban saliendo de deudas, incluso se abstuvieron de viajar a pasarla con la familia el fin de año para ahorrar y saldar cuentas.

Debido a eso, HoSeok no sabía cómo se tomaría la noticia YoonGi.

Las franjas verdes y la palabra positivo al lado, le generaban una cantidad de emociones indescriptibles.

Se sentía feliz, emocionado y eufórico.

Quería ser papá después de mucho tiempo.

Sin embargo, le preocupaba la situación en la que estaban.

¿Y si su situación económica no mejoraba?

¿Y si YoonGi se enojaba?

Otras preguntas le parecían estúpidas, tanto así que al momento de pensarlas las desechaba con rapidez y se reprochaba lo idiota que era.

"Después de mucho tiempo, seré papá" pensó sonriendo, mientras miraba el techo y lágrimas de felicidad se deslizaban por los pliegues de sus ojos.

Vivía con YoonGi desde hacía seis años. Lo que empezó como amistad de compañeros de trabajo, terminó en salidas sin compromiso alguno. Se acordaba cuando solo tenían sexo convencional y luego cada quién iba a sus respectivos hogares.

Más de una vez se negó a sentir algo por YoonGi, pero fue muy tarde cuando se dio cuenta que estaba perdido por ese peliplateado.

Fue más sencillo de lo que pensaba, YoonGi se declaró primero y él no se hizo de rogar. Luego de cuatro años de relación, decidieron vivir juntos, convenciéndose que esas etapas de sus vidas las querían pasar juntos.

En ese tiempo, el deseo de ser padres los llevaba a conversaciones y planes a futuro.

Y aunque no parecía así, tener un bebé era un gran paso para ellos como pareja.

Nuevamente, HoSeok dio vueltas en la cama sin percatarse de las múltiples llamadas perdidas en su teléfono, ni que eran las 8 de la noche y que no había hecho la cena de nochebuena.

No fue hasta que escuchó la puerta de la casa abrirse que se dio cuenta del tiempo que había perdido.

YoonGi se percató que no había el habitual olor de comida recién preparada en el lugar, el bolso de HoSeok estaba en el mueble, el teléfono descansaba en la mesita de vidrio y todo, estaba en silencio.

- ¿HoSeok? - frunció el ceño y dejó sus cosas en el sofá. Echó un vistazo rápido a la cocina intacta y se preocupó - ¿Amor?

Salió de la cocina y subió corriendo las escaleras, se detuvo en seco cuando vio a HoSeok en los primeros escalones con una camisa negra y su pijama rosa. Su cabello vinotinto caía sobre su rostro mientras tenía su cabeza gacha.

- Lo siento - murmuró HoSeok y comenzó a sollozar.

YoonGi se alarmó y se acercó rápidamente a su novio.

- Ey, bebé ¿Qué pasa? - HoSeok negó y se recostó al pecho de su mayor - Cielo, vamos a sentarnos ¿Sí? - El menor después de unos segundos asintió y entraron a la habitación. Ambos se sentaron y estuvieron en silencio hasta que HoSeok dejó de llorar y sólo se escuchaban unos sollozos pequeños - Cariño, ¿Puedes contarme qué pasó? - Le dijo con dulzura y acariciando el dorso de su mano.

HoSeok titubeó y respiró profundo.

- Sé que has estado ocupado y que las preocupaciones ahora son muchas - empezó en un tono suave y cabizbajo - No quiero ser carga, no fue a propósito, solo no lo sabía. Lo siento. Soy un mal administrador del tiempo, hago las cosas sin pensarlo. Cometí un error o no lo sé, yo- De verdad, lo siento - guardó silencio, ordenando sus ideas.

YoonGi confundido le levantó el mentón y ambos se miraron a los ojos.

- Amor, tú no eres una carga. Te amo y lo sabes, pero - se adelantó y sujetó con firmeza el mentón del menor - necesito que me digas que pasó. Por favor.

- Tienes muchos gastos, Yoon - reprochó - y yo sólo soy más carga, más gastos, más preocupaciones, más todo. Todo se complica - respondió con un puchero.

- Porq-

- Tengo miedo - soltó de pronto interrumpiendo al mayor - ¿Y si te enojas? ¿Y si dejas de quererme? Es complicado.

YoonGi observaba como se desahogaba su novio, estaba confundido, pero a la vez, le causaba gracia y ternura sus expresiones.

- Bebé - el menor lo miró - ¿Por qué dices todo eso? - acarició su mejilla con delicadeza, vio en las joyas cafés la duda, pero al final, HoSeok se levantó hasta la mesita de noche y tomó las tres pruebas de embarazo.

Las colocó detrás de su espalda y se paró frente a YoonGi, con manos temblorosas extendió las pruebas y miró hacia abajo. Por el lado del mayor, lo miró a los ojos y luego a las pruebas quedando en shock.

Al principio, desconoció lo que eran hasta que sus neuronas conectaron unas con otras y sus ojos se abrieron desmesuradamente.

- No lo sabía - escuchó las palabras fuertes de HoSeok como un susurro, debido a que escuchaba el bombeo de su corazón en sus oídos.

- ¿Es cierto? - preguntó en un hilo de voz y buscó la mirada del menor - ¿Seremos papás?

Y esa pregunta derritió el corazón de HoSeok, quién asintió con felicidad, al ver la emoción en los ojos del mayor y la expresión de felicidad en su bello rostro.

Escuchar esas palabras fue como miel y dulce melodía a sus adoloridos oídos.

- Debemos confirmar con el médico, pero - sorbió su nariz - Según las tres pruebas, sí. Seremos papás.

YoonGi sintió la felicidad correr por cada vena y terminación nerviosa. Jaló entre sus brazos a HoSeok y le besó con efusividad.

- Amor - sonrió con lágrimas en sus ojos.

- ¿N-no estás e-enojado? - preguntó entre hipidos el menor.

- ¿Por qué debería? - preguntó con el ceño fruncido y dando besos en las mejillas sonrosadas.

- Es una responsabilidad muy grande, amor. Tenemos deudas que aún no hemos pagado, no viajamos para ahorrar el dinero que queda y un bebé demanda cuidados - respondió - Los medicamentos de tus padres, son varias cosas que me preocupan.

YoonGi asintió - Entiendo, cielo. Entiendo tu preocupación, aun así - acomodó al menor entre sus brazos - lo solucionaremos. Somos capaces de superar esto, de organizarnos y cancelar las deudas que nos faltan. No falta mucho, solo lo que resta de la graduación, tres facturas y adiós deudas.

HoSeok sonrió y depositó un beso en los labios del mayor. Con esas concisas palabras, sus dudas se habían disipado.

- Somos capaces, lo sé - asintió el menor - Superaremos esto - el mayor sonrió.

- Claro que sí - y dejó un beso largo en los belfos gruesos y rosados de HoSeok, cuando se alejó frunció el ceño - Cielo, una pregunta - el menor ladeó la cabeza - ¿Y la cena? - las mejillas contrarias se sonrojaron fuertemente.

- No la hice - formó un puchero - Tenía los malestares y salí a comprar una prueba, Taehyung tenía días diciéndome que había probabilidad de que estuviera en estado - suspiró - cuando salieron positivas las tres pruebas colapsé y me enrollé en las sábanas.

YoonGi sonrió con ternura.

- Bebé, no me enojaría jamás en mi vida con la persona que amo, menos, si trae a mi bebé al mundo. ¿Que es responsabilidad? Sí, lo es. Pero ambos podemos, hemos enfrentado muchas situaciones, también podremos con esta.

El menor sonrió - Te quiero, Yoon - El mayor enarcó una ceja.

- ¿Sólo te quiero? - el menor sonrió gigantemente.

- No, tonto. También te amo.

- Más vale - dejó un casto beso en sus labios - Qué tal si ¿Sales de la depresión-pre-embarazo, te cambias el pijama por unos vaqueros y compramos comida para la cena? Somos tres y no creo que lo que hay en la despensa alcance - dijo el mayor colocando su mano en el abdomen contrario.

- Aún está muy pequeño, Yoon.

- Los pequeños también comen - le golpeó el trasero - Levanta, vamos.

HoSeok reprochó y aunque no quería levantarse de los fornidos brazos del mayor, su estómago rugió. Tal vez, YoonGi tenía razón y los muy pequeños en el vientre, también comían.

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