Bebé Shoto (Parte 3)
El mayor le dió de vuelta a su hijo a la muchacha que lo trajo hasta su casa.
Tenía una extraña sonrisa de sorpresa en el rostro y luego miró a Fuyumi con esa misma expresión.
Enji: -Cuando Shoto vuelva a la normalidad, recuerdame recomendarle a ésta niña para que sea su novia, tiene agallas.
Me agrada.
Momo estaba confundida, pues aquel hombre intimidante de hace un rato ahora estaba siendo amable, era muy raro. Y encima de eso, le estaba proponiendo para ser la pareja de su compañero, lo cual le hizo sentir avergonzada.
Bajó la mirada con sus mejillas encendidas y sintió la mano del niño en una de ellas, lo miró y de alguna manera sintió que él estaba entendiendo todo lo que sucedía, lo cual le hizo avergonzar aún más.
Pasaron unas horas después de todo aquel alboroto y ya todos estaban muy tranquilos, ahora Fuyumi le hacia cariñitos a su hermano, mientras él reía feliz, pero de vez en cuando miraba a su padre y a Momo, sobre todo al pelirrojo, para asegurarse de que no pasara nada malo, o al menos así lo interpretaba la chica, que justo en esos momentos terminaba de contar la historia al padre de su amigo.
Enji: -Entiendo.
Lo que quieres ahora es ir a llevárselo a su madre, ¿cierto?
Fuyumi te llevará, yo no puedo acercarme a ella.
Aunque dudo mucho que la dejen quedarse con él estando internada ahí, así que tendrás que cuidarlo más tiempo. Yo no puedo porque trabajo y ella también.
Decía refiriéndose a su hija, quien ahora hacia cosquillas a la panza del niño, que reía feliz ante las acciones de su hermana.
Fuyumi: -Eso es verdad, me encantaría cuidarlo, pero tengo muchos deberes.
Vamos Momo-chan, los llevaré con mamá.
La pelinegra asintió y se levantó del lugar, agradeciendo a ambos por su amabilidad, sobre todo al señor.
Luego de despedirse, ambas chicas y el bebé, se encaminaron hacia el hospital psiquiátrico en el que se encontraba la señora Todoroki.
El camino fue bastante ameno, ambas chicas se entendieron bien y a menudo Fuyumi insinuaba cosas de su hermano que a Momo le hacían sonrojar, lo cual a la albina le parecía divertido y tierno.
Después de media hora de caminata por fin llegaron al hospital en donde la madre de Shoto se encontraba; entraron tranquilamente y pidieron de manera pacífica a la recepcionista que les dejara pasar a la habitación de la señora Todoroki, no hubo muchos problemas, así que accedieron a dicho lugar sin mayores complicaciones.
Momo estaba nerviosa, sólo había escuchado un par de menciones hacia la madre de Shoto, pero no sabía por qué era que se encontraba en ese lugar, y mucho menos del tráfico pasado que había sufrido la familia de su amigo.
Pero sabía que debía actuar responsablemente y dar la cara con ella para que al menos estuviera enterada de la situación, porque por obvias razones la señora no podría quedarse con su hijo en el hospital.
La primera en entrar fue Fuyumi, lo cual le ayudó bastante a hacerse una idea de lo que diría a la señora para no asustarla o algo por el estilo, pues desconocía su estado mental y de salud.
Al cabo de unos momentos, la muchacha abrió la puerta levemente y asomó la cabeza para indicarle a Momo que era su turno de ingresar a la habitación. La chica de cabellos negros tomó aire y lo dejó salir, un poco menos nerviosa que al principio y se levantó junto a Shoto de su asiento en la Sala de espera, agarró bien al niño y juntos entraron a la habitación de la señora, quien tenía una mirada muy fija en el menor, una mirada bastante nostálgica que Momo notó de inmediato y sin saber si estaba bien, le acercó a la señora a su pequeño.
Fuyumi y Momo ahora presenciaban una escena muy conmovedora de la señora Rei abrazando a su bebé con mucho cariño mientras lloraba, lo cual, por el significado que éste tenía y el terrible recuerdo que a las dos Todoroki les traía de vuelta, terminó por hacer llorar a la hermana también y posteriormente a Momo por el ambiente que se había formado.
Después de unos 20 minutos de tres mujeres llorando en silencio sin un motivo aparente, la situación se fue calmando y Momo pudo proceder con su explicación.
Rei: -Bueno ese tipo de situaciones no pasan muy amenudo, debo admitir que no me lo creía en un principio, pero mi bebé es inconfundible. Muchas gracias por hacerme saber la situación Momo-san.
Momo: -No, gracias a usted por aceptar la visita, yo la verdad estaba bastante nerviosa por esto, porque bueno, no sé que es lo que habría querido Todoroki-san.
Me refiero a que como es un bebé, no puedo saber si él quería venir a verla estando así o no.
Fuyumi: -Conociendo a Shoto, creo que el quería venir, sólo mira como se quedó dormido en los brazos de mamá, es tan tierno.
Momo: -Lo es, de hecho es muy tranquilo, pero al parecer no quiere que ninguno de mis otros compañeros lo cargue o lo sostenga si quiera, ¿a qué creen que se deba esto?
Rei: -Bueno, no es por especular cosas de mi hijo, pero creo que le gustas, o al menos le agradas bastante y se siente seguro a tu lado, tal vez por eso no quiere despegarse de ti.
Momo: -¿U-usted cree eso? Yo no lo sé, él es demasiado cerrado con todos...
Fuyumi: -¿Cómo es él contigo Momo-chan? Son amigos, ¿no? Deben tener mucha confianza entre ustedes, debe ser por eso que le agrada estar contigo en esa forma.
Momo: -Bueno, hablamos a veces, pero no es la gran cosa, ambos nos respetamos y reconocemos las virtudes del uno del otro y él incluso me ayudó con mis problemas de autoestima, por eso quise ayudarlo ahora que está en esta situación.
Rei: -Eres una buena chica, estoy segura de que Shoto no pudo haber encontrado una mejor chica para que fuera su amiga, así que por favor, ya que yo no puedo cuidar de él te pediré que lo hagas lo mejor posible hasta que todo esto se acabe.
Fuyumi: -Si se extiende demasiado puedes traerlo los fines de semana con nosotras para que te ayudemos un poco y puedas descansar, no queremos que te esfuerces demasiado Momo-chan.
Momo: -Muchas gracias, haré lo mejor que pueda, aunque... Hay algunas cosas en las que me gustaría pedirles consejo...
Y después de esa charla tan motivacional y que le serviría para cuidar mejor a su amigo, las dos chicas salieron del Hospital, Fuyumi acompañó a Momo hasta la estación del tren para que tomara el próximo que la llevaría hasta los dormitorios, en donde más tarde llegaría a compartir las enseñanzas de la señora Rei.
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