Bebé Katsuki (Parte 1)

Ahora es el turno de enfocarnos en el dúo de rubios, quienes muy a diferencia de sus otros compañeros, se levantaron un poco más tarde.

Camie no tenía nada planeado para ese día, creía que sería una buena idea visitar a la familia del pequeño gruñón y dejarlo ahí hasta la noche, así podría ir a pasear un rato sin tener que estarlo cargando todo el tiempo.

Cambió al pequeño con un traje similar al que Ochako había elegido para que el pecoso llevara ese día, pero al final optó por la versión en pequeño del traje de héroe del rubio explosivo. Éste no hizo muchos gestos cuando fue vestido, aunque era muy extraño que permaneciera en silencio y muy quieto mientras la chica le hacía su cambio de pañal y ropas.

Había terminado con él, pero seguía ella, como el chico aún era un infante y seguramente no recordaría nada de lo que pase desde ese día hasta que vuelva a la normalidad, pensó que no habria problema si cambiaba su vestimenta ahí mismo, obviamente dándole la espalda al pequeño.

Se dió media vuelta y comenzó a quitar sus prendas del día anterior; estaba tan concentrada en su acción que ignoró que ahora quien se concentraba en observarla era aquel niño.
Tal fue su atención en ella que buscó la manera de bajar de la cama para poderla ver desde el frente, lo que lo delató y causó que la chica se enrojeciera.

Camie: -Oye tú, pequeño pervertido.
¿Qué crees que haces?

El niño solo miraba una parte específica de su cuerpo, levantó sus dos manitas como cuando pide que lo carguen y comenzó a hacer una cara extraña, exigiendo ser levantado de donde estaba por la muchacha.

Camie: -¿Ah? ¿Quieres que te cargue?
Admito que es astuto de tu parte Katsu, pero no resultará.
Yo no te cargaré hasta que esté vestida.

Acto seguido, la chica mostró su lengua a forma de burla hacia el pequeño, quien se acercó a sus piernas, comenzó a pellizcarlas y golpearlas para que la muchacha accediera y para su fortuna la paciencia de Camie era muy poca, así que enseguida agachó su cuerpo y levantó al niño del suelo.

Camie: -Eres un dolor de cabeza, por eso te llevaré con tus padres en cuanto terminemos de desayunar.

El pequeño hizo caso omiso a la amenaza por parte de la mayor, posando su cabeza sobre los pechos de la chica y luego con una de sus manitas palmeo uno de ellos, cosa que hizo a la rubia reír fuertemente.

Camie: -Ahora tengo algo con qué chantajearte pervertido, quizás no lo recordarás, pero yo haré que lo recuerdes.

Aprovechando que el infante seguía en lo suyo, sacó su teléfono celular de una bolsa que tenía al lado de la cama y tomó varias fotografías a la escena tan surrealista que estaba viviendo en ese momento, porque obviamente por ser un bebé se lo dejaría pasar, pero cuando volviese todo a como era antes, se las pagaría.

Terminando su inesperada y extravagante sesión de fotos con él, lo bajó a la cama para poderse vestir de forma correcta y así bajar hasta la sala donde los demás estaban desde hace ya un tiempo.

Saludó a todos y se sentó en una de las sillas que había con Katsuki sentado sobre sus piernas, hizo una señal a Momo para llamar su atención, a lo que la pelinegra rápidamente respondió acercándose a donde estaban los dos.

Momo: -¿Sucede a-algo Utsushimi-san?

Camie: -Nena, ya te he dicho que las formalidades no van conmigo, además somos amigas, quiero decir, después de esto no creo que no lo seamos.

La Morena rió divertida y asintió con la cabeza por el comentario y después de ver a los dos pequeños mirándose y haciéndose gestos.

Momo: -Oh si, su desayuno, ahora se los traeré.

Camie: -Muchas gracias linda, de verdad que eres muy amable con nosotros.

La chica se dio media vuelta y comenzó a servir la guarnición que tenía preparada para ambos, una para la rubia y la otra para el pequeño, los llevó a la mesa y ambos comieron tranquilamente, aunque de vez en cuando el travieso niño tomaba pedacitos de la comida y se la aventaba a Shoto en la cabeza o manchaba la cara de la rubia.

Así transcurrió su almuerzo "tranquilo", hasta que dieron las 4 de la tarde y la muchacha comenzó a alistarse para salir a explicarles la situación a la familia de Katsuki, pues en eso habían quedado con las otras chicas y no quería fallarles.

Al principio quería solo llegar, explicarles todo, dejar al niño y marcharse, pero después de reflexionar un poco se dio cuenta de que estaba pensando de forma muy egoísta, además quizás conocer a la familia del explosivo no sería tan malo, ¿verdad..?

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