Capitulo 9 - Consecuencias

Las cosas empezaron a dar un giro. Quizá mi suerte estaba realmente cambiando. Aunque un poco controlador a veces, Harry no era tan malo como pensaba que era. Cuando me dijo que no tenía que hacer nada que no quisiera me sentí aliviada.

Estuve agradecida con él cuando me dio permiso para dar un corto paseo por fuera. Prometí que no haría nada imprudente y, al parecer, me creyó. Pero, hacer una llamada en una cabina no haría daño, ¿No?

Me aseguré de cerrar bien la puerta de la cabina antes de poner una moneda y descolgar el teléfono. Mis dedos rápidamente apretaron los botones, marcando la única secuencia de números que recordaba.

Mi llamada fue contestada rápidamente. Me calmé instantáneamente cuando oí la coz que había querido oír desde hacía mucho tiempo.

“¿Hola? ¿Quién es?”

“Soy Lia. Darren, soy yo.”

“Dios, Lia…” Lo escuché murmurar.” Juro que voy a reventar a palos a Richard y con quien estés viviendo ahora. Voy a-”

“Darren, para.”

“Solo… N-No voy a dejar que te hagan daño.” Bajo la voz, mostrando su preocupación.

“Dios, te echo de menos.”

“Lia, vamos a hacer algo sobre esto. Conozco a algunas personas quienes pueden ayudar… solo necesito que aguantes un poco más. ¿Puedes llamar más a menudo?”

“No, es demasiado arriesgado. No sé qué pasará si me pillan haciendo esto.”

“Entonces tienes que escribir. Escríbenos y no enviaremos nada de vuelta. Voy a estar con tu familia por un tiempo. Necesito saber que estás bien.”

“Lo intentaré.”

Un repentino golpe en la puerta de la cabina hizo que me tensara. Antes de poder responder, la puerta se abrió. El teléfono cayó rápidamente de mis manos y, convenientemente, la línea se cortó también.

“¿Qué cojones estás haciendo?” Harry tenía sus manos en el marco de la puerta de la cabina, impidiendo que me escapara.

“Solo estaba…” Me congelé, mis dedos rascando las puntas de otro.

“Confié en ti para dar un pequeño paseo por fuera y volver pacíficamente, pero tenías que joder las cosas, ¿No?”

Agarró mi muñeca y me arrastró fuera. “No lo entiendes, yo-”

“Esto es lo que obtengo por ser agradable, ¿eh?” Escupió, tirando de mi brazo mientras caminábamos de vuelta a la casa. “De todas formas, ¿con quién estabas hablando? Mi padre se meterá en problemas por esto, ¡lo sabes!”

“¡No tienes que tener miedo si no has hecho nada malo!” Repliqué.

“Mira, sé que esto está mal. Créeme, protesté en contra de toda esta mierda. Y, estoy seguro de que otro chico estaría de acuerdo, prefiero mucho más traerme una chica diferente a casa cada noche que estar atascado con una chica con miedo al sexo.” Gruñó cuando alcanzó el umbral. “Pero mi padre siempre se sale con la suya, así que aquí estoy,”

Harry forcejeó con el pomo antes de que la abriera. “y aquí estas.” Terminó, empujándome dentro.

Odiaba lo rápido que podía convertirse en una persona agitada y agresiva. Necesitaba ser revisado por un médico.

Harry sostuvo la puerta abierta mientras se deshinchaba con un suspiro. “Voy a salir y necesito que te comportes, ¿lo entiendes?”

No respondí, enfocada en los resultados de las acciones de Harry. Mi brazo dolía y probablemente estaría amoratado. Fruncí el ceño, expresando mi descontento.

“No intentes hacer nada divertido. Habrán consecuencias.” Advirtió, cogiendo las llaves de su coche.

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 Como de costumbre, Harry no había venido y ya era de noche.

Encontré un bolígrafo en la mesa al lado de la puerta de entrada y cogí unos cuantos trozos de papel de algunos cuadernos descuidados dispersos por el suelo de la sala de estar. Harry había pasado la noche ‘terminando una tarea de la universidad’ y no lo había recogido todavía. No es que lo haga normalmente.

Se durmió después de unos minutos de pasar las páginas del libro sin interés. Según él, esa fue su ‘noche de estudio’. No creía que notara la falta de algunos papeles en los cuadernos que apenas había tocado.

Llevaba dos páginas enteras cuando mis dedos empezaron  a sentirse cansados. El primer papel era para mi madre y hermano, y el segundo era para Darren. Estaba un poco avergonzada cuando noté que necesitaba más de un papel para Darren. No lo había visto en mucho tiempo y necesitaba contarle muchas cosas.

Cuando finalmente terminé, plegué los papeles y los metí en un sobre que encontré en la cómoda. Mis pulgares se presionaron por el pliegue, cerrándolo.

Decidí dárselo al cartero personalmente por la mañana. Harry no lo podía saber. Ponerlo en el buzón sería demasiado arriesgado.

Me tiré en el sofá de la sala de estar para ordenar las cosas en mi mente. Miré por la estancia y sacudí la cabeza con la repercusión de la fiesta de Harry de la otra noche. La Sra. Briffen se encontraría con el infierno al día siguiente.

La casa seguía echa un desastre. Dónde vivía, todo estaba impecable y limpio aunque las habitaciones del pequeño piso no se considerarían una casa decente comparada con esta mansión.

Mis pensamientos críticos se cortaron cuando el pomo de la puerta de la entrada giró. El chófer de Harry lo dejó. Rápidamente forcé el sobre en el bolsillo de mi pantalón vaquero.

Harry tropezó antes de inclinarse contra la puerta cerrándola. Estaba borracho, otra vez. Sus pesados ojos miraron como si fuera duro para ellos mantenerse abiertos mientras tiraba sus llaves al suelo. Dejó escapar unos gemidos amortiguados, murmurando cosas que no pude entender.

Vi al extraño avanzar hacia las escaleras, sus manos buscando algo donde sostenerse.

Me sobresalté cuando Harry se cayó por las escaleras. Por un momento estaba realmente preocupada de que pudiera estar muerto porque había una posibilidad de que tuviera que demandar un asesinato. Pero afortunadamente para él su cabeza no golpeó el fuerte mármol de debajo. Me preguntaba cómo seguía vivo después de todas esas noches de beber.

Me sorprendía que quienes Harry llamaba ‘amigos’ no estaban ahí para asegurarse de si estaba bien. Después de todo, ellos estaban bebiendo y de fiesta con él. Y su padre nunca se preocupaba de él. Incluso a su chófer no lo importaba si sería capaz de meterse en su cama a salvo.

Estaba rodeado de personas que no se preocupaban por él. Quizá era por lo que era una mala persona.

“Mierda. Escaleras de mierda. Maldita seas.” Articuló mientras intentaba deslizarse por las escaleras.

Cuando finalmente logró ponerse de pie otra vez, empezó a caminar hacia arriba. Se le hacía pesado, pasos inseguros que hacían que me encogiera. Cuando llevaba la mitad de las escaleras, cayó una vez más y me encontré corriendo hacia él.

No podía soportar ver a alguien caer y posiblemente morir. “Aquí,” tiré de su brazo, ayudándolo a levantarse otra vez. Acepto mi ayuda y colocó su brazo alrededor de mis hombros. Era más pesado de lo que creía pero me las arregle para ayudarlo a llegar a la cima.

“Tina regaló… cake pops.” Harry murmuró antes de dejar salir una pequeña risita mientras lo ayudaba a llegar a su habitación.

“¿Saben lo que son cake pops, Lia? Te puedo llamar Lia, ¿Verdad?” Preguntó ligeramente mientras colapsaba sobre la cosa más segura a la vista – su cama.

No le conteste, mientras estuviera así de borracho y nada importara para él. Estiré mi brazo, relajándolo. Me giré e iba a salir de la habitación cuando Harry agarró mi muñeca. “¿Por qué no me hablas?”

“Estás borracho.” Respondí, intentando alejar mi mano.

Tiró de mi más cerca y gimoteó mientras mis rodillas caían al suelo. “¿Y?”

“Tengo que irme, Harry.” Le dije firmemente.

Se apoyó sobre sus codos mientras se sentaba un poco, su mano seguía sofocando mi muñeca. “Todo el mundo se va. ¿Por qué?”

“¿Cómo lo voy a saber?” Le di una respuesta franca y directa.

No tenía nada que decir a eso. Se mantuvo en silencio y me miró directamente. Nerviosamente aclaré mi garganta cuando Harry dejó ir mi muñeca y movió su mano a mi pelo.

“Esa canción que cantaste… mi madre la cantaba.” Dijo lentamente.

Mis latidos se aceleraron cuando tiró de la goma elástica que mantenía mi coleta en su sitio – como lo hizo antes. Fruncí el ceño cuando mis rizos cayeron por mis hombros.

Antes de que pudiera hacer algo, presionó sus labios contra los míos. Me congelé. Todo empezó a desenfocarse.

Mis ojos se agrandaron mientras él desconectaba nuestros labios poco a poco. Los de Harry estaban escondidos detrás de sus pesados párpados. La punta de su nariz acarició mi mejilla antes de viajar a mis labios, donde acarició rápidamente el arco de cupido.

Entonces retrocedió completamente, el peso de su cuerpo tumbándose en la cama otra vez. Instantáneamente se durmió. Pero yo estaba completamente despierta y confundida. Esa había sido la primera vez que había besado.

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