Fuertes ruidos empezaron a sonar a través del salón mientras miraba a la ventana. Bloqueé la puerta y decidí quedarme en mi habitación el resto del día. No es que haya estado en una pero no estaba cómoda con la idea de las fiestas en casa porque siempre involucran alcohol y… Dios sabe que más.

El sol se estaba poniendo. La vista del horizonte desde mi habitación era posiblemente la única cosa que me gustaba de esta casa.  Sonreí al ver como la luna se asomaba. Contribuyendo a la formación gradual de un destelleante cielo de noche. Las nubes, con colores místicos, sosteniendo la promesa de calma, una noche de paz.

Pero mi recién encontrada serenidad fue disuelta rápidamente cuando la música fuerte empezó a escucharse proveniente desde el piso de bajo. No estaba segura de sí era solo yo o si el suelo estaba realmente agitándose pero me hacía sentir desconfiada. Reconocí una de las canciones que los chichos populares de mi escuela bailaban después de clase.

No tenían una letra apropiada. Además de los golpes electrónicos que sonaban durante toda la canción, había unas pocas, y repetitivas palabras. Personalmente, lo odiaba.

Lancé un suspiro mientras caminaba hacia mi cama.

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“¡Abre!” Una voz femenina con un grito ahogado me despertó. Los fuertes golpes en la puerta eran persistentes, cada uno haciéndome más atenta y despierta.

“¡Vamos! Tengo que-” Su frase terminó con un pesado eructo. Iba a vomitar. “Los aseos están llenos-”

Abrí la puerta estupefacta y me encontré con una rubia delgada con la cara ardiendo. Me empujó a un lado y fue con prisa hacia el baño de dentro.

Iba a cerrar la puerta de nuevo cuando un chico alto y calvo se tambaleó dentro. Inmediatamente caminé hacia atrás. El gran hombre avanzó hacia mí en excitación, la situación expuesta mientras la puerta seguía abierta. “Tú eres la Baby Doll, ¿No?” Murmuró, podía oler el alcohol en su aliento. “Harry dijo que podíamos compartirte.” Sonrió.

Mis palmas empezaron a sudar cuando mi espalda toco la pared. Esa no era la primera vez que pasaba algo así. Fui llevada a la vez en la que me desperté con un matón de Richard en la habitación. Afortunadamente, escapé. Pero ahora, no estaba tan segura de si iba a  ser tan afortunada.

Mis adentros se curvaron, o al menos lo sentí de ese modo. Mi boca se partió en conmoción cuando el chico estuvo tan excesivamente cerca que podía claramente oír su profunda respiración. Sus manos se colocaron en la pared lisa de detrás así que estaba rodeándome completamente.

Mis manos se alzaron para empujarlo, mi débil fuerza divirtiéndolo mientras reía. Me sentía patética. Mis puños empezaron a golpearlo en el pecho pero fui parada cuando él los sujetó. Noté a algunas personas emergiendo al fondo.

“¡Ayuda!” Grité. Me sorprendí cuando en vez de ayudarme, empezaron a animar al chico. Sostuvieron sus bebidas y silbaron apoyándolo. ¿Qué tipo de personas eran?

Me impactó y estaba desmotivada para luchar en contra. Fui empujada a la cama.

“¡Hey, todos! ¡Finalmente Zach va a follar!” Oí a alguien gritar.

“¡Me gustaría algo de privacidad!” El chico respondió antes de ponerse forzadamente sobre mí. El hedor de su aliento era asqueroso. Empecé a llorar y la única cosa que corría por mi mente en ese momento era cuanto quería morir.

“Por favor…” Mi voz se quebró mientras rogaba. Sabía que había esperanza.

“Zach, ¿Qué cojones crees que estás haciendo?” Sonó la voz de Harry, haciendo que el alivio me recorriera.

El chico se quitó de encima de mí mientras se giraba a mirar a Harry quien se había empujado a través del pequeño público de la entrada. “Pensaba que nos lo íbamos a pasar bien esta noche, hombre.” Rio mientras me lanzaba fuera de la cama lo más rápido que pude.

“No así. Saca tu culo de esta habitación.” Exigió firmemente.

“¿Por qué estas siendo un aguafiestas?” El chic murmuró mientras pasaba a Harry.

“¡No quiero a nadie aquí arriba!” Harry levantó la voz y la gente se empezó a dispersar.

La música no paró ni una vez, los golpes estruendosos constantemente golpeando a lo largo de la situación pero se hicieron un poco más suaves cuando Harry cerró la puerta de la habitación. Estábamos los dos solos en la habitación ahora.

“Zach está un poco eh… necesitado.” Me explicó mientras deslizaba sus manos en los bolsillos de su pantalón vaquero.

“Creo que eso es quedarse corto.” Me las arreglé para decir antes de fruncí los labios. Rápidamente limpiando mis lágrimas.

“Hay,” Paró para rascarse la cabeza. “No lo volverá a hacer.”

Lo que dijo no ayudó mientras continuaba llorando a pesar de mis intentos para contener las lágrimas. No lo podía soportar más. No podía con ello. No pertenecía aquí, necesitaba escapar.

“N-No quiero vivir más.”

“No hagas nada estúpido” Me dijo. “Mira, entiendo de dónde vienes pero no te voy a dejar ir. Mi padre me va a molestar toda mi vida si lo hago. Pero…”

“No tienes por qué dormir conmigo hasta que no estés de acuerdo. Así que, no te mates o nada por el estilo. Mantengamos esto entre nosotros. Mi padre no lo puede saber.”