Capítulo 57 - Corazón
Harry instintivamente se colocó delante de mí, haciendo que el hombre sonriera incluso más. Lo sabía. Tenía el sentimiento de que algo no estaba bien.
“Hola, niños.” Se llevó los dedos a la boca, quitándose la suciedad de las uñas. Se apartó incitándonos a entrar al apartamento. Estaba encogiéndome mentalmente mientras me preparaba para encontrarme con esos monstruos de nuevo. Eran como una enfermedad viciosa, de las que no se van ni con cientos de medicamentos.
Pasé a Harry y corrí por la antigua escalera. Hacia tanto ruido que estaba asustada de que me desplomara pero fue enmascarado con un mayor miedo haciendo que mi estómago se revolviera.
“Thalia, ¡espérate!” Escuché a Harry gritar tras de mí mientras llegaba a la puerta de mi apartamento. Sus pasos eran más pesados que los míos y el suelo de madera crujiendo bajo él, causando que una o dos cabezas salieron por las puertas de sus apartamentos mirándonos amenazadoramente y una voz nos dijo ‘callaros de una puta vez’. Los residentes eran diferentes de los de mi antiguo apartamento.
El pomo oxidado giró antes de que pudiera tocarlo y miré hacia arriba para ver al diablo en persona. Damian. Solo era cuestión de tiempo que encontrara donde vivíamos. Sus ojos oscuros me miraron antes de que se dirigieran a su hijo.
“Estas yendo demasiado lejos.” Harry le dijo y cogió mi hombro para ponerme tras de él pero yo sacudí y corrí a la habitación.
“¡Thalia!” Mi madre y Jakey dijeron a la vez. Estaban sentados en el sofá de segunda mano en el centro de la habitación y tres hombres los rodeaban, uno de ellos Darren. Sabía que era deshonesto, sabía que era un hombre inmoral que solo quería dinero pero no esperara que ayudara directamente a Damian con lo que fuera que tuviera planeado para mi familia y para mí.
Su expresión era neutral, sin un solo rasgo de culpabilidad mientras estaba plantado detrás del sofá con los brazos cruzados. Mi pecho dolió ante su descaro. Mi madre y Jakey intentaron levantarse pero fueron sostenidos por los hombres tatuados que presionaron las manos en sus hombros.
Di unos cuantos pasos más hacia ellos pero paré cuando noté un tirón en mi brazo. “Da un paso más,” El hombre con los dientes mal me advirtió, pero fue alejado de mí en un momento.
Lo siguiente que sabía era que Harry lo tenía cogido del cuello, sus fosas nasales abriéndose mientras sus ojos perforaban al hombre. El pequeño hombre tatuado en el sofá se acercó hacia ellos pero algo que hizo Damian pareció parar la acción. Todos los ojos estaban puestos en el objeto que había sacado de su pesado abierto.
“Sabía que esto me sería útil.” Damian cogió la pistola más fuerte. “No quería usarla, pero tendré que hacerlo si sigues comportándote así, hijo.” Dijo mientras cerraba la puerta con una patada.
Damian no llevaba los guantes de cuero y fue cuando dio un paso fuera de la oscuridad cuando vi el oscuro moratón en su mejilla, alargándose hasta su mandíbula apenas visible.
Harry le alzó una ceja a su padre, sorpresa dibujándose en unos rasgos. “¿Vas a matarme?” Habló lentamente, como si no pudiera creerlo. Yo no estaba tan sorprendida.
“Oh Dios, ¿cómo puedes decir eso?” Damian rio antes de volverse hacia sus secuaces. Un sonoro jadeo se escapó de mi garganta cuando la pistola fue dirigida a mi familia.
Ahora estaba apiñados, en un abrazo tembloroso y mi mente empezó a dar vueltas. Noté como la cara de Darren cambiaba. Parecía estresado pero no hizo nada.
“Ahora chicos, sé que dije que no mataría a nadie. Pero no prometí nada, ¿verdad?” Entonces su dura mirada se dirigió a Harry. “Estoy haciendo lo que puedo por ser civilizado, pero también tengo que ser razonable. Y me gustaría que los cuatro cooperarais conmigo, especialmente tú, Harry.”
“Esto es entre tú y yo. Esta gente no tiene nada que ver con esto.” Harry le soltó, empujando al hombre que tenía agarrado por el cuello antes de ponerme bruscamente a su lado.
“¿Realmente creer que sobrevivirías ahí fuera por tu cuenta? ¿Sin el apoyo de nadie?” Se rio. “Cuando eres joven crees que lo sabes todo, y haces las decisiones más ridículas. Estoy intentando prevenirte de cometer errores. Créeme, estarás en mi puerta tarde o temprano suplicándome que te deje entrar. ¿Acaso has pensado en el dinero? ¡Estarás viviendo en un vertedero! ¡No estás seguro de nada!”
“Estoy jodidamente seguro de que quiero alejarme de ti. ¿Crees que te voy a ver del mismo modo que antes, papa? ¿Después de todo lo que has hecho? Mírate.” Harry dijo, sus dedos apretándose alrededor de mi brazo con cada palabra. “¿Qué es lo que te molesta tanto para que estés dispuesto a matar a gente para deshacerte de ello? Estás loco, has ido demasiado lejos-”
“Tú estás yendo demasiado lejos.” Damian le cortó. “Golpeando a tu propio padre, usando palabras terribles contra él, tirando a la basura tu brillante futuro por una… una prostituta. Tengo que parar esta locura. Imagina las cosas que la gente dirá si te vas de la ciudad con ella,” Sus ojos tintados de amarillo se dirigieron a mí un momento. Quería que Harry le pegara un puñetazo de nuevo, fuerte. Cualquier cosa que hiciera que la pistola no apuntara a mi madre y a Jakey. Mis uñas se clavaron en la tela de la camiseta de Harry, tirando frustradamente de su manga.
“Están esperando grandes cosas de ti, Harry. Y no te preocupes por la escena que causaste en mi casa, le dije a los padres de Kaylee que estás un poco descontrolado por el estrés del colegio. Las cosas están bajo control, solo tienes que volver conmigo, hijo. Todo estará bien.”
“No te preocupas por mí. Quieres más a tu reputación que a nada más. Solía ser de esa manera, pero estoy contento de haber salido de ese círculo enfermo.” Harry le dijo. No era el mejor momento para decirle a Damian cosas que no quería oír. Tenía a mi familia en el punto de mira.
Las facciones de Damian se endurecieron. “No sé cuántas veces tendré que tener esta conversación contigo para que se te arregle la cabeza-”
“¡Aleja la pistola!” Mi voz sonó ronca y áspera. Me encontré pasando a Harry, acercándome, y noté como Darren dio un movimiento brusco hacia mí.
“¿Por qué estás haciendo esto? ¿Qué más puedes sacarnos?” Dije, mi tono vacilante.
Esta gente me había secuestrado, me habían vendido como prostituta, habían matado a mi hijo no nacido y ahora mi hermano y mi madre estaban siendo amenazados a muerte, por razones que ellos no tienen nada que ver.
“Ah, la raíz de todos nuestros problemas.” Damian reconoció mientras Harry intentaba tirarme hacia él.
“Eso ha sido lo más alto que te he escuchado hablar. Estoy seguro de que gritas mucho más cuando tienes a mi hijo en tu cama, pequeña puta.” Gruñó.
“¡Suficiente!” Harry gritó y antes de que lo supiera, el arma había sido golpeada fuera de la mano de Damian. Todos vimos cómo se deslizaba por el suelo antes de que Harry se abalanzara a cogerla, batiendo a los otros tres hombres. Alivio recorrió mi cuerpo cuando Harry dirigió la pistola a uno de los hombres de su padre.
“Déjales ir.” Ordenó.
Damian apenas rio antes las palabras de Harry, sin parecer afectado por ellas. Estaba perpleja, y mi corazón golpeaba fieramente ante lo calmado que estaba.
“Vamos, dispárales.” Damian dijo con sangre fría.
“¿Q-Qué?” Escuché a uno de los hombres tatuados tragar, sus ojos abriéndose. “Jefe,”
“Mátale.” Damian se encogió de hombros y note la pistola temblar en la mano de Harry mientras el apuntaba al hombre con los dientes feos.
“¿Qué cojones? No hemos firmado para esto,” Uno de los secuaces se quejó e inesperadamente, empezaron a irse, poniendo las manos sobre sus cabezas, dejando solo al hombre de los dientes feos con nosotros en la habitación.
“¡Putos idiotas!” Damian maldijo ante la ausencia de sus secuaces.
“No está cargada, ¿verdad?” Harry le preguntó a su padre antes de apretar el gatillo para comprobarlo por sí mismo. Mi madre y yo presionamos las palmas de nuestras manos contra nuestros oídos simultáneamente, pero no salió ningún sonido.
El único hombre que quedaba en la habitación empezó a reírse. Evidentemente era el único que sabía que la pistola no estaba cargada. Miré a Darren quien mantenía la cabeza agachada, probablemente demasiado avergonzado como para mirarnos. Debería estarlo.
“No voy a dejar que se vayan.” Damian empezó a hablar de nuevo, su voz más baja y más fría. “No hasta que yo gane.”
“¡Debes de estar realmente enfermo de la cabeza para pensar que todo esto es un juego!” Le grité mientras me movía para ponerme enfrente de Harry. Harry intento alcanzar mi brazo para tirarme hacia atrás pero me resistí y caminé hacia Damian. La rabia me consumía, quemando mis venas.
“Simplemente no puedes aceptar que tu hijo ya no está bajo tu control y que tiene un cerebro que no es igual que el tuyo. Te asusta, ¡y debería! Eres un hombre repugnante y nunca olvidare las cosas que me has hecho,” Mi voz abruptamente disuelta en lágrimas mientras los oscuros recuerdos pasaban ante mis ojos. No podía recordar la última vez que había sido tan valiente y fuerte.
“No te hemos hecho nada. Mi familia no te ha hecho nada y aun así sigues destruyendo todo lo que nos queda. ¿Por qué nosotros?” Era más una pregunta que me hacía a mí misma, pero me sorprendió cuando me dio una respuesta.
“¡Tu padre es la razón!” El puño de Damian colisiono contra el pequeño televisor que tenía al lado.
¿Mi padre? ¿Cómo conocía Damian a mi padre? Era un empleado en un pequeño edificio de oficinas. Fue despedido aunque era muy bueno en lo que hacía, y tuvo que recurrir a trabajar de carpintero hasta el día en el que murió. Una persona como él nunca estaría asociado con alguien como Damian. Eran mundos distintos.
“¿De qué hablas?” Finalmente escuché la voz de mi madre y era relajante acordarme de su presencia. Intento levantarse pero con un pequeño gesto de Damian, el hombre sacó un afilado cuchillo de su bolsillo. Mi corazón golpeteaba en mis oídos y mis pies de repente se congelaron en el lugar.
El cuchillo fue puesto cerca de mi hermano, peligrosamente cerca de su garganta. Sus ojos empezaron a vidriarse igual que los míos. “¡Quédate sentada!” Damian comandó.
“¿Así que la seguiste durante años y decidiste poner en peligro a su familia por algo que su padre hizo?” Harry preguntó a su padre mientras yo cogía su brazo, y me sostenía en él. Las esquinas de mi visión empezaban a desenfocarse por todo lo que estaba pasando.
“¡Su padre se estaba follando a la puta de tu madre!” Vi saliva salir disparada de su boca mientras hablaba. Apuntó con su dedo rechoncho a Harry y lo movió frustradamente. Mi boca se abrió y presioné mi mano contra ella. Mi madre copió mis acciones mientras el aire de la habitación desaparecía, de repente hacia frio y tenía la piel de gallina. “Solían acostarse en mi edificio de oficinas cuando no estaba por ahí. ¡Cara dura!”
“No creo que fuera una coincidencia que los dos murieran jóvenes. ¡Probablemente se pegaron enfermedades mutuamente!” Añadió.
Damian había estado atormentado a mi familia deliberadamente. Y esta era la razón. Su mujer tenía una aventura con mi padre mientras los dos vivían.
No podía ver a mi padre como una persona traicionera, o como a la persona que Damian había descrito. La imagen que había tenido de él durante años desaparecía dolorosamente.
Él era la pequeña esperanza que me hacía creer que había algo bueno en este mundo. Había ayudado a personas aunque no tuviera nada y nos había cuidado con impensable determinación. Amaba a mi madre con todo su corazón, era evidente cada vez que se miraban. Nunca se peleaban o discutían. ¿Qué fue mal?
Ahora sabia porque había hecho que Richard me forzara a la prostitución cuando podría haber trabajado para pagar por el apartamento, pero ¿Por qué me compraría para su hijo? ¿Acaso tenía algo que ver con la estúpida ‘tradición familiar’? ¿Solo que uno de los suyos nos la devolviera por lo que hizo mi padre? ¿No fue suficiente que mi padre muriera?
“¡Mantén ahí el cuchillo!” Damian regañó a su secuaz cuya cansada mano se había alejado del cuello de Jakey. Mi hermano estaba petrificado, su cara mojada por las lágrimas. Darren todavía estaba tras el sofá, completamente inútil como si hubiera perdido el corazón.
“No es como si tu fueras inocente. Tú estabas con diferentes mujeres todo el tiempo. Y nunca olvidaré las noches en las que le golpeabas. ¡Tú te lo buscaste!” Dijo Harry.
“Tu madre todavía tiene su encanto en ti, incluso después de su muerte. ¿Cuándo te darás cuenta de que era una psicópata? ¡La evidencia esta en tu propio cuerpo!” Damian dijo, refiriéndose a las cicatrices grabadas en los brazos de Harry, las cuales su madre había infligido para garantizar su divorcio de Damian. “La amaba, pero ella no estaba bien de la cabeza y el padre de esa chica avivó sus actos demente mientras yo intentaba ayudarla.”
Mi madre ahora miraba al espacio, lagrimas cayendo por sus mejillas sonrojadas mientras sostenía fuertemente la mano de mi hermano. Mi corazón se estaba rompiendo.
“Mira quién es el psicópata ahora. Lo que fuera que pasó hace años se tiene que quedar ahí. Estoy más preocupado por lo que está pasando ahora. Y no te preocupabas por mamá. Simplemente estas resentido porque tu ego fue golpeado cuando te engañó, porque por una vez perdiste.”
“Harry,” Recalqué, sacudiendo su brazo. Si continuaba diciendo esas cosas, Damian no dudaría en hacerle daño a mi familia. Dios sabe lo poco consciente que era el hombre.
“Mi mujer fue alejada de mi por ese bastardo, ¡estoy jodidamente seguro de que no voy a dejar que su hija haga lo mismo con mi hijo! Y haré cosas extremas si debo hacerlo.” Damian estaba sudando, sus gordas mejillas zarandeándose mientras sacudía la cabeza.
“Thalia Faye,” Dijo calmadamente. “Aléjate de mi hijo ahora mismo si no quieres que nadie salga herido. Tú y tu familia vendréis conmigo, y Harry.” Sus ojos ardientes se dirigieron a su hijo. “Vas a arreglarte para la exposición mañana, donde te pondrás sobre la rodilla para Kaylee de nuevo.” Podría decir que estaba intentando permanecer calmado pero parecía que estuviera loco. Era como la cuenta atrás de una bomba.
Entonces hubo una serie de movimientos en mi visión periférica. La siguiente cosa que supe fue que el secuaz de Damian estaba gritando de dolor y el cuchillo había sido arrebatado de su mano. Había sido golpeado justo en la cara y la sangre salía a borbotones de su nariz. Ahora estaba de rodillas.
“Correr.” Darren nos dijo y fui golpeada por una ola de alivio.
“No, no, ¡joder no!” Damian gritó antes de sacar su propio cuchillo. Ahora iba a poner el asunto en sus manos. Grité cuando empezó a correr hacia mí pero Harry rápidamente me empujó a un lado haciendo que cayera al suelo, mi cuerpo empezando a doler instantáneamente.
Damian cortó el brazo de su hijo con el arma afilada, por accidente, supuse. Iba dirigido a mí. Entonces Harry le pegó un puñetazo a su padre, causando que éste se tambaleara hacia atrás. El cuchillo cayó de su mano, deslizándose por el suelo.
Mi madre y mi hermano se levantaron del sofá y corrieron hacia mí. Me levantaron y mi madre intentó sacarme de la habitación, pero me resistí, esperando que Harry nos alcanzara. “Thalia, ¡tenemos que irnos!” Mi madre prácticamente gritó pero la ignoré y le grité a Harry para que se diera prisa. Su cara se contorsionó de dolor y un lado de su camiseta estaba empapada de sangre. “¡Vete!” Gritó.
“¡No te saldrás con la tuya! ¡Asqueroso gilipollas desagradecido!” Damian gritó. Entonces se levantó más rápido de lo que esperaba y empezó a venir hacia mí, Darren rodeo con su brazo el cuello del hombre por detrás y clavó el cuchillo en la carne de su hombro. El llanto de Damian hizo eco por la habitación mientras caía al suelo manchado de sangre.
“No, no…” Parecía que era la única cosa que podía decir. Usando solo una mano, se las arregló para sacar su móvil. Probablemente iba a llamar a ayuda. Richard y más de sus hombres.
Entonces otro llanto sonó. Esta vez venia de Darren. Un cuchillo había sido estacado en su cuerpo, el secuaz hundiéndolo cada vez más. Justo cuando empecé a gritar para que parara, Harry empezó a golpear al hombre en el estómago repetidamente, usando su brazo bueno. El hombre intentó pelear pero cayó completamente cuando le pegó un puñetazo en su ya herida cara.
Los dos, Darren y él, estaban en el suelo, acompañando a Damian. “Estas cometiendo un grave error.” Dijo Damian, encogiéndose del dolor. Harry ignoró a su padre y se agachó cerca de Darren, poniendo dos dedos sobre su cuello para tomarle el pulso. Las lágrimas empezaron a salir cuando Harry sacudió la cabeza ligeramente.
“No tenía que ser de este modo.” Harry le dijo a su padre mientras se levantaba. “Tú te lo has hecho a ti mismo.” Cogió una pieza de tela de la mesa y la puso sobre la herida en el hombro de Damian.
Damian le cogió la muñeca y lo miró intensamente a los ojos. “Un grave error.” Tosió. “Van a venir. Harán que te quedes.”
“Tenemos que irnos.” Me dijo Harry, saliendo del agarre de su padre.
Mis ojos fueron a Darren, quien estaba tendido en un charco de sangre con los ojos abiertos, sin pestañear. “¡Vamos, vamos!” Harry inquirió, tirando de mi brazo. Una ola de culpa me golpeó y mi pecho dolió. Quería correr a dentro y al menos intentar resucitarlo pero su piel ya estaba perdiendo el color, el azul en sus ojos perdiendo el brillo.
Los cuatro nos encontramos con una gran cantidad de gente, todos mirándonos. Había olvidado que había más gente en el edificio. Empezaron a preguntarnos y sentí que iba a perder la consciencia en cualquier momento.
Mientras salíamos silenciosamente a través del público, Harry me acercó a él y sostuve la mano de mi madre para asegurarme de que no la perdía de nuevo. Giré la cabeza para ver si Jakey seguía con nosotros. El pobre niño.
Chillidos y jadeos se escucharon detrás de nosotros cuando salimos. Uno de ellos debía haber visto la habitación. La escena sangrienta era suficiente para darle a una señora mayor un ataque al corazón.
Lorena ♥
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