Capítulo 55 - Realidad

“Podemos coger el tren a las afueras y nos quedaremos en uno de los moteles de allí.”

“¿Q-Que?”

“Vamos a irnos de aquí.” Fuertes truenos sonaban mientras Harry arrastraba las maletas de cuero por las escaleras.

“No, no. Harry, espera.” Presioné los dedos contra mis sienes mientras caminaba hacia él.

“¿Qué pasa ahora? Lia, sabes que tenemos que hacer esto-”

“Tenemos que pensar. Tengo que pensar. No puedo hacer las cosas sin pensar, Harry. A penas he tenido tiempo para respirar.” Le dije mientras cogía su muñeca.

“Está bien. Respira.” Dijo bruscamente y aflojando su agarre en la maleta. Cayó en el suelo con un golpe seco ensordecedor, mirándome.

“Estas muy estresado.” Observé. “Estoy segura de que tenemos tiempo, Harry. No tenemos por qué irnos esta noche. ¿Dónde iríamos? No tenemos nada planeado.” Me estresé, esperando que se diera cuenta de que no estaba siendo lógico. “Y no puedo abandonar a mi familia.” Añadí silenciosamente, y sus ojos se dirigieron a los míos.

“No te vas a quedar en este agujero de mierda, Thalia. Te arrastraría primero.”

“Harry, ponte en mi lugar por un momento. Mi madre y hermano dependen de Darren por el dinero, y los dos sabemos lo poco que se puede confiar en él. Quizá para ti tenga sentido irnos de esta ciudad pero no lo haré mientras sepa eso.” Le dije, apartando el pelo de mi cara mientras miraba hacia abajo.

Harry estuvo en silencio un momento, solo rompiéndolo cuando lo escuche suspirar y tirarme hacia él.

“Lo entiendo.” Dijo contra mi pelo, y suspiré aliviada mientras descansaba mi cabeza en él. “Joder, esto está volviéndome loca.” Murmuró, y reí ligeramente estando de acuerdo con él. Noté las aceleradas palpitaciones de su corazón, golpeteos fuertes contra mis oídos y su piel estaba sudorosa – claros indicios de que estaba nervioso.

Me alejé ligeramente y entrelacé los dedos con los suyos, apretando. Harry frunció el ceño mientras tiraba de él por el pasillo, guiándolo a la cocina. “Ve más despacio.” Dijo con un toque de humor.

“¿Soy yo o estas más fuerte?” Pregunté mientras yo encendía las luces de la cocina.

“Siéntate.” Le dije, soltando su mano.

“Más mandona, también.” Las esquinas de su boca se elevaron mientras se sentaba en u taburete de la encimera.

Fui a la nevera, abriendo la puerta. El repentino aire frio golpeó mis mejillas, y me recordó a la habitación de hospital donde me había despertado. Ahora parecía un sueño del que me acababa de despertar. Pero los moratones todavía estaban en mi piel – un persistente recuerdo de lo que, de hecho, no había sido un sueño.

“Se supone que tienes que descansar.” Escuché a Harry detrás de mí mientras apartaba cartones de leche y cajas de fruta, buscando hasta que esos cake pops salieron a la vista. La mansión de Harry nunca había estado falta de suministros de dulces, y yo era la única que sabía de su obsesión por ellos.

“¿Qué estás haciendo?” Claramente, Harry se estaba impacientando. Me giré con lo que había estado buscando y juró que su cara se iluminó una vez que los vio.

“Para calmarte los nervios.” Dije pasándole uno.

“Me conoces demasiado bien.” Asintió con la cabeza ligeramente, jugueteando con el palo entre sus dedos mientras miraba a la bola de tarta en la punta de él. Sentí como los músculos de mi estómago empezaban a doler de nuevo así que me apoyé en el taburete al lado de él y descansé sobre la encimera. Mi cuerpo claramente aun no podía soportar esos movimientos bruscos.

“¿No vas a tomar uno?” Preguntó mientras empezaba a comerse la tarta, y mordí mi labio para no reírme. Podía sentir sus nervios relajarse casi instantáneamente.

“Solo queda uno.” Respondí.

Harry estiró su brazo para ofrecerme lo que quedaba de su dulce. “Te lo mereces más que yo.”

“No me gustan tanto como a ti.” Lentamente empujé su mano de vuelta a él, sonriendo ante su oferta.

Me deleité con un vaso de leche mientras Harry terminaba sus cake pops, un relajante silencio cayendo entre nosotros. Reconozco que los dos lo necesitábamos, el estar en silencio para dejar que nuestras mentes descansaran. Pero ese extraño e incómodo pensamiento estaba metido en mi cabeza, acechándome en cada oportunidad que tenía; el pensamiento de estar embarazada con el hijo de Harry, y no saberlo. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera abortado? ¿Cómo hubiera reaccionado Harry? ¿Hubiera sido un niño o una niña? ¿Se parecería a Harry o a mí? Mis pensamientos se alargaban y me rompían el corazón. Estaba agradecida de que Harry finalmente rompiera el silencio.

“Le pegué un puñetazo a mi padre.” Dijo, y volví a la realidad.

Él descansó los codos en la encimera y se pasó los dedos por el pelo. “Lia, que bien me sentí.”

“Wow.” Dije en voz baja. La abrupta revelación sorprendentemente haciéndome sentir mejor. “¿Qué pasó?”

“Sus amigos estaban allí… incluyendo los padres de Kaylee.” Me encontré haciendo una mueca ante el sonido de su nombre. “Así que creo que aclaré bastante las cosas.”

Moriría por haber estado allí, experimentarlo de primera mano. Damian siendo magullado por su propio hijo. Debió ser una imagen inédita.

“¡Eso es genial!” Soné un poco más emocionada de lo que pretendía.

Harry se rio ante mi reacción mientras yo me recomponía rápidamente. “Se lo merecía.” Dije.

“Se merece mucho más que eso.” Los ojos de Harry viajaron a mi mano, sus cejas frunciéndose ante la marca marrón en mi muñeca. Gentilmente deslizó su mano bajo la mía, sosteniéndola. Parecía tan pálida y frágil, tan imperfecta en comparación con la suya.

“No podré olvidar esto.” Dijo duramente, mirando a mi piel descolorida. Yo tampoco.

Nos dirigimos arriba un rato después. La ausencia de la Sra. Briffen había quitado la vida a la mansión, y me encontré echándole de menos y me preguntaba si la vería de nuevo.

Harry accedió a quedarnos hasta que solucionáramos las cosas, pero se estresaba queriendo que fuera rápido. No confiaba en su padre, e incluso aunque él creyera que mantendría distancias después de su ‘confortamiento’, todavía estaba preocupado. Con cómplices en cada esquina de la ciudad, Damian era capaz de muchas cosas, mas con su falta de conciencia.

Sintiéndome fresca después de una ducha caliente, salí del cuarto de baño para encontrar a Harry tirado en su cama con un brazo sobre los ojos, como si quisiera bloquear la luz. Algunos botones de su camisa estaban abiertos y sus rizos oscuros eran un desastre, justo como su habitación, desde que la Sra. Briffen no estaba para recogerlo todo.

Mientras caminaba hacia la cama intente no tropezarme con las diferentes piezas de ropa que había en el suelo. Sintiendo como me aproximaba, quitó el brazo de su cara y pestañeó varias veces mientras su mirada caía en mí.

Cuando se sentó en las sabanas noté que tenía un cigarro en su otra mano. Fruncí el ceño mientras rodaba hacia abajo las mangas de mi jersey.

“¿Qué haces?” Preguntó Harry mientras me alejaba de la cama y cruzaba los brazos sobre mi pecho.

“No voy a dormir en la cama hasta que no tires ese palo de veneno.” Le dije firmemente, poniendo mechones de pelo tras mi oreja.

“Palo de veneno.” Harry rio, su increíble sonrisa apareciendo en el momento más inconveniente. Tuve que morderme el labio para no sonreír.

Los pies me dolían muchísimo y mis articulaciones se sentían como gelatina. Estaba haciendo todo lo posible por mantenerme de pie y esperaba que Harry me escuchara así podría lanzarme a la cama y hundirme en ella. Como buen hombre mi padre era, era adicto a fumar y finalmente ello se cobró su vida. Amaba a Harry y el pensamiento de él sucumbiendo a algo tan horrible me ponía enferma. No podía imaginarme perderlo de la misma manera que había perdido a mi padre.

“Está bien, está bien.” Harry rápidamente deslizó el cigarro en su boca y yo furiosamente vi como la punta se volvía de rojo brillante antes de que lo sacara de nuevo, el pequeño cigarro fijado entre sus dedos. Una nube de humo negro se escapó de sus labios, añadiéndose a la ya contaminada habitación. Iba a salir enfadada cuando tiró el cigarro a la basura al lado del armario.

“Me ayuda a relajarme.” Se justificó, encogiéndose de hombros. “He hecho lo que se me ha pedido, ahora ven aquí.” Se movió al lado, haciendo más hueco para mí.

Me deslicé entre las sábanas mientras los dedos de Harry se movían a sus botones, quitándose la camisa. Me tiró hacia él para que encajara mi cuerpo contra el suyo, mis ojos cerrándose casi inmediatamente. Sentí los brazos de Harry deslizarse a mi alrededor, su barbilla descansando en mi hombro, su cálido aliento cayendo en mi pelo. En segundos, estaba dormido.

Recordé los días en los que dormirme al lado de Harry era apenas un sueño con el que me entretenía. Me sentía culpable y sucia después. Era desconcertante lo mucho que podían cambiar las cosas en unos meses. “Te quiero.” Dije en un susurro apenas audible antes de que mis ojos se cerraran de nuevo.

Imágenes empezaron a aparecer, como esperaba. Darren apuntaba a mi madre y hermano con la punta de la pistola mientras figuras oscuras acechaban en el fondo. Asumí que eran Damian y Richard, la siniestra aura delatándolos. Mirando más de cerca, vi que mi madre tenía algo en sus brazos… un bebé. Me hundí, un repentino e intenso sentido de nostalgia pateando mi sistema.

“¡Para!” Abofeteé la mano de Darren que sostenía la pistola pero pasó a través de él. “¿Por qué haces esto?” Lloré.

“Lo siento.” Me dijo Darren antes de volverse y mirar a mi familia de nuevo, sus ojos oscuros enfocados en el bebé llorando en los brazos temblorosos de mi madre. Sentí lágrimas calientes cayendo por mi cara, mi piel quemando de rabia. Palabrotas salieron de mi boca, palabras que nunca antes había dicho.

Cuando sonó el sonido de un disparo, caí sobre mis rodillas. Mi madre y hermano estaban tumbado con la piel pálida en un charco de sangre, el pequeño cuerpo del bebe descansando entre ellos, un silencio aterrador. Las figuras oscuras sacudieron sus manos con Darren cuando él camino hacia ellos. Le grite, lloré y corrí para pegarle. Pero era intocable. “Lo siento.” Era todo lo que decía.

Mis ojos se abrieron ante un fuerte agarre en mi brazo. Podía escuchar un fuerte y desolador grito. No me llevo mucho tiempo darme cuenta de que provenía de mi propio cuerpo. Me senté en la cama y Harry estaba arrodillado enfrente de mí. “Thalia, para. Era un sueño.” Presionó sus manos contra mis mejillas, y lo miré silenciosamente. “Está bien, estás bien.” Descansó su frente contra la mía.

“Darren.” Tragué. “É-Él disparó a mi madre, y a nuestro bebé.” Mi respiración se trabó.

“Estabas teniendo una pesadilla.”

“¡Están muertos!” Lloré.

“No lo están. Bueno-” Pausó abruptamente, tragando.

Y entonces la realidad me golpeó. “Oh.” Dije, mi respiración acelerándose. “N-Necesito ver a mi madre.”

“Te familia está bien. Era solo un sueño.” Dijo Harry, alejándose. “Estas sudando.” Noté como apartaba el pelo de mi cara, poniéndolo tras mi oreja.

“Los tengo que ver. Algo no se siente bien. Darren estuvo en el hospital y él-” Paré por un momento. “Me besó, Harry y quería que me fuera a casa. A-Algo no se siente bien. No confío en él con mi familia.”

“Woah, ¿qué? ¿Acabas de decir que te besó? ¿Por qué cojones estuvo allí?” La cara de Harry se contorsionó con rabia, su cuerpo tensándose. “¿Por qué no me lo dijiste antes?”

“No… no importa. Él no me importa, simplemente no quiero que este cerca de mi familia.”

“¡A mí me importa! ¿Qué más te dijo? Joder, ¡Lia se supone que me tienes que decir esas cosas!”

“Dijo cosas aleatorias y extrañas como que él… había planeado casarse conmigo. Fue muy raro. Creo que estaba intentando que lo perdonara y me fuera a casa.”

“¿Diciendo que quería casarse contigo? ¿Qué mierda de lógica es esa? ¿Cuándo cojones paso esto?” Harry se pasó los dedos por el pelo, cruzando las piernas frente a él.

“Cuando fuiste a coger el coche. Estaba en el vestíbulo.” Suspiré, limpiando bajo mis ojos. Mis dedos temblaban y los sostuve en alto para mirarlos. Harry puso sus manos sobre ellos para sostenerlos.

Suspiró vencido. “Te llevaré a ver a tu madre por la mañana. Lo solucionaremos. Y me aseguraré de que el puto rubio se queda lejos de ti.”

Asentí antes de rodear su cuello con mis brazos. Me tiró hacia él, sus labios acariciando mi frente. Mi jersey había caído por mi hombro y sus dedos cogieron el material para subirlo de nuevo. “¿Algo más que te esté molestando?” Preguntó, sabiendo que había algo más.

“¿Cómo crees que hubiera sido?” Dije, mis dedos trazando el tatuaje del gorrión bajo su clavícula. “¿El bebé?”

“Hubiera sido un chico.” Contestó Harry. “Y lo hubiéramos llamado-”

“Harry Junior. Porque hubiera tenido tus ojos verdes.” Dije.

“Ese es un nombre horrible. Pero lo aceptaré.” Dijo, una sonrisa apareciendo en su cara. “Y hubiera tenido un gusto raro por los vestidos antiguos… como tú.”

“Es un chico.” Le recordé.

“ÉL solo los coleccionaría, y tú te los pondrías.”

“Y tendría el pelo salvaje como tu pero yo le daría montones de gomina para mantenerlo controlado.”

“Perdóneme señorita pero pelo como este no está hecho para estar controlado. A parte, a las chicas les encanta salvaje.”

Nos reímos hasta que el pensamiento de la sangre de Damian corriendo por el cuerpo de mi hijo apareció. Incluso si hubiéramos tenido al bebé, hubiera estado relacionado con él. El monstruo todavía era el padre el chico que se había convertido en mi todo. Podíamos hacer todo lo que quisiéramos para alejarnos de él, pero las cuerdas nunca estarías completamente cortadas. Un pensamiento aterrador.

La mañana aún estaba lejos, así que decidí dormir un poco. Harry me tumbó de nuevo en la cama, presionando un beso lago en mis labios cortados antes de rodar a un lado. Me daba la sensación de confort y protección, y la seguridad de que todo iba a ir bien mientras él estuviera a mi lado.

_________

Nos despertamos con nuestras orejas doliendo. El sonido de golpes violentos en la puerta principal retumban por toda la mansión. Justo cuando pensé que lo pero había acabado y las cosas empezaban a ir bien. Mi corazón golpeteaba con fuerza, sudor formándose en mi frente mientras Harry se ponía una camisa y me decía que me quedara en la habitación. Asentí obedientemente, mis palmas húmedas, los dedos temblando. Empecé a arrepentirme de no dejar la cuidad anoche. Claramente, esto aún no había acabado. Salté cuando escuche una voz femenina retumbar desde la planta inferior, molestamente agudo y familiar.

HOLAA! Siento haber tardado pero es que estas nevidades he estado muy liada y todo eso...

Feliz navidad y feliz faño atrasados :)

Lorena ♥

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