Capítulo 53 - Real
Mi corazón retumbaba en mis oídos mientras figuras corrían a mí alrededor. Harry se alejó de la cama del hospital mientras mi madre tiraba de su camiseta, intentando frenéticamente de crear el máximo espacio entre nosotros posible. ¿Qué estaba pasando?
“¡Cálmese, madame!” Una enfermera sostuvo los brazos de mi madre, intentando que se relajara.
Las cejas de Harry estaban fruncidas, su cara expresando molestia y por un momento pensé que iba a estallar de rabia porque eso era lo que normalmente hacía. Me sorprendió cuando permaneció de alguna manera civilizado mientras las enfermeras trabajaban para convencer a mi madre de que nos dejara a Harry y a mí un tiempo a solas.
“No voy a dejarla con él. O con quien sea. Me la voy a llevar a casa.” La voz de mi madre temblaba mientras respondía.
“Entendemos su preocupación pero es una visitante y no tiene que comportarse de este modo. Será mejor que deje la habitación por un rato.” Una enfermera pelirroja le dijo, su tono algo impaciente.
Mi madre exhaló temblorosamente, cerrando los ojos por un momento antes de hablar de nuevo. “No, me quedaré. Yo-”
“No haré ruido.” Pareció componerse, su voz más suave pero todavía nerviosa.
La enfermera miró a Harry por una respuesta. Él le dio un pequeño asentimiento aprobándolo reluctante, sus cejar permaneciendo fruncidas. “No aprecio lo que acaba de pasar.” Le dijo a mi madre cuando las enfermeras se fueron. “No deberías estar llorando así enfrente de ella, se acaba de despertar.”
Me esforcé por recordar lo que había pasado. Mi madre y Harry estaban cara a cara – esto era literalmente una pesadilla. Había salido, sabía eso. Pero la razón aún no estaba clara. Me costaba distinguir los sueños inducidos por las drogas y lo que estaba pasando realmente. Pero ese incomodo sentimiento bajo mi abdomen me estaba ayudando a recordar. La sangre, el dolor. La dolorosa sensación de algo siendo arrancado de mi cuerpo. Me sobrecogí cuando recodé lo que había pasado antes de desmayarme. Pero no podía creerlo. ¿Realmente había estado embarazada con el hijo de Harry? Mis palmas empezaron a sudar, mis dedos inquietos mientras los pasaba por mi pelo. Eso explicaría un montón de cosas… el malestar, los dolores, la falta de energía. Había estado tan distraída, había sido tan estúpida.
“No estás en posición de darme lecciones. Es mi hija, y la has destruido. Era una chica con aspiraciones y un futuro porque me iba a esforzar pero vosotros, monstruos, habéis destrozado todo eso. La has usado para tus propios deseos perversos… ahora mírala.” Me miró con los ojos pesados.
La boca de Harry estaba ligeramente abierta, aparentemente sin palabras. Se veía completamente desgastado, su pelo revuelto y la piel descolorida alrededor de sus ojos. Todo estaba pasando demasiado deprisa para mí. Había pedido a mi bebe, ¿no? Por supuesto que lo había hecho. Un bebe que ni siquiera sabía que tenía en mi interior. Mi cabeza daba vueltas y tuve que cerrar los ojos para empezar a asimilar las cosas. “¿Realmente esperas que me tome esto a la ligera?” Mi madre continuó mientras sentía su peso en el colchón. Cogió mis manos entre las suyas y me miró con lástima.
Harry se llevó los dedos a las sienes, presionando mientras se sentaba en la silla. Mi madre tomó mi barbilla con su mano y lentamente giró mi cabeza hacia ella, claramente insatisfecha de que mi vista estuviera en Harry. Presionó las palmas en mis mejillas, ahuecando mi cara intentando consolarme. “Todo va air bien. Vas a venir a casa, Thalia. No te van a molestar más. Quiero que olvides todo-”
“Mamá.” Le corté, quitando sus manos de su cara y sosteniéndolas con las mías. “N-No es su culpa.” Dije silenciosamente, no tenía la fuerza para hablar más alto. Y también estaba aterrada de la reacción que esperaba de mi madre cuando dijera la siguiente frese. “Le amo.”
La cabeza de Harry se levantó con mis palabras, poniéndose recto en la silla mientras escuchaba atentamente. Mi madre abrió la boca, mirándome sin palabras. Nerviosamente mordí mi labio mientras la tensión presente en el ambiente crecía. “Mamá,” empecé, descansando mis manos en las suyas. Se me rompió el corazón cuando bruscamente apartó sus manos. Probablemente era la primera vez que le decepcionaba pero ocultárselo no parecía importar.
No era más que una chica dañada que no tenía nada más que perder así que no tenía razones para ocultar algo tan importante a mi madre. Quería que supiera lo importante que era Harry en mi vida en ese momento, y quería que supiera que no podría alejarlo de mí porque, a parte de mi madre y mi hermano, Harry era realmente todo lo que tenía. Había pasado por mucho con él para dejarle ir. Pero no esperaba que mi madre encajara enseguida todo esto y entendía como se sentía porque en sus ojos, ella veía a Harry, Richard y Damian como uno solo.
“Él te ha hecho esto, Thalia. ¡T-Te ha forzado!” Murmuró.
“No, no lo ha hecho. Fue-” Pausé para tragarme el bulto de la garganta. “F-Fue consensual. Nunca me ha forzado.”
Lo siguiente que supe fue que mi madre se estaba levantando del colchón con sus frágiles brazos creando espacio entre nosotras, mirándome como si fuera una completa extraña. Mi pecho dolió con su reacción. Y para hacer las cosas peor, Harry se acercó, extendiendo su brazo para sostener mi mano. La triste expresión en la cara de mi madre solo se endureció con el avance de Harry. Sus ojos llorosos y grises se trasladaron a nuestras manos entrelazadas, mostrando tanto dolor que no podía seguir mirándola.
“Mira, amo a tu hija. Y quiero que sepas que si no hubiera hecho nada, todavía estaría en aquel burdel obligada a hacer dios sabe que cosas. Mi padre fue el que se deshizo del bebe. Yo ni siquiera supe que estaba embarazada hasta que se la llevaron de nuevo.” Harry dijo fríamente, confirmando todas mis suposiciones.
“Darren me lo dijo. Me dijo que había algo entre vosotros pero no quise creerle, porque no me esperaba esto de ti, Thalia. No esperaba que te conformaras con algo tan mórbido.” Justo cuando escuche a Harry soltar un bufido, mi madre presionó juntos sus labios secos y dejo que una lágrima cayera por su mejilla. Me dolía verla de esta forma pero tenía que saberlo, incluso si no podía entenderlo.
Pero era injusto ponerme en esta posición. No había tenido tiempo de asimilar que había perdido a mi bebe, o que había estado embarazada todo este tiempo, y ya estaba siendo forzada a enfrentarme a mi madre. Lo había alargado mucho pero finalmente estaba pasando… en el peor momento. Suspiré, de manera temblorosa haciendo que el agarre de Harry se apretara. Fue entonces cuando sentí su pulgar acariciando mi mejilla y supe que estaba llorando. “Si te preocuparas por Thalia, no estarías diciendo estas cosas.” Él le dijo. Harry tenía razón pero no quería que la regañara de esa forma.
Justo entonces, la puerta se abrió y una cabeza se asomó. “Siento interrumpir pero la hora de visitas a finalizado.” Era la enfermera de hacia un rato y miró a mi madre. En cierto modo, estaba agradecida. La tensión solo podía desvanecerse si mi madre se iba. Hablaría con ella después, cuando Harry no estuviera alrededor así no interferiría y causaría más estragos.
Cuando pensé que mi madre protestaría, hizo exactamente lo contrario. Temblorosamente se agachó para coger su bolso del suelo y entonces, si girarse hacia mí, salió de la habitación del hospital. Me encontré llamándola pero fue en vano. Se había ido.
Esta probablemente era la última cosa que ella esperaba de mí. En casa ella hablaba y hablaba sobre como los hombre como mi padre eran extremadamente difíciles de encontrar y que la oportunidad de encontrarme con un hombre tan bueno y amable como él era una entre un millón. Y por eso ella no quería que me casara o incluso saliera con alguien. Asentía con todo lo que decía, automáticamente estando de acuerdo sin darle demasiada importancia. Ella nos había protegido a mí y a mi hermano de los demonios de esta ciudad corrupta manteniéndonos en nuestro pequeño apartamento. Pero, ¿Cuánto pensaba que iba a durar? ¿Cuánto tiempo ella esperara que estuviéramos así? La cosa inevitable y desafortunada era que nos convertiríamos en nuestras propias personas algún día y saldríamos al mundo. Ella no nos había preparado para eso y era aterrador.
“No te preocupes por ella ahora ¿vale?” Escuché como me decía Harry. Empujó mi barbilla para que lo mirara. “¿Cómo te sientes?” Había echado de menos sus ojos verdes. Estaban en muchos de los sueños que había tenido inconsciente. Intentaba alcanzarlo pero había fallado en cada uno de ellos. Era irreal tenerlo aquí conmigo. Alcancé para sentir sus mejillas, y el sonrió aunque sus rasgos mostraban que estaba absolutamente exasperado.
“Mucho mejor que la última vez que estuve despierta.” Me las arregle para sonreírle aunque no estaba de humor para ello. Baje las manos de su cara, y cogí la fina sabana que me cubría para destaparme. Llevaba una bata de hospital y me habían pinchado varias veces. Había tubos transparentes metiéndose en mi piel, pequeñas agujas inyectadas en mis brazos.
“Has perdido mucha sangre.” Dijo Harry, poniéndose a mi lado en la cama. Empujó mi pelo detrás de mí opado para tener una mejor visión de mi cara.
“¿Era… era grande? ¿El bebé?” Luché para hacer que mi voz no se rompiera. No había notado que tenía barriga así que esperaba que contestara lo contrario.
Deslizó la mano por su nuca, respirando profundamente. “No, los doctores dijeron que no era grande.”
“¿Sabías que estabas embarazada, Harry?” Le pregunté mientras me acercaba, descansando mi cabeza en su hombro.
“Richard me lo dijo.” Dijo contra mi pelo, su tono duro. Ellos me han hecho esto. Algunas de esas pesadillas eran reales. Harry me había dicho que Damian había tomado medidas drásticas para separaros y el bebé solo nos mantendría unidos. Así que él fue el culpable. El padre de Harry fue quien lo planeó todo. “Si hubiera llegado antes hubiera prevenido todo esto.” La voz de Harry cayó al final y lo mire para ver sus ojos humedecerse. Me conmovió su reacción. Él era vulnerable, nunca lo había visto así. Me encontré a mí misma preguntándome como hubieran sido las cosas si no hubiera perdido al bebe.
“¿Puedes dejar de culparte todo el tiempo? No es tu culpa, Harry.” Dije suavemente mientras ponía mi mano sobre su nuca, acariciándole suavemente antes de que mis dedos se movieran a su cara para quitar las pocas lágrimas que habían caído. Lo sentí tensarse ante el toque y alejó mis manos antes de palmearse las bolsas de los ojos para secarse las lágrimas por su cuenta. Harry todavía estaba reluctante a mostrar su vulnerabilidad, incluso a mí.
“Te he traído algo de ropa.” Cambio de tema mientras salía de la cama. Él no quería hablar de ello, y yo tampoco. Teníamos que darle el descanso a nuestras cabezas que se merecían. “Me imaginé que no te gustaría esa enorme obertura trasera en la bata.” La sonrisa con hoyuelos salió de nuevo. Se agachó para revolver en una bolsa negra de deporte antes de levantarse otra vez con unas prendas en su mano.
“¿De dónde las has sacado?” Le pregunté mientras cogía la ropa. Alisé un jersey marrón y unos vaqueros.
“Todavía estaban en la lavandería cuando te fuiste de la mansión.”
“Y la Sra. Briffen las lavó por mí,” Dijo, agradecida de que no se me hubiera olvidado.
“Si… ya no vive en la mansión, ¿sabes?” Harry me informó. “Mi padre la despidió.”
Me impresionó más de lo que esperaba. La Sra. Briffen había estado con Harry desde prescolar… ¿Cómo pudo Damian deshacerse de ella así? Yo, evidentemente, era la razón. Él sabía que las dos nos habíamos hecho amigas con el paso de los meses que pasé en la mansión. Quería erradicar todo lo que le recordara a mí a su hijo, supuse. Incluso noté el cambio de muebles cuando estuve allí.
“Eso es horrible.” Dije mientras lentamente me levantaba del colchón. Cuando me retorcí ante el ligero quemazo que sentía en mis muslos, Harry corrió para ayudarme. “Quizá no deberías cambiarte aun.” Sugirió, rodeando mis brazos con sus dedos para sostenerme.
“No, está bien. No duele mucho.” Le hice saber. No era porque quería quitarme la ropa de hospital, solo quería saber si me podía mover. Harry fijo sus manos un poco más arriba de mi cintura para levantarme de la cama.
Me mareé cuando me estiré y me encontré tambaleándome hacia él. Me sostuvo cerca de él para que no cayera, una pequeña risa vibrando en su pecho. Le di un golpecito en la barbilla como respuesta antes de deslizar las manos sobre sus hombros. Él agacho la cabeza para besarme cuando levanté la cabeza. Fue un pequeño beso, pero sentí chispas por todo mi cuerpo. Había echado de menos ese sentimiento. “No voy a dejar que te toquen de nuevo.” Dijo duramente, y confiaba en sus palabras. “Te lo prometo.” Le devolví un asentimiento.
“Ahora vamos a quitarte esa ropa.” Dijo de alguna manera juguetón. Volví la cabeza para mirar a la puerta, con miedo de que alguien entrara. “No te preocupes, nadie va a entrar. Les he dicho que no quería que entrara nadie.” Harry me solucionó las dudas.
“Sostente en mí.” Dijo, soltando mi cadera. Apreté mi agarre en sus hombros para sostenerme mientras sus brazos me rodeaban y tiraban de las cuerdas de atrás, deshaciendo el nudo. Mantuve la cara escondida en su cuello todo el rato mientras me iba adormeciendo poco a poco. ¿Qué tipo de drogas me habían dado? Parecían no salir de mi sistema.
Cuando Harry acabo con las cuerdas, deslizó el material fuera de mi cuerpo y empecé a temblar cuando sentí el aire frio golpear mi piel desnuda. Nunca pensé que odiaría el aire acondicionado. Notándolo, Harry rápidamente alcanzó el suéter de la cama. Levanté los brazos para permitirle deslizarlo en mí. Mientras el bajaba la prenda, noté como fruncía el ceño y cesó sus movimientos. Se agacho un poco y empezó a dibujar círculos en la piel del hueso de mi cadera. Perpleja, agache la cabeza. Jadeé cuando encontré moratones morados y marrones por todo mi cuerpo.
Lorena.
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