Capítulo 50 - Débil
“¿Thalia?” Sentí una mano en mi hombro agitándome para que me despertara. “Tienes que levantarte ya.”
Mi visión estaba granulosa, turbia. Mis dedos de las manos y los pies estaban entumecidos por alguna razón y el resto de mi cuerpo dolía. “Estas horrible.” Reconocí la voz de Bee. “¿Te he despertado de una pesadilla?”
“N-No lo sé. Probablemente.” Murmuré y me senté en la cama, el movimiento causándome incomodidad. “Cerré con pestillo anoche. ¿Cómo has entrado?”
“No estaba cerrado.” Dijo, mirándose en el pequeño espejo al lado de la cama. Estaba segura de que lo había cerrado. Abrió un tubo de pintalabios rojo, poniéndolo sobre sus finos labios antes de hacer un sonido de un beso con ellos. “Tu chico está aquí. Así que será mejor que te levantes antes de que destruya el sitio.” Dijo despreocupadamente. “Algo mimado, ¿no? Siempre consigue las cosas a su modo.”
“¿E-Esta aquí?” Una parte de mí se iluminó cuando me di cuenta de que iba a salir de ahí. Rápidamente salí de la cama, y entonces sentí un dolor inmenso en mi abdomen. No sabía lo que le estaba pasando a mi cuerpo. Esos dolores estaban siendo cada vez más persistentes durante más tiempo pero no me molesté con ellos. No tenía tiempo para ello.
“Si, lávate primero. Te veo después.” Me guiñó el ojo antes de salir por la puerta.
Harry estaba aquí. El pensamiento parecía tal lejano que no era capaz de asimilarlo completamente. Encontraba extraño lo fácil que las cosas estaban yendo y mi mente estaba confusa, mis ojos borrosos por los bordes. Todo parecía un sueño, como el que tuve la pasada noche. Desde que llegue había encontrado increíblemente difícil saber la diferencia entre realidad y pesadillas. Suponía que las drogas eran la causa. ¿Me habían dado más? Recordaba que me habían inyectado algo, pero estaba casi segura de que era un sueño.
Camine poco a poco al pequeño aseo. Evité mirarme en el espejo roto, asustada de lo que vería. Note que ya no llevaba el apretado corsé con el que me había dormido, llevaba un vestido largo de color negro, el cual era demasiado grande para mí. Mis palmas empezaron a sudar. No podía manejara ningún pensamiento negativo ahora mismo así que los aleje de mi mente. Lo que importaba era que iba a salir de este agujero oscuro. Me lavé lo más rápido que pude antes de salir de la habitación.
Justo cuando cerré la puerta, sentí que alguien sostenía mi codo. Instintivamente dejé salir un grito, incluso antes de saber quién era. Cerré los ojos y forcejeé, sin parar de gritar. Pateé y empuje, intentando correr pero me sostuvieron en el lugar. “Thalia, ¡soy yo! ¡Mírame!” Harry. Era Harry. No era un sueño ni una alucinación. Era real. Podía sentirlo. Me congelé y lo mire por un momento, abrumada por su presencia. “Soy yo. Estas bien.” Su voz era baja y temblorosa, muy raro en él.
Lentamente intento acercarme a él mientras yo estaba quieta en mi lugar. Entonces sintiéndome abrumada por alivio, me lancé a él. Él apretó sus brazos alrededor y yo lloré contra él, tirando de su camiseta desesperadamente, con miedo de perderlo. “Estas bien, cariño.” Repitió con un susurro, dejando sus labios acariciar mi pelo mientras abrazaba mi cuerpo tembloroso. Las chicas jóvenes que había visto la pasada noche miraban desde las aberturas de las puertas. Bee y Darren no estaban en ningún sitio pero un cliente y otra Baby Doll en el pasillo nos miraban con curiosidad. Parecía que a Harry no le importaba, incluso aunque dañara la reputación que tenía si se extendía la voz.
“Te voy a llevar a casa.” Susurró, alejándose para mirarme. Quitó mis lágrimas con sus pulgares antes de alcanzar mi mano y sostenerla. Sus cejas se fruncieron una vez que noto lo rápido que estaban temblando mis dedos. Su comportamiento cambió, aparentemente menos numerable mientras me guiaba por el pasillo. Unos cuantos clientes en el recibidor hablaban entre ellos y nos miraban mientras pasábamos por delante de ellos y nos sorprendió cuando vimos a Richard en la puerta principal. Sus manos estaban juntadas enfrente de él, la fría y persistente sonrisa en su cara traía de vuelta malos recuerdos.
Harry me puso cerca de él, prometiéndome protección con la acción. “Pasarlo bien, niños.” Richard dijo, abriéndonos la puerta. Esperaba que Harry lo insultara, o le pegara un puñetazo, pero no lo hizo. Me decepciono un poco pero me di cuenta de que era mejor irnos sin ningún problema. Todavía había posibilidades de que acabara en ese lugar otra vez. Harry simplemente me había comprado. Todavía no había salido de esto. Realmente los contratos no valían nada en ese negocio, era solo para tapar su falta de profesionalidad. Si me quisieran de nuevo, me cogerían. Lo habían dejado muy claro. Y no había nada que yo pudiera hacer al respecto.
Contenta y al mismo tiempo asustada por lo fácil que había ido, esperé a que Harry se metiera en el coche. Me moví para ignorar el horrible dolor que me había estado molestando desde que me había despertado. Me sentía tan separada del mundo en ese momento, era como si lo estuviera viendo todo pasar desde fuera de mi cuerpo. Culpé a las drogas que me habían dado. Si le contaba a Harry que había sido drogada, quizá entraría de nuevo y le pegaría a Richard la paliza que se merecía. Fantasear con esas cosas tan irracionales me llenaba de alguna manera de un sentimiento de paz.
“Todo esto es mi culpa.” Dijo Harry una vez se acomodó en el asiento del conductor. “¿Por qué no hablas? ¿Qué te han hecho?” Podía jurar que iba a llorar, pero no lo hizo.
No estaba hablando. No le había dicho ni una palabra incluso aunque estuviera llena de preguntas. No me había dado cuenta hasta que me lo dijo. Quizá todavía estaba en shock. Todo estaba pasando muy rápido. “Lia,” besó la esquina de mi boca y me miró detenidamente esperando que le respondiera.
“Harry no sé qué hacer.” Le dije. “No me puedes sacar de esto. Nadie puede.”
“No voy a dejar que te cojan de nuevo. Lo prometo. Y-” Paró de repente, claramente arrepentido de haber empezado.
“¿Qué?” Inquirí.
“Hablaremos de eso después. Y-Yo solo quiero que descanses, ¿vale?” Me besó de nuevo y se movió a su asiento. Nunca había visto a Harry así. Tan nervioso, tan tembloroso e indeciso. Ligeras bolsas colgaban bajo sus ojos verdes y supe que él también necesitaba un descanso.
No tenía la energía para contarle los detalles de mi penosa experiencia, y había estado inconsciente la mayoría de ella así que tire para atrás la cabeza y pensé en lo mucho que necesitaba descansar. Me acababa de despertar pero sentía como si no hubiera dormido. Evidentemente había algo mal con mi salud pero mi mente estaba demasiado fatigada para preocuparme por ello.
Me dormí rápidamente y solo me desperté cuando el coche paró. Harry caminó hasta mi lado y se ofreció para llevarme adentro. Encontrándolo un poco raro, me negué. Podía caminar. Sostuvo la puerta abierta para mí, pasando los dedos nerviosamente por su pelo. Sabía que le pasaba algo y sabía que no iba a decírmelo. Cuando me incliné para salir del coche, vi un poco de un zapato rojo de mujer debajo del asiento. “¿Qué es eso?” Lo saqué y lo sostuve en alto para que Harry lo viera, mi mano todavía temblando.
¿Por eso estaba tan nervioso? ¿Se sentía culpable por haber visto una chica antes de ir a por mí la pasada noche? Un nuevo sentimiento creció en mí, empujando a través de la pena y la preocupación… ira. No podía soportar esto pero era inevitable. Harry gimió al cielo, pasándose las manos por la cara.
“Harry, respóndeme. Por favor.” Mi voz se rompió. No esperaba esto de él, no ahora.
“No es lo que parece,” Dijo tan genuinamente. Quería creerle.
“Eres en la única persona en la que puedo confiar ahora mismo, la única forma de soporte que me queda.” Mi respiración se trabo en mi garganta.
Harry me quitó de la mano el tacón y lo tiró al césped que estaba a su lado. Me cogió por los hombros e intentó levantarme del asiento del coche. Cumplí, demasiado débil para pelear. “Te juro que no pasó nada, y esto no es importante ahora mismo. Tenemos cosas más importantes por las que preocuparnos.”
“Dime que pasó. Dime como acabó esto en tu coche.” No era capaz de poner a descansar mi mente si no sabía lo que había pasado.
“Tienes que entrar primero. Por favor.” Casi rogó.
“No. Dime ahora.” Demandé, haciendo que se quejara de nuevo. “¿Fue Kaylee?”
“Sí.” Dijo mientras sacaba el abrigo del asiento trasero. “Estábamos en una fiesta a la que mi padre me hizo asistir y ella necesitaba que la llevara a casa. Estaba muy borracha.” Puso el abrigo a mí alrededor, de alguna manera sabiendo que el frio me afectaba.
“Y la acompañaste a casa para asegurarse de que estaba a salvo.” Concluí, mi estómago revolviéndose mientras hablaba.
“¡No! Bueno, en parte. No he sido completamente honesto contigo, Lia pero-”
“¿Todavía sigues prometido con Kaylee?” Pregunté duramente.
“No, por supuesto que no.” Cogió mi cara entre sus manos, el calor extendiéndose por mis mejillas. “He estado saliendo con Kaylee para aparentar, así mi padre no me quitaría mi paga y aparte su padre me tiene amenazado por la universidad. Te he ocultado esto porque no quería que te enfadaras, ya estás pasando por mucho.”
¿Se cogían de la mano para aparentar? ¿Se besaban para aparentar? Mis emociones estaban histéricas. No sabía que sentir o pensar.
“Lia, eres la única chica por la que me preocupo, realmente la única persona. Por favor metete eso en la cabeza.” Dijo juntando nuestras frentes.
Me alejé y rápidamente caminé hacia la puerta de la mansión. Tomaba lo que Harry me acababa de decir como la verdad, pero había sido deshonesto conmigo y no podía esperar que me lo tomara a la aligera. Esto parecía nada comparado con todo lo demás que estaba pasando pero dolía saber que había estado en compañía de Kaylee mientras yo no estaba. La revelación se añadió a mis preocupaciones. No sabía cuánto más podía tomar.
Harry jugueteó con las llaves antes de abrir la puerta. Mientras entraba, fui recibida con un reconocible aroma el cual extrañamente me hacía sentir algo mejor. Harry me puso cerca de él y frotó mis brazos de arriba abajo generando calor. Me encontré a mí misma imaginándome a Kaylee en la mansión, sola con Harry.
Los vi viendo la televisión y riéndose, besándose al lado de la chimenea. Haciendo todas las cosas que yo no había hecho con Harry cuando todavía vivía aquí porque estábamos tan ocupados resolviendo nuestros sentimientos, preocupándonos de nuestros miedos y consecuencias que todo lo demás parecía poco importante. Un sentimiento caliente de rabia y envidia creció en mí. “Eres débil.” Le dije antes de que pudiera pararme a mí misma.
“¿Qué?” Me giró para enfrentarle, sus ojos de repente más oscuros de lo que recordaba. “¿Qué quieres decir con que soy débil?”
“¿Por qué no luchas por lo que quieres? ¿Por qué no puedes ser tú mismo y no quien la gente quiere que seas? ¡Estamos en esta situación porque estas demasiado asustado como para plantarle cara a las cosas!” No era justo culparlo de todo pero una extraña ola de irritación me había golpeado y sentía la necesidad de dejarlo salir de mi sistema.
“¿Así que ahora es mi culpa?”
“Lo has dicho tú mismo.” Le solté. Yo normalmente no era así.
“¿Entonces qué quieres que haga? ¿Qué le jodan a todo el mundo y salir corriendo? ¿Empezar de nuevo?” Su voz se había hecho más fuerte y profunda, no me gustaba pero lo había creado yo. “Nuestras vidas están jodidas pero no podemos simplemente huir de ellas. ¡Quizá tu puedes pero no es tan simple para mí y no espero que lo entiendas!” Su pecho estaba moviéndose rápidamente, sus ojos entrecerrados. Su respiración salía caliente y desigual. Me alejé de él. Encontré a mis pensamientos viajando a cuando me amenazó con herir a mi familia si intentaba contactar con ellos. Harry había recorrido un largo camino desde entonces y la última cosa que quería era que fuera hacia atrás.
La voz de Harry desapareció, y algo oscureció mi visión. De repente sentí un dolor agudo en mi estómago y mis rodillas casi se desplomaron. Necesitaba tumbarme. Ahora. Harry estaba diciendo algo y sus brazos intentaron alcanzarme pero quería alejarme. “Déjame tranquila.” Le dije. Crucé mis brazos sobre mi estómago y subí las escaleras, luchando por mantener los ojos abiertos.
Me sentí algo mejor cuando entre en mi habitación. Mi habitación. Había un sentimiento de pertenencia que no se iba. Las gruesas cortinas estaban recogidas. La cama estaba hecha. Justo como cuando vivía aquí. Deslizándome en la cama, pensé en la Sra. Briffen. Iba a preguntar por su ausencia cuando recordé que ella siempre se iba a casa los fines de semana. ¿Era fin de semana? No estaba segura.
Una vez mi cabeza toco la almohada, me fui. El sueño se apodero de mí de nuevo, tan fácilmente.
Mis ojos se abrieron con el sonido de la puerta abriéndose. Retrocedí en las sabanas cuando la luz de fuera cayó en mí. Recodé mi pesadilla, las similitudes que compartía con la situación actual, o sueño. Una figura borrosa entró antes de que la puerta se cerrara de nuevo. Ya no podía ver a la figura. Había desaparecido con la oscuridad. Estaba agradecida.
Solo me di cuenta de que no estaba soñando cuando sentí cálidas respiraciones contra mi piel. Harry enterró la cara en la curva de mi cuello. Besó mi pelo y me rodeó con un brazo. Los gestos se convirtieron en algo que necesitaba, porque mis nervios instantáneamente se relajaron. Finalmente me sentía a salvo y segura. Me levante un poco y lo guie a acostarse sobre su espalda.
Harry estaba sudando, por alguna razón. Desabroche algunos botones de su camiseta y entonces, con los ojos cerrados, puse mi cabeza contra su pecho expuesto para escuchar el fuerte golpeteo de su corazón. Era extrañamente relajante. Mi primer captor me puso incluso más cerca de él, su clavícula presionándose contra mi mejilla. Harry bajó la cabeza y sus labios acariciaron mi frente. Estaban agrietados y calientes… temblando. “Lo siento.” Su respiración era desigual. Había algo más que no me estaba contando.
Este capitulo va dedicado a Martinave7 porque hoy es su cumpleaños. Felicidades :) ♥
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