Capitulo 47 - Tiempo
Miré al ramo de lirios que Pablo me estaba dando – flores blancas con forma de estrellas y con motas rosas corriendo desde el estambre como salpicaduras de tinta. Sentí mis mejillas calentarse y esperaba que no se notara. Las miré como si nunca hubiera visto unas flores, y eso pareció molestar a Darren. Aun no se había ido. En vez de eso me había estado mirando con el entrecejo fruncido, los brazos cruzados sobre su pecho. Una vez que me di cuenta de lo sospechoso que debía ser esto para él, me recompuse.
“Qué bonito es tener una amiga así. Tráela al café, té haré algo especial por tu cumpleaños. ¿Fondue de chocolate? Si, ¿sí?” El chef ofreció alegremente.
“Estoy seguro de que a Sarah le encantaría. Realmente deberías traerla mientras esta en la ciudad, Thalia.” Añadió Darren, algo sarcástico.
Quizá lo haré.” Contesté con confianza. Darren quería sacar algo pero yo no iba a titubear.
Suspiró. “Solo asegúrate de que Sarah no está usándote. No seas tan buena con la gente. Quizá lo vean como una oportunidad para aprovecharse de ti.”
“Tengo dieciocho años. Creo que sé lo que estoy haciendo.” Soné más a la defensiva de lo que pretendía.
“Solo lo digo.” Alzó los hombros un poco. “Has cambiado desde-” Pausó abruptamente.
“Creo que deberías trabajar en ti mismo antes de apuntar con el dedo a otra persona.” Contraataqué.
“Como alguien a quien has conocido prácticamente toda tu vida, creo que tengo derecho de darte un genuino consejo cuando veo este comportamiento frente a mí.”
“¿A qué te refieres? No hay nada mal. Estoy perfectamente bien, todo el mundo está bien y no necesito tu consejo.” Él estaba siendo muy hipócrita y me estaba poniendo de los nervios.
“Está bien niños, ¡parad!” Interfirió Pablo, finalmente poniéndose entre nosotros mientras movía las manos en el aire. “¡Deja a la chica tener otros amigos! No es bueno ser tan posesivo. Sarah parece una buena chica.” Le dijo a Darren.
“Está bien, lo que sea.” Murmuró Darren mientras se dirigía a la puerta de la cocina. “Pero no creas que no intervendré cuando tenga la oportunidad.” Advirtió antes de salir, las puertas se quedaron moviéndose violentamente del impacto de su empuje. ¿Quién se creía que era para decirme esas cosas? No era una niña y sabía lo que estaba diciendo. Lo que Harry y yo hacíamos no era asunto suyo, no tenía nada que ver con él y no debería dejar solo si sabía lo que era bueno para él.
La manera a la que hacia reaccionado a todo esto revelaba mi relación con Harry. Más que eso, la confirmaba. Mi corazón estaba latiendo ferozmente. No había estado tan furiosa por un tiempo, era extraño. Normalmente no era así. Quizá Darren tenía razón sobre una cosa – había cambiado.
Alejando los pensamientos estresantes, leí la pequeña nota en la pequeña carta que estaba en el ramo. Harry había escrito como Sarah, con un poco de humor añadiré, y me había dicho que me esperaba al final de la calle Wilderose a medianoche. Aprecié sus esfuerzos por seguir en contacto conmigo, y mis nervios me estaban matando de la emoción.
Forcé a Darren fuera de mi mente y continué trabajando solo hasta que fuera hora de irme con Harry. No pasaría la noche con él, sería algo estúpido. Solo hablaría con él en algún sitio privado. Le contaría las cosas que me habían pasado ese día, como que era mi cumpleaños, o cómo mi madre había actuado conmigo de una manera extraña, y por supuesto mi pelea con Darren. Él me haría sentir mejor.
Estaba limpiando la suciedad del mostrador frontal cuando de repente sentí como la energía era drenada de mi cuerpo. Me encontraba cansada, de hecho exhausta. Mentalmente, emocionalmente y físicamente. Cogí un taburete y me senté en él. Una chica de mi edad no debería ser así, cansada todo el tiempo, siempre sintiéndome enferma. Pero entonces una chica de mi edad no tendría que estar pasando por lo que yo lo estaba haciendo.
“Vete a casa.” La manager dijo mientras apretaba los botones de la caja registradora aburridamente. Esta era la primera vez que Gretchen era buena conmigo, pero no me podía ir a casa. Iba a quedar con Harry y sería difícil encontrar una excusa para irme de nuevo si me voy a casa.
El hombre sentado en la esquina oscura me hacía sentirme rara con su mirada fija. Había estado ahí por más de dos horas, ojeando su periódico como si tuviera todo el tiempo del mundo. Solo había pedido una taza de té. Un sentimiento de molestia creció en mí y le devolví la mirada. Seguía sin mirar a otro lado.
Su pelo estaba rapado por los lados pero había un raro parche de pelo arriba del todo y sus ojos teñidos de amarillo irradiaban amenaza. Rápidamente miré lejos, teniendo un mal presentimiento. Empecé a respirar más fuerte cuando el hombre de repente se levantó, su alto cuerpo acercándose al mostrador. Me arrepentí de haber reaccionado a su mirada, debería haberlo dejado.
“Tú.” Su voz profunda sonó mientras su presencia se hacía notable. ¿Qué quería?
Me llené de valor y lo miré, manteniendo una cara seria. “¿Qué quieres?” Mi voz salió pequeña.
“Eres esa Baby Doll, ¿verdad? Una de las vírgenes de Richard.” El bulto creció en mi garganta, mis ojos abriéndose con miedo. Esto no había acabado. Me estaba acechando, me acecharía por siempre. Ahora que sabía que ese hombre estaba de alguna manera conectado a Richard, me encontré aterrorizada de él. Me sentía pequeña en mi asiento, incapaz de decir una palabra, esperando que alguien se encargara de esto por mí. Pensé en Harry.
“¿Qué acabas de decir?” Preguntó Gretchen, acercándose a nosotros.
El hombre no la miró, mantuvo su mirada en mí. “Lo eres.” Asumió. “Como sabes, ha perdido su mierda. Tiene a gente buscándote.” Mi corazón se aceleró, mi pecho apretándose. Mi contrato había finalizado, no tenía nada que hacer con Richard. Harry lo había terminado por mí. ¿Por qué no me podían dejar de una vez? ¿Qué más podían tomar de mí? Mi estómago se revolvió ante la posibilidad de que me llevaran de vuelta a enfrentarme a mis pesadillas una vez más.
“Soy una de esas personas.” Dijo y yo me congelé. “Pero ahora mismo estoy fuera de servicio.”
“¿Qué está pasando aquí? Soy la gerente de este café y le exijo una explicación.” Gretchen se interpuso, sus brazos fornidos cruzados sobre su pecho. “¿Le acabas de llamar Baby Doll? Soy chicas de compañía o algo así, ¿no? Acabas de llamar a esta joven prostituta y eso no está bien.” Gretchen me estaba defendiendo, lo que era una sorpresa. Pero no quería verla envuelta en esto. No quería que se enteraran de que había sido una Baby Doll de verdad. Pondría en peligro mi nuevo trabajo, mi nueva vida, todo lo que había construido para volver a empezar.
El hombre no dijo otra palabra. En segundos estaba en la puerta. El tintineo de la campana sonó en mis oídos, y sentí como se acercaba el dolor de cabeza. Me senté, paralizada por el miedo. Los pensamientos revoloteando por todos lados.
“¿Me podrías decir porque ese hombre te estaba molestando de esa forma? ¿No le pusiste otro café? ¿Fuiste maleducada con él?” Gretchen estaba preguntado demasiadas preguntas y mi cabeza estaba martilleándome.
“No.” Murmuré.
“¿No? ¿Eso es todo lo que me vas a dar?” Presionó. “¿Por qué le tienes tanto miedo? Parece que has visto un fantasma.”
No un fantasma, un demonio.
Harry PDV
Miré a mi reloj por tercera vez en un minuto. Luces multicolores llenaban mi visión, cuerpos se balanceaban con la horrible música que los altavoces soltaban y yo estaba ahí plantado. No había tomado ni una pizca de alcohol porque tenía que conducir más tarde. ¿Había recibido Thalia los lirios? Y lo más importante, ¿había recibido el mensaje?
¿Qué pasa si Darren la seguía? ¿Qué pasa si ella se liaba con la historia que habíamos montado? No, ella podía manejar esto, me dije a mi mismo. Ingenua, si, pero Thalia era una chica inteligente. Agache la cabeza una vez más para mirar la hora.
12:08
El momento perfecto para irme. Le había dicho que saliera a la calle principal a las 12:30 pero debería llegar antes así no tenía que esperarme. El área no era la más limpia y no quería que estuviera en ese sitio durante mucho tiempo.
“Si, si todos sabemos que tienes un reloj de miles de dólares. Puedes parar de enseñarlo.” Justo entonces noté un olor a fuerte alcohol y dirigí mi cabeza hacia la fuente.
“Baila conmigo.” Dijo Kaylee por encima de la música, sus brazos serpenteando por mis hombros. Sin duda su padre vomitaría si la viera de esta forma. Su perfecta princesita estaba intoxicada, cubierta con un mini vestido blanco el cual era una pobre excusa para llevar ropa y estaba empujando sus pechos hacia mí. “Vamos Harry. Sabes que quieres.”
“¡Vive un poco, tío! ¡Has estado ahí plantado toda la noche!” Grito Jonah desde la gran cantidad de gente sudorosa restregándose unos con otros.
“De hecho me tengo que ir.” Respondí, quitando las manos de Kaylee de mi peli. Picaba donde sus dedos habían agarrado. Odiaba sus uñas largas y cuidadas con pasión.
“¿Enserio? ¡Apenas son las doce!” Se quejó y se alejó de mí tambaleándose.
“Son pasadas las doce. Y será mejor tú también que lleves tu culo a casa. Estas hecha polvo y no quiero a tu padre culpándome por ello.” Le dije. Su padre y yo teníamos una historia. Él era la razón por la que Kaylee y yo rompimos la primera vez. Me culpó por su comportamiento, entonces, pensó que era yo quien le estaba influenciando cuando los dos nos metimos en este mundo de dinero y fiestas al mismo tiempo, así que entramos en un estado de rebelión juntos. Además, ella fue la que me influenció a mí. Sus incansables lloriqueos para que me acostase con ella todavía suenan en mis oídos de vez en cuando. Tuvo sexo con un chico cuatro años más mayor cuando ella solo tenía doce años, justo después de ganar un concurso de matemáticas. Pero fue una cosa de un día, ya que el tío se largó después. Más tarde, ella me conoció, su meta estaba puesta en hacer que me acostara con ella. Tan solo teníamos catorce años cuando empezamos con nuestros encuentros.
“Entonces llévame a casa.” Pidió Kaylee, con problemas para estabilizarse. “Nadie más se va.”
“Has venido aquí con Brenda-”
“Dylan se la ha llevado a casa.” Dijo. “Estoy mareada. ¿Por favor?”
Solo estaría perdiendo tiempo si discutiera con ella. Guie a Kaylee a la salida del edificio a través de la puerta trasera, y ella me rodeó con su brazo para no caerse. El sonido de sus tacones increíblemente altos era fuerte y molesto. Quité sus brazos de mí para buscar las llaves en mi bolsillo. Justo entonces, su tobillo se giró bajo su peso y rápidamente la cogí para que no se cayera. La gravilla en su cara no quedaría muy bien, especialmente con el Evento Blanco del día siguiente. Kaylee me dio una sonrisa perezosa, fallando en el intento, antes de que la ayudara a meterse en el coche.
Su perfume llenó el coche y estaba preocupado de que se quedase. Encendí el motor y la primera cosa que hice fue mirar el reloj digital, era más acertado que mi reloj. 12:15.
No podía llegar ahí antes, pero intentaría llegar a tiempo. Miré a la interrupción, y ella me sonrió mientras deshacía su pelo, el negro rizado cayendo sobre sus hombros. “Sabes, estoy tan contenta de haber vuelto a Fleese. Esta es mi gente.” Dijo borracha mientras yo conducía. “Aquí es donde pertenezco.”
Mi mirada fue del reloj a la carretera. ¿Vendría Thalia?
“Aquí es donde tú también perteneces. Y tienes razón, no deberíamos mudarnos a Paris.” Kaylee descansó su mano en mi muslo.
“Tú deberías mudarte a París.” Le dije. Paris es todo de lo que ella ha estado hablando desde que éramos niños. Ella soñaba con que su aspiración para ser empresaria estaba allí. Y yo por fin tendría paz si ella se fuera.
“No me voy a ningún sitio sin ti.” Habló.
“Kaylee ya hemos hablado de esto. No estamos juntos.”
“Pero lo estamos. Vamos a ir a todos esos sofisticados eventos juntos, justo como nuestros papis quieres, como yo quiero. Y sé que tú también quieres. Solo estas confundido-” Fue cortada cuando su cabeza golpeó la ventanilla del coche mientras yo cambiaba de dirección bruscamente. No había sido intencionadamente, pero no lo lamentaba. Ahora mismo estaba borracha y no tenía sentido hacerle caso a lo que estaba diciendo así que permanecí en silencio mientras ella hablaba.
“¿Por qué estas conduciendo tan rápido?” Finalmente preguntó después de unos minutos moviéndose en su asiento.
“Te dije que te pusieras el cinturón.”
“No me has respondido.” Murmuró. No respondí. “¿A dónde vas después?” Preguntó, y yo seguía sin responder. Miré la hora de nuevo. 12:20.
“Espero que hayas estado mintiendo sobre esa puta de nuevo.” Kaylee no paraba de hablar. Me guarde las ganas de callarla. “Pero ahora confió en ti. Sabes lo que es bueno para ti, ya has pasado esa fase. Pero quiero que seamos como éramos antes. Antes de que ella apareciera. ¿Lo recuerdas?”
“Ni siquiera estabas aquí. Te fuiste por años.” Dije, parando el coche frente a su edificio. Verjas de metal rodeándolo como si la realeza viviera ahí.
“Lo sé, y me arrepiento. Mis padres querían que viera el mundo fuera de Fleese. Pero me arrepiento de ello, Harry. Me arrepiento te haberte abandonado.” Arrastro las palabras mientras se levantaba un poco del asiento y metía sus manos bajo su vestido.
“¿Qué haces?” Entrecerré los ojos.
“Son incomodas.” Sus bragas fueron empujadas hacia abajo y se quedaron en sus tobillos. “Ehh… ¿ayuda?” Levantó las piernas, queriendo que la ayudara.
“Buenas noches, Kaylee.” Me giré, sin molestarme. Sabía lo que estaba intentando hacer. No había tenido sexo con ella durante mucho tiempo, años si no estaba equivocado y no iba a pasar pronto.
Ella pareció anonadada pero estaba demasiado borracha como para darse cuenta. “Acompáñame dentro.” Demandó, tirando las bragas al suelo del coche.
“Recoge eso.” Dije firmemente, y ella las recogió vacilante y se las metió en el bolso. Si Thalia las viera, nunca volvería a confiar en mí. “Y ese guarda te escoltara dentro, princesa.” Le dije burlonamente.
El guardia de seguridad en uniforme ya estaba en la puerta, abriéndola. “Te veo mañana en el evento, entonces. Estoy tan contenta de que las cosas vayan en la dirección correcta. Te quiero.” Habló Kaylee, besándome en la mejilla antes de salir tambaleándose del coche.
Me aseguré de que Kaylee entraba segura en el edificio mirándola durante un rato. Su padre sabía que estaba conmigo esta noche y si algo salía mal, lo pagaría yo. No podía arriesgarme.
Miré la hora. Eran las 12:40. Mierda.
Subo capitulo aunque no debería porque no hay 500 votos pero bueno... son casi 400. No se cuantas veces lo he dicho pero no tengo un horario exacto para subir. Subo cuando termino los capitulos y me puede llevar mas o menos tiempo, asi que ser pacientes porfavor.
Lorena
Nueva nota: Por favor, votar y comentar porque eso es lo que me motiva a seguir traduciendo. Me gusta saber vuestras opiniones y que comenteis las linias de la novela. Gracias xx
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