Capítulo 43 - Extraño
El agua de mi interrumpido baño se deslizaba por mi cuerpo, mis mejillas ardiendo de vergüenza mientras Harry me llevaba en sus brazos. Calientes gotas bajaban por mis brazos y piernas mientras me abrazaba mi misma en un intento de cubrirme. Harry me dejó en su cama y la humedad se extendió rápidamente por las sabanas.
El resultado de nuestra última vez había estado lejos de placentera. El movimiento físico era mortificador. El dolor sobrepasaba el placer. Estaba segura de que esto iba a ser una repetición.
Y todavía lo quería. A pesar de toda la negatividad, la experiencia que compartí con Harry me hacía sentir muy cerca de él, y que teníamos algo tan profundo, una conexión que no podía explicarse con palabras.
Los pasados meses habían sido posiblemente el periodo más traumatizante de mi vida pero me di cuenta de que los ratos donde solo éramos Harry y yo, cuando no había influencias externas, era la chica más feliz del mundo. Y de alguna manera, estar con él me había ayudado a superar la muerte de mi padre. Había aprendido que nunca se marchará.
Pero al mismo tiempo Harry me había hecho daño en innumerables ocasiones. Había sido la causa de muchas de mis noches sin poder dormir y aun así quería estar con él cada minuto del día. Acepté que era de este modo. No lo entendía ni yo misma. Incluso consideré la posibilidad que es estuviera sufriendo un desorden mental, como Darren había asumido.
Harry se plantó a los pies de la cama y me miró, sus brillantes ojos enfocados mientras miraba arriba y abajo mi cuerpo. Mi ansiedad creció rápidamente y tuve la repentina compulsión de correr al baño y encerrarme allí.
Entonces mis pensamientos me llevaron a las chicas jóvenes que había visto en el sitio de Richard. Comparada con ellas, era afortunada. Su inocencia había sido robada de una manera horrorosa. No me imaginaba lo diferente que hubiera sido para mí si hubiera sido enviada a otra casa que no fuera la de Harry.
Mi corazón latía violentamente mientras me sentaba lentamente en la cama, mis brazos cruzados sobre mi pecho. Nunca había estado tan… expuesta. El candelabro de cristal en el techo era la única fuente de luz en la espaciosa habitación, las otras lámparas habían sido apagadas y estaba agradecida que no hubiera tanta luz-.
“Thalia, no… quiero que entres en pánico de nuevo.” Harry hablo lentamente. “Si no quieres eso, yo tampoco.”
La persona que una vez taqué de monstruo estaba de pie delante de mí, preocupándose por mí y entendiéndome. Confiaba en él. El amor trabajaba tan misteriosamente. Había restaurado mi fe en Harry en un corto periodo de tiempo. Lo miré y le di un pequeño asentimiento. “Qui… quiero esto.” Mi voz salió pequeña. Estaba segura de esto, pero estaba asustada.
Con mi permiso, los dedos de Harry encontraron su camino a los botones de su camisa. Observé mientras los abría uno a uno, mis latidos acelerándose con cada movimiento. Cuando hubo completado la tarea, la ropa fue deslizada y tirada a un lado. Mi aliento se trabó en mi garganta cuando su pecho desnudo salió a la vista. Me encontré fascinada con su estructura dura y delgada. Intente apartar la vista de su forma ronceada, las prominentes libias por su estómago lo hacían imposible. Era tan raro, nunca había encontrado el cuerpo de un hombre tan atrayente. Intenté imaginarlo sin todos esos tatuajes que cubrían su pecho. No pude.
Podía oír mi respiración yendo y viniendo rápidamente mientras Harry se acercaba a mí. Sus manos se posaron en mis hombros y me encontré siendo tumbada de nuevo en las húmedas sabanas mientras él subía a la cama. Se cernió sobre mí, sus rodillas a cada lado de mis piernas. “Te estas sonrojando.” Mencionó, sus labios curvándose en una sonrisa en aparente entretenimiento. Solo podía tragar, la desconcertante situación haciendo difícil todo lo demás.
Harry miró a mi pecho antes de intentar apartar mis brazos. No me moví. No estaba acostumbrada a esto, y no creía que iba a estarlo nunca. “Lia, está bien.” Aseguró. Exhalé temblando y mis manos se posicionaron a los lados. Mis dedos se movían nerviosamente mientras sus ojos se deleitaban con la vista bajo él.
Nerviosa, giré la cabeza y mi mirada cayó un lo que identifiqué como cicatrices en el lado interior de su brazo derecho. Las había visto antes. Incluso él las había pintado como cortes secos así que me imaginaba que eran algo significante para él. Toqué su muñeca y gentilmente moví mis dedos hacia las marcas. Harry rápidamente cogió mi mano antes de que pudiera alcanzarlas. “¿Qué pasó?” Le pregunté y sus cejas se juntaron.
“Nada importante.” Dijo, acabando con el tema. Su agarre se relajó en mi muñeca y llevo mi mano a sus labios. Dulcemente besó mis nudillos, sus ojos cerrándose. Deseaba que siempre fuera así. Algunas veces era algo difícil pero sabía que solo era de esa manera porque estaba acostumbrado a tener siempre lo que quería. Sus cambios personalidad durante los pasados meses eran considerables pero no podía negar el hecho de que aún era un niño mimado en su interior.
Tragué cuando Harry se agachó sobre mí, sus vaqueros empapando la humedad de mi cuerpo. Nuestra proximidad había causado que nuestros pechos desnudos se tocaran, el nuevo contacto sorprendentemente intrigante. Harry bajo su cabeza para besarme bajo el oído. “Relájate.” Dijo en un susurro. No haré nada que no quieras que haga. No te hare daño. Quiero que disfrutes esto.”
Probablemente había notado lo tenso que estaba mi cuerpo. Sus dedos acariciaron mi estómago, gentilmente pasándolos por la piel fría. Me encogí cuando presionó sus labios contra mi cuello. Continuó con sus besos, moviéndose hacia abajo. Inhale fuertemente mientras se acercaba a mi pecho. Su cálida lengua se deslizo por mi clavícula y cogí la parte trasera de su cuello, parándolo de ir más abajo. “¿No te gusta?” Preguntó.
Sacudí la cabeza, nerviosamente masticando mi labio inferior. “Está bien.” Una sonrisa se extendió por sus labios. Estaba un poco confundida cuando se levantó de mí. No me refería a que parara. Lo vi levantarse de la cama y desaparecer en el vestidor.
Me levanté en la cama, moviendo la cabeza para donde estaba. Tiré del edredón, poniéndolo sobre mi cuerpo. Unos cuantos segundos pasaron antes de que Harry apareciera de nuevo. Apretó algo en su mano mientras volvía a la cama. ¿Qué es eso?” Pregunté mientras él gateaba por las sabanas con una caja en la mano.
“Estos son… eh…” Se rascó la nuca mientras miraba al objeto que sostenía. “Necesitamos uno de estos.”
“No lo entiendo.” Murmuré.
“Protección.” Harry dijo mientras sacaba un pequeño paquete de la caja antes de dejar las dos cosas en la mesita de noche. “Es para mí. No te preocupes.”
“Oh.” Dije. No usamos uno de esos en el motel.
La mirada de Harry se fijó en mí mientras abría su cinturón. Bajó la cremallera hábilmente y después de que comprendiera para lo que estaba allí, me acercó a mí, nuestros labios finalmente conectándose. Fui empujada a las sabanas y el edredón fue arrancado duramente de mí.
Mire atentamente mientras buscaba el pequeño paquete de la mesita de noche. Pensándolo mejor, me di cuenta de que había visto uno de esos antes. En la lavandería, en el bolsillo de su pantalón. Parecía que nunca se quedaba sin ellos. El pensamiento me hizo sentir incomoda. Él estaba acostumbrado a esto. No pude evitarlo, pero me pregunte con que frecuencia hacia esto.
El paquete fue abierto y un claro objeto fue sacado. Harry cogió la parte de arriba de sus vaqueros antes de deslizar el material hacia abajo. Me hizo sentir un poco incomoda, pero al mismo tiempo tenía curiosidad. Me moví nerviosamente cuando cogió sus recién expuestos boxers con una mano mientras con la otra sostenía el objeto transparente. Instantáneamente aparte la vista, las acciones desconocidas y de alguna manera desconcertantes. Una risa baja sonó como respuesta. No había nada divertido en esto.
“Está bien mirar.” Dijo. Sentí sus movimientos en la esquina de mi ojo mientras trabajaba con lo que fuera que estaba sosteniendo.
Cuando lo hubo hecho, volvió a mí y lleno mi cara de besos. Sentí como si estuviera tranquilizándome antes de que la cosa real llegara. Y justo unos instantes después, lo sentí empujar dentro de mí. Un quejido salió de mis labios ante la sensación abrumadora. Había molestia, pero comparado con la primera vez, no era nada. “¿Estas bien?” Dejo de preguntar. Devolví un pequeño asentimiento y su cabeza bajó. Sus suaves labios acariciaron mi frente mientras empujaba por segunda vez. Deje salir un lloriqueo, un sentimiento molesto y a la vez extrañamente placentero atacando mis sentidos.
La cabeza de Harry cayó en mi cuello y gimió entrecortadamente contra mi piel mientras continuaba con los movimientos lentos, nuestras caderas encontrándose sin prisa. Mi cabeza rodó a un lado y me sonrojé cuando vi sus boxers tendidos en el suelo. Entrelazó nuestros dedos y por un momento, sentí como su estuviera siendo empujada en un ring de boxeo. El divertido pensamiento fue rápidamente remplazado por calor extendiéndose por mi cuerpo. Esto definitivamente era diferente de la primera vez.
Harry plantó besos por mi mandíbula antes de desconectar nuestros dedos y sentí como salía de mí poco a poco. Sus cálidas manos se deslizaron por mi espalda y fui presionada más cerca de él. Jadeé cuando fui levantada y me hizo sentarme en su regazo, mi cabeza palpitando ante el repentino cambio de posición. Mis manos temblorosas fueros puestas sobre su firme pecho y de repente me enfoqué en sus acelerados latidos.
“Eras tan guapa.” Susurró, sus dedos apartando mechones de pelo detrás de mí oreja. Sentí la sangre subir a mis mejillas cuando Harry me acercó a él, nuestras frentes presionándose. Lentamente reuní el coraje para tocarlo. Mis temblorosos dedos se movieron por las fuertes lineras de su torso, los movimientos de su pecho haciéndose más intensos con la sensación. Mis pensamientos me enfocaron en cómo me había cambiado hasta no reconocerme. Estaba aterrorizada del efecto que tenía en mí. Hace meses, la palabra sexo por si misma había sido extraña a mis oídos. Mírame ahora.
Nerviosamente mire a Harry a los ojos y espere a su próximo movimiento. “Tienes unos ojos bonitos.” Las palabras salieron de mi boca. Pero lo decía enserio. Eran sus ojos lo que me cautivaban. Y por alguna razón, se empezó a reír, mirándome.
“¿Qué?” Lo miré con los ojos entrecerrados, de repente me arrepentí de haberle hecho un cumplido.
“Nada, nada.” Murmuró antes de besarme de nuevo. Nuestras bocas se movían calientes juntas, y moví mis manos por su pecho antes de dejar que mis brazos se deslizaran por su cuello. Gimió suavemente en el beso antes de alejarle lentamente.
“¿Puedo… continuar?” Murmuró, un tono de desesperación en su voz. Apreciaba que me preguntara cada vez. Él entendía que todavía era frágil, especialmente después de todo lo que había pasado las pasadas semanas. Había sido muy cuidadoso conmigo y esta era la parte de él que yo más admiraba.
Asentí y sentí su agarre en mi cintura apretarse. Fui ligeramente alzada antes de que se deslizara dentro de mí. Dejé salir un lloriqueo, mi corazón golpeando frenéticamente mi caja torácica. Enterré la cara en su cuello, mis ojos cerrándose mientras mis brazos se apretaban a su alrededor. “Eres mía, eres toda mía.” Su voz sonó.
La respiración pesada de Harry caía en mi hombro mientras era levantada y bajada. El ritmo aceleró y mi cuerpo tembló con la potencia. No sabía cuánto más podía aguantas. Sus manos se tensaron en mi cintura y lloriqueé cuando sus dedos de hundieron en la piel. Él no parecía notar mi molestia mientras continuaba soltando gemidos de satisfacción, los músculos de su cuello sobresaliendo. Su cadera se alzó rápidamente y me dio un fuerte empujón. Y no paso mucho tiempo antes de que sintiera un hormigueo caliente en cada parte de mi cuerpo.
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Harry PDV
Con cuidado la dejé en las sabanas y me moví para regular mi respiración. Vi su pecho alzarse y caer antes de deslizarme a su lado. Tomé su barbilla con mis dedos y giré su cabeza hacia mí. Me deleité con su hermosa cara sonrojada, su pálida piel sobresaltando el rosa de sus mejillas.
La constante necesidad de tener a alguien al lado… nunca lo había experimentado hasta ahora. Todo sobre Thalia era tentador, desde la manera en la que llevaba el pelo a-
“¿Harry?” La manera en la que decía mi nombre. Joder, esos pensamientos eran calientes.
“¿Mhm?” Aparté un mechón de su pelo oscuro, sus parpados haciéndose cada vez más pesados. ¿Qué hora era?
“No importa…” Su suave voz se apagó mientras ponía el edredón sobre su cuerpo desnudo. Había algo en sus fracciones que hizo que la ansiedad creciera en mí. Por un segundo, pensé que sabía sobre Kaylee.
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Hoy dos capitulos!! Espero que os hayan gustado. Y os dejo una pregunta para ver que pensais. ¿Que creeis que pasó con Kaylee?
Besos xx
Lorena ♥
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