Una dolorosa molestia creció dentro de mí. Mis manos se hicieron puños ante la idea de Kaylee. En realidad ella no me había hecho nada y por eso me sentía culpable por tener pensamientos amargos sobre ella, pero no podía evitarlo. Ella me llamó prostituta, y eso era suficiente razón como para odiarle.

¿Qué pasaría si Harry cambiara sus planes sobre el compromiso? ¿Y si quiere seguir con ello después de que vea a Kaylee? Las inseguridades flotaban pero tal vez tenía que aprender a confiar en Harry.

“Me quedare en el coche.” Le sugerí. Lo último que necesitaba era más drama. Ya había tenido suficiente.

“No, vamos a ir juntos. Es mi casa. Puedo traer a quien yo quiera.” Harry apagó el motor y quitó las llaves.

“Harry no quiero problemas.” Le dije.

“Voy a tener que enfrentar esto tarde o temprano.”

“Puedes hacer eso sin mí.” Dije. “Es solo que no quiero que me vean como una rompe hogares.

En ese momento sentí movimiento en mi visión periférica. Harry y yo giramos la cabeza hacia la puerta de entrada para ver a la Sra. Briffen bajando las escaleras rápidamente. Se palmeó el vestido para alisarlo mientras llegaba al coche.

Había estado ausente durante todo el fin de semana y dios sabía que si le contaba todo lo que me había pasado explotaría su cabeza. Pero no iba  a hacer eso. Como Harry había dicho, solo era entre él y yo.

“¿Qué pasa?” Preguntó Harry mientras salía del coche. El rápido viaje que había hecho era probablemente la razón de su respiración acelerada.

“K-Kaylee se acaba de ir con…” Paró para respirar. “Dylan para coger las cosas para la fiesta.”

“¿Dónde habéis estado?” Continuó.

Salí del coche, siguiendo a Harry. Así que Kaylee no estaba aquí. Pero, ¿de qué fiesta hablaba?

“Para… ¿qué fiesta?” Harry me quitó las palabras de la boca.

“Ella decía que lo sabías.” Sus cejas grises se juntaron. “¡Los invitados van a llegar muy pronto! Me he puesto nerviosa esta mañana cuando he llegado porque ninguno de los dos estabais, pero adivinar quien estaba pacientemente esperando en la puerta.”

“Kaylee.” Supuse.

Asintió frenéticamente. “A las seis de la mañana. Ha estado aquí todo el día.”

Harry se tocó los bolsillos antes de sacar su móvil. “Había visto llamadas perdidas y mensajes pero ni siquiera me preocupé en mirarlos.”

“Oh cariño… esto es malo.” La Sra. Briffen toco ligeramente sus labios con sus dedos, perola acción cesó cuando empezó a examinar mi ropa. Casi olvido que llevaba la camisa de Harry.

“¿Para qué es la fiesta?” Inquirí.

“Quiere anunciar el compromiso, que todo el mundo lo sepa.” Sentí mis nervios crisparse ante sus palabras.

“¿Que cojones? No puede solo irrumpir en mi casa y hacer lo que le dé la gana.” Soltó Harry, sus dedos recorriendo la pantalla del móvil antes de sostenerlo contra su oído.

“¿Dónde estabas, querida?” La Sra. Briffen preguntó mientras observaba mi conjunto de nuevo.

“Es… una terrible larga historia.” Suspire. No estaba como para recordar las lo que había pasado ayer. Las cosas que estaban pasando ahora eran suficientes como para hacer mi corazón palpitar a un ritmo alarmante.

“No contesta.” Harry devolvió el teléfono a su bolsillo trasero y pasó las manos por su rostro en frustración. “Sra. Briffen, calienta agua para mis pies. Están realmente magullados.”

Ella asintió. “Entrar primero.” Dijo antes de volver a la mansión.

“Harry, ¿qué vas a hacer?” Pregunte, la ansiedad siendo evidente en mi tono.

Se recostó contra el coche y exhaló profundamente, sus manos tirando hacia atrás su pelo. “Ven aquí.” Cogió mi mano, arrastrándome cerca de él. “Me voy a ocupar de ello, no te preocupes.” Entrelazó nuestros dedos.

“¿Cómo? El propósito de esta… fiesta es decirles a todos que estáis prometidos.” Sentí un sabor amargo en mi boca.

“Voy a hablar con Kaylee cuando vuelva y le diré que el compromiso queda anulado. Obviamente va a venir antes de que los invitados lleguen.”

“Pero, ¿no será demasiado tarde para cancelar la fiesta?”

“Dejaremos que la fiesta se celebre entonces. Pero solo será una normal, sin nada relacionado con compromisos.” Dijo antes de llevar mi mano a sus labios. “Sé como manejar esto.” Murmuró y besó mis nudillos. Yo estaba evidentemente mucho más estresada que el. “¿No te cansas de estar preocupada todo el tiempo?”

“Siempre… he sido de este modo. Las cosas siempre van mal, así que siempre estoy preocupada.”

Sus dedos cogieron suavemente mi nuca antes de llevar sus labios a mi oído. “Confía en mi, Lia.” Tarareó, causando que el peso de mi pecho se derrumbara. Las palabras de Harry siempre eran como una terapia.

El descarado ruido de un coche intervino y volvimos nuestras cabezas hacia el origen del sonido. Vi un coche deportivo plateado avanzando por la carretera de fuera avanzando a una velocidad tremenda. “Ese es Dylan. Y Kaylee.” Dijo Harry.

Mi cabeza empezó a dar vueltas de nuevo. “¿Me quedo en mi habitación?”

“Bloquea la puerta.” Ordenó.

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Me fui al piso de arriba pero me quede lo suficientemente cerca como para oír voces. El amplio espacio de la mansión ayudó a amplificar incluso el más pequeño de los sonidos. Observe entre la barandilla y vi a dos figuras entrando en la sala de estar.

Harry se sentó en uno de los sofás, sus pies dentro de un pequeño cubo de agua. Un chico alto con el pelo oscuro y rizado se desparramó al lado de Harry. Pensé que de lejos se parecía a Harry, pero cuando tuve una mejor visión de su cara, cambie de idea. Tenía que ser Dylan.

Me sentí mareada cuando vi a Kaylee. Era muy guapa con toda esa ropa cara y su bonito pelo. Harry y ella tenían una larga historia, incluso si no era perfecta. Y obviamente habían intimado entre ellos.

El había estado con otras chicas de la manera en la que estuvo conmigo la pasada noche. Había estado con Kaylee de la manera en la que estuvo conmigo anoche.  Ese hecho hizo que mi cuerpo doliese. No podía soportar la idea de ellos dos besándose, y mucho menos de ellos haciendo algo más.

“Sra. Briffen, tenemos algunas cosas para la fiesta, están en el maletero del coche de Dylan. Ya sabes lo que tienes que hacer.” Le mostró una sonrisa falsa a la Sra. Briffen, quien rápidamente desapareció. La Sra. Briffen tenía mal la espalda, no podía cargar cosas pesadas.

“Osito…” El agua voz de Kaylee era irritante. ¿Osito? Se movió hacia Harry después de dejar su gran bolsa de cuero en el suelo. Casi dejo salir un jadeo cuando se sentó en su regazo. Nunca había experimentado este tipo de rabia antes. Era intenso, y estaba haciendo un buen trabajo comiéndome por dentro.

Cuando ella agachó su cabeza, me sobrecogí y estuve a punto de bajar las escaleras para pararla. Pero Harry lo tomó con sus propias manos, girando su cabeza a un lado, rechazando el beso.

“¿Qué pasa?” Kaylee rio, claramente sin vergüenza de exponer su ‘cariño’ hacia Harry enfrente de Dylan. “Te he llamado muchas veces, te he dejado muchísimos mensajes. ¿Dónde estabas?” Tocó la nariz de Harry juguetonamente, la acción me descompuso un poco. No sabía cuánto más podía ver.

“Tenemos que hablar.” Harry dijo firmemente, lentamente empujándola fuera de él.

Ella parecía desconcertada por ello mientras se levantaba y se metía el pelo detrás de las orejas. “En privado.” Harry se volvió hacia Dylan y cabeceó hacia la puerta. “Si no te importa.”

Dylan alzó sus manos. “Necesito fumar de todos modos. Déjame un mechero, colega.” Harry sacó un objeto negro de su bolsillo antes de lanzárselo a Dylan.

“Realmente no tenemos tiempo para hablar.” Dijo Kaylee rápidamente cuando la puerta se cerró, causando un fuerte eco. “Los invitados van a llegar muy pronto y tu aun estás hecho un desastre.” Llevó las manos al pelo de Harry intentando arreglarlo. ¿Porque seguía tocándolo?

“¿Que te hace pensar que puedes hacer fiestas aquí? Es mi casa.” Harry se alejó, dejando sus manos suspendidas en el aire. “No sabía nada de esto.”

“Lo hable con tu padre, dijo que era una buena idea ya que son vacaciones y la gente puede venir. No hay mejor tiempo que este para que todo el mundo lo sepa. ¿Quieres dejar de estar cabreado todo el tiempo? Todo lo que hago es en tu beneficio.” Le soltó.

“Querrás decir en tu beneficio. ¿Alguna vez has pensado que quizás no quiero mudarme a París contigo? ¿Que quizás no quiero llevar un negocio de perfumes allí? Eso es lo que tú quieres, lo que mi padre quiere. No yo.” ¿Enserio? ¿Paris? ¿Negocios de perfumes? ¿Ese era su plan?

Su cara se puso pálida ante sus palabras, ella sabía a donde quería llegar con esto. “Papi me dijo que te dijera que tienes que terminar de firmar los papeles que te dio la semana pasada para esta noche.” Indirectamente lo sobornó, ignorando lo que le acababa de decir. “Para, ya sabes, que acabes la universidad antes.” Su voz había empezado a temblar y se había vuelto más aguda.

“ya hemos hablado lo suficiente.” Se giró para empezar a alejarse pero él le cogió la muñeca. “¿Cuál es tu problema? ¡La gente está viniendo!”

Entonces se abrió la puerta y la cabeza de Dylan se asomó. “Voy a tener que interrumpiros enamorados. Hay gente en la puerta.” Informó, su pulgar señalando afuera.

“¿Lo ves? Tienes que comportarte, Harry.” Kaylee le dijo entre dientes.

Se congeló en el agarre de Harry con la boca abierta cuando él tomó el anillo de su dedo antes de sacarlo completamente. Ella miró con los ojos abiertos a su ahora desnudo dedo, incapaz de articular una sola palabra. “No voy a hacer esto, Kaylee. Lo siento.” Dijo Harry mientras metía el anillo en su bolsillo.

“Estás… estas cometiendo un grave error.” Dijo duramente mientras la puerta se abría. Dylan entró, recibiendo a los invitados.

Lo había visto. Harry había acabado con ello. Y los invitados estaban aquí. Se suponía que tenía que estar en mi habitación. Recordé la última vez que hubo una fiesta. Los amigos de Harry mostraron hostilidad hacia mí, uno de ellos incluso intentó aprovecharse de mí, mientras los otros le animaban. Había decidido que odiaba las fiestas.

Me hubiera gustado que se hubiera acabado ya, así Harry podría llevarme con mi madre y finalmente dejar descansar mi mente.

Poco a poco me puse de pie para volver a mi habitación, pero para mi desgracia, mi sombra se vio proyectada en la pared de la escalera. Me moví rápidamente cuando me di cuenta, pero unos ojos observantes fueron rápidos. Kaylee y yo nos miramos a los ojos por un segundo antes de que saliera corriendo por el oscuro pasillo, lejos de la barandilla. Me había visto. Esto no era bueno.

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Lo siento muchisimo por haber tardado tantiiiisimo, pero es que los examenes me traian loca :S Y a parte las chicas que ls pedi que me ayudaran no me pasaban capitulos y fue todo un caos. Pero bueno, ya estoy de vacaciones y ya voy a subir mas de seguido. Besos :)

Lorena.