Capítulo 33 - Frio

“Para una chica rica, pareces normal.” Risas fueron intercambiadas en el grupo. Uno de ellos, el alto, se acercó a mí y me encogí. Mi instinto me decía que corriera. Tomé varios pasos para atrás y sentí a alguien pararme por detrás.

“Si, normalmente la gente como vosotros tienen nidos como pelo y un bigote abundante. He visto a hombres con toques azules en ellos.” Volvieron a reír.

“Estas muy buena.” El chico de detrás de mí murmuró cerca de mi oreja y jadeé, volviéndome hacia él. Llevaba una gorra de béisbol y tenía unas patillas oscuras. Un aro de plata atravesaba su labio inferior. Brillaba bajo las luces de la calle cuando sonreía.

“Calmar vuestras hormonas, chicos.” La chica intervino, tirando su cigarro al suelo antes de pisarlo con sus botas militares. “Soy Ali, con una ‘l’” Sostuvo su mano para mí.

“Está bien,” Tartamudeé, negándome a sacudir su mano. “Pero creo que debería irme ya. Acabo de recordar que un amiga me estaría esperando para recogerme.” Actué, dándome en la frente. “Gracias de todos modos.” Me dirigí al espacio entre Ali y el chico pelirrojo pero fue cerrado rápidamente.

“Una chica rica grosera.” Ali murmuró, cruzando sus brazos. “Te estamos ofreciendo ayuda.”

“L-Lo sé y lo aprecio, pero realmente hay alguien esperándome. Y creo que se estará impacientando.”

“Eres una terrible mentirosa.” Meneó su cabeza.

“Bueno, no estoy mintiendo. Así que, si me permites.” Dije, intentando ser valiente. No podía parecer débil. Podrían aprovecharse de mí.

“¿Quién te está esperando? ¿Tu novio?” El hombre con las patillas me hizo una mueca.

“Quizá.” Respondí firmemente.

“¿Es un chico de Meadowcliff?” Ali se burló con una sonrisa maliciosa pero rápidamente desapareció. “Espera. ¿Tú no conocerás a Harry?”

Conocían a Harry. Mis ojos se abrieron ante su pregunta. “Así que lo conoces.” Asumió. “Tú no eres la chica con la que se ha prometido, ¿no?”

Débilmente sacudí mi cabeza, sorprendida de que supiera tanto sobre él. “¡Lo eres!” Concluyó. “Eso explica porque no te había visto por aquí antes.”

“Realmente necesito irme si no os importa-”

“Tu novio es un gilipollas.” Me interrumpió. “Dale esto.” Me cogió por sorpresa cuando escupió a mi zapato, haciendo que sus amigos se rieran.

Eso fue todo. Tenía hambre, frio y estaba perdida. Me había pasado horas caminando por este lugar, sin idea de donde estaba ni de dónde venía. Mis nervios me estaban matando y no necesitaba a nadie que los intensificara.

Respiré profundo y me estiré para pasar entre Ali y el chico del pelo rojo. El empujón causo que tropezaran, expresiones desconcertadas haciendo su aparición en sus caras. Entonces corrí. Miré hacia atrás para ver a Ali y sus tres amigos corriendo tras de mí. Me estaban persiguiendo.

Corrí incluso más rápido, mi corazón trabajando duro para mantenerse conmigo. Jadeé fuerte mientras mis pies lentamente se adormecían pero los forcé a continuar. La pandilla me gritó palabras vulgares e hizo esos asquerosos sonidos de besos. Y para hacerlo peor, empezaba a lloviznar.

Mientras avanzaba por la calle, las luces empezaban a parpadear y se hacía más desértico. La superficie de la calle era áspera. Trozos de chatarra y botellas de plástico llenaban la avenida. Los coches no debían conducir por aquí.

Ni una persona estaba a la vista. Volteé la cabeza momentáneamente para verlos alcanzándome. Tome un giro y me dirigí por una calle incluso más oscura. Pensaba que los había perdido, así que ralenticé mi paso, permitiéndome respirar correctamente. Pero seguían detrás de mí, lanzando todo tipo de palabras asquerosas que nunca había escuchado.

Aceleré el paso de nuevo y me encontré en unos recién formados charcos de barro mientras seguía corriendo. ¿Qué querían de mí? La llovizna se convirtió en lluvia y estaba mojada en segundos. Miré atrás de nuevo y noté que habían dejado de correr. Estaban distanciados ahora y supuse que la lluvia les había quitado el valor para continuar siguiéndome.

Entonces mis pies se resbalaron con un pequeño charco de barro, causando que me resbalara y callera. Mi rodilla golpeo la dura grava primero antes de que el resto de mi cuerpo le siguiera. Ignoré el dolor y giré la cabeza para mirar atrás, con miedo de que la pandilla lo hubiera visto y hubieran tenido la oportunidad de seguirme. Solté un suspiro de alivio cuando no los vi.

Me puse el abrigo sobre la cabeza cuando me puse de pie de nuevo y empecé a caminar hacia un callejón donde vi un pequeño techado. Estaba segura de que podría acomodarme ahí para pasar la noche, aunque el simple pensamiento de ello parecía absolutamente poco práctico.

El pequeño tejado de un restaurante cerrado me protegía de la lluvia, minimizando el desastre. Pero entonces me encontré con otro problema. Empecé a estremecerme y temblar. El frio se estaba apoderando de mí. Mi abrigo estaba empapado y estaba llegando a mi ropa interior así que lo quite de mi cuerpo, pero entonces temblé mucho más sin él. Me lo puse de nuevo y decidí simplemente tratar con ello.

Me preguntaba si Harry me estaba buscando. ¿Qué pensaría cuando se diera cuenta de que me había escapado? Quizá estaba demasiado preocupado por Kaylee como para notar que me había ido.

Mi estómago estaba haciendo ruido ya que no había comido desde el desayuno. Realmente necesitaba algo de comida, o al menos una bebida. ¿Qué pasa si nunca encontraba el camino de vuelta? ¿Qué pasa si le había pasado algo terrible a mi madre? No podía saberlo. ¿En qué me había metido?

Iba a ser una sin techo por esta noche, quizá para siempre. ¿Quién sabia?Incluso aunque las condiciones siempre habían sido malas para mí, nunca pensé que estaría en esta situación tan horrible. Froté mis brazos para producir calor. Me deslicé por la pared del edificio y lleve las rodillas a mi pecho. Un dolor punzando recorrió mi rodilla derecha y alcé mis vaqueros para ver la herida. La sangre que se había formado se había disuelto por la lluvia.

Coloqué mi cabeza contra la pared, haciéndome daño. Era tan estúpida. Me había puesto a mí misma en esta situación. No estaba pensando coherentemente cuando salí corriendo.  La lluvia caía de mi pelo y sabía que iba a tener dolor de cabeza a la mañana siguiente.

El tiempo se estaba volviendo más violento mientras el tiempo pasaba y la sensación de frio no se iba. Un trueno sonó haciéndome saltar. Odiaba completamente los truenos Bueno, les tenía miedo. Me puse un dedo en cada oreja cuando otro sonó. Harry, ¿dónde estás?

Pasó una media hora y mis dientes no habían dejado de rechinar. Tenía los ojos cerrados e intentaba dormirme para escapar de este escenario. Cuando estaba teniendo éxito, una luz brillante invadió mis sentidos – un vasto contraste con la oscuridad que me había rodeado por un largo tiempo. Mis manos subieron a mis ojos para taparlos del brillo.

“¡Aquí estas!” Una voz sonó atravesó del fuerte ruido de la lluvia. Una manta fue puesta sobre mí y sentí un agarré en el codo. Mi mente estaba borrosa mientras me alzaban. Alivió recorrió mi sistema cuando Harry me dirigió a su coche.

Después de asegurarme en el asiento del pasajero, corrió al otro lado y entró en el coche. Tuve el repentino impulso de abrazarlo pero me retuve. “Pensé que te había perdido.” Dijo, acariciando su pulgar por mi mejilla. “¿Por qué has huido así?” Él también estaba mojado, y se veía muy diferente con el pelo mojado.

“Y-Yo… necesitaba ver a m-mi madre.” No podía responderle correctamente. Estaba muy fría.

“Lo siento tanto.” Se aceró y plantó besos por toda mi cara. “Te he estado buscando como un loco.” Susurró.

“¿C-Cómo me has encontrado?” Me las arregle para preguntar.

“Necesitas salir de esa ropa. Después ya hablaremos.” Dijo. Realmente debería, estaba congelada. Harry busco en el asiento trasero y cogió dos piezas de ropa. “Tengo algo con lo que te puedes cambiar.” Su ropa.

“N-No me vendrán bien.” Dije, sosteniendo la camisa.

“No te tienen que venir bien. Solo tienes que salir de esa ropa mojada.” Froté mis brazos para calentarme.

“No aquí.” Miré a mí alrededor.

“Este es el lugar más desierto, no hay nadie. Además, las ventanas están tintadas.” Harry buscó en el asiento trasero de nuevo, esta vez sacando una camiseta para sí mismo. ¿Tenía un armario aquí?

“Si… pero…” Mi voz se apagó.

Me miró, una pequeña sonrisa jugando en sus labios. “No miraré.” Se giró y miró la ventana. Él fue más rápido que yo quitándose la camiseta mojada y poniéndose la nueva en segundos.

“¿Ya?” Preguntó.

“Eh… no.”

Se giró hacia mí y rio. “Thalia, tienes que cambiarte. No voy a mirar.”

“Pero el espejo lateral.” Me preocupe.

Harry suspiró y tiró del cuello de su camiseta por encima de su cabeza. “¿Ya te sientes lo suficientemente segura?”

“Está bien, gracias.” Tiré el pesado abrigo de mis hombros, junto con la manta que Harry había puesto sobre mí. Lo miré para asegurarme de que no me estaba mirando antes de desabotonarme la blusa. Aunque no había nadie mirando, me sentía muy expuesta cuando me quite la ropa. Rápidamente me puse la camisa abotonándola hasta arriba. Mis manos no llegaban al final de las mangas y me llegaba por la mitad de los muslos. Era demasiado grande para mí.

“Ya está.” Le informé a Harry. Quitó la camiseta de su cara y me miró como si examinara un espécimen.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #harrystyles