“Ella es Kaylee Anne.” Me informaron. La Sra. Briffen estaba plantada a mi lado, las dos mirando a escondidas hacia la sala de estar. Estábamos en la segunda planta, bueno, escondidas en la sobra de una pared desde donde teníamos una buena visión de los invitados. Pero lo que me frustraba era que no podía oír nada solo risas amortiguadas.

“¿Quién es?” Pregunté mientras mis ojos se fijaban en la joven chica. Por alguna razón, me moría por saberlo.

La Sra. Briffen empujó la cesta de la lavandería a su pecho. “Un antiguo enamoramiento.”

“¿Es la antigua novia de Harry?”

La Sra. Briffen me devolvió un asentimiento, causando una extraña ira crecer en mí. “Fue hace tiempo. No estoy segura de por qué ha vuelto a Fleese.”

“Harry dijo algo sobre discutir oportunidades de negocios.” Le dije, encogiéndome de hombros para que mi voz no se rompiera.

“Bueno, sus padres son gente de negocios, aunque ellos no hacen negocios sucios como Richard. Me pregunto que estarán haciendo.” Se preguntó la Sra. Briffen, tocando su barbilla con un dedo. “Lo último que oí es que no tenían buenas opiniones sobe Harry o su padre.”

“¿Por qué?”

“Bueno, cuando Harry tenía quince, rompieron su relación porque aparentemente él se estaba descarrilando y los padres de Kaylee querían distanciarla de él.  Ella es de sobresaliente. Una medalla de oro en casi todo lo que hace y sus padres no querían que nada e interpusiera en ello. Y Kaylee viajaba frecuentemente a distintos países así que su relación no fue estable desde el primer lugar, o al menos eso es lo que creo.” Reveló. “Recuerdo como Damian y su padre estaban haciendo negocios pero después las cosas se liaron por la ruptura de los niños y empezaron a hacerse extraños.”

Entonces, ¿por qué estaban aquí ahora? Sabía que nada de esto tenía que ver conmigo pero no tenía un buen presentimiento. La Sra. Briffen me había dicho que se iba abajo para escuchar disimuladamente, lo que pensaba que era una buena idea. No podía esperar a que volviera.

Normalmente no era una entrometida pero mi curiosidad sacaba lo mejor de mí. Una pesada e incómoda sensación creció en mi cuando vi a Kaylee hablar con Harry. Era doloroso no saber de qué estaban hablando. Cualquier resentimiento después de su ruptura había desaparecido, mientras sonrisas y risas se intercambiaban entre ellos. Me encogí cuando ella jugueteó con su pelo. ¿Qué está pasando?

Mis dientes rechinaron y, si fuera posible, mis ojos abrían hecho agujeros en ella. No podía aguantar la vista de su brillante sonrisa y su perfecta piel.

Kaylee movió su flexible pelo y cayó en cascada sobre sus hombros, revoloteándose a su alrededor de una manera irritante. Y Harry estaba sentado enfrente de ella. Emociones confusas, ira e inseguridad corrían por mi mente. No estaba celosa. No lo estaba.

El pesado peso de mi pecho se liberó un poco cuando todos se levantaron. La discusión había terminado y ya se iban. Por fin. Kaylee buscó en lo que yo consideraba un bolso grande, caro y de diseñador. Sacó un teléfono móvil y se lo dio a Harry. Están intercambiando números. Entonces se abrazaron, sus brazos por su cintura y los de ella por su cuello.

Damian se fue con los tres invitados y Harry se quedó dolo en el piso de abajo. Quería hablar con él, preguntarle que había pasado antes de que mi corazón empezara a hundirse. Quería que me cogiera entre sus brazos y me dijera que no era nada. Que no tenía que preocuparme de nada. Sabía que no debía sentirme de este modo pero no podía evitarlo. Harry había encontrado un lugar seguro en mi corazón y no podía echarlo, no importaba lo duro que lo intentara.

Darren tenía razón. Era una idiota.

“¡Nunca lo adivinarías!” La Sra. Briffen volvió al piso de arriba con noticias. “Son unos caza fortunas.”

“¿Qué? ¿Qué es eso?”

“¡Quieren que Harry vuelva con la chica! Sabía que sería algo de eso. Puedo sentir el compromiso cerca.” Murmuró, intentando poner muchas cosas en una frase. “A los padres de Kaylee les gusta que Harry se haya calmado. Quieren volver a estar en contacto. Y por supuesto, para Damian, es como estar en el cielo. ¡La fusión de dos ricos! ¿Te lo imaginas?”

“E-Eso es bueno. Me alegro por él.” Murmuré. Tragando duro.

Las fracciones de la Sra. Briffen se suavizaron cuando me miró de cera. “Thalia, cariño. ¿Qué pasa?” Sacó una servilleta del bolsillo de su vestido y la presiono contra mis mejillas.

Me sentí avergonzada cuando noté las lágrimas en la servilleta. Si otra palabra me alejé de la Sra. Briffen. Presione mi espalda contra la puerta cuando llegué mi habitación, cogiendo mi labio superior entre mis dientes. Mis mejillas estaban mojadas.

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Mi mente daba vueltas con pensamientos que solo me hacían asumir lo peor. Me sentía avergonzada por llorar enfrente de la Sra. Briffen. Estaría bien con ello si fuera por otras razones pero ella sabía que estaba rota por culpa de Harry y no me podía perdonar por ello.

¿Había perdido mi orgullo? ¿Mi dignidad? Era una persona débil. ¿Quién lloraba sobre sentimientos no correspondido por un – me atrevo a decir – monstruo? Alguien que ha creado parte de mis problemas y miserias.

Me encontré en la sala de estar, incapaz de mantener los pensamientos depresivos por más tiempo. Necesitaba un vaso de agua fría para bajar el bulto de mi garganta. Caminé por el largo pasillo y paré en la puerta abierta del balcón. Mis pies se congelaron ante la vista de Harry sosteniendo un cigarro entre sus dedos, el oscuro final cerca de su boca.

Ojos verdes apuntaron hacia mí y me forcé a alejarme. “Thalia.” Llamó. Cuando mi lo miré y me alejé unos pasos, cogió mi brazo. “¿Por qué estas todavía despierta? Son las tres de la mañana.” Su mano se deslizó a mi coso, la otra todavía sosteniendo el cigarro. “¿Estás bien?”

Su pecho estaba a la vista, ya que tenía abrochados solo la mitad de los botones. “Estoy bien.” Le dije antes de mirar a la sustancia tóxica que sostenía. “Por favor, no.” Tenía que decirlo.

Sus ojos siguieron los míos. “Está bien.” Me sorprendió cuando lo tiró por la barandilla del balcón. No esperaba que fuera así de fácil. “Te preocupas por mí ¿no?”

“Solo no me gusta ver a gente sosteniendo esa cosa horrible.”

Los labios de Harry formaron una sonrisa mientras hacía que me acercara a él. No puedo estar en esta situación de nuevo. “Tu discusión de negocios ha ido bien ¿no?” Pregunté.

Él rio. “Fue más como… un tipo de acuerdo.” Sentí sus manos moverse a mi espalda.

“Tu amiga es muy guapa.” Comenté, mis manos presionadas contra la caliente piel de su pecho mientras era arrastrada más cerca.

“Lo es, ¿no?” Dijo. Algo agarró mi corazón y la ira subió como una marea roja en mí, casi asfixiándome. Su nariz acarició mi frente, sus labios apenas tocando sobre mis ojos causando que mi piel se pusiera de gallina.

“H-Hacéis buena pareja.” Le empujé más, queriendo saber su opinión exacta de ella.

“Por supuesto.” Dijo. El dolor crecía dentro de mí, una punzante sensación. Mis dedos agarraron su camisa involuntariamente y tuve el deseo de machacar mis puños contra su cara. “Aunque tú y yo también.”

El deseo murió cuando escuche sus palabras. “Nosotros hacemos mejor pareja.” Dijo aumentando el frenesí de mi corazón. Me sorprendió como una simple palabra podía hacerme sentir tan débil. El espacio entre nosotros había desaparecido y, por un momento, pensé que iba a presionar sus labios contra los míos. Pero no lo hizo, y me encontré decepcionada. En vez de eso, puso sus manos sobre las mías en su pecho y me quedé estupefacta cuando empezó a moverlas en círculos.

“Eres tan preciosa, Lia.” La manera en la que lo dijo me hizo creer en ello por primera vez en mi vida. Me guio para trazar mis dedos sobre su piel desnuda, sus ojos cerrándose. “No lo sabes ¿verdad?” Parecía que tenía un efecto sobre él. Me guio por debajo de su camisa, por su abdomen. Las puntas de mis dedos acariciando cada línea tonificada. Mis piernas parecían gelatina, sentía que podía perder el equilibrio en cualquier momento.

“Lia.” Harry respiró. No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que me había devuelto el control de mis manos. Me sorprendí a mi misma cuando continué las acciones sin su ayuda.

Antes de saberlo, había subido por su torso y había cogido la parte trasera de su cuello. Mis manos moviéndose a su pelo, los dedos agarrando sus rizos.

Sus labios se movieron a mi oreja y plantaron un beso húmedo debajo de ella antes de que cogiera mi lóbulo con los dientes, incitando sentimiento poco familiar en mí. De repente vi una nueva percepción de las cosas, de Harry. ¿Yo quería… hacer esto con él? Estaba aterrorizada de mi propia pregunta. Mis sentimientos por Harry habían aumentado y estaban cambiando muchas cosas de las que estaba segura, cosas que pensaba que sabía de mi misma.

 Me alejé de Harry, causando que frunciera el ceño. Justo cuando partió los labios para hablar, me fui a mi habitación. No iba a ser otra Baby Doll.

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Hoy capitulo de: 'Crazed' y 'Baby Doll'

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