Mi pie se iba adormeciendo mientras caminaba de un lado a otro a través del oscuro pasillo de la segunda planta. No podía hacerlo.Nunca podría llevarlo a cabo.No lo tengo dentro. Presioné mi espalda contra la fría y dura pared antes de deslizarme hacia abajo. Descansé en el suelo, llevando mis rodillas a mi pecho. Lágrimas se deslizaban dentro de la lana de mis mangas.

No tenía ni idea de lo que iba a hacer.

Mi cabeza giró hacia la derecha y pude captar un destello de un rayo de luz a través de la ventana. Cayó antes de que un furioso trueno le siguiera, haciendo mi corazón saltar. Entonces me encontré en una oscuridad total. Genial.

Decidí que estaba demasiado débil mentalmente para levantarme y encontrar mi habitación en esta oscuridad. Así que abracé mis rodillas fuerte, y no me moví de donde estaba. El pasillo no solo provocó el eco del trueno de constantemente sonaba con estridencia, sino que también amplificaba el sonido.

Mis manos subieron a mis oídos para protegerlos del sonido pero hicieron muy poco. La única cosa visible es esos momentos era la luz de fuera cuando golpeaba la tierra. Mientras me empujaba más a fondo en la oscuridad y lejos de la ventana al final del pasillo, atrapé una luz naranja en mi visión periférica.

Giré mi cabeza en la dirección de la luz que había visto y me di cuenta de que venía del piso de abajo. No me llevó mucho tiempo notar que era Harry sosteniendo una vela.

“Aquí estas.” Sostuvo mi codo e intentó levantarme.

Obedecí y me levanté, secando cualquier signo de lágrimas en mi cara  incluso aunque fuera difícil de ver en esa oscuridad. “¿Por qué siempre te encuentro en los sitios más extraños? ¿Qué hacías aquí sentada?” Preguntó Harry, su agarré apretado alrededor de mi brazo.

Nuestra diferencia de altura causó que alzara mi barbilla para enfrentarlo. La pequeña luz iluminaba su cara, formándose sombras cerca de sus fracciones. “¿Y bien? ¿Te importaría explicármelo? Preguntó de nuevo.

Antes de que pudiera decir nada, un trueno sonó una vez más. Esa vez fue ensordecedor. Salté cerca de Harry conmocionada. El estruendoso sonido se aclaró completamente, pero el sonido de la lluvia cayendo permanecía. Solo me di cuenta de lo cerca que estaba de Harry cuando lo oí respirar. Miré hacia abajo para ver mis dedos aferrándose a su camiseta a cuadros.

Mi primer instinto fue alejarme pero su brazo interfirió y me sostuvo en el lugar. Entonces noté su barbilla en mi cabeza. “Salgamos de aquí.” Susurró.

Harry me llevó a su habitación, navegando a través de la oscuridad con la ayuda de la vela. Él debió suponer entonces que me asustaban los truenos, ya que me sostuvo en actitud protectoratodo el camino.

Dejó mi codo cuando alcanzamos su habitación, dónde había varias velas encendidas. Era un gran contraste con el resto de la mansión. “¿Cuánto tiempo vamos a estar sin luz?” Le pregunté mientras Harry dejaba la vela que sostenía con cuidado en su mesa que tenía enfrente.

“Probablemente por la mañana.” El resto de la casa estaba privado de luz cuando Harry fue a la puerta y la cerró. Se lanzó en la cama y estiró los brazos, dejando escapar un suspiro de cansancio. Miró la lámpara del techo mientras colocaba sus brazos detrás de su cabeza. “Mi madre y yo encendíamos velas y las juntábamos en todo tipo de formas siempre que la luz se iba. No pasaba muy de seguido pero cuando lo hacía, lo pasaba genial.” Dejó escapar una risa casi inaudible.

“Donde vivo, la luz se corta todo el tiempo. A veces la gerencia lo hace a propósito para obtener más dinero de los residentes. No es muy divertido para mi familia.” Me encogí de hombros.

“¿Cuándo murió tu padre?” Preguntó sentándose.

“Yo tenía doce, casi trece. Fue tan repentino. Cayó enfermo en un mes y en dos se fue. Él era nuestro escudo, básicamente. Así que después de eso todo ha sido un desastre.” Estaba sorprendida de lo fácil que se me hacía soltar las palabras.

“Sé que te reirás si te digo que mi vida posiblemente ha sido tan dura como la tuya.”

“Todo el mundo ha tenido momentos difíciles.” Le dije. “Aunque para ser honesta, no creo que se acerque a lo mío.” Añadí con una pequeña risa.

“Supongo.” Dijo. “Pero mi madre era la única familia real que tenía. Mi padre y ella rompieron cuando era pequeño. Mi padre nunca ha sido realmente parte de mi vida hasta que ella murió. Sabes lo difícil que es conseguir dinero en esta ciudad. Mi madre y yo pasamos por un montón de mierda para encontrar dinero mientras mi padre hacía lo mismo por su cuenta. Lo consiguió cuando conoció a Richard pero mi madre decayó porque estaba muy enferma. Pero yo conseguí dinero, mucho más del que necesitaba, a cambio la única persona que ha significado algo para mí.”

“Oh… N-No esperaba eso.” Murmuré. Realmente no me esperaba eso. Pensaba que a Harry se lo habían entregado todo en una bandeja de plata desde que nació.

“Bueno, sí. La gente realmente no lo sabe. La mayoría de mis amigos tampoco. No lo entenderían de todas formas.” Se encogió de hombros mientras sus ojos conectaban con los míos.

Miré lejos, entrelazando mis manos en mi espalda cuando él se levantó de la cama y empezó a caminar hacia mí. Nuestra conexión de miradas duró más de lo que debería y parecía que lo hubieran dibujado para mí. Miré hacia arriba cuando se plantó frente a mía, más cerca de lo que debería estar.

Piel de gallina apareció en la superficie de mi fría piel mientras nuestros ojos conectaban una vez más. Esta vez no pude alejar la mirada. Había algo sobre Harry que me cautivaba, aunque no pude adivinar lo que era. Tragué fuerte cuando su frente tocó la mía, estaba más cálido que yo. Nuestra proximidad causo que su olor inundara mis sentidos y parecía alejar mis miedos y dudas.

Las mariposas en mi estómago estaban causando estragos. No me debería de sentir de esta manera hacia él. No debería.

Sus ojos verdes estudiaron detenidamente cara fracción de mi cara pero se centraron especialmente en mis labios.

“Thalia, creo que quiero besarte.” Murmuró y mi corazón amenazó con salirse de mi pecho. “¿Puedo?” Respiró, sus labios acariciaron mi mejilla.

Sí, sí, sí. Estaba en la punta de mi lengua. Mi corazón estaba fuera de control. Para, Lia. Para, me decía a mi misma. Pero mi creciente deseo tomó el control.

Harry parecía divertido cuando mi conflicto interior parecía ser mostrado, Entonces decidió tomar el asunto en sus propias manos. Bajó la cabeza y presionó sus labios contra los míos, sin molestarse en saber cuál era mi respuesta. Un enorme estremecimiento me atravesó mientras mis labios se derretían contra los suyos.

La nariz de Harry se frotó contra la mía mientras exhalaba silenciosos gemidos. Sentí sus manos en mi espalda arrastrándome más cerca de él.  Las desplazó a la curva de mi espalda, sintiéndola detenidamente. Todo lo que estaba haciendo me elevaba a un nivel de emoción que no sabía que existía. Me había besado una vez antes pero lo que sentí entonces no se podía comparar a lo que estaba sintiendo en ese momento.

Mis manos se presionaron contra el pecho de Harry, ya que no sabía dónde ponerlas. Me guio a través de la extraordinaria sensación mientras yo disfrutaba del placer que las acciones desconocidas me traían. Me sentía muy mal, pero a la vez se sentía tan bien.

Antes de saberlo, Harry me tenía en los pies de la cama. Mi pulso se aceleró y mi respiración casi cesó cuando él me tumbó cuidadosamente en el edredón, sin romper nuestro beso. Ahí fue cuando me hundí. ¿Iba a poder con esto?

“Piensa en el dolor que tendrá que sufrir tu familia.” La voz de Richard sonó en mi cabeza.

Harry estaba sobre mí. Estaba tan metido en nuestro beso que no se molestó en tomar un descanso para coger aliento incluso aunque pareciera que estaba luchando por aire.

Mis ojos se abrieron cuando sentí una efímera ausencia de sus labios en los míos. Harry había abierto algunos de los botones de su camisa a cuadros, la cual revelaba unos algunos de sus tatuajes. Mi corazón golpeaba contra mi caja torácica.

Vi algunos de sus tatuajes. Algunos de ellos daban miedo, y de repente la situación me aterrorizó. No estaba preparada para esto. Definitivamente no estaba preparada. De ninguna manera iba a poder soportarlo.

Pero el precio que tenía que pagar me aterrorizaba más. Sentí cómo se empezaban a formar lágrimas en mis ojos mientras los dedos de Harry iban a través de mi pelo. Sentí un afilado dolor cuando él llegó a mi cuello, y dejé las lágrimas caer. Instantáneamente Harry se alejó. Mis lágrimas habían mojado su mejilla, brillaban por la luz de las velas.

“¿Por qué estás llorando?” Harry me miró confuso antes de que sus ojos bajaran a mi cuello. Sus fracciones empezaron a ser de duda mientras alejaba los mechones de mi pelo para ver mejor. Sabía que había visto el moratón que Richard había dejado en mi cuando sus cejas se fruncieron. “Lia, que es-” Hizo que me sentara.

El descubrimiento de Harry hizo que llorara más fuerte cuando me senté en la cama. “M-Me caí.” Le dije entre sollozos.

“Eso es mentira, Lia. Nadie consigue marcas de uñas de una caída.” Concluyó. “¿Quién te ha hecho esto?”

“Nadie. Nadie me ha-”

“¿Quién te ha hecho esto?” Su tonó era más firme.

Fruncí mis labios en un intento de controlar mis lágrimas.

“Lia,” Suavizó su voz mientras sostenía mis brazos. “¿Fue mi padre? ¿Richard? ¿Alguno de sus hombres? ¿Es por eso por lo que estás haciendo esto conmigo?”

Mordí mi labio inferior, negándome a contestarle mientras empezaban a aparecer espasmos.

“No te caíste y tampoco te golpeaste la cabeza. Ellos te hicieron esto.” Asumió Harry. Hubo un destello de compasión en sus ojos.

Mi silencio fue la única confirmación que él necesitaba. Llevó mi cabeza a su pecho antes de rodearme con sus brazos, protegiéndome. “É-Él dijo que le iba a hacer algo terrible a mi familia. Y a mí. Dije mientras descansaba en el abrazo de Harry.

“¿Quién? ¿Quién te dijo eso?” Demandó.

Tragué. “Richard.”

“Hijo de puta.” Maldijo. “Voy a hacer algo sobre esto.”

“¡No!” Le dije. “Entonces herirá a mi familia. Por favor no digas nada.”

Harry soltó un suspiro. “Necesito saber cómo lo supieron. ¿Cómo cojones pudieron saber que no estaba durmiendo contigo?”

La Sra. Briffen. Pero no fue su culpa. La forzaron para que lo dijera. “No lo sé.” Murmuré.

“Quédate aquí.” Ordenó Harry, acariciando mi pelo antes de salir de la cama. Me dejó confusa cuando volvió a abotonarse la camisa y salió de la habitación, desapareciendo en la oscuridad.