No pude dormir decentemente esa noche. Estuve fuera cuatro horas cómo máximo. Por la mañana, estaba despierta antes de lo normal. Mi estómago empezó a molestarme otra vez. Me obsequié a mí misma con cereales y pan. Pero no ayudó. No pasó mucho tiempo hasta que noté que el malestar que sentía no era debido a mi estómago vacío.

Salí al porche delantero y continué dándole vueltas a los eventos que tuvieron lugar la noche anterior. El recuerdo provocó que mi boca se secara.

Aunque mi madre siempre lo ha llamado ‘estúpido e innecesario’, siempre me he preguntado cómo sería que un chico te besara. Y no fue nada de lo que esperaba. Obviamente porque no fue con la persona correcta. Se supone que te tiene que gustar esa persona.  ¿En que estaba pensando?    

No fue un beso decente. De hecho, debería considerarse acoso. Y fue algo que pararía por la mente de Harry en un segundo. Estaba intoxicado y obviamente, no significo nada para él. Y por esta razón debería sentirme violada, ¿no?                

Pero no estaba enfadada por ello. Ni me sentía violada. Aún estaba procesándolo y no estaba segura de cómo sentirme.

“Bum rush the speaker that booms, I’m killin’ your brain like a poisonous mushroom.” Mi cabeza giró hacia dónde venía una tenue voz. Me iluminé cuando vi  un chico con una mochila bandolera parando en la verja delantera. Era el cartero.

Toqué mis muslos antes de sacar las cartas. “¡Espera!” Grité mientras corría a la verja. Probablemente no me escuchó mientras movía la cabeza arriba y abajo y murmuraba versos de una canción, sin hacerme caso.

“¡Disculpa!” Jadeé mientras paraba en las rejas de la verja. El chico con gafas se quitó los auriculares antes de empujar el centro de sus gafas.

“Hola.” Sonrió nerviosamente, tirando hacia atrás su pelo liso.

“Hola, necesito que envíes esta carta a esta dirección.” Señalé la dirección en el pequeño y arrugado sobre.

“Oh, claro. Eso es lo que hacemos. Podrías haberlo puesto en el buzón.” Rio.

“No puedo. Es complicado. Pero, podrías hacerlo, ¿por favor?”

“Por supuesto.” Sonrió. “Incluso puedo entregarlo personalmente.”

La mirada del chico dejó de repente la mía y miró por encima de mi hombro. Sus rasgos eran interrogantes y seguí su mirada para encontrar a Harry en el porche delantero, sus brazos cruzados sobre su pecho. Suspiré, soltando mi angustia. ¿Por qué sigue apareciéndose sin avisar?

Me giré rápidamente hacia el chico “Vete.”

“¿Eso es una carta?” Señaló al sobre en las manos del chico mientras se acercaba. “¿Podría verla?”

El joven cartero me miró con preocupación, sus grandes ojos moviéndose nerviosamente. “Me gustaría ver esa carta.” Exigió.

“P-Por supuesto.” Respondió mientras le daba la carta a Harry, claramente intimidado por él.

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“Te echo de menos, te echo de menos. No puedo esperar a salir de este sitio y…” Harry paró, su sonrisa se amplió mientras daba la vuelta a la otra página. “Y que, ¿caer en sus musculosos brazos?” Se burló con una voz aguda antes de mirar otra vez a la carta.

“Harry, creo que es suficiente.” Intervino la Sra. Briffen, su cara rosa de agotamiento de su viaje.

“¡Para!” Agobiada, mis manos se cernieron sobre los papeles que Harry sostenía pero su brazo se estiró a una altura imposible de alcanzar para mí.

“Odio este lugar, odio a toda esta gente.” Leyó en voz baja, su diversión evidentemente disminuyendo mientras su sonrisa se debilitaba.

Me di cuenta de que Harry había llegado al final de la carta, por lo que paré de intentar alejar de él los papeles. En cierto modo, me gustó que lo leyera. No hubiera tenido el valor de expresar lo que realmente sentía sobre eso, mostré mi descontento de distintas maneras sutiles pero ahora él sabe mis más íntimos pensamientos sobre su padre, Richard y él.

Harry no pronunció ni una palabra sino que  dejó escapar un suspiro antes de que sus labios se curvaran en una sonrisa otra vez, pero esta vez de veía un poco forzada. Se me rompió el corazón cuando sostuvo los papeles delante de mi cara y los partió por la mitad. La Sra. Briffen y yo dejamos escapar unos pequeños jadeos.

Sentí ira subiendo por mi sistema mientras él arrojaba las piezas de papel rasgadas al suelo. Sus rasgos estabas rígidos y para nada relajados, lo había hecho enfadar. “¿No recuerdas lo que te dije ayer? Realmente lo estas presionando, Thalia.”

“¿Qué harías si estuvieras en mi lugar?” Respondí con voz temblorosa, mi visión nublándose mientras me arrodillaba en el suelo y recogía las piezas de papel.

“Sería una buena chica y estaría agradecida por todo lo que Harry hace por mí.” Se burló. Se fue posando fuerte hacia la puerta principal y jugueteó con sus llaves. “Te dije que habrían consecuencias desagradables.” Dijo antes de salir con un fuerte portazo.

Instantáneamente rompí a llorar. ¿Qué iba a hacer Harry ahora? Probablemente iba a decírselo a Richard. Era una idiota por dejar que esto pasara. No podía soportar el pensamiento de mi familia siendo herida. Mi madre ya era débil. Y mi hermano… ¿qué podría hacer él?

“Querida, cálmate. Probablemente no hará nada. Harry suele decir cosas que no quiere decir cuando era rabioso.” La Sra. Briffen intentó consolarme mientras se inclinaba y ponía un brazo a mi alrededor.

“Lo hará. Lo dijo ayer. Lo ha querido decir.” Lloriqueé, limpiando debajo de mis ojos.

“¿Qué pasó ayer?”

“Por la mañana… fui a una cabina telefónica. Se puso furioso porque llame a mi familia. El amenazó con que les haría algo si volvía a hacer algo como eso. Aparentemente está asustado de que su padre podría meterse en problemas por todas las cosas ilegales que está haciendo.” Pausé para sollozar y tragar.

“Y m-me besó… por la noche. Cuando vino a casa borracho. Pero probablemente no se acuerde. No lo entiendo, Sra. Briffen.” Continué diciendo, enviando algunos mechones de pelo detrás de mi oreja.

“Oh cariño…” Cubrió su boca con su regordeta mano. “Paso emm… ¿Pasó algo más?”

“No, me dijo que no me haría nada.”

“¿Lo hizo?” La Sra. Briffen se sentó a mi lado, palmeando su vestido para enderezarlo. “Entiendo que puedas odiarlo pero mira, niña, Harry no es como su padre. No debes confundirlo con alguien como Damian. Solo está perdido y solo, y Damian es la única familia que tiene. Por lo tanto hará cualquier cosa para no perderlo y la manera en la que se comporta con algunas cosas es… bastante agresiva.”

Sonrió, poniendo su mano sobre la mía. “Y tú eres consciente, yo también lo encuentro difícil a veces pero solo es alguien que ha sido moldeado por toda la suciedad de la que ha estado rodeado mientras crecía. Pero Harry no es como Damian o cualquiera de esas personas.”

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Harry había llegado a casa y me encontré llorando más fuerte con la posibilidad de que directa o indirectamente le hiciera algo a mi familia. Mi llanto en el balcón llamó su atención mientras los pasos se hacían más fuertes.

Pero no me importaba lo que hiciera. No podía contener mis emociones por más tiempo. Oí la puerta de cristal abrirse y no me molesté en girarme y mirar. Harry era la última persona que quería ver ahora.

Pero entonces sentí un agarre en mi codo y fui forzada a girarme. “Deja de llorar, ¡puedo escucharte desde la planta baja!”

“¿Q-Qué has hecho?” Sollocé.

“¿Qué he hecho? Bien, he ido a por algo de yogurt helado con mis amigos y luego a un club. Pero he tenido que volver por que la Sra. Jones me llamó y me dijo que había oído a  alguien llorando mientras pasaba por la parte trasera de la casa.” Respondió, apretando mi brazo. “Recuerda que en este lugar cada pequeño sonido hace eco.”

“Tú… T-Tú dijiste-”

“Sé que me fui con una dramática amenaza pero era solo para asustarte. Dios, no te tomes las cosas tan literalmente.” Harry aseguró con frustración evidente en su voz mientras secaba mis lágrimas con la parte trasera de su pulgar. “Ahora que sabes que tu familia no está muerta, vete a la cama o algo. Necesito volver al club.”