al momento de oír el timbre sonar luke se levantó acercándose al asiento de michael. el menor estaba guardando pacientemente sus cosas en bolsillo más grande de su bolso. los ojos de luke estaban fijos en las manos delicadas de michael, con ese esmalte rosa pastel encima y constantemente ocultas por las mangas del gran suéter. luke sonrió cuando michael extendió su mano en su dirección, aún ésta cubierta por la manga del suéter. la tomo con delicadeza y caminaron hacia afuera. todos miraban a luke y varios chicos se sentían ligeramente celosos. luke poseía el diamante más brillante si la escuela fuese una joyería, la inocencia de michael era lo más atractivo en él.

"lukey, no quiero desayunar un sándwich." se quejó escondiendo su cara en el pecho de luke.

"¿qué quieres, bebé?"

"quiero algo suave. avena." sonrió.

"¿con hojuelas?"

"no." sonrió con timidez.

"como tú desees." luke sonrió, besando su frente.

luke no podía negarse a un chico tan hermoso.

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yO TAMPOCO ME NIEGO.