La pieza faltante

Narrador

— ¿Por que estamos aquí? — Pregunté caminando junto a Koichi y el sólo se limitó a ponerse en cuclillas en un arbusto y mirar hacia adelante.

Imité su acción y observé, unos pasos se acercaron donde nosotros.

— M-mama, tranquila estarás bien — Balbuceó el niño que poco después reconocí.

Mi madre estaba caminando conmigo en brazos y koichi de su mano.

Su estado no era nada bueno, se la notaba sin fuerzas, además de con varios hilos de sangre resbalando por sus labios.

Ella cayó rendida en el suelo y le indicó a mi hermano que viera si alguien venía.

— Diablos…— Susurró mi madre , mi estado era nulo,estaba inconsciente.

Mi madre puso su mano en mi frente y una luz verde comenzó a salir, era el jutsu médico.

— ¿Como está ____ Mami? — Preguntó Koichi sentándose a su lado.

— Ella estará bien, solo necesita descansar — Esbozó una sonrisa tranquila para luego cubrir su boca al toser.

— ¡Mama! — Gritó — Tu también necesitas descansar, estas sangrando.

— No…— Contestó con debilidad — Eso no es importante…

Mi madre cerró sus ojos con sus manos en posición de sello.

La luz en su frente comenzó a brillar y  puso un gesto desagradable.

— Demonios…vienen tras nosotros — Bufó y miró a Koichi sostenerme con dificultad — Koichi…debes hacer algo por mi.

— Claro , lo que quieras— Reaccionó rápidamente.

Mi madre me tomó entre sus brazos nuevamente y hizo varios sellos con sus manos y luego colocó su mano derecha en mi frente, mientras una luz amarilla brillaba sobre mi.

— ¿Que es eso? — Pregunté mirando a Koichi.

— Ese es Hikari shinju —  Argumentó bajando la mirada— Es un estilo que solo mama poseía y manejaba, y ahora descansa en mi…

Su voz sonaba triste, tragué en seco y miré hacia  adelante.

Mi madre parecía desvanecerse conforme el jutsu hiba pasando.

— Listo…— susurró derrotada y miró a su hijo confundido .

— ¿Que le hiciste a mi hermana,mami? — Preguntó temblando.

— Es …— Dudó unos segundos y sonrió falsamente— Es un jutsu de sanación, _____ de despertara otra vez, fuerte y …sana

Esto último pareció dudarlo mientras acariciaba mi cabello.

Mamá no pudo decirme con sinceridad que había borrado tu memoria — Interrumpió derrepente— pude entenderlo cuando me hice adulto, Mama sabia que el Kazekague y los demás venían tras nosotros, pero también sabía que ella no podía hacer nada al respecto, su estado mental se había deteriorado con la perdida repentina de Papá.

Los labios de Koichi temblaban, sus propios recuerdos le hacían daño.

Tomé su mano con firmeza y la estreche en un intento de hacerlo sentir seguro

El solo me miró de reojo y volvió a centrarse enfrente nuestro.

¡KUCHIYOSE NO JUTSU!

Jiyuuki apareció luego del humo y se sorprendió al ver a mi madre, a mi y a mi hermano en ese estado.

— Kitsune…¡¿Que sucedió?! — Preguntó alterada y mi madre negó.

— No hay tiempo para explicar eso, Jiyuuki — Dijo firme y esta cerro lo ojos al igual que mi madre, para luego de unos segundos  abrirlos horrorizada.

— No puede ser…ese maldito — Gruñó y se deslizó hasta mi madre — Voy a curarte.

— No, ya es muy tarde para mi — Admitió mi madre — Quiero que hagas algo por mi, Jiyuuki.

— ¡Pero…Mirate! ¡Estas sangrando mucho! — Insistió mi madre levantó la manga que cubría mi brazo derecho.

— De nada sirve que yo me quede aquí,amiga míaSonrió melancólicamente — Sin Kaji, no podré seguir, y tampoco voy a arriesgarme a que ellos perezcan conmigo…

— ¿Kitsune en que demonios estas pensando? — Preguntó molesta.

Mi madre mordió nuevamente su dedo pulgar y dibujó un extraño símbolo en mi hombro, para luego realizar sellos a una velocidad increíble.

— Voy a sellarte  en ______— Dijo sin rodeos— Quiero que mi ultima voluntad sea asegurar la supervivencia de lo que mas amo en este mundo…

— Kitsune… — Murmuró Jiyuuki y bajó la cabeza, sabiendo que negarse a los deseos de mi madre, sería solo hacer que su muerte sea amarga.

Jiyuuki se tiñó con una gruesa capa negra sobre sus moradas escamas , el sello se había completado.

— Es todo…— Tosió cubriéndose la boca — Jiyuuki, por favor, guiala, cuida de ella, quiero que su futuro sea la luz que yo no pude darle, y que Kaji hubiera deseado que fuera eterna…

Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro que volteó a ver a donde mi hermano oía todo aterrorizado.

Mamá …— Susurró con voz temblorosa.

Koichi…— Mi madre lo tomó con cuidado entre sus brazos formando un cálido abrazo que ninguno quería soltar— A partir de ahora, yo no estaré aquí para guiarte, se que creceras fuerte como nadie, tu futuro será luminoso, junto a tu hermana, se feliz,vive…

Su voz se quebraba mientras el abrazo se ajustaba mas, Jiyuuki me observa inconsciente con tristeza.

Mi madre se volteó donde yo estaba y me alzó entre sus brazos, cargándome como a un bebe.

— _____…vive feliz — Murmuró sujetandome con fuerza y sus ojos apretados para no llorar — Mi hermosa niña…

Mi madre besó mi frente con dulzura y Jiyuuki me tomó con cuidado, mirando con melancolía a mi madre.

— Jiyuuki , protege a _____ de suna, ellos se la llevarán, asegurate de evitar que la dañen…— Mi madre se desvaneció en ese momento justo, cayendo de espaldas al suelo con sus ojos entrecerrados.

— ¡MAMA! — Mi hermano corrió donde ella con sus manos en su pecho y lágrimas brotando sin control sobre sus ojos.

— Koichi…mi pequeñoAcarició su cabello con cuidado y sus labios formaron una ultima sonrisa— Nunca te rindas…

Los ojos de mi madre se cerraron lentamente y koichi estalló en llanto sin control, aquella perla amarilla en la frente de mi madre se había desvanecido.

Todo el ambiente comenzó a desaparecer distorsionandose con rapidez.

— No puede ser…mama — Balbuceé cubriendo mi rostro mientras poco a poco todo volvía a su lugar inicial.

— _____, tranquila …— Mi hermano me abrazó rápidamente.

Me acurruqué en su pecho llorando sin control.

¿Por que no me había mostrado esto? ¿Por que no quería que lo supiera?

Una cálida humedad en mi mejilla hizo que observara hacia arriba, Koichi lloraba con sus labios apretados conteniendo el llanto

Despejé mis manos y lo abrazé con fuerza, yo lo necesitaba, pero el me necesitaba aún mas a mi.

Este ¿Era el apoyo entre hermanos?

( • • • )

¿Aun sigues encerrado aquí? — Preguntó Temari apoyando su cuerpo en la pared del lugar.

— Es una marioneta difícil de ensamblar …— Contestó mirándola de reojo— Y no estoy encerrándome

— Como tu digas…— Suspiró.

Un silencio sepulcral invadió el ambiente donde ellos estaban, desde hace tiempo que las cosas no eran igual.

— ¿Cuando vas a admitirlo? — Preguntó de la nada, con una mirada fría en su espalda y el se detuvo sin mirarla.

— No se de que hablas — Contestó seco.

— Sabes que hablo de ______

— ¡No la menciones!— interrumpió clavando su herramienta en el suelo con fuerza — …Ya te dije que  no quiero hablar del tema

— Kankuro, no puedes sufrir eternamente por eso — Regañó alzando la voz.

Callate, no sabes nada — dijo entre dientes.

— ¡Claro que lo se! — Caminó hasta el— ¡Eres mi hermano, Kankuro, no creas que no me doy cuenta de lo mucho que estás sufriendo por ella!

— Ya basta… — Murmuró apretando sus manos con fuerza — No necesito que me digas algo que ya se…

— Pero Kankuro …— Se interrumpió a si misma al darse cuenta que racionar con su hermano era imposible y se resignó apretando sus ojos con fuerza ladeando la cabeza.

Un gran silencio se presentó allí por varios minutos.

Sin que ellos lo supieran, había alguien detrás de la puerta, oyendo todo lo que decían.

Al oír esto se dió la vuelta cabizbaja y se retiró de allí en medio del silencio.

— Kata…— Susurró Jiyuuki en su hombro y esta no respondió.

Salió de aquel lugar y comenzó a correr en dirección recta.

( • • • )

Un viento tenue soplaba agitando su cabello suelto, mientras observaba parada en seco a el chico pelirrojo que estaba en cuclillas frente a la lápida que ella había venido a visitar con tanta urgencia.

» Gaara...« pensó Jiyuuki al ver a aquel chico levantarse de allí dejando flores sobre la fría tierra.

Este se volteó para luego ver a la niña y congelarse.

— Kata…— contestó bajando la cabeza — No deberías estar aquí, pronto obscurecerá.

— Solo será un momento, Kazekague–sama..

Contestó y pasó por aquel lado del chico hasta la lápida que llevaba el nombre de quien solía ser su maestra.

Este la volteó a ver unos segundos mientras ella rezaba en silencio , apretó sus dientes con fuerza y comenzó a caminar fuera de allí, mientras unas lágrimas rodaban sin permiso ni quejido alguno que lo acompañara.

Su corazón había sido quebrado.

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