Capítulo 55
La noticia de la caída de Roppongi llegó a los oídos del público, llenando todo Japón con ella. Todos estaban impresionados, algunos incluso estaban asustado por la situación. Pero había quienes estaban llorando por la perdida de sus familiares, y amigos.
La familia Haitani, o mejor dicho, los hermanos Haitani lloraban la muerte de uno de los increíbles líderes que jamás hayan conocido. La lucha de aquel hombre, los había llenado de pasión, orgullo y retos. Y todo aquello se les fue arrebatados por la envidia de una mafia.
Pues sí que era sorprendente ver a los hermanos Haitani llorar por un amigo. Pero lo que era más sorprendente, era la mirada que tenían en ese momento.
Odio, sed, sangre, muerte, sufrimiento.
Muchas cosas se veían en los dos pares de ojos violetas. El brillo amatista en aquellos pares de ojos, demostraba que ellos ya no estaban en su sentidos. La mafia no sabía que habían despertado a dos monstruos, dos monstruos que eran capaces de defender a sus amigos, incluso sí eso significaba matarlos.
— ¡He dicho que no vayan!
Ima gritó con desespero, sus ojos temían por el peligro en sus hermanos. Sabía que el deseo de ellos era demasiado fuerte como para detenerlos, pero ella intentaría detenerlos.
Rindon, el menor de los Haitani. Giro sobre sus talones y se colocó frente a ella con una mirada muriosa. El calor corporal que enamaba el cuerpo del menor choco contra el frío de su hermana, llegando a sorprenderla.
Su hermano apretaba ambas manos en un puño, sus nudillos comenzaban a palidecer y su mandíbula apretada dejaba ver una vena sobre ella. Rindo realmente estaba furioso, jamás lo había visto así, ni siquiera cuando su madre era golpeada por su padre.
Ran quién parecía el más tranquilo, tomo el hombro de su hermano menor y miro a su gemela sin expresión alguna en su rostro.
— Está vez no, Ima. Entiendo que quieras protegernos y tengas miedo de que algo nos suceda, sin embargo, ni Rindo o yo somos unos cobardes como lo estás siendo tú.
El corazón de Ima se agrieto, y cómo aún perro regañado, ella bajo la mirada.
Tenía razón..
El menor la aparto con brusquedad de la puerta y salió de su casa sin mirar atrás. Por el contrario, Ran solo suspiro con pesadez, su mirada aún estaba en su gemela.
— Deberías irte de la casa, Ima. Este no es el mundo al que perteneces.
Fue lo último que dijo antes de salir y cerrar la puerta de su hogar. La rubia apretó sus dientes y puños con furia, sus ojos, al igual que el de sus hermanos, estaban inyectados con odio.
" — Ima, princesa mia. Perdoname por no protegerte a ti y a tus hermanos, por dejar que tú padre los tratara de tal manera. Tu eres más fuerte que yo, y se que ellos necesitaran de ti más que de una madre inútil como yo. Así que cuídalos por mi, regañalos y no dejes que se pongan en peligro, por favor.
— Mamá, y-yo no puedo.
— Puedes, yo sé que puedes. Mamá confía en ti y en tu inteligencia, se que serás capaz de mantener protegidos a tus hermanos. Incluso sí un día llegó a morir, no dejes de protegerlos, por qué ustedes tres son el tesoro más grande de mamá. "
— Incluso sí debo dar mi vida por ellos, me asegurare de que no vuelvas a culparte, mamá.
****
[ Presente ]
997
998
999
1000...
Ima soltó las barras de pesas que tenía sujeta en sus muslos, sacudió sus manos y estiró un poco su cuerpo para quitar la sensaciones del peso en sus piernas.
— No sabía que te ejercitabas.
Ima giro su cabeza a la derecha para mirar al dueño de la voz, luego sonrió de lado cuando sus violetas chocaron con la miel.
— Tenía un tiempo que no lo hacía, de hecho — afirmo —. Pero tengo que proteger Japón, así que no puedo darme el lujo de ser débil.
Dijo la chica sacudiendo la harina en sus manos. El chico ladeó su cabeza hacia el lado derecho, se encogió de hombros.
— Fuerte o débil, de ambas maneras puedes llegar a fallar si así el destino lo quiere.
Ima bajo su mirada a sus pies. Tenía razón, aunque ella fuera fuerte, el destino iba a cambiar sus planes.
— El destino es caprichoso.
Dijeron ambos. Luego se miraron y se sonrieron.
— Por cierto, ¿Qué haces aquí, Baji?
— Solo he venido a visitarte.
Respondió el chico sentándose en uno de las camillas que se utilizaban para hacer abdomenales. La pelinegra lo miro durante unos segundos para buscar alguna respuesta que le explicará su propósito. Suspiro al no encontrar nada y camino hasta el pelinegro.
— Vamos, vayamos a caminar un rato.
Keisuke asintió como respuesta, se levantó de la camilla y camino al lado de la mayor.
Ambos caminaban en silencio, disfrutaban de la compañía de cada uno aunque no conversaran nada. Era cómodo el mirar los pasillos de aquella casa con estilo antíguo, Baji tenía sus manos en los bolsillos de su chaqueta. De vez en cuando, miraba de reojo el perfil de su amiga llegando a ver aquella profunda mirada tan seria y fría, la cuál no mostraba sus más cálidos sentimientos.
— ¿Es difícil?
Pregunto su compañera. Miro al frente en silencio esperando que la chica se explicará mejor con su pregunta. Ella formó una ligera linea en sus labios.
— ¿Es difícil vivir sin Chifuyu?
Ima miro el perfil del más alto. Con una mirada triste, Baji sonrió de lado y la miro.
— Lo es — respondió —. Siento que el vacío que siento en mi pecho, nada ni nadie me lo podrá quitar — dijo mirando a otro punto que no fueran los ojos violetas — La presencia de Chifuyu en mi vida, fue mi fuerza y mi motivación. Él siempre me ayudaba o corregía cuando hacía algo mal, se preocupaba por mi, se enojaba y me regañaba. Incluso sí yo lo alejaba, Chifuyu no dejo de buscarme. Y ahora que no está, su ausencia me mata — confesó.
Ambos habían parada en uno de los patios de la casa y miraron el brillante cielo azul. Ima lo escuchaba en silencio, dejaba que el chico se desahogaba sin juzgarlo. Ella podía comprender el sentimiento del menor, por qué también llegó a tener el mismo sentimiento.
— He pensado en dejar de ser un pandillero y dedicarme a estudiar, quiero en el futuro abrir una veterinaria, incluso tengo ya el nombre — exclamo sonriendo de oreja a oreja dejando a la vista sus dos colmillos.
— ¿Cuál es?
— Thousand Winters.
Ima lo miro incrédula. Carraspeo su garganta, con un tono de voz serio, pero sincero dijo.
— No creo que ese sea un buen nombre para una veterinaria.
El más alto la miro de reojo.
— "Mil inviernos" — murmuro mirando al horizonte — ese será su nombre.
Al ver la firme decisión en los ojos miel del azabache, la chica soltó un ligero suspiro.
— Si es está tu decisión, ve y dile. Estoy segura que donde sea que este, Chifuyu te apoyará.
Ambos cruzaron miradas y luego se sonrieron con complicidad.
¿Les gustó el capítulo? Espero que sí. ♥️
Sobre la historia de los Haitani, se contara más a detalle después. Por ahora dejo que se den una idea y saquen conclusiones por lo que piensen que vendrá más adelante.
Este es el penúltimo "arco" así que habrá otras muertes más. Así que prepárense, ya casi llegamos al final de está historia.
Gracias por leer, hermosxs. 🌟
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top