Capítulo 40

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5... Segundos silenciosos pasaron antes de que una risa macabra sonará en el lugar provocando el temblor del miedo en algunos de los espectadores.

Ima apartó su mano cuando sintió el cosquilleo de la risa sobre la palma derecha. Taiju quién estaba en el piso, tenía los ojos abiertos y había una sonrisa igual de macabra en sus labios, sus dientes estaban pegados y tres venas de su frente ya estaban resaltadas, mostrando lo molesto que estaba.

Takemichi paso saliva en seco, el miedo se apoderó de su cuerpo, nunca bajo la guardia, siguió al margen con el miedo en su sangre y el sudor frío sobre su cuerpo.

Ese chico, era lo suficientemente fuerte como para matar a más de una persona. Entonces ¿Cómo es que Hakkai Shiba lo mato?.

No paso mucho cuando Taiju se levantó del piso, estiró y trono los huesos de su cuello, brazos y espalda. El sonido de estos sonó en los oídos de los más cercanos, todos estaban en silencio mirándolos. La pelinegra por su parte, solo lo miraba con una mirada de póker face.

No le temía, claro que no.

- No has cambiado nada en estos meses, Ima. - Murmuró sonriendo el Shiba mayor, de sólo haber sentido aquel golpe, pudo sentir su sangre arder por la adrenalina.

- ¿Tenía que hacerlo? - Ima ladeó la cabeza hacía el lado derecho. Shiba río de nuevo con fuerza, y su sonrisa se hizo más larga.

Fue para entonces que Taiju lanzó un puño contra el rostro de la fémina. El encuentro era tal y como ella lo esperaba, Taiju siempre recibía a sus enemigos con la violencia. No, incluso aunque no lo fueran, si una persona entraba en su territorio, lo mataría.

Por qué él es así.

El primer golpe fue esquivado con facilidad, como era común en ella, no se dejo dar el primer golpe. En los ojos del jefe no hubo preocupación por el esquivamiento de su golpe, él ya conocía cada uno de sus trucos de ella, así mismo, sabía cómo ella peleaba.

Los puñetazos iban de izquierda a derecha como sí de una pelea de boxeo se tratara; la única diferencia es que ambos no tenían una pelea amistosa.

Ima esquivaba algunos cuantos de los golpes, otros los recibía aunque fuese doloroso.

Su fuerza no era limitada, no podía durar en una pelea por mucho tiempo, así que su "poder" debía usarlo adecuadamente.

El Shiba mayor aún con su sonrisa de oreja a oreja, no disminuía la fuerza de sus golpes. El moreno era lo suficientemente fuerte para dañar a Ima hasta que está perdiera sus energías, el problema es que ella no se rendiría fácilmente.

La resistencia era su amiga para su suerte, pero para Taiju no.

Al poco tiempo, los golpes de Taiju fueron disminuyendo hasta que simplemente dejo de atacarla. La pelinegra sin bajar la guardia, frunció el ceño, su movimiento no era normal.

- ¿Tan pronto te cansaste, chicle de mierda? - Intento burlarse, pero la agitación comenzaba a picarle.

Taiju se mostró serio por un rato, y al paso de los segundos, volvió a sonreír. Y entonces, corrió contra Ima.

Ella espero y espero para recibir el daño de su golpe. Pero, ese golpe jamás le llegó ni un roce sintió. No fue hasta que sintió una sombra pasar de su lado, y escucho como su amigo rubio se quejaba con dolor.

En realidad es que el moreno estaba esperando esa oportunidad, él no quería dañar a Ima, mejor dicho, ella no era su objetivo, si no la basura de la Tokyo Manji; Takemichi Hanagaki.

Los ojos de la pelinegra se abrieron como platos y temblaron en shock cuando su mirada se colocó en Hanagaki.

Hakkai corrió en su ayuda para intentar saber si estaba bien. Taiju sonreía mientras la agitación se sentía en su cuerpo y su respiración.

- Taiju..

El menor de los Shiba lo llamo con molestia, sus mandíbula se apretó con fuerza, sus dientes rechinaron, así como las venas de su barbilla se expusieron. Se sentía enojado con él mismo, por qué él mismo había llevado a su nuevo amigo a su propia muerte.

- Tu mierda ha sido aplastada, Hakkai.

Taiju se enderezó, camino hasta el menor de sus hermanos, pero a medio camino fue Yuzuha quien se interpuso con una mirada molesta, llena de odio.

- No pienses en acorrarlo así, Taiju.

Yuzuha sabía que su esfuerzo era en vano, su hermano no era frágil y él golpeaba a las mujeres como si fuese un hombre. Y así fue, Taiju no dudo en apuñalar el rostro de su hermana.

¿Le dolía? No, a él no le dolía lastimarlos, por qué para él era la forma de que ellos entendieran que no debían ser débiles ante ninguna situación. No, el no quería que ellos vivieran como el vivió su vida, una vida donde siempre lo despreciaban por ser inútil o un bueno para nada.

Taiju no quería eso para sus hermanos. Así que él debía asegurarse de protegerlos a como diera lugar, y de la forma que ellos lo entendieran sin rechinar.

- Ja, ¿así que te atreviste a tocarlo frente a mis ojos, eh Taiju?.

La voz fría de Ima hizo voltear a Taiju con atención. Su sonrisa macraba no fue borrada, él siguió mirándola de esa manera. Ima tenía la mirada baja, algunos de sus cabellos cubrían el frente de su cara, fue para unos segundos que ella la subió y mostró el brillo sediento de sus ojos.

Sus pupilas dilatadas miraron con profundidad a Taiju, cómo si le mostrará su muerte misma en su mente.

El moreno frunció el ceño desconfiando. Se puso en guardia tan pronto como miro a la chica dar un par de pasos.

El conteo de nuevo sonó en su mente, y tan rápido como este llegó a tres, la persona frente a él había desaparecido como por arte de magia. Los espectadores jadearon sorprendidos ante la escena, cada uno, busco a la pelinegra en todo el lugar, hasta que el grito de Inupi resonó:

- ¡TAIJU FRENTE A TI!

Ima apareció con rapidez frente al moreno y le lanzó un puñetazo haciendo el uso de su brazo derecho y con la suficiente fuerza que esté dañará el rostro del chico. Sin embargo, aquel golpe fue bloqueado por ambos brazos que fueron usados como escudo en una forma de equis. Tras los silenciosos cinco segundos en lo que duraron en la misma posición, el moreno lanzo una patada contra el estómago de la chica logrando con ello que fuese arrojada un par de metros delante de él.

Taiju bajo sus brazos lentamente, frente a él, estaba la pelinegra aún en el piso. Aunque no duró mucho para volver a levantarse, cuando ambos se miraron, sus miradas lucían iguales: una fría y la otra macraba con un toque de diversión.

La chica tomo aire con su nariz y lo soltó con su boca, sus manos sacudieron su ropa y peino sus cabellos hacía atrás. Ella aún podía pelear, y eso, era fascinante ante los ojos de Taiju, por ello le gustaba la chica, por su gran resistencia y voluntad de luchar.

- Ima, ya detente.

Aunque la voz de Ryo la llamo, eso no la detuvo para volver a correr contra Taiju. Por supuesto, él también corrió sin borrar aquella sonrisa de sus labios, se estaba cansando de esperarla. Tanto Ima como Taiju, alzaron sus brazos de manera que mostraba la intención de ambos de querer impactar sus puños uno contra el otro en sus rostros.

Takemichi abrió sus ojos, el silencio fue extraño para él, incluso llegó a pensar que todo había terminado. Pero no, cuando miro al frente, se dió cuenta que no era una pesadilla y que la pelea en verdad estaba sucediendo.

Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando reacciono sobre la fuerza, la precisión y fluides de la batalla. Era una batalla increíble en la cuál, no sabía que resultado final tendría.

El puño de Ima impacto contra la mejilla derecha de Taiju, mientras que el puño del moreno con la mejilla izquierda de la chica. Lento paso la escena ante los ojos de los espectadores, observaron como las mejillas de ambos eran aplastadas a causa del puño, solo cinco segundos duraron así.

Poco después y con movimientos rápidos, Ima salto con la intención de patear la nuca del moreno. El golpe fue detenido cuando Taiju tomo su pierna y la dobló en una llave sobre el piso. Los quejidos de la fémina no se resistieron en salir.

- Taiju, detente.

Fue Hakkai quien hablo esta vez con la intención de parar a su hermano mayor. Shiba lo miro con su sonrisa arrogante, el esperaba pacientemente una respuesta más de su hermano.

- Me unire a Black Dragons.

Respondió.

Taiju entonces soltó a Ima, la chica está vez duró un par de minutos más en ponerse de pie. El dolor de su pierna era de locos, y debido a ese dolor, su debilidad la casi consumió.

- Perdiste Ima, y sabes muy bien el por qué.

Taiju la miro desde arriba, pero ella no dijo nada, sólo miro a Hakkai con una mirada fría. El menor bajo la mirada, y la pelinegra entonces decidió mirar a Inupi:

- Sabes muy bien que Black Dragons no es un premio, Inupi - dijo fríamente - Y Taiju, Hakkai no dejará Tokyo Manji solo por tus caprichos infantiles, no mientras yo viva.

Declaró mirando al mayor.

- Entonces, prepárate para morir.

Ambos se miraron desafiantes. Hasta que unos aplausos se escucharon detrás de los integrantes de BD.

- Excelente, yo me apunto para la pelea. Pero en su lugar, si gano yo, quiero Black Dragons de nuevo.

Ima, Taiju, y el resto, miraron al chico cabellos rubios y con un tatuaje de tipo tigre sobre la parte derecha de su cabeza. La única ex capitana, frunció su ceño con molestia. No solo venía él, sino, que Izana y compañía venían detrás, agregando que dos desconocidos más se sumaban a la reunión.

- ¿Quienes son?.

Takemichi, preguntó.

Ryo al igual que su compañera, frunció el ceño con molestia. La basura se comenzaba acumular.

- Son las generaciones de Black Dragons - contesto el albino.

- Veo que el actual líder ha tenido una batalla con nuestra amada Ima. Pero, puedo notar que sigues sin ganarnos - sé burló.

Ima bajo la guardia, miro a los Haitani quienes la miraban con diversión. Luego paso su mirada por Izana, Kakucho y los otros dos desconocidos. Entonces, tres personas más llegaron detrás de los acompañantes de Ima.

- Veo que estamos todos reunidos. Es bueno verlos a todos.

Las miradas de disgusto no se hicieron esperar en cuanto Akashi, Wakasa y Benkei hicieron su acto de aparición. Inupi fue el único que sintió la necesidad de saludarlos con respeto, el resto no lo hizo, mucho menos Ima, quién solo dicidio ignorarlos.

- ¿A qué se debe la visita de las generaciones de Black Dragons a mi territorio, bastardos?

- Ja, los mocosos de ahora son un par de creídos - exclamó Maradame.

- Recuerdo que tú eres igual, Shion - Takeomi dijo cuando el humo del cigarro abandonó su boca.

- Parece ser que todos tenemos la intención de recuperar Black Dragons - está vez, fue Izana quien decidió interrumpir la futura pelea.

- Me temo que algunos vinieron por guerra para decidir quién será el jefe de Tokyo.

Benkei miro al chico rapado frente a ellos, aquel chico era alto, un poco más alto que Taiju y su cuerpo era incluso más musculoso. Ese era South.

South sonrió con maldad y Taiju frunció el ceño.

- Desde que llegué, me han contado sobre ustedes. Pero viéndolos bien, parecen ser unos debiluchos infelices.

Ima esta vez puso atención cuando la voz del más alto de todos, llegó a sus oídos.

- Vaya boca tienes. ¿No se te enseño respetar a tus superiores?.

Ambos, Maradame y South se miraron desafiantes. Izana llevo su mirada hacía la primera generación de Black Dragons, ellos cuatro también se miraron, y parecía que se hablaban por medio de esas miradas.

Takemichi quien miraba la escena, fue alzado por Ryo. El rubio llevo su mirada al albino, pero este no pareció decir nada, hasta que vio a Ima junto a Hina y Yuzuha, las tres hablaban sobre algo.

- Ima ordenó que nos fuéramos.

- ¿Acaso piensa huir? Hahaha, me decepcionas Ima. Esperaba que te quedarás para la fiesta - Murmuró Maradame.

Ima lo miro sobre su hombro con una mirada fría.

- No tengo asuntos pendientes con ustedes, Maradame-san.- Dió la media vuelta para irse por la misma calle en la que habían llegado hace horas atrás.

- ¿Aunque eso tenga que ver con recuperar a Black Dragons? - preguntó

Sus intenciones eran claras, el rubio quería llegar a su punto más débil y que le ayudará a gobernar Tokyo. Después de todo, ella no podía negarsele, al menos eso pensaba.

- Sí, no tengo asuntos pendientes con ustedes.

Maradame frunció el ceño molesto. Fue entonces que Izana se metió y hablo lo suficientemente alto para que lo escuchará.

- ¿No te importa si conquistamos Tokyo, verdad?.

Y ahí, fue cuando paró Ima en seco. Giro para mirarlo con frialdad, sonrió sarcástica y con ojos de media luna.

- De ser así, Asura los matará.










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