¶ Liu
Lunes 16 de diciembre
— Continuando nuestra entrevista... ¿cuántos crushes has tenido? —pregunté acomodando mis brazos sobre la mesa.
—Bueno... —empezó a reír dando a entender la exageración— Mira, de aquí al Sol... ¿tú sabes cómo se llega a eso...?
— Así —me acerqué abrazándole el brazo no tan fácil debido a la mesa que se interponía. Pero lo dije de una forma tan natural y seria que incluso él tardó en darse cuenta...
— Ay sí es cierto, Tài-Yáng es... demonios —asintió apenas despejando la confusión y empezó a reírse mientras que yo ya estaba carcajeándome.
Acabamos agachando las cabezas aún sin que le soltara el brazo y soltando las risas que apenas disimulábamos.
Pasaron varios minutos y seguíamos riendo. Cuando alcé la cabeza, ya sentía las lágrimas resbalarse poco a poco al lado de mi nariz.
— Ay, demonios... No respiro —me sequé los ojos con la manga mirando al rededor como si hubiera pasado horas dormido. Entonces me sorbí los mocos y volví a secarme los ojos—. Dios, qué risa, compañero...
— Sí, sí... —Saturn se abanicó con la mano antes de levantarse y recoger su mochila ya que todos empezaban a hacerlo también.
Yo me eché contra el respaldo suspirando un par de veces y mirando mi mochila colocada a la izquierda de mi mesa.
— Ay no, en serio que me cansé —me pasé la mano por el fleco acomodándolo un poco hacia el lado mientras con la mano izquierda me abracé el torso.
Cuando alcé la mirada, él sostenía mi mochila estando parado al lado de mi mesa y preguntándome con una seña si estaba bien; a lo que asentí y me levanté recibiendo mi mochila acercándonos a la salida ya que sólo esperábamos al timbre. Esta semana dudo que hagamos mucho en realidad, ya acabaron las clases y ahora sólo falta el festival de Navidad. De hecho, llevamos todo el día sin hacer nada. Nos dejaron sacar el teléfono en prácticamente la mitad del día: por eso Saturn se la pasó escuchando música y leyendo mientras que yo estuve hablando con Sōji e igualmente leyendo, pero mientras él leía historias, yo memorizaba mapas de videojuegos. A partir del viernes son vacaciones de Navidad y el sábado es mi cumpleaños: eso significa videojuegos nuevos que jugar todo el invierno, así que mientras no lo tengo, iré estudiando un poco para no llegar tan nuevo y poder jugar con el resto de mis amigos aficionados a los videojuegos.
Pero en esta última hora no nos dejaron usar teléfonos así que estuvimos hablando y acabamos en una entrevista extraña e incómoda para Saturn.
— Ponte el uniforme, Saturn, por Dios —le di un golpe en el brazo ya poniéndome la mochila.
— ¿Con el uniforme de diario? A ti porque no te da vergüenza, pero es que llevar la sudadera del equipo con el pantalón de diario y encima del suéter es algo incómodo.
— Antes que nada, todos los días me pasan cosas vergonzosas, ¿para qué me molesto? Y segundo, yo no llevo el suéter, de hecho ni siquiera lo traje, traigo la camiseta de la escuela abajo y nada más.
—Qué rebelde eres —fingió un suspiro de susto entonces sacando también su sudadera del equipo de la mochila y se la colocó encima del suéter.
— Yo siempre, ¿no ves que soy tan guapo que si me miras directamente, te deslumbro? Además, cuando la Luna se siente más y me intenta tapar, hago un aro de luz que te deja ciego —dije como si intentara pelearme con él pero acabamos riendo—. Por algo soy la más importante del sistema... —caminé en dirección a la salida del salón intentando contener las risas— Okay, mejor paro, en serio que me cansé —exhalé una risa tratando de calmarme.
Cuando entramos a preparatoria y seguíamos en el club de fútbol, nos dieron las sudaderas del equipo de bachillerato. El uniforme es el mismo exactamente, pero las sudaderas, es decir, el uniforme deportivo ha cambiado. Ya que esta etapa es algo más ocupada y muchos alumnos son responsables de pagar sus propios libros, uniformes y demás (no sus padres), el club de fútbol acordó que a partir de preparatoria, se podía usar el propio uniforme de deportes del instituto para ir a partidos, torneos y demás. Después de verano, el club regala a los nuevos miembros una sudadera del equipo que pueden usar como parte del uniforme de clases. Casi todos asumen que es para el de deportes, pero yo la uso para todo.
Es una sudadera azul oscuro sin llegar al marino, que tiene las líneas amarillas en los hombros que simbolizan una estela o destello. Tiene un único bolsillo amplio en la parte del frente, en el costado derecho llegando al pecho y a la espalda, tiene la silueta de un balón mientras que en la parte baja de a espalda pone el apellido de cada uno. En mi caso, "Daystar".
Un asunto curioso es que siempre haya habido un enredo con mis apellidos. Por ejemplo, en toda la ropa escolar que debe llevar el apellido bordado, tengo Liu escrito con su correcto carácter (劉). Pero digamos que he "japonizado" prácticamente todo mi nombre. Tài-Yáng pasó a ser Sol casi como un nombre oficial al ser llamado así por prácticamente todos, es mucho más fácil de pronunciar correctamente y es una traducción completamente literal: "Sol". Mi apellido correcto es Liu, pero aquí lo pronunciar "Ryu" cambiándolo por completo. Es un asunto bastante delicado ya que en chino con tan sólo cambiar la entonación, una palabra puede significar algo totalmente distinto. Por eso es que igual, tomando el apellido de la familia japonesa de mi madre, me presento con el apellido Daystar.
Mi hermano no hizo realmente cambio alguno, sigue presentándose como Liu Bai Long, pero realmente a mí me llega a poner un poco de los nervios tener que explicar varias veces cómo se pronuncia mi nombre. Claro, esto es algo no oficial, al dar información personal para algún asunto serio o formulario importante, debo poner mi nombre real y soportar el "Ryu Tai-Yan".
Cuando salimos del salón nos encontramos inmediatamente con Neith y Callis, ellos son con quienes principalmente nos juntamos, pero ellos son de otro grupo así que no nos vemos tanto durante clases.
— ¡Dios, ¿verdad que es súper hermoso?! —chilló Neith enseñándonos una imagen de un chico en el teléfono.
— Bueno... —Ringo se asomó a verlo pero entonces llegué yo para verlo bien de cerca.
— No —dije secamente antes de irme con Callis por las escaleras hacia abajo.
— No es verdad, es hermoso —insistió él abrazando su teléfono yendo detrás de nosotros.
— ¿Quieres ver belleza? —dije a modo de reto sacando mi teléfono y encendiendo dejando ver mi fondo de bloqueo para pasárselo— Esto sí que es belleza, admíralo.
Tengo de fondo de bloqueo una foto de Sōji haciendo muy obvio por qué voy presumiendo de él por la vida.
Pero cuando estábamos asomados a la puerta, estaba empezando a llover.
— Ay no, está lloviendo... —extendió la palma Callis apenas recibiendo unas pequeñas gotas.
— Espera —saqué de mi mochila mi chaqueta negra y nos la puse encima a modo de tejado—. Listo.
Íbamos avanzando por la calle son ese pequeño tejado mientras que Neith y Ringo iban detrás nuestro.
— Espera... —Callis tomó la parte del gorro y la colocó en mi cabeza entonces haciendo que no tuviéramos que sujetar la chaqueta todo el tiempo— Listo, así tú tapa —sonrió siguiendo el paso hasta la esquina donde nos colocamos para no mojarnos y esperamos a los otros dos.
Callis tampoco es de Japón. Él vino de Corea en primero de secundaria, por eso aún no domina tanto el idioma y su acento es bastante más notorio que el mío. Aunque entre nosotros dos siempre existe la confusión que me pasa casi todos los días al tratar con alguien nuevo.
— Perdón... —me volteé al ver que alguien me tocaba el hombro—. Esto es para usted —me extendió una caja plana y algo pequeña—. Son los regalos que hicimos a nuestros superiores por Navidad, pero el viernes no lo pude encontrar, por eso no se lo pude dar, perdón. Espero que le guste —la chica hizo una reverencia con una pequeña sonrisa.
— Ah, es cierto —correspondí la reverencia—. Muchas gracias, seguro que me encanta —sonreí de vuelta—. Sí, el viernes no vine, no te preocupes, muchas gracias.
Ella se iba a despedir, pero algo indecisa volteó y me volvió a hablar algo avergonzada.
— Espero que no le moleste... pero me encanta su acento coreano.
— Ah... gracias —reí sin saber bien cómo responder. Ella se despidió y ya cuando estaba lejos, volví la vista a ellos e hice un llanto muy fingido por la broma—. Soy chino, no coreano...
— Pobre bebé Sol —Callis me abrazó acariciando mi cabeza como si realmente me estuviera consolando.
— ¿Por qué se confunden tanto? —preguntó al aire Saturn colocando los brazos en jarra y estando algo pensativo.
— El otro día yo piensa que en coreano es taeyang, Tài-Yáng suena parecido si no pronuncia bien. A lo mejor por eso —dijo Callis aún acariciándome la cabeza.
— Oye, tiene sentido...
No sé bien por qué, pero muy seguido me preguntan si soy coreano. Mi acento dicen que es casi imperceptible, bueno, no llama tanto la atención como el de Callis, por ejemplo, llega a parecer un acento japonés más sureño. A no ser que, claro, se ponga muchísima atención y se note que no soy de aquí. Pero cuando se dan cuenta de eso, siempre creen que soy de Corea, no tengo idea de por qué.
Ya estando en la plaza cercana al ayuntamiento, llegaron por Saturn, tiene que ir a clases de inglés los lunes y miércoles justo después de la escuela así que tiene que irse rápido. Ya había guardado la cajita que me dio esa chica, pero la saqué para abrirla y ver qué tenía. Eran unos chocolates de diferentes formas relacionadas con la Navidad: muñecos de nieve, árboles de Navidad, coronas de adviento, etc. Comimos uno cada uno dejando justos para mis padres, Bai Long y para que yo me comiera otro más tarde.
Seguíamos hablando ahí enfrente, seguimos molestando a Neith sobre las fotos de su novio y yo seguí presumiendo al mío con quién Callis coincidía en que era bastante guapo. Y, digo, no es por ser su novio, Sōji realmente es muy guapo.
Pero entonces tuvimos que parar porque llegaron mis padres por mí. Me tuve que subir rápido porque debemos ir a recoger a Bai Long quien hoy fue a organizar papeles en la universidad. El curso inició en abril, yo empecé segundo de forma normal, pero Bai Long no. En verano nos fuimos a China y regresamos justo cuando terminaron las vacaciones. Pero le dijeron que no podía entrar en ese entonces, por eso va a iniciar clases hasta enero y hoy fue a hacer sus papeleos al haber superado el examen de admisión.
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