♦️Capítulo 6
El día había sido bueno para variar, le habían cogido a su grupo que desmontaba un cargamento de reliquias provenientes de la India, pero la policía no tenía idea de que era solamente un sebo.
El cargamento que la policía había detenido eran solo réplicas muy reales de las verdaderas reliquias. Las de verdad estaban ahora mismo cruzando el río sin ser vigilada por la policía. Todo el foco de atención lo tenían en el puerto de Incheon mientras que su gran botín entraba por el sur por el estrecho de Corea o de Tsushima el cual les separa de Japón.
Jimin sonrió satisfecho mientras llegaba al punto 3 donde aún no llegaba la policía. Siempre era así.
Su equipo se aseguraba de crear dos focos de distracción el lugares lejos del otro, mientras que el verdadero cargamento era recibido sin ningún problema. Así que en Incheon la policía estaba atareada "decomisando" los tesoros mientras que ahí en el punto tres es decir, en el puerto de Busan aún no llegaba pero no tardarían.
Los policías eran estúpidos y siempre caían en su trampa.
Estaba en su auto viendo como se descargaba la "mercadería" mientras Sergey le mantenía informado como iba el verdadero operativo.
Vio a lo lejos como los autos de la policía llegaban pero se sorprendió cuando vio que no eran los típicos policías fronterizos ni de aduana.
Era un elemento especial según los uniformes.
Desde la ventanilla un poco baja veía como uno de ellos, el más alto y un poco musculoso abría el furgón con una tenaza y dejaba ver el contenido mientras que los demás apuntaban con sus armas a "sus hombres".
Hombres que Taehyung contrataba para hacer el papel de contrabandistas ofreciéndoles muchísimo dinero si se dejaban atrapar por la policía, luego él mismo se encargaba de sacarlos de prisión y jamás volvían a saber de ellos pero se iban con sus bolsillos llenos de plata.
Un policía bajó de último y se dispuso a examinar el contenido del furgón. Jimin pudo ver como el policía, alto de buen porte y cabello ligeramente castaño oscuro tomaba una de las cajas de los budas de "oro" y la arrojaba haciendo varios budas añicos en el suelo.
Sonrió un poco.
Al parecer el policía ese no era tan idiota como los demás.
—Es una puta mierda. —Gritó el policía. Jimin podía oirlo claramente mientras el hombre bufaba y despotricaba.
Hasta parecía más enfadado de lo normal.
—No solo me asignan una operación que no le pertenece a mi unidad, ¡Somos policías de la élite! No jugamos a atrapar niños bobos con aires de mafioso jugando al escondite ¡Por Dios! Atrapamos grandes y peligrosos asesinos.
La sangre de Jimin comenzó a calentarse. ¿A caso el policía ese lo estaba menospreciando? ¿No era él un Mafioso de talla al que no habían podido atrapar?
No señor, Jimin no era un niño con aire de Mafioso jugando al escondite.
—¿Qué jodidos haces Jimin?
Pero Jungkook fue ignorado totalmente, solo pudo ver como Jimin caminaba a paso lento y con superioridad hacia el comboy policíal.
El policía estaba de espaldas a él así que tuvo que carraspear para hacerse oír sobre el ruido. Cuando finalmente el policía se volteó hacia él Jimin sonrió complacido.
El policía era bastante apuesto. Mucho muy apuesto, le devolvía la mirada con una ceja perfectamente delineada por la madre naturaleza alzada en señal de asombro.
—¿Podrían informarme caballeros qué está pasando aquí? Retienen a mis trabajadores por la fuerza sin una orden judicial y arruinan mi mercadería. —Jimin cruzó sus brazos mirando fijamente al policía.
Min...
Su apellido es Min, pensó.
El policía analizó bien al recién llegado, era un poco más bajo que el de buen porte, lucia un traje pulcro color negro que le entallaba bastante bien por los lados adecuados.
—Tu mercadería. ¿Eres entonces Park?
—El mismo. ¿Entonces me van a responder?
Jimin pateó los restos del buda que estaban por el suelo con su Zapato Valenciaga nuevo.
—Oh bien, nos has ahorrado mucho trabajo cariño. ¡Arrestenlo!
Cariño.
Jimin sonrió altivo alzando su cabeza de manera altanera y desafiante.
—¿Dónde está tu orden? —Preguntó rascando su barbilla. —¡La maldita orden judicial! —Repitió.
El policía finalmente decidió acortar distancia entre ambos y se posó frente a él. Así Jimin pudo distinguir el color de sus ojos. Cafés claros.
—No necesito una maldita orden judicial para llevarte Park, eres tan buscado. No entiendo por qué. No pareces ser de tanta importancia. Ahora sube cariño vamos. —Señaló una de las furgonetas policiales.
Jimin no se movió, ni si quiera se inmutó un poco ni desvaneció su sonrisa de su rostro.
—¡Jungkook! —Llamó en un grito audible.
Todos los demás policías estaban ahora callados mirando lo que estaba pasando con el jefe y el chico mafioso.
El pelinegro azabache se acercó bajando apresuradamente del auto y llegó hasta donde Jimin se encontraba. Le dejó en las manos unos papeles que Jimin recibió y luego estrelló en el rostro del policía que no parpadeó si quiera.
Los papeles cayeron al piso y el policía Min tuvo que levantarlos para después comenzar a leerlos de prisa.
—¿Es una broma? —Susurró.
—No "cariño". Tú y tu estúpido escuadrón acaban de detener un simple cargamento de budas dorados de barro que yo mandé a comprar en el mercado de importaciones de la India para vender en el Mercado de artesanías típicas de Gwangjang, idiotas. Ahora parte de mi mercancía esta arruinada y eso es dinero perdido imbecil. ¿Y sabes a que estaba destinado ese dinero? Al Hogar Infantil Kang Nam. Pobres niños ¿Les dirás que este mes no les llegará su donación de raciones de arroz y carne de tres meses porque a tí se te dio la maldita gana de retener mi mercancía la cuál ya no podré vender porque no se cuantos putos meses la van a mantener retenida en las bodegas de la policía mientras se inicia una "investigación" que ni siquiera era necesaria porque todos los papeles de compra y adquisición de mercadería están en ley? Sumado a ello el hecho de que tienen también decomisado mi otro cargamento de budas en Incheon.
El policía se había quedado estático al oír el sermón del joven rubio. Los papeles eran facturas de aduana, facturas de compra y permisos para traslado de mercancía de un país a otro, facturas del arancel, transporte, pago de impuestos y otros.
Jungkook río socarronamente mirando al policía.
—Ahí está mi dinero perdido, espero tu maldito escuadrón me pague cada centavo perdido. —Señaló con enfado las papeletas que Min tenía en su poder y luego a los policías de atrás.
Min solamente devolvió los papeles a su dueño pero se acercó más a él casi sus rostros estaban pegados.
—Lamento el malentendido joven Park...pero claramente usted es un mafioso traficante, esto... —Yoongi señaló los papeles. —Puede estar en toda la ley pero sé que algo turbio hay debajo y lo voy a descubrir... ahora váyase de mi vista porque si no yo mismo le llevare a rrastras adentro a la camioneta de la policía.
El policía dio un paso hacia atrás para comenzar a retirarse.
—¿Y hacerme qué? —Preguntó Jimin con fingida inocencia.
Min boqueó por un instante tras reconocer bien en mensaje en las palabras de Park y sonrió de lado dando la vuelta.
—No lo querrás saber cariño. —Susurró cerca de él.
El policía le sonrió de lado y finalmente se retiró de la vista de Jimin.
—Señores este día ha sido una total perdida de tiempo. Vamos a hacer trabajo real. —Gritó mirando a Jimin sin borrar la sonrisa porque sabía que le haría su orgullo.
Jimin le devolvió la mirada desafiante al policía.
—Seguro que si. —Susurró Jimin para si.
Dos horas más tarde se encontraba en una de las bodegas de su casino donde llevaban siempre todo lo que contrabandeaban, examinando uno de los budas reales de oro. Le dio vueltas en su mano para ver bien. Los había adquirido de un mercante en la India pero no como decían las facturas, estas eran de contrabando.
Lo arrojó con fuerza al piso haciéndolo añicos y sonrió cuando vio que dentro del buda venia la verdadera mercancía. Entre los pedazos de oro esparcidos tomó una bolsita bien sellada de Hachís o comúnmente llamada Cannabis concentrada mezclada.
—Policía... estúpido. —Murmuró para sí. —No eres en realidad tan estúpido como pensé ¿Cierto? y eso hace que me quiera acercar a ti... debo mantenerte a raya Min.
...
El auto donde viajaba se detuvo y la voz de alguien lo llamaba a lo lejos.
—¿Jimin? ¡Jimin!
El rubio castaño volvió a la realidad abruptamente, había viajado hacía cuatro años atrás. Cuando había tenido su primer encuentro con Yoongi.
Su corazón punzó con dolor al recordar a Yoongi. La herida estaba tan fresca que dolía mucho, sangraba y no se refería a la herida de su cesárea. Era la herida de su corazón.
—¿Llegamos? —Parpadeó recorriendo el lugar con su vista.
—Si te lo dije como tres veces pero estabas como en trance. Jimin sabes que te quiero mucho eres mi primo y siempre estoy a tu lado pero no creo que estés bien para hacer esto... estas muy ido y además Jiyoon...
—Cállate Kookie y vamos hay bichos que aplastar ahora mismo.
Jimin bajó no sin antes verificar bien si su arma estaba cargada y dio la orden a las otras seis camionetas blindadas que falnqueaban a su lado de descender y tomar el control del lugar.
—No quiero uno solo vivo. —Jimin comenzó su andar hasta la entrada principal de la Mansión Lee.
—Si señor. —Respondieron todos al unísono para después adentrarse a la fortaleza.
Jungkook logró vulnerar la entrada electrónica introduciendo un virus con un código. Inmediatamente la puerta se abrió y al mismo tiempo las cámaras de la Mansión Lee comenzaron a fallar, el código había desactivado las alarmas también por lo tanto las armas controlasas por cámaras añadidas en la Mansión no funcionaron, ninguna se disparó así que los ocupantes de la gran casa Lee fueron tomados por sorpresa.
Uno a uno caían.
Jimin disparaba a cada blanco en movimiento a pesar de aún estar adolorido de su abdomen. Más tarde requeriría atención por parte de Hoseok de eso estaba seguro.
—Jimin, creo que todos han caído o casi la mayoría. —Anunció Jungkook por medio de su auricular.
Jimin asintió entrando por la puerta principal de madera y las abrió con ambas manos hacía adentro.
De otro lado estaba parado Lee Taejin, mejor conocido como Chacko. El hombre que en este momento quería Jimin como trofeo pegado a su pared.
—Vaya Vaya Park ¿A qué debo tan... agradable visita? —Preguntó sin inmutarse al ver afuera a sus hombres muertos.
—Venganza. —Respondió alzando la cabeza con brío.
Finalmente tenía al asesino de Yoongi. Lo haría pagar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top