♠️Capítulo 4

Bien es sabido que el tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece lo suficiente para poder sobrevivir. 

Así sentía Min Jimin su alma. Dormida y sedada después de pasar el día entero derramando lágrimas de dolor e impotencia.

Tenía su nariz roja y los ojos sumamente hinchados y rojos porque no se había detenido.

Era como usa pesadilla de la cual no había manera de despertar que lo sumía en  un abismo sin final.

Al día siguiente de que le habían dado la peor noticia de su vida se encontraba frente al espejo con su atuendo negro y su cabello peinado muy ordenadamente. Taehyung le había ayudado a vestirse y a arreglarse para lo que venía ahora ya que él parecía un muñeco inanimado.

Su última cita con el amor de su vida.

Aquel al que le habían arrebatado suciamente.

No había pronunciado ninguna palabra  desde el día anterior excepto para preguntar como estaba Jiyoon. El bebé estaba al cuidado de su abuela porque Jimin no estaba en su realidad para poder estar al pendiente de él.

Chae Rin entró en su habitación también vestida totalmente de negro sin perder su gracil elegancia y fue directo a donde él estaba sentado mirando su reflejo totalmente ido.

Suspiró cansada un poco y con su pecho dolido de ver así a su único hijo.

     —Cariño.  —Habló lento y teniendo cuidado al acercarse más y pasar su mano sobre su hombro y apretar ligeramente. —Todos estamos listos Minnie, Jiyoon está con Taehyung y Jungkook en el auto esperando. ¿Vienes?

Jimin miraba su reflejo.

Tenía ojeras también.

Tenía muy fresco en la mente el momento en que su vida se fue al carajo. Cuando Nam después de titubear le dijo que Yoongi estaba muerto y por su culpa.

     —Matame Jimin si lo deseas, lo merezco. No lo supe cuidar... mi amigo ya no está por mi culpa. Matame que no te tiemble la mano si te ensañas conmigo no me importa.

Aquellas palabras de Namjoon aún daban vueltas en su cabeza y lo hubiese hecho pero no tenía un arma cerca.

Recordó como se levantó arrancando las vías intravenosas de sus muñecas y los sueros y los había arrojado mientras buscaba su ropa a puras penas porque la operación estaba recien hecha y dolía como la mierda pero eso no le importaba.

Solo quería salir corriendo al lugar y verificar si era el cuerpo de Yoongi.  Pero de todos modos ¿como? Si Namjoon junto a la policía forense le habían dicho que solo habían restos de cuerpo. Pedazos esparcidos por todo el lugar.

     —Un tatuaje, Yoon tiene un tatuaje de unas alas de ángel en el hombro izquierdo. — habia dicho.

El hombro que se había lesionado cuando le salvo la vida la primera vez y el motivo por el cual Jimin comenzó a ver a Yoongi con otros ojos. Le había salvado la vida el chico policía y Jimin había caído por él.

     —Jimin... recuperamos las partes de su cuerpo y... vimos su tatuaje del  hombro...

En ese momento las náuseas lo invadieron por completo y había vaciado su estómago en el cubo de basura.

A pesar de la insistencia de Hoseok de quedarse  en el hospital éste se había negado y había enviado a llamar a Taehyung para que le ayudarse a trasladar a Jiyoon hasta la Mansión custodiado a más no poder mientras él iba hasta la morgue.

Cuando llegó y le mostraron lo que habían recuperado más la pieza principal que era el rastro de su tatuaje en el hombro volvió a vomitar.  No pudo estar más ahí. Había ordenado a Jungkook que coordinara todo en cuestión del funeral,  los trámites para hacer el acta de defunción.

Esa noche no había dormido y a pesar de que podía oír el llanto de Jiyoon en la habitación para el bebé no lo dejaban ir hasta él además él mismo no sentía la fuerza de poder sostener a su pequeño en brazos  no cuando no se podía sostener ni a sí mismo ni los resquicios de sus corazón roto.

     —¿Mi pequeño? ¿Vienes? Si no te sientes en condiciones  no te preocupes vamos a...

     —Voy mamá, es la última vez...

Sus ojos se empañaron rápidamente así que se llevó la manga de su camisa negra a las mejillas para secarse.

Chae Rin lo ayudo a ponerse de pie porque Jimin caminaba lento por la cesárea que le habían practicado, su cuerpo dolía mucho. Antes de vestirlo Taehyung le había dado los analgésicos que le había recetado Hoseok. 

Bajaron la escalinata de madera a pasos lentos y abajo todo el personal de la Mansión Min Park se había formado en una línea recta, todos vestían atuendos color negro e hicieron una reverencia cuando pasó frente a ellos.

Todos parecían cabizbajos cuando desfilaron detrás de Jimin hacia afuera de la Mansión y abordaron los vehículos que los iban a trasladar al cementerio privado de la Familia.

Jimin subió en el auto al lado de su madre y emprendieron el camino el cual fue en total silencio. Ya cuando llegaron al lugar habían bastantes personas del círculo familiar, amigos de la familia, algunos socios y el escuadrón especial del que Yoongi había sido líder hasta el día anterior.

Mientras los vehículos familiares avanzaban por la calle empedrada del cementerio Jimin pudo observar como la capilla del lugar estaba llena ya.

     —Cielo  creo que deberíamos esperar un momento...

     —Está bien mamá estoy bien. —Habló con la voz rasposa.

Sabía por qué su madre no quería que bajara, detrás de ellos venía entrando la carroza fúnebre donde traían los restos de Yoongi.

     —¿Estás seguro hijo?

Asintió sin miramientos y dio la orden de que le abrieran la puerta del lado de afuera.

     —Siempre lo esperé en casa cuando él llegaba Chae Rin, sería de mala educación si no lo espero ahora.

El pecho de la mujer se estrujó por completo mirando como su hijo reunía el valor que le quedaba para bajar y caminar hasta pararse al lado de los pedestales donde iban a colocar el ataúd.

Jimin observó a su derecha, estaba todo el personal, sus más allegados, Jungkook y Tae y él pequeño Jiyoon en sus brazos, Hoseok y algunos del personal medico, el mayordomo de los Park y la servidumbre, también estaban Suho con los Éxodo, todos sentados con sus espaldas rectas y sus guardaespaldas. Del lado izquierdo estaba el escuadrón especial pero parecían fantasmas,  todos con sus rostros bastante tristes y desencajados pero el más afectado sin duda era Namjoon. Más atrás estaban Jackson que acababa de bajar de los  vehículos que acompañaban a Jimin y su madre con todo su equipo, Yugyeom, BamBam, Mark, Jay, Youngjae y  Jinyoung.

La familia de Yoongi no estaba como era de esperarse. Ellos nunca estuvieron de acuerdo en la relación de su hijo policía un hombre ejemplar con un mafioso. Así que Jimin no esperaba verlos ahí en realidad.

Un sacerdote estaba parado a su lado esperando para ofrecer unas palabras antes de todo.

La carroza fúnebre estacionó después de lo que parecían horas y finalmente Jimin pudo ver como se bajaban los de la funeraria para llevar el ataúd.

Jimin sentía que en cualquier momento comenzaría a hiperventilar al ver aquella caja café acercarse hasta él. Sus piernas las comenzaba a sentir pesadas y su respiración le empezó a fallar.

Un hormigueo le recorrió desde la punta de los dedos de sus manos hasta extenderse a sus brazos y estaba seguro de que comenzaría a temblar. Su madre pudo notarlo así que le tomó una mano en señal de apoyo.

Finalmente la caja fue dejada sobre sus pedestales y el servicio funerario se alejó  para darle espacio a los dolientes en su pérdida.

Jimin tomó todo el valor posible para ponerse a su lado y posó sus temblorosas manos sobre la caja  sellada.

      —Dijiste que volverías. —Susurró. Todos los presentes estaban en completo silencio.  —Me p-prometiste vo-volver para estar con nosotros, me me mentiste Yoon no cumpliste cariño.  —Soltó dolorosamente. 

Por allá se podía escuchar los sollozos de algunos presentes.

     —Te amo cariño, te prometo cuidar de nuestro pequeño Jiyoon y... prometo vengar tu muerte. —Dijo esto último apretando los puños sobre la caja. Luego de ello se inclinó haciendo una reverencia hacia él cuerpo en la caja y dejó un beso antes de alejarse de ahí.

Chae Rin ayudo a Jimin a sentarse y entonces el sacerdote comenzó a hablar sobre la muerte como un avance y no como un final de todo.

Jimin prestaba atención, pensando en que él no podía irse de este mundo a reunirse con Yoongi en la otra vida sin antes vengar su muerte en esta.

No podía dejar su muerte impune.

Todo lo demás transcurrió rápido o al menos eso pareció. Metieron la caja en su urna y la sellaron después de que los que querían dejar flores lo hicieran y le colocaron una lápida que Jungkook había enviado a hacer en la mañana.

"Hombre afable que has dejado el vacío en los que te que aman, vuela alto y brilla arriba como brillabas  aquí  en la tierra. Tu esposo, hijo y apreciable familia y amigos te extrañaremos"

Asi rezaba el epitafio en la bonita pero triste  lápida que señalaba el destino de su nuevo habitante dentro de la urna.

Jimin se acercó con su pequeño en brazos quien dormía apacible. Llevaba unas rosas blancas  en su mano y los colocó en el recipiente para flores al lado  de la lápida con sus ojos llenos de lagrimas y su pecho adolorido.

     —Hasta pronto Yoonie te amo tanto...t-te amo. —Se cortó por un sollozo que se le escapó. —Fuiste y siempre seras la luz de mi vida, sé que hubieses sido un gran padre amor, Jiyoon sabrá que su padre fue un hombre muy bueno...

"Mis ojos, espejos del alma, amasadores de deseos, clavados en el quebranto, de la nostalgia de no poder gritar mi dolor... tú te vas y yo deseo ir contigo... p-por favor no me dejes... Yoonie.

Jimin había comenzado a cantar una melodía tan triste que las personas ahí presentes sintieron su dolor mientras también lloraban.

Jimin había caído de rodillas con su pequeño en brazos aún y su cuerpo bajaba y subía debido a los espasmos que el llanto ardiente le causaban.

     —Minnie vamos amor. —Habló dulcemente Chae Rin. —Taehyung ayúdame por favor.

Jiyoon fue tomado de los brazos de Jimin y se lo llevó mientras Jungkook trataba de poner a Jimin de pie pero este negó.

     —Déjenme aquí, no me quiero ir. —Lloró manoteando a Jungkook. 

El azabache desistió porque sabía que no lograría nada.

Jimin se quedó ahí por mucho tiempo llorando al amor que le habían arrebatado. 

No supo cuanto tiempo había pasado deshecho en ese mar de lágrimas hasta que finalmente se quedó sin una gota de ella.  Habia comenzado a llover  y aun así no se movió hasta que sintió que era necesario. Así que como pudo, como las fuerzas de su cuerpo y de su reciente operación le daban se levantó y dejó un último beso sobre la lápida para después girarse e irse no sin antes prometerle que lo iría a ver todos los días.

Ya todos los demás se habían retirado después de haberse despedido del policía por última vez, solamente se habían quedado su madre y su primo  Jungkook quienes pacientemente habían esperado por él junto a sus guardias de seguridad.

Estaba por irse cuando vio que un auto llegaba.

¿Quién podía ser?

Del auto se bajó una mujer de joven edad muy elegantemente vestida ne negro,  era hermosa con el cabello negro de facciones finas jimin la había visto solo dos veces aunque sabía perfectamente quién era ella.

¿Pero qué hacia ahí?

     —¿Qué crees que haces aquí? —Se adelantó a preguntar Chae Rin.

La mujer sonrió un poco y llevaba un ramo de Lirios  en la mano.

     —Jimin, supe lo que pasó y déjame decirte que lo siento mucho... se que no estamos precisamente cercanos tú y yo pero que sepas que cualquier cosa que necesites estaré para tí y para Chae Rin.  —Respondió la mujer.

     —Da-son. —Habló Jimin sin ánimos de nada. No le interesaba por qué su media hermana estaba ahí. No quería comenzar una pelea después de haberse despedido de Yoon.

     —Park Da-son. —Corrigió sonriendo levemente cuando vio a Chae Rin tensarse un poco. —Aunque papá no me puso su apellido soy una Park como tú, llevo su sangre en mis venas.

Se alejó para ir hacia la lápida de Yoongi y dejó las flores en la tumba, murmuró algo y luego se alejó para ir nuevamente hacia donde estaba Jimin.

     —Mis condolencias para ti y la familia hermanito nos vemos luego.

La chica se alejó de ahí para subir de nuevo a su auto y salir del cementerio. 

Jimin observó las flores que acababan de ser depositadas sobre aquella tumba t tuvo un sentimiento que no supo por qué pero le hizo ir hacia ahí y quitar las flores para arrojarlas lejos,  por alguna extraña razón sentía que Yoongi no debía  recibir flores de esa mujer. Ella no era digna de dejarle flores a Yoonie.

    

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