♦️Capítulo 29
El día seguía siendo bastante frío, era normal para la época del año en la que estaban, vientos fuertes, leves lluvias que iban y venían a lo largo del día y poca luz solar. La humedad de los árboles se cernía sobre la ciudad atrayendo a ella un aroma bastante refrescante y hasta cierto punto relajante.
Pero las personas tenían una vida, una rutina y no importaba si afuera estaba lloviendo o estaba nublado, ellos iban y venían sin importar qué.
Eran las 10 de la mañana y el sol aún no se asomaba perdido entre unas enormes nubes de lluvia que pronto caería y dentro de aquella Mansión todo era diferente, todo era calma y quietud, se sentía tan cálido tan hogareño que si afuera llovía a cántaros eso no era importante, lo que importaba, lo que realmente tenía trascendencia ahí era que todo estaba en calma por primera vez en mucho tiempo.
Jimin había abierto sus ojos primero después de aquella nueva siesta matutina después de ir por Jiyoon. El bebé se había quedado dormido tan profundamente que no se quejó ni en sueños. Mientras Jimin los observaba el rostro tranquilo de Jiyoon anunciaba que la cama no parecía incomoda para él en ésta ocasión. Es más, si Jimin pudiera interpretar el semblante apasible del bebé diría que era como el refugio indicado para él, entre los dos cuerpos cálidos de sus padres.
Y eso que era un bebé pero Jiyoon sabía que ahí estaba bien, que la cama no estaba mal ésta vez.
Jimin suspiró una vez más en silencio lleno de alivio y algo más, también había algo que ya no dolía más en su pecho, el dolor apabullante que se adueñaba de él cada mañana no estaba más, por primera vez en días, semanas y meses su ser estaba en total equilibrio entre la felicidad de ser padre y el alivio absoluto de no estar más solo. Jamás había disfrutado a plenitud una mañana tranquila con el bebé bien dormido a su lado, jamás lo creyó posible y jamás pensó que seria la sensación más hermosamente gratificante que podía experimentar.
Sonrió.
Tenía motivos reales para sonreír ahora.
No era su sonrisa mecánica como siempre, era genuina cargada de felicidad real que brotaba de su pecho.
El bebé se removió un poco cuando sintió las suaves vibraciones del pecho de Jimin por su risa. Yoongi lo tenía abrazado, su pequeño cuerpecito en contraste con el grande de Yoongi le hacían ver una escena tan tierna.
La lluvia finalmente había comenzado a golpetear suavemente la ventana de la habitación, Jimin miró hacia las pequeñas gotas que caían y resbalaban en el cristal dejando un húmedo caminito por la superficie.
Le gustaba la lluvia, siempre lo hizo por mucha razones, por ejemplo a lluvia borraba las huellas de un crimen, y la lluvia evocaba recuerdos de cuando Yoongi pasaba más tiempo con él, no persiguiendolo para atraparlo persiguiendolo para que aceptara una cita con él.
Después de aquel suceso cuando casi es asesinado por uno de sus rivales y rescatado por Yoongi, ellos se volvieron más cercanos pero jamás habían salido a una cita porque oficialmente no estaban saliendo. Aunque ahí ya Jimin veía con otros ojos al testarudo policía.
Algo le atraía de él al igual que la lluvia.
Su primer encuentro sin peleas fue bajo la torrencial lluvia. Su primer beso fue bajo una suave lluvia, su primera cita estaba lloviendo fuera del café, la primera vez que hicieron el amor estaban parados bajo la lluvia antes de que Yoongi lo entrara en brazos a su casa y le hiciera suyo.
Ahora la lluvia era un buen augurio para su vida, era como si la lluvia llegase a limpiar el dolor y recordarle que la vida vuelve, renace como una flor seca después de recibir la bendición de la lluvia, que todo continuaba y que todo estaba mejorando poco a poco.
Sonrió un poco viendo las gotas de lluvia caer.
—Te quedas perdido.
Jimin fue sorprendido por la gruesa voz de Yoongi. Se había despertado y no lo había notado. Fijó sus ojos sobre él y le sonrió un poco.
—Afuera cae la lluvia —Comentó.
Yoongi también enfocó sus ojos sobre el cristal viendo lo nublado que se veía y lo mojado del cristal de la ventana.
—Me gusta mucho la lluvia —Respondió él también lleno de nostalgia—. Me recuerda algo.
Jimin creía saber qué.
—Una vez dijiste que odiabas lluvia —Habló acariciando los suaves cabellos de Jiyoon—. Pero qué podías amarla si eso significaba verme mojado y desaliñado por culpa de ella más seguido —Sonrió.
Yoongi asintió, podía recordar eso, a Jimin enfadado porque él lo seguía molestando mientras esperaba que entrara a su Mansión pero Jimin simplemente no se movía del lugar dejado que la fina lluvia mojase su ropa prestada.
Después la sorpresa le golpeó fuerte.
¡Lo había recordado!, ese momento donde le decía aquello, y el recuerdo le llegó sin dolor de cabeza, sin sensaciones feas, ni mareos, pudo recordar ese momento.
Miró eufórico a Jimin quien parecía no comprender lo que acababa de pasar.
—Yo... y-yo lo recuerdo —Anunció con su voz temblorosa.
Jimin sonrió, eso era bueno. Hubiese querido saltar sobre él y besarlo como premio por haber recordado algo más pero no pudo por dos razones importantes. Uno, había un bebé dormido entre ambos y dos, aún prefería mantener distancia porque no quería abrumar a Yoongi con su insistente cercanía.
—Eso es bueno Yoon —Fue lo único que respondió acomodándose una vez más.
No habían prisas por levantarse. Jimin tenía planificadas un par de actividades para el día pero no era de urgencia podian hacerlo a cualquier hora, así que se dio el lujo de seguir disfrutando de la lluvia y de la compañía.
—¿Duerme hasta tarde? —Preguntó Yoongi refiriéndose al bebé que seguía bien dormido entre los dos adultos.
—Como tú cuando no tienes trabajo que hacer —Fue la respuesta para Yoongi quien solo respondió de vuelta un "huumm"
Después de eso ambos se quedaron callados solo observándose de vez en cuando.
Veinte minutos después Jimin se levantó al baño, se aseó y vistió. Mientras Yoongi y Jiyoon aún seguian en la cama bajó a la cocina, él no solía pasar mucho tiempo metido ahí en ese lugar pero sabía cocinar, no era un inútil que necesitaba de sus cocineras y chefs siempre, aunque ello realmente le agilizaba la vida.
Pero ese día en especial quería cocinar algo para Yoongi y él, así que con un entusiasmo que nunca creyó poseer a la hora de cocinar comenzó con su labor.
—Ah señor Min deje lo haré yo de inmediato —Hye Moon había entrado corriendo casi alterada a la cocina al escuchar sonidos y al ver a Jimin ahí se le fue casi el color.
—No es nada, lo haré yo. Ve a avisar al personal que en dos horas haré una reunión con todos y que los espero en el salón de usos múltiples de la Mansión.
La mujer asintió de inmediato abandonando el lugar dejando a su jefe en su tarea.
Jimin comenzó con la fruta que encontró en el refrigerador cortando con cuidado y parsimonia, dejando los trozos en un recipiente, fresas, trozos de naranja y algunas uvas verdes.
Cuando acabó con ello las volvió a meter al refrigerador para que se conservaran frescas. Después de eso hizo una mezcla para preparar unos Hotteoks rellenos de mermelada, también exprimió unas naranjas para hacer jugo natural, puso pan de molde en el tostador y finalmente el plato principal el favorito de Yoongi que consistía en huevos fritos con tocino, salchichas y queso.
Eso le gustaba desayunar a Yoongi siempre. Solía pedir eso de desayuno antes de irse para la SDT.
El casi no cambiaba su menú en el desayuno, mientras que Jimin a veces se decidía por fruta con granola y yogurt o cereal con leche de almendra, o tostadas a la francesa. Era depende de su antojo mañanero.
Ésta vez hizo bastantes platillos de más porque no sabía por qué se decidiría Yoongi. Así que también hizo alubias blancas en guiso. No importaba, eligiera lo que eligiera Jimin lo había preparado con mucho amor para él.
Ah por cierto, no podía faltar el café caliente, Yoongi amaba el café caliente por las mañanas, para él era imprescindible, decía que no podías comenzar el día sin una taza de café.
La taza humeante estaba ya servida cuando le vio avanzar hacia él directo a la isla de la cocina con el bebé despierto en sus brazos y Jimin juró que casi suelta un chillido de la alegría al verlo así. Fue una impresión gigantesca al verle caminar de manera apasible con su ropa de dormir el cabello alborotado y con Jiyoon en sus brazos.
Sintió un revoltijo de emociones en su estómago y estaba seguro que no era por el hambre.
—¿Ahora si buenos días a los bellos durmientes? —Tarareó divertido observando a Yoongi.
—Si, creo al menos yo si estoy bien desierto.
El pelinegro miró la isla llena de comida, sus ojos detallaron cada cosa sobre la larga plancha de mármol y después advirtió que Jimin estaba con una espátula en la mano, un poco de polvo de harina de los Hotteoks en la mejilla derecha y al parecer sus labios rojos por haber comido un par de frutillas.
Su mente habilidosa de policía había descubierto que Jimin había hecho todo eso. O simplemente era cosa de obviedad, lo que sea, pensó que Jimin se veía muy lindo así ahí en la cocina.
Tuvo que parpadear y desviar la mirada al notar que había estado observando de más a Jimin.
—¿Lo hiciste tú? —Aún así Preguntó Yoongi sin importar que ya sabía la respuesta.
—Todos tus platillos favoritos en el desayuno Yoon, no sabía que podías querer así que.. —Se encogió de hombros.
Yoongi volvió sus ojos a la mejilla manchada de harina del rubio y automáticamente su mano se adelantó y antes de que pudiese enterarse de lo que hacía, sus dedos borraban esas pequeñas manchas de la rechoncha mejilla ahora sonrojada de Jimin.
Un pequeño momento de tensión que solo fue interrumpido por el balbucear del bebé en los brazos de Yoongi.
Jimin fue quien reaccionó primero estirando ambas manos para sostener a Jiyoon pero Yoongi parecía bastante cómodo con él.
—Solo para que puedas comer tranquilamente, Jiyoon a veces me agarra el tenedor con comida para tratar de averiguar que es lo que su papá Jimin está llevando a su boca —Sonrió divertido.
Yoongi entonces entregó al bebé y de inmediato la necesidad de tenerlo cerca le invadió porque sintió sintió vacío en sus brazos, así que rodeó la isla y tomó asiento al lado de Jimin donde Jiyoon podía verlos a los dos al mismo tiempo.
—Buen provecho Yoon
—Igual para ti, Jimin.
Dicho eso ambos comenzaron a degustar los platillos que Jimin había preparado.
Yoongi había probado el guiso de alubias primero, la explosión de sabor en su boca fue al instante.
Un suave "Mmm" se le escapó de sus labios bajo la atenta mirada de Jimin. Su cerebro comenzó a procesar de inmediato, él solía comer alubias blancas.
Comió de todo un poco de lo que había deleitando su paladar debía admitir que el rubio tenía buena sazón, y por su parte Jimin disfrutó por primera vez en 4 meses su desayuno. La comida finalmente ya no carecía de sabor, sabía al dulce sabor de la felicidad.
El pequeño Jiyoon no paraba de balbucear llevando sus manitas a la boca o tratando de pescar algo de comida o el tenedor en el aire.
—No cariño, aún no puedes comer esto. —Jimin alejó el tenedor del bebé pero eso no fue impedimento para Jiyoon de lograr alcanzar un Hotteok.
—Es... persistente.
Jimin miró a Yoongi con sus cejas unidas en una mueca mientras peleaba con Jiyoon por el Hotteok.
—Es igual que tú —Detalló.
Yoongi curveó una sonrisa mirando de una manera misteriosa a Jimin. "Seguro que si" pensó dando una mordida a su pan tostado.
En el dintel de la puerta estaba parado Jungkook con su rostro lleno de sorpresa, viendo como la pequeña familia interactuaba. Parecía increíble, hacía solo meses habían llorado por Yoongi y ahora estaba ahí sentado riendo con Jimin, enviándose miradas discretas y cautelosas pero que ninguno se daba cuenta, solo él quien apreciaba todo de lejos.
Sonrió, estaba feliz por su primo. Definitivamente Jimin parecía vivo de verdad y no aquel muñeco que accionaba por puro reflejo.
Se retiró en silencio, había entrado a la Mansión Min hacia unos minutos solo para avisar a Jimin que Namjoon había llegado pero sinceramente no deseaba interrumpir.
Namjoon había querido ver a Yoongi desde que supo que estaba vivo, él había causado un gran alboroto el día que llegó a la Mansión tratando de derribar la puerta de la habitación, siendo impedido claro, por los guardaespaldas de Jimin.
Todos entendían el sentimiento desesperado de Namjoon incluso él cuando lo llevaba hacia la Mansión después de encontrarlo, también Taehyung cuando le contó, y Hoseok. Pero no debían ser imprudentes, según el doctor Hoseok debía ser despacio sin alteraciones porque Yoongi se estaba reincorporando a su vida cotidiana.
En la cocina, en la isla más específicamente, Jimin bebía su chocolate caliente y Yoongi su taza de café.
—Después puedes subir a darte una ducha, tengo un anuncio que hacer en el salón de la Mansión y después de ello iremos a un par de lugares.
Yoongi asintió pidiendo una vez más a Jiyoon y Jimin no se lo negó.
—Gracias —Yoongi miró a Jimin—. Por el desayuno, me gustó.
Jimin sonrió dulcemente, Yoongi no le dijo que había tenido otro recuerdo gracias al café: uno donde bebían café entre las mantas cálidas mientas observaban el amanecer en una playa.
Yoongi no sabia que eso fue el día siguiente de su luna de miel.
Terminando de acomodar al bebé en sus brazos estaba cuando alguien entró en la cocina llamando la atención de los dos adultos. El repicar de los tacones de Chae Rin sonaba por todos lados.
—Oh... yo, lo siento hijo creí que estabas solo.
La mujer relantizó su andar mirando a Yoongi y a Jiyoon.
—Hola Chae Rin —Saludó Jimin poniéndose de pie y después mirando a Yoongi —. Ella es mi madre Yoon, Park Chae Rin, también en como tu madre.
La mujer de cabello rubio como el se Jimin y mejillas igualmente de abultadas le hacían parecer una elegante versión femenina y madura de Jimin.
Los ojos de la mujer rápidamente se habían llenado de lágrimas de emoción pero se acercó con cautela igualmente.
—Santo cielo, es verdad entonces... es real que sigues vivo cielo. Esto es... Dios mio es increíble —Sollozó la mujer llevando una mano para tapar su boca. No quería asustar a Jiyoon pero sobre todo alterar a Yoongi.
Yoongi dejó que una de las manos de la mujer tomaran su mano y apretaran su muñeca. Sintió la emoción de la mujer como si de verdad fuera de su propia madre aunque no la recordaba a ella tampoco.
—Mamá —Habló Jimin a modo se prevención.
Pero Yoongi parecía estar tranquilo, aunque por dentro su cerebro trataba de recordar a la mujer, o algo de ella. Era su suegra, la madre de su esposo, era importante recordarla además parecía que ella realmente tenía afecto hacia él.
—Descuida Jimin, yo... debo tratar de recordar a todos aquí.
Jimin dejó de preocuparse, Chae Rin soltó su mano finalmente.
—Bienvenido a casa hijo, esta familia ya está completa contigo aquí.
—Gracias, Chae Rin.
Yoongi no recordaba aún que solía llamarle madre pero ella sonrió dulcemente.
Cuando Yoongi subió a la habitación principal a darse un baño y cambiarse la pijama Jimin y Chae Rin se quedaron abajo platicando con el bebé en su cuna portátil, soltó un largo suspiro, sabía que debía recordar a todos ahí pero, tanto era abrumador, solo por el momento quería enfocarse en Jimin.
Él era su prioridad en ese momento porque si por algún motivo moría de verdad algún día , lo haría feliz y en paz sabiendo que pudo recordar al amor de su vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top