♦️Capítulo 26
NOTICIA DE IMPACTO NACIONAL.
El día de ayer a las 2 horas PM, un grupo de logística y comando armado irrumpió en la sede central de la Secretaría General de Asuntos internos de Corea y también en las instalaciones de La base de las fuerzas armadas de la República de Corea donde se llevó a cabo una búsqueda intensa, detención de pruebas y arresto de varias personas entre ellos el Jefe de la base militar y el secretario de asuntos internos. Lo que causó un gran impacto entre la población, es que al parecer estas dos instituciones que han jurado proteger al país se han visto involucrados en un asunto muy delicado relacionado con secuestro, uso ilegal de sustancias desconocidas en personas, y robo de información y elaboración de fármacos ilegales.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) quien recopila información sobre países y ciudadanos extranjeros que concierne a la seguridad nacional de Estados Unidos en conjunto con La Agencia Central de Inteligencia Coreana (ACIC) , revelaron importante información que venían buscando desde hacía tres años, uno de sus agentes el Oficial Lee Taemin, quien es ciudadano Coreano que trabaja para la CIA estuvo trabajando encubierto dando como resultado el descubrimiento de uno de los Policías más importantes dentro de la Agencia de la SDT a quien se creía muerto en un "accidente" el oficial Min Yoongi...
2 semanas después.
Catorce días completos habían pasado desde que finalmente todo el trabajo de Lee Taemin había sido revelado a las autoridades favoreciendo la detención de varios hombres que habían estado involucrados en el asunto del secuestro de personas, al parecer desaparecían personas cada día en Corea y nadie se daba cuenta. Los usaban como conejillos de laboratorio para practicar en ellos muchas cosas, desde medicamentos ilegales en creación hasta lo que le había pasado a él.
Una máquina de guerra, eso era en lo que le habían estado transformando. Así como él muchos más, eran policías, soldados, jóvenes altetas, buscaban a los fuertes que tuvieran conocimiento en defensa y pelea.
Afortunadamente como había dicho Taemin, después de estar tres días en observación y bajo resguardo habían podido limpiar de su cuerpo todas aquellas sustancias, ya no sangraba de la nariz, ni tenía insomnio, por una vez desde que despertó había podido dormir muy bien, su cabeza había dejado de doler al punto de padecer Migrañas, su fuerza había vuelto a ser "normal" para un policía como él.
Todo estaba relativamente bien... casi todo.
Yoongi dejó de nuevo el periódico sobre la mesita del té, había leído más de 5 notas periodísticas a cerca del suceso, sabía que lo estában buscando hasta por debajo de las piedras porque la Policia de Corea junto a la institucion en la que se suponía que trabajaba la SDT querían ver como estaba, querían hacerle entrevistas, querían restituirlo a su cargo.
Pero él seguía escondido, no se atrevía aún a salir públicamente porque no sabía que debía responder, si no recordaba nada no podría volver a tener una vida normal, era como un lienzo en blanco sin sus recuerdos.
Todos habían coincidido que iban a ocultar el problema de amnesia de Yoongi hasta que él quisiera decirlo públicamente.
Pero parecía que no quería que se llegara ese día.
Taemin lo observaba de reojo mientras leía también. Carraspeó dejando la taza de Té sobre la mesa.
Yoongi lo observó unos instantes y desvío la mirada. Había estado viviendo con Taemin desde que había sido dado de alta de la institución donde lo habían llevado. Como no tenía a dónde ir —O si tenía pero no estaba seguro de que hacer— Taemin se había ofrecido a llevarlo con él a su apartamento.
—¿Quieres más Té Yoongi? —Le preguntó Taemin.
—Ammm no, gracias Taemin. Creo que iré a descansar un poco, hoy leí muchos periódicos.
Taemin le había estado llevando periódicos recientes e incluso viejos para que Yoongi leyera y así pudiera refrescar su mente y llenarse de información, también le llevó un par de libros.
Sumi la gatita siamés de Taemin se estiró sobre sus piernas dando un largo bostezo y volviendo a enrollarse.
—Parece que le gustas. —Sonrió Taemin poniéndose de pie.
Yoongi sonrió, a él también le gustaba mucho esa gata mañosa que se sentaba sobre él cada vez que se acomodaba en el sofá, en especial por sus dos lindos ojos verdes almendra porque le hacían recordar a cierta persona de la que había estado escondiéndose.
¿Por qué lo hacía?
Era simplemente miedo, ¿Porque, entonces que iba a pasar si Yoongi no lograba recordar nada al final y todo lo que había vivido con él se perdía? Se sentiría mal culpable porque sabía que Jimin también se sentiría mal.
Yoongi no tendría la confianza de acercarse, de hablarle normal, o si quiera de tocarlo. No sabía como hacerlo. Eso le aterraba. Tenía miedo de morir solo también.
—Bueno si quieres te despierto para la cena ¿Lasaggna o pasta? Hoy vamos a romper la dieta, los abdominales pueden esperar un poco. —Bromeó Taemin.
—Pasta. —Respondió con simpleza. Y no porque en realidad amara tanto la pasta si no porque debía responder.
Taemin le hacía preguntas y lo obligaba a interactuar con él porque decía que si no lo hacía se volvería un hombre de las caverna, aislado y temeroso de todos.
Y no era para menos, le habían tenido retenido y jugaban con su vida y su salud era lógico que temiera de las personas.
Taemin se fue tarareando de la sala para la cocina y Sumi movió sus orejitas curisosa al oir los ruidos en la cocina, su dueño estaba en la cocina así que graciosamente saltó del regazo de Yoongi de donde en verdad estaba muy cómoda y fue a la cocina con andar lento y elegante.
—Vaya, me dejas así de fácil por un poco de comida. Traidora. —Le dijo Yoongi.
Sumi le dedicó un maullido largo y agudo a modo de respuesta.
Finalmente se levantó del sofá y fue a su habitación, una que le había adecuado Taemin, pequeña y acogedora. Se sacó la remera blanca que traía y dejó caer en la cama mirando al techo fijamente.
Así se quedaba por varias horas a veces, parecía querer disociarse demasiado de la realidad. Era como meterse en su caparazón para sentirse seguro. Miró a un lado en su brazo, la variedad de tatuajes que tenía, aquellas fechas que ahora sabía significaban algo importante de su vida con Jimin pero no sabía a ciencia cierta qué. Las alas de ángel, la palabra ángel, los ojos... los bonitos ojos que por instantes parecían tomar vida propia y mirarle fijamente a veces con amor a veces con dolor.
¿Cuánto daño le estaba causando a Jimin al esconderse? No lo sabía, pero si sabia que lo hacía.
¿Cómo eran ellos de pareja? ¿Cómo se conocieron? ¿Era dulce y cariñoso con Jimin o era serio, huraño o distante, era gracioso? Tantas preguntas a las cuales obtendría respuesta si solo se animara a ir con él.
Pero ¿Qué pasaba si Jimin lo rechazaba? O si lo aceptaba pero sin Yoongi poder recordar ¿que iba a pasar entre ellos? ¿Cómo comenzaría de nuevo?
No quería ir e ilusionar a ese hombre porque eso le destrozaría aún más. Bufó molesto y cansado por la impotencia de no poder recordar nada. Solo aquellos fugaces recuerdos que le venían a la mente pero hacia días que no volvía a tener ninguno.
Dejó de ver los bonitos ojos de Jimin y cerró los suyos con fuerza soltando un largo y profundo suspiro. Siguió pensando en cosas y cosas y así fue que se quedó dormido tan profundamente que la noche llegó y él seguía dormido.
Pero estaba soñando, lo soñaba a él a Jimin, no le hablaba le sonreía nada más llamándolo juguetonamente con la mirada y Yoongi lo seguía por la oscura habitación, al final Jimin se detuvo en una puerta que estaba cerrada y era la misma puerta que él soñaba pero que nunca podía abrir.
En silencio Jimin tomó su mano y juntos giraron el picaporte de la puerta y éste giro sorprendiendo a Yoongi porque con él sólo jamás se abrió. Después se miraron a los ojos y juntos la empujaron, una luz cegadora los iluminó al salir, afuera había un vello jardín de peonias de todos colores pero abundaban las de color rosa y un pequeño bebé sentado en el césped jugando con una sonaja y sonreía al verlos.
Era la imagen más bella que Yoongi había visto en su vida. Jimin se alejó de él y fue asentarse al lado del bebé y lo llamó para que hiciera lo mismo.
El sonido de las hojas mecerse suavemente con el viento que las hacía bailar y el suave y alegre trino de las avecillas que revoloteaban por el lugar le daban el toque perfecto a la escena.
Yoongi vaciló un poco pero comenzó a dar pasos cortos hasta llegar a donde estaba Jimin con el bebé y después se sentó a su lado, una sonrisa genuina salió de sus labios al mirarse ambos a los ojos. El bebé les llamó la atención con sus palabras balcuceadas y el sonido de su juguete y Yoongi volvió a sonreír. Una sonrisa que le llegaba hasta los ojos haciéndo que pequeñas arrugas aparecieran en las esquinas de sus ojos y los ojos de Jimin casi desaparecían al sonreír. Eso le gustó mucho a Yoongi.
Se quedó detenido en el tiempo ahí, viendo a Jimin a su hijo jugando, era feliz ahí. Por alguna razón quería quedarse ahí siempre.
El sonido del trinar de las aves y las hojas moviéndose se detuvieron y Yoongi dejó de reír para ponerse alerta.
Todo quedó sin movimiento, hasta Jimin y él bebé se habían paralizado como dos estatuas. ¿Qué significaba eso?
Era como estar dentro de una fotografía pero el único que se movía era él.
La preocupación comenzó a invadirlo y cuando se dio cuenta era arrastrado hacia la habitación oscura una vez más.
Se despertó sobresaltado con su cuerpo temblando y su cabello pegado a su frente por el sudor, su pecho bajaba y subía y su corazón latía con fuerza.
—Un sueño, solo un sueño. —Se dijo relajando su cuerpo.
La luz de afuera ya se había esfumado eso significaba que era ya de noche.
Se levantó perezosamente y se metió al baño para darse una ducha, al salir se vistió con una camisa negra en conjunto con un pantalón de vestir también negro, se dobló las mangas de la camisa hasta los codos se le podía ver los tatuajes, se puso su reloj y tomó su billetera.
Se detuvo por un instante al abrirla y ver 5 billetes de baja denominación, ¿Cómo iba a salir sin no tenía un centavo? Seguro Taemin podría prestarle algo.
Se arreglo el cabello con los dedos y se vio en el reflejo del espejo.
Estaba listo.
Salió de su habitación y la luz amarilla del pasillo estaba encendida, la de la sala y cocina también y el resto estaba en oscuras.
Se oia música de fondo y risas, cuando Yoongi se acercó a la cocina vio a Taemin inclinado sobre el horno revisando la pasta que había estado cocinando y a Minho el roommate de Taemin molestandolo.
Taemin sacó la pasta y la dejó sobre la encimera sobre una tabla de madera y se volteó hacia Minho dándole un manotazo.
—Déjame de fastidiar loco.
Minho rió escandalosamente él era más alto que Taemin así que con facilidad lo levantó por el aire.
—Ya Minho bajame, idiota eres un idiota. —Se quejó Taemin entre risas.
Yoongi parado en el marco de la puerta veía a los dos pelear entre risas. ¿Sería así él con Jimin? ¿Cómo serían?
Carraspeo un poco avergonzado haciendo que Minho bajara a Taemin con sus mejillas bastante rojas y su cabello alborotado.
—Hola Yoongi. —Dijo acomodando su camisa que se había subido un poco.
—Hey policía ¿Vas a salir? Te ves diez de diez. ¿Harás conquistas esta noche? —Bromeó Minho acercándose a Yoongi.
Se dieron un apretón de manos y Yoongi asintió.
Taemin y Minho eran amigos, y compañeros de apartamento desde hacía años. Aunque Yoongi sospechaba que a Minho le gustaba Taemin más que como amigos, pero parecía que Taemin no se daba cuenta de ello.
—¿De verdad vas a salir Yoongi? —Preguntó asombrabado.
Taemin le había insistido tanto que salieran aunque sea a dar una vuelta a la manzana pero el pelinegro siempre se negaba.
—Yo... necesito un favor. —Tartamudeó Yoongi.
—Dime Yoongi, lo que sea.
El pelinegro se puso algo nervioso, sabía a donde quería ir pero expresarlo en voz alta le aterraba.
—¿Podrías prestarme algo de dinero? Para un taxi. —Pidió con sus mejillas algo rojas.
Taemin arrugó la frente en confusión y se acercó a Yoongi más.
—¿A donde quieres ir? —Preguntó Taemin.
Detrás de ellos Minho pellizcaba el queso de la pasta recién hecha.
—Al casino del Ángel Holiday.
De inmediato de la confusión Taemin pasó a la sorpresa. Hizo una O grande con sus labios al comprender.
—No hace falta Yoongi yo te llevo, Minho vamos Al casino con Yoongi quizá me gane el premio gordo esta noche. —Sonrió tomando la pasta y guardándola para que Sumi no se la comiera.
—¿Quieres el premio gordo? Yo lo tengo gordo. —Respondió Minho.
—Cállate puerco. —Le riñó Taemin sampandole un golpe en la cabeza.
Yoongi los siguió con una sonrisa sonrisa sus labios.
...
Media hora después de escuchar peleas entre Minho y Taemin finalmente habían llegado al casino.
Al bajar del vehículo de Taemin sintió la brisa fresca de la noche, el hotel era lujoso, en el estacionamiento solo habían autos de lujo.
Al entrar al casino y registrarse el encargado de la seguridad del lugar abrió en grande sus ojos. Definitivamente lo había reconocido.
En ese sentido Yoongi estaba tan abrumado, varias personas le volteaban a mirar sin discreción.
—Como es la gente de Chismosa. —Bufo Taemin sentándose en una mesa de apuestas que estaba libre y llamando al camarero para pedir un trago.
—¿Qué decías? No te oí, estaba viendo el juego de la otra mesa. —Respondió Minho.
Taemin rodó los ojos.
Yoongi por su parte observaba todo con detenimiento. El lugar era parte del Hotel más grande de Seúl el Ángel Holiday, y el restaurante que estaba al apar. Pero el casino llamaba mucho la atención, , la iluminación era tenue y cálida de manera que los protagonistas sean los juegos ahí.
Tenía la sensación de ya haber estado ahí antes.
Habían mesas de juego repletas de personas pasando el tiempo, camareros y camareras elegantemente vestidos que llevaban azafates con bebidas y aperitivos, o cigarrillos. Música suave, un ambiente bastante agradable y sombrío a la vez.
El aura de misterio y de diversión se veía por todas partes. Por donde quiera que voletara a ver habían hombres y mujeres jugando dados, ruleta, bacará, blackjack, y video poker.
También habían bastantes personas en los juegos más populares el craps, el punto y banca, el póquer y las máquinas tragamonedas.
Más al fondo estaba la barra de bebidas donde había una fila de hombres pidiendo y bebiendo.
En la parte de arriba estaba la sección VIP, habían mesas de Villar, y más maquinas tragamonedas. Mesas para Blackjak y poker.
—¿Van a jugar caballeros? —Se acercó una hermosa mujer con unas fichas de colores mirando a todos y guiñando un ojo.
—En juegos de azar y de apuestas soy pésimo pero si ellos juegan también yo. —Sentenció Minho.
La chica les dejó sobre la mesa unas barajas y fichas y rápidamente se acercaron varias personas a apostar y a jugar. Les habían llevado su bebida, Yoongi bebia vino.
No sabía que le gustaba tanto el vino.
Después de haber jugado varias veces, agarró la práctica y ganó varias rondas.
Era divertido, había ganado más dinero del que había traído en el bolsillo.
Poco después Estaban hablando y platicando mientras bebían más, Minho no bebia mucho ya que vio a Taemin entusiasmado así que prefirió no beber tanto. Yoongi pudo notar como Minho miraba a Taemin decir cualquier cosa y reír embobado.
Sonrió negando apartando la vista de la pareja.
Cuando sus ojos viajaron al área VIP ahí estaba Jimin, parado recostado de frente sobre la baranda de madera del segundo piso observándolo. ¿Cómo estaba seguro Yoongi de que lo vería ahí la primera noche? No sabía, no tenía la más mínima idea.
¿Jimin lo habría estado esperando?
Los ojos verdes de Jimin se cruzaron con los suyos, tenía un gesto serio pero pacífico mientras lo veía. Su cabello lindo bien peinado hacia atrás y una camisa gris y pantalón negro ajustado a su cuerpo.
—Es hora campeón ve a hacer lo que tengas que hacer. —Taemin le dio varias palmadas en la espalda.
—Yoongi, te dejare mi teléfono para que podamos llamarte y saber que estas bien ¿Okey? Ve, no te preocupes por nosotros. Llevaré a Taemin a casa.
Yoongi asintió agradecido con los dos.
Se levantó de su asiento y después comenzó a caminar hacia las escaleras de madera, Jimin no le apartaba la mirada. Yoongi estaba a medias escaleras cuando un tipo se había acercado a Jimin colocando sus manos sobre la cintura del rubio castaño.
Por un instante Yoongi se desconoció, una Furia le invadió por completo al ver como el hombre se atrevía a poner sus manos en Jimin. Se sentía enojado, furioso... ¡celoso! Era la primera vez que se sentía así al menos que él recordara.
Pero afortunadamente antes de cometer cualquier locura Jimin apartó al tipo lejos de él.
—Chacko vete ya si no quieres que esta vez si te mate idiota. Ya cerramos el negocio. —Habló.
A Yoongi le cayó muy bien lo que Jimin dijo.
Al llegar hasta él el hombre sonrió y lo detalló detenidamente.
—Igual ya apareció el policía, ya sé que no tendrás ojos para nadie más si él está presente, pierdo mi tiempo. —Sonrió Chacko se retiró de ahí dejando su humo del cigarrillo.
Jimin volvió su mirada afilada hacia Yoongi, el pelinegro tuvo que tragar saliva, su mirada era imponente y penetrante que doblegaria a cualquiera con solo verlo a los ojos, ese verde resplandecía más.
—Jimin. —Habló más ronco de lo normal debido al terror que sentía. No por Jimin claro está. Era por no tener ni idea de cómo empezar. —¿Entonces haces negocios ilegales? ¿Debería arrestarte?
Jimin casi sonrió un poco, irónicamente recordando la primera vez que se habían conocido, cuando Yoongi había llegado a la bodega a arrestarlo.
—Yoon, que sorpresa verte por aquí. —Soltó Jimin con aquella voz suave.
Se quedaron un momento más observandose uno al otro hasta que finalmente Yoongi habló.
—El bebé... ¿Está bien?
Jimin miró a su alrededor, sentía su corazón latir con fuerza, lo había esperado por dos semanas hasta que por fin llegó. No presionó, no insistió sabía que él llegaría cuando estuviera listo, aún así lo había estado vigilando, siempre lo hacía.
—Ven conmigo. —Jimin le tomó de la mano y de inmediato algo recorrio todo el cuerpo de Yoongi.
Era como un choque eléctrico, parpadeó un momento mientras era llevado por Jimin a un área privada, en su mente comenzó a visualizar imágenes de él y de Jimin, su risa su voz, Jimin cantando a su barriga, Yoongi acariciando la barriga. Muchas imágenes.
La diferencia era que ésta vez no era doloroso recordar.
Soltó aire cuando finalmente llegaron a un balcón que daba hacia la ciudad, desde ahí se veía Seúl de noche y era espectacular. El río Han, los altos edificios.
Después sus ojos se volvieron a conectar.
—Jiyoon, se llama Min Park Jiyoon y está sano y salvo en casa con Chae Rin.
Yoongi soltó un suspiro, no había olvidado la amenaza de Da-son para Jiyoon y eso lo había mantenido agobiado. Pero no tenía idea de quien era Chae Rin así que frunció levemente su frente.
—Amm...mi madre, Chae Rin es mi madre. —Explicó Jimin sintiendo algo extraño el tener que explicar a eso a Yoongi.
—Ohh, que... bueno. —Fue su respuesta.
Nuevamente se quedó sin palabras, obviamente estaba aliviado de que Jiyoon estuviera bien. De pronto recordó otra cosa que le tenía con pendiente.
—¿El doctor Hoseok? —Preguntó ésta vez con un poco más de confianza.
Era extraño, era como estar hablando con alguien a quién recién conocía.
—Te salvó la vida ma parece, está recuperándose en el hospital. Así que no tienes por qué preocuparte. Él está bien, está preocupado por ti, todos lo están.
Yoongi tuvo la impulsividad de preguntar si él también estuvo preocupado por su persona pero se reprimió. Desvío la mirada un poco nervioso.
—¿Tú estás bien Yoon? —Preguntó Jimin tratando de encontrar su mirada ya que Yoongi ahora le rehuía.
—Bien creo, yo... no sé aún necesito un tiempo de adaptación. No...soy tan funcional ¿Sabes? Olvidé muchas cosas... yo ni si quiera se nada de ti, no se cual es tu color favorito, o tu fecha de cumpleaños, se me olvidó tu aroma favorito, tu comida favorita, tus gustos, los míos. Me siento incompleto, e incapaz de hacerte feliz nuevamente si es que un día día hice por eso es que no he venido a buscarte, me siento perdido Jimin no se que hacer o cómo, no se...
Yoongi calló de repente porque un dedo de Jimin sobre sus labios le impidió seguir hablando.
—Mi color favorito es el azul, mi cumpleaños es en octubre 13, mi aroma favorito es el floral con toques de madera, no tengo una comida favorita podría decirse que el Kimchi, mis gustos son... raros hay cosas que a cualquiera podrían resultarle lindas y a mi repulsivas... pero mi gusto favorito eres tú y tu gusto favorito soy yo.
Yoongi sintió que el aire se le escapaba.
El dedo de Jimin que aún presionaba los labios de Yoongi se movió hacia un lado tocando la suave piel de la mejilla derecha de Yoongi y bajando hacia la barbilla.
—Vuelve Yoon, ven a casa y con gusto pasaré los días enseñándote todo lo que hayas olvidado, no me importa si para eso me deba llevar una eternidad o dos pago el precio, despertaré cada día feliz de verte a mi lado aún si has olvidado mi nombre o todo de mí porque no quiero pasar más tiempo lejos del hombre que me enseñó que la vida es maravillosa, que las cosas no pasan porque si, que no existen las casualidades que lo nuestro no era una coincidencia era el destino. No voy a permitir que me hagas olvidar eso Yoon, yo no...
Los verdes ojos de Jimin se cristalizaron un poco.
Yoongi no podía cree que él le haya hecho sentir a Jimin todo eso antes, que le haya enseñado a amar así.
Jimin le tomó el brazo a Yoongi ahí donde se le veía un tatuaje.
—Estos son míos. —Señaló sus ojos. —Y atrás está la fecha 10/5/2020, el día que dijiste te convertiste en el hombre más feliz del mundo cuando te dije que si. Todo eso es importante Yoongi, no me hagas olvidarlo a mi también, me rehusó.
Jimin limpio furiosamente una de sus lágrimas que ya venía bajando rebelde por su mejilla.
—Jimin...
—Cállate Yoon déjame hablar, no me importa si te vas de este mundo sin recordar como me conociste, o como fue nuestra primera vez haciendo el amor, o como te dije que serias padre de nuestro Jiyoon. No me importa nada, solo déjame amarte, ven a mi, ven y convirtámonos en un nosotros de nuevo, Diablos yo no... No quiero dejarte ir, no... sé que tienes miedo pero solo confía en ti, se que me amas aún, puedes sentirlo incluso si no lo dices. —Sollozó Jimin mientras limpiaba sus lágrimas y se aferraba al brazo de Yoongi.
El pelinegro estaba muy conmocionado no podía gesticular si quiera su nombre. Jimin, él lo amaba y se negaba a dejarlo ir... aún asi si no lograba recordarlo, su corazón dolía mucho, él quería hacerlo, de verdad quería hacer algo por ellos, algo dentro de él le decía que tenía que dejar el miedo atrás, que debía confiar.
Se animó a acercarse un poco más a Jimin y a limpiar sus lágrimas con sus manos, rozó brevemente sus cabellos sedosos haciendo que Jimin soltara entre un hipido y una sonrisa.
—Tus flores favoritas son las peonias color rosa, y de cariño te llamo Ángel ¿Es así?. —Preguntó Yoongi con un nudo en su garganta.
Jimin sonrió nuevamente y asintió, restregando un poco su rostro entre las grandes y cálidas manos de Yoongi. Después solo sintió su cuepro ser envuelto con ternura y protección y se permitió llorar entre los brazos de Yoongi.
—Si me tienes paciencia, yo me quedaré. —Respondió animandose a dejar un casto beso en su frente.
Jimin se sintió tan dichoso porque eso significaba que todo iba a estar bien, no en un día, o dos, poco a poco Yoongi volvería a recordar todo y Jimin estaría ahí ayudándole en todo momento.
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