♠️Capítulo 22

Los guardias de seguridad que resguardaban el perímetro no la dejaron pasar. A pesar de sus intentos vanos en hacerles escuchar sus motivos. Parecían reacios y muy difíciles de tratar.

Uno de ellos el que parecía el jefe de todos se acercó a ella.

     —El señor Min está ocupado en este momento. —Respondió mientras con una mano la detenía. —Espere por favor.

Desde  el audífono que tenía en su oreja habló con alguien más por un breve momento avisando que había una persona que quería ver a su jefe.

     —La señora tiene algo muy importante que decir sobre el señor Min Yoongi. —Habló el guardia de la segunda de la entrada de la Mansión Min-Park.

La mujer no pudo escuchar que le habían respondido al guardia, solamente esperó impaciente mientras se resolvía si la dejaban pasar o no.

La puerta se abrió de manera electrónica y Jackson salió a ver que era lo que estaba pasando.

     —Dice Lisa que según las cámaras de videovigilancia hay un problema aquí. —Jackson observó a su personal encargado de resguardar todo al rededor de la Mansión de Jimin.

En aquella casa no podían llegar si quiera a la garita de acceso sin antes haber pasado por los guardias de afuera.

     —Si, esta señora se acaba de presentar aquí diciendo que tiene algo importante que decirle al jefe sobre el fallecido señor Min.

Jackson analizó a la mujer, parecía que en su mente tenía  el vago recuerdo de haberla visto ya antes.

     —¿Cuál es su nombre? —Preguntó plantándose frente a ella.

     —Me llamo Kim Jung-hee Jimin me conoce muy bien. Solo dígale que estoy aquí y que debo decirle algo muy importante acerca de su esposo Yoongi. 

Jackson penetró con sus oscuros ojos a aquella mujer antes de entrar de nuevo en la Mansión. 

La mujer se llevo los brazos a sus costados para abrazarse así misma, tenía que hacerlo si no, estaba segura de que moriría a manos de Da-son, y el único ser en la tierra que podía protegerla era  Jimin. Pero para ello debía darle algo valioso a cambio. 

Aunque quizá ni si quiera llegara a ver a Jimin ya que no la querían dejar entrar. Se volvió a encerrar en su vehículo.  De ahí no se iba a ir sin haber hablado con Jimin, lo esperaría el tiempo necesario.

Su celular comenzó a sonar y en la pantalla se reflejaba el número de Da-son.  Tembló.

Jamás pensó que ella  acabaría  teniendo miedo de su propia hija, pero es que Da-son estaba tan desequilibrada, no se dio cuenta en qué momento pasó. Siempre fue rebelde y muy enojada y desde pequeña presentaba cambios de humor que se fueron haciendo notorios con los años. Aunque aquella fijación de coleccionar los artículos del periódico donde aparecían su padre y Jimin debió ser una señal de alarma para ella que no vio a tiempo.

O no quiso ver.

Da-son estaba muy obsesionada con su padre y Jimin. 

Pero era normal creer que era algo momentáneo, un resentimiento normal de una hija rechazada por su padre y su medio hermano.  Aunque en realidad nunca pasó que Jimin la haya rechazado.

Las circunstancias no eran para  nada  favorables para Da-son. 

Ella quería ser una Park pero eso no se podía por más que ella quisiera. Da-son había alterado todo su entorno desde adolescente, creyendo que por ser hija de un Park tenía derechos que en realidad no le correspondían. Ni si quiera llevaba el apellido de su padre.

Al parecer eso era lo que más mal la ponía, no llevar el apellido de aquella gran familia a pesar de llevar su sangre. 

Kim Jung-hee siempre le había dicho que no llevar el apellido de esa gran familia de prestigio no la hacia menos persona pero para Da-son al parecer si era más importante y siempre odió a su padre por no reconocerla como su hija.

Lo que Da-son no entendía era que  su padre no le había puesto el apellido no porque él no quisiera, fue porque Jung-hee decidió que no seria así. Se lo había explicado ya muchas veces a Da-son pero ella no entendía, prefería creer que los Park eran los malos. Prefería alimentar un odio sin fundamentos ella sola. En conclusión su hija estaba loca y si no se alejaba de ella lo lamentaría.

Ella misma estaba consciente de que al haberse involucrado con un hombre como el señor Park había sido el peor error de su vida no solo porque eran una familia muy poderosa sino que el hombre tampoco tenía sentido de la paternidad muy latente, ni de la familia.  En el tiempo que ella lo pudo conocer se dio cuenta de que él amaba mucho su trabajo pero por otro lado descuidaba un poco a su familia. 

Jung-hee tuvo la fortuna de que al Park Chae Rin enterarse del amorío de su esposo no le haya enviado a hacer nada malo, Chae Rin  era una gran mujer.

Además ella en el papel de amante pues no tenía demasiado que reclamar ni mucho por obtener, así que decidió alejarse junto con su pequeña hija con algo de dignidad sin rogar manutención y sin pedir un apellido.

El error sobrevino cuando Da-son cumplió los 12 años de edad y le preguntó sobre su verdadero padre,  para ese entonces Jung-hee ya se había casado con un buen hombre que les dio lo poco con lo que podía contribuirles ya que no era un hombre millonario subsistía con un solo trabajo como ella aunque a su hija nunca le agradó el señor. 

A Jung-hee se le ocurrió la idea de contarle sobre su verdadero origen creyendo que eso era bueno, ser sincera con su hija sería lo correcto y ella lo entendería, pero no sabía que dentro del corazón de la pequeña niña de doce años creía algo oscuro que se fue alimentando con los años. A los 15 conoció al señor Park.

Con algo de duda el señor Park fue hasta donde ellas lo habían citado para conocerse. El señor Park solo tenía un vago recuerdo de Da-son ya que su madre se la había llevado lejos siendo una bebé. Aún así   no pudieron  congeniar por más que el señor Park quiso, y Da-son comenzó a reclamar cosas que según ella le pertenecían por ser su hija.

Logró que la llevara a conocer la Mansión Park donde vivía con su hijo Park Jimin y con su esposa Park Chae Rin. Ellos habían comprendido muy bien la situación y le habían dado la oportunidad a Da-son de acercarse a ellos pero pronto vieron que sus intenciones no eran buenas, cuando trató de culpar a Jimin de un robo dentro de la Mansión.

Los señores Park conocían a la perfección a Jimin y entonces decidieron que Da-son no volvería a la Mansión hasta que no hubiera rectificado su comportamiento pero eso para Da-son no significó más que un rechazo y desde ahí comenzó el odio hacia ellos.

Jung-hee tuvo que lidiar con los comportamiento inadecuados de su hija por muchos años hasta que finalmente ella se fue a la universidad algo que la alejaría de la familia Park y por lo tanto de su obsesión con ellos. Pero todo volvió a decaer cuando de la Universidad fue expulsada en su tercer año y volvió a casa, se casó con un abogado y desde ahi en más Jung-hee ya no tuvo más control sobre su hija.

Se volvió más difícil de tratar, más malvada hasta el doctor le había recetado fármacos para sus cambios de humor, Jung-hee sabía que Da-son no estaba bien de la cabeza y quiso ayudarla pero ella nunca cooperó  al contrario fue llenando de miedo a su madre con pequeñas cosas que hacía no fue hasta que mató a su padrastro que Jung-hee supo que debía temer también por su propia vida.

Ella como madre la quiso ayudar pero nunca pudo y ahora que corría peligro lo único que podía hacer era ir con  Jimin y contarle toda la verdad de lo que había visto.

Su teléfono volvió a sonar y decidió responder.

     —¿Da-son?

     —Mamá ¿Dónde demonios estás y por qué no respondes el maldito celular?

Jung-hee miró a su alrededor,  los guardias de la Mansión Min-Park aún estaban a su alrededor pendiente de sus movimientos.  No era para menos estaba en la propiedad de un Mafioso multimillonario de armas tomar.

     —Estoy de compras Da-son por eso no escuche que llamabas ¿Qué necesitas?

     —¿De compás? Mmm, necesito que vengas a casa hay algo importante que necesito que hagas por mi.

     —¿Algo importante? ¿Qué es?

     —Necesito que vengas ahora mamá no voy a darte explicaciones. 

La mujer miró por la ventana de su auto. Estaba segura de que Da-son estaba por planear algo muy malo y ella no quería estar cerca. 

     —Está bien iré en cuanto acabe de comprar.

     —Apúrate no te tardes tanto.

     —Claro hija ya voy te llevare algo para ti. Una sorpresa.

     —Aish como digas mamá apúrate.

Jung-hee cortó la llamada, los de seguridad interna no se habían vuelto a asomar, solo esperaba que Jimin no la rechazara. No quería volver a casa con Da-son sin protección.





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     —No podemos hacer eso ya el cargamento viene en camino solo queda esperar.

Jimin llevó una de sus manos a su cabello desordenandolo algo exasperado.  Estaba teniendo problemas con uno de sus nuevos embarques.

Le dolía la cabeza y quería acabar ya la reunión con su equipo de trabajo. 

Jackson entró excusándose con todos y se dirigió a Jimin para hablar con él.

     —Jimin  afuera hay una mujer que insiste en hablar contigo. —Le susurró.  No quería que la conversación se oyera en toda la sala.

     —¿Quién es? —Preguntó Jimin observando a Jackson.

     —Dijo que se llama Jung-hee. —Respondió Jackson.

Jimin exalo un suspiro. ¿Qué querría esa señora?

Jimin jamás había tenido problemas con Jung-hee, pero tenía demasiado recelo contra Da-son su media hermana porque ella era particularmente algo desequilibrada. 

¿Qué cosa se le había ocurrido ahora para fastidiar?

No es que Jimin la despreciara por ser hija de una aventura de su difunto padre, a decir verdad se extrañaba que solo Da-son fuera hermana suya, su padre nunca fue un hombre muy comprometido con su madre ni con él pero no lo podía juzgar, muchos mafiosos llevan una vida muy desordenada.

     —¿Te dijo que quería? —Preguntó.

     —A mi no, solo dijo que quería hablar algo importante contigo.  Algo sobre el señor Min.

Un dolor agudo en su estómago sobresaltó a Jimin. Le pasaba eso cada vez que alguien mencionaba a Yoongi.  ¿Qué quería ella con Yoongi? Yoongi estaba muerto. A lo mejor quería dinero.

     —Estoy ocupado Jack dile que no puedo atender.

     —Está bien Jimin ahora le digo.

Jackson se retiró de inmediato de la sala de juntas y Jimin volvio a lo suyo, el asunto del embarque que iba en camino y que llevaba menos del cargamento que pidió. Al parecer alguien quería pasarse de listo con él.

     —¿Qué quería Jackson Jimin? —Preguntó Jungkook a su lado.

     —Algo sobre Jung-hee ¿La recuerdas? La madre de mi hermana loca.

     —Oh si ¿Vino a pedirte algo?

     —No, en realidad dijo que quería hablar de Yoongi.  ¿Qué querría hablar ella sobre Yoon? —Preguntó algo imaginado. 

     —No lo sé, quizás alguna tontería.

Jimin se quedó pensativo. Ella jamás se acercaba a él  nunca ni para pedir dinero la que solía hacer eso  era Da-son.  ¿Ella la habría enviado? Podría ser eso.

O podría ser...

     —Kook continúa tu la reunión ahora vuelvo.

Jungkook solo miró como su primo salía rápidamente de la reunión.

Jimin bajó corriendo los escalones para lograr alcanzar a Jackson pero él no estaba por ningún lado así que no tuvo más remedio que correr para afuera de la Mansión, sus hombres de seguridad lo saludaron al verlo con una reverencia y él pasó de largo hasta llegar a la garita de seguridad de su hogar.

Hizo entonces una seña para que el portón eléctrico se abriera para él y se encontró con Jackson hablando o tratando de hablar con una histérica mujer.

     —¿Jackson?

     —Jimin lo siento hice todo lo posible pero ella no se quiere retirar.

Jimin miró a la mujer, su cabello recogido en un elegante moño tenía varios cabellos sueltos por el esfuerzo y la pelea que había tenido con Jackson cuando se quiso meter solo así adentro de la Mansión cuando recibió la negativa de parte de Jimin pero sus ojos se alumbraron cuando le vio ahí parado detrás del guardaespaldas.

     —¡Park Jimin!

     —Kim Jung-hee ¿Qué hace aquí señora? —Jimin se llevó ambos brazos cruzándolos sobre su pecho mirando con gesto serio a la mujer.

     —Necesito hablar contigo, es importante.

     —No tengo nada que escuchar de usted señora  vallase porque estoy ocupado. 

Jimin dio media vuelta para poder adentrarse en su Mansión, los llamados de la mujer eran insistentes.

     —Te conviene Park Jimin.

     —Soy Min Jimin señora. —Respondió deteniéndose.

Ella sonrió con suficiencia llamando así la atención de Jimin quien la veía por sobre su hombro.

     —A sí que aún defiendes tu apellido de casado, entonces esto que voy a decirte te conviene mucho.

Jimin arrugó el ceño sin comprender ninguna palabra pero totalmente curioso por lo que ella trataba de decir.

     —Hable ya, sea clara tiene un minuto.

     —A cambio de lo que voy a revelarte pido tu protección. —Exigió la mujer.

Jimin le miró con una ceja alzada haciendo su cabeza para atrás, sabía que la mujer no estaba ahí de gratis.

     —¿Para qué o por qué pides protección? ¿Te has metido con alguien peligroso? ¿Por qué debería yo darte mi protección?

Ella le retó con la mirada, debía obtener la protección de Jimin a toda costa no quería morir a manos de su desquiciada hija.

     —Porque sé donde está Min Yoongi. 

El estómago de Jimin volvio a dar una vuelta entera al oír aquello. Su pecho aún dolía mucho.

     —¿Qué clase de broma es ésta? —Recriminó apretando los dientes. Creyendo que era una alusión a que Yoongi estaba en un cementerio.

     —No es ninguna broma, tu esposo está vivo, todo fue un montaje para hacerte creer que está muerto pero no, él está vivo. ¿Quieres saber dónde está? Entonces dame tu protección. 

Jimin volvió todo su cuerpo hacia la mujer y sus oídos no daban crédito alguno de lo que estaba hablando.

     —¿Es una maldita broma? —Preguntó con la voz amenazante y gruesa.

Ella negó.

Rápidamente sacó su celular y busco desesperadamente en su galería una fotografía que había tomado apresuradamente la última vez que estuvo en la Mansión de Da-son.

Le mostró a Jimin lo que ella había capturado.

Un hombre de cabello negro ligeramente largo con pantalón negro y camisa blanca parado en medio de un jardín sin flores. Se veía desde lejos estaba de espaldas o casi de perfil pero se podía ver que era él.

El alma de Jimin se le fue del cuerpo y dio una vuelta enorme para después caer de nuevo sobre él.

Era Yoongi,  su Yoongi  y al parecer era verdad y estaba vivo.

Su cuerpo tembló ligeramente y sus piernas fallaron por un momento,  Jackson quien estaba cerca le sostuvo para que no cayera.

Miró a la mujer con sus ojos avellanas llenos de lágrimas y su respiración entrecortada. Tenía muchas preguntas y quería respuestas pero también quería ir por él.

     —¿En donde es este lugar? —Preguntó agitado, su pecho le dolía.

     —¿Me das tu protección?

     —Maldita sea si, ¿Dónde es esto?

     —Es la casa de tu hermana, de Da-son.

Rápidamente algo hizo explosión en la cabeza de Jimin,  recordó cuando ella le había llevado flores artificiales a Yoongi en su funeral. Aquellas flores horribles que él arrojó a la basura.

Esa maldita mujer.

     —Jimin esa es la Mansión que hemos estado vigilando desde ayer. —Interrumpió Jackson acercándose a mirar la fotografía. 

     —Lleva a la señora adentro y dile a Suran que pida que  le preparen una habitación, también reúne al equipo.  Vamos a ir por Yoongi ahora mismo. —Ordenó.

Entró rápidamente a la Mansión y vio a Suran quien venía platicando con Lisa y traían a Jiyoon en sus brazos.

     —¿Pasa algo Jimin? —Preguntó Suran al verlo entrar agitado.

     —Tengo una misión muy importante, dejaré a Jiyoon con mi  madre los quiero a todos listos.

Tomó al bebé de los brazos de Suran.

     —Ven amor, iremos con la abuela, y yo iré a recuperar a papá  lo traeré de vuelta a casa amor y seremos esa familia feliz que merecemos ser.

Depositó varios besos sobre la frente de su pequeño bebé quien sonrió feliz por los mimos.

Yoongi estaba vivo, Jimin aún no podía creerlo. Iría por él,  iría por el amor de su vida.


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Hola mandarinas ¿como están?

¿Que les pareció el capitulo? Jimin sabe la verdad ya.

Da-son está desequilibrada. 

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