♠️Capítulo 14
—¿Él Alcaide?
El azabache apuesto que tenía varios tatuajes y piercings asintió en cuanto entraron en la oficina.
Jimin dio un vistazo y pudo ver que su abogado estaba presente ahí también. Llevaba un pulcro traje caro y tenia el cabello algo rizado y castaño.
Sonrió al ver a Jimin y A Jungkook entrar.
—Por fin, esperaba convertirme en estatua para adornar tu oficina. —Bromeó el abogado. —El Alcaide está en línea, llamó en cuanto le llegó tu mensaje Minnie.
—Gracias Tae. Dile a Lisa que verifique que la llamada no esté intervenida. No quiero que absolutamente nadie se entere que he hablado con este hombre. —Ordenó.
—Ya lo hice, descuida todo está en orden.
El castaño asintió y tomó asiento y tambien el teléfono de inmediato para responder la llamada.
—Alcaide, que honor y que sorpresa ¿Cómo está usted? Veo que recibió mi mensaje y mi presente.
—Park Jimin...
—Min, señor mi nombre sigue siendo Min Jimin, no me divorcié ¿sabe?. —Dijo con desdén.
—Oh por supuesto, Señor. Y claro que recibí su tan amable obsequio. Muchas gracias.
—Iré al grano señor Alcaide, quiero una cita con usted ahora mismo. Necesito tratar unos temas importantes.
El mutismo del otro lado de la línea le dio a entender a Jimin que el Alcaide estaba dudando.
—Verá señor Min,le agradezco su "obsequio" pero en este momento no será posible, me encuentro muy atareado, le daré una fecha para una cita. ¿Qué le parece?
—Me parece bien señor Alcaide. Nos vemos.
Jimin colgó la llamada antes de que el otro lo hiciera y se puso de pie. Su abogado y su primo estaban compartiendo un apasionado beso cuando Jimin los Interrumpió.
—¿Qué dijo el Alcaide Jimin? —Preguntó Jungkook con sus mejillas coloradas al igual que Taehyung.
—Qué no me puede antender hoy.
El abogado miraba como Jimin se colocaba su saco y se peinaba sus cabellos con los dedos.
—¿A dónde vas? —Preguntó Taehyung.
—Vamos, los tres... iremos a ver al Alcaide.
—Pero dijo que...—Taehyung se vio obligado a callar sus palabras ya que Jimin le veía con el gesto muy serio.
—Nos recibirá es lo que le conviene.
Jungkook y Taehyung se miraron y fueron tras Jimin. El castaño se detuvo al ver a Suran salir de la habitación del bebé.
—Está bien dormido aún Jimin así que no te preocupes. Estaré aquí.
—Gracias Suran.
La mujer sonrió y Jimin, su primo y abogado salieron de la Mansión rumbo a la prisión de Seodaemun.
El camino al lugar no debía demorar más de una hora. Jimin no iba a parar. Necesitaba saber quien había traicionado a Yoongi. Iba a averiguarlo cueste lo que cueste.
Casi se estaba por cumplir un mes desde aquel fatídico día, le dolía mucho aún. Le dolía que Yoongi jamás conoció a Jiyoon. A su lombriz como solía llamarle, estaba tan ilusionado con ser padre, no conocía a Jiyoon y ya lo amaba con el alma. Era el hombre mas feliz del mundo cuando Jimin le dijo que iba a ser papá. Recordaba como los ojos de Yoongi se habían llenado de lagrimas de alegría y lo había besado hasta el cansancio, diciéndole nombres de niños y niñas niñas azar.
A la semana ya le había comprado una habitación entera al bebé, de celeste y amarillo porque no sabía si era niño o niña. Se había vuelto loco. Y así... simplemente a alguien le dio celos su felicidad y le había quitado su sueño de ver nacer a su hijo.
Jimin apretó sus manos con tanta fuerza que se tornaron blancas. Ansiaba venganza. Su pequeño creería con la ausencia de Yoongi por culpa de alguien que estaba por ahí feliz de la vida.
Su Yoongi...
...
—¿Qué haces aquí Park?
Jimin Alzó una ceja y sonrió coquetamente.
—Vine a traerte esto Policía. No creas que me iba a robar tu ropa además, no es mi estilo y no es de marca, me causa alergia solo verla no se como ese día no morí al usarla.
El pálido policía puso sus ojos en blanco recibiendo su bolso con ropa y al alzar la vista ya Jimin iba camino a su vehículo.
Abrio la bolsa y encontró no solo su ropa limpia oliendo a fresco si no una hermosa chaqueta de cuero de marca cara aún con etiqueta de precio.
—Santa mierda... ¿Eso vale? —Miró a Jimin quien le devolvía la mirada sonriendo mientras subia a su auto.
—Espera Park. —Yoongi corrió hasta el vehículo del joven Jimin. —Esto no lo puedo recibir, es... demasiado.
—Es solo una manera de agradecer que me llevaras a casa Min, solo tómalo quieres. —Le gritó frustrado ante la negativa del policía.
Yoongi miró de nuevo la chaqueta en su mano y entonces se la colocó.
—Entonces acepta una invitación a comer conmigo. —Pidió el policía a manera de súplica.
El castaño lo pensó un momento, esta seria una buena oportunidad para poder ganarse a ese policía. Asintió con una sonrisa.
—Está bien. A las siete paso por ti. —Dijo mirando a su chofer.
—¿No puedo pasar yo por ti? me sentiría raro, yo te invité.
—No,yo pasaré por ti, ¿A la estación de policía? —Preguntó Jimin.
—No, aquí en mi casa. Te veré entonces princesa. —Bromeó Yoongi recibiendo una mirada de enfado de Jimin.
—Bien, idiota.
Jimin se marchó, dejando a Yoongi con una sonrisa de bobo en el rostro.
Esa noche fue su primera de muchas cenas y citas después del turno de Yoongi en la policía. Ahí se comenzaron a volver cercanos.
Hasta ese día que Yoongi lo llevó a ese lugar.
Ambos habían descubierto que se gustaban realmente el plan del policía por atraparlo había fracasado y el plan del joven empresario por ganárselo como Aliado también había fracasado, simplemente se habían gustado y se habían enamorado pues se habían conocido más allá de cada profesión de cada uno, se habían conocido como personas y cada uno tenía algo que al otro le gustaba y le llamaba la atención cada uno tenía algo en su personalidad que complementaba muy bien al otro y entonces era imposible para los dos el fijarse en sus profesiones solamente habían decidido que se gustaban como eran y fin.
—¿Qué hacemos aquí Yoon? —Preguntó curioso viendo el lugar.
—Es de un amigo, le pedí que me hiciera un tatuaje.
Jimin abrió sus ojos entendiendo el por qué estaban en una sala de tatuajes.
—¿Te vas a tatuar? ¿Qué? Si se puede saber.
El policía sonrió misteriosamente a Jimin.
—Los ojos más hermosos que he visto en mi vida.
—¿A si? ¿Y de quien? —Jimin hizo un puchero obviamente celoso y sus brazos se habían cruzado sobre su pecho.
El policía no le respondió al menos no lo hizo con palabras, fue en un simple acto, un ágil movimiento en donde lo tomabapor la cintura y lo pegaba contra su cuerpo y le plantó un beso sobre los labios. Este era el primer beso que compartían a pesar de que sabían que se gustaban jamás el policía había besado a jimin, las mejillas del joven empresario se habían vuelto tan rojas y quemaban pero fue él quien se animó a convertir ese pequeño beso en un beso un poco más apasionado saboreando bien los labios del policía dejándoles saber que ese simple contacto le gustaba mucho.
—Los ojos del ángel que me trae loco Minnie, tus hermosos ojos por los cuales he caído enamorado desde el primer día que te vi. Esos ojos que supe serían mi perdición. Los quiero tatuados en mi piel así como lo están en mi alma.
¡Dios! ¿Un hombre así era real? Jimin estaba por desmayarse. Yoongi con ese gesto le había demostrado mucho más que nadie nunca en la vida.
—Entonces me tatuare también. —Respondió Jimin avergonzado. Lo cual era raro en él con su personalidad tan volátil.
—¿A si? ¿Qué cosa?
Jimin le mostró la peonia rosita en sus manos, cada vez que tenían una cita Yoongi le llevaba una peonia y Jimin las amaba. Tenía todas desde que comenzaron a salir en citas metidas en una caja de madera en su habitación.
Yoongi sonrió tomando el rostro de Jimin en sus manos.
—Me gustas mucho Minnie.
Un molesto y bonito revoltijo en el estómago de Jimin le hizo cosquillas.
—Yoongi, tu también me gustas mucho. —Confesó.
El policía agradeció que le correspindiera volviendolo a besar esta vez más apasionado que la primera vez. Cuando se separaron por la falta de aire Yoongi unió su frente a la del castaño.
—Acepta ser mi novio Ángel bonito. ¿Aceptas?
Jimin se tensó por completo.
—Y-yoongi... es que... bueno antes debes saber algo. En realidad no soy quien todos creen. No quiero engañarte eres un buen chico. —Gimoteó nervioso.
—¿Qué eres un Mafioso? Ángel eso lo se desde que comencé a perseguirte. No soy tonto, nunca me creí el cuento del empresario joven que heredó varias empresas. Sabía que había algo más y ¿sabes qué? Quise jugar al juego del policía encubierto para atraparte y si, terminé atrapado yo. No me importa lo que seas Minnie, si tu me dices que sientes lo que yo y que deseas estar conmigo no me importa nada.
Ese fue el momento en el que Jimin cayó rendido definitivamente por el policía. Si a Yoongi no le importaba que fuera Mafioso a él no le iba a importar que fuera policía. Iban a estar juntos.
Ese día ambos se tatuaron algo muy especial y significativo para cada uno.
La flor de peonia rosa que simbolizaba el amor que había nacido entre ellos, y la mirada de ángel que al otro robaba el aliento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top