6. ¡La Furiosa evolución de Palmon!
Lo único que se podía oír en aquel canal era el agua corriendo... Bueno, eso y...
-- Recuerdo mi pueblo natal en tierras lejanas~
Los chicos y digimon cantando por grupos.
Debían entretenerse.
-- Bien, equipo Digimon, les tocas usar ''du'' desde ''lejanas'' -- señalo el líder del grupo.
-- Dulce no es, agrio sí, el éxito no me corresponde a mí, mí, mí~ -- cantaron los digimon al unísono.
-- Bien, equipo humano, empiecen con ''i'' en ''mí, mí, mí'' -- dijo ahora el digimon dinosaurio.
Los chicos se detuvieron.
-- ¿''i''?
-- ¿''i''?
-- ¿''i''?
-- ¿''i''?
-- ¿''i''?
-- Ya perdimos :v
Psdt. No me resistí a poner esa cara.
-- Incorrecta persona~ -- canto la chica de larga cabellera.
-- ¿Qué es eso...? -- pregunto el peliazul.
-- Es Enka, mi papá lo cantaba bastante en el karaoke -- explico.
-- No conozco esa canción -- comento el niño.
-- Incluso ahora, nada...
-- Ah, ¡Esa sí la sé! -- exclamo la pelinaranja.
-- ¡Yo también! -- exclamo el castaño.
-- ¡Nos salvamos! -- celebro la niña.
-- Incluso ahora, nada...
Su canto fue interrumpido por el grito de la pelinaranja.
La pelinaranja estaba temblando y con sus puños en su pecho.
Todos voltearon a verla.
-- ¿Estás bien? -- pregunto el castaño.
-- ¿Qué pasó? -- le siguió el rubio.
La chica miro hacia el techo.
-- Me cayó algo de agua...
Los chicos miraron hacia el techo de igual manera y una gota de agua cayo en el polo de la chica.
-- Tu blusa se ensució -- señalo el pelirrojo.
-- Eh? -- la chica miro su blusa y restregó su mano en busca de quitar esa mancha -- Ah!
La pelinaranja agacho la mirada.
-- Quiero lavarme...
La chica se imaginó a si misma tendiendo ropa y sus lágrimas amenazaban con salir.
El castaño miro hacia arriba.
-- Yo también... Quiero relajarme dándome un baño... -- el castaño se imaginaba a si mismo dentro de una bañera.
Por su parte el niño se agacho.
-- Yo... -- comenzó a mover sus dedos en alusión a jugar videojuegos.
Su hermano mayor se agacho un poco y lo vio con una sonrisa.
-- ¡Takeru, este no es momento de pensar en videojuegos! -- su hermano comenzó a reírse a carcajadas.
Los demás niños y digimon se quedaron mirando al mayor.
-- Creo que no puedo reírme de él -- el chico se volteó a ver a los demás -- Lo que ahora quiero es...
El chico se imaginó una parrilla con carne preparándose sobre ella.
-- Preparar una barbacoa -- el rubio estaba con una gran sonrisa -- ¡Quiero comer hasta saciarme!
La narradora debe destacar que aquella imagen mental hizo que su propio estómago rugiera.
-- No se rían, pero extraño estudiar -- el chico acomodo sus lentes -- ¡Quiero hacer montones de tareas!
La chica castaña parpadeo confundida.
Que chico más singular.
-- Eso es extraño -- comento ella sin ninguna malicia y miro hacia el frente -- ¡Yo quiero beber una gaseosa helada!
La chica se imaginaba a sí misma en una playa, quitándose su sombreo y tomar una gaseosa helada mientras disfrutaba de los rayos de sol y los alaridos de las gaviotas.
-- ¡Mimi - san, eso suena genial! ¡Yo también quisiera eso! -- exclamo el niño.
-- ¡¿Verdad?!
El pelirrojo avanzo un poco.
-- Yo... yo quiero enviar y recibir e-mails de mis amigos -- el pelirrojo se imagina a si mismo sentado frente a su computadora enviando muchos mensajes.
-- ¿Y a ti que te gusta hacer Kairi - chan? -- pregunto el niño a su amiga pero no recibió respuesta -- ¿Kairi - chan?
La niña estaba teniendo su propia ensoñación.
Ella se veía a si misma preparando galletas con su madre mientras su padre estaba en la sala con su hermano viendo un partido, ella estaba batiendo la crema cuando su gemela aparece a su lado y ella le ofrece una cuchara para que probara de la mezcla. Su hermana acepta y al probar la mezcla le sonríe.
Las lágrimas comenzaron a caer mientras unos pequeños hipos salían de su boca.
No quería llorar pero es que... extrañaba tanto su casa.
-- ¿Qué sucede? -- pregunto el niño.
El hermano de la niña se acercó a ella.
-- Vamos Kairi, no llores -- intento calmarla.
Pero allí estaba ella, llorando por el deseo de regresar a casa.
-- ¡Va~mos! -- su hermano la alza en busca que siquiera sonriera.
A ella le gustaba cuando él la alzaba, pero no por eso sonrío.
No quería que ellos siguieran viéndola de aquella manera.
Debía ser fuerte.
Debía sonreír para demostrar que era fuerte.
Su hermano al verla sonreír le regreso la sonrisa.
Había caído en esa sonrisa falsa al igual que los demás.
-- Todos están cansados -- comento Gabumon.
-- Pobrecitos -- dijo Gomamon.
-- Deberíamos hacer algo -- hablo Plotmon.
-- ¿Pero qué? -- pregunto Sparrowmon.
Antes que alguien respondiera esa pregunta se escuchan unas voces chillonas detrás de ellos.
-- Esas voces... -- murmuro el digimon insecto.
Las voces se intensificaban.
-- ¡Numemon! -- exclamo Gabumon.
-- ¿Numemon? -- su compañero humano se veía confundido.
-- Son Digimon torpes que les gusta la oscuridad y los lugares fangosos -- explico Gomamon.
-- ¿Son fuertes? -- tuvo esa duda el pelirrojo.
-- Son débiles.
-- ¡Son débiles, pero también sucios! -- exclamo Patamon.
-- ¿Sucios? -- pregunto el niño.
-- Tengo un mal presentimiento -- la niña seguía en brazos de su hermano.
-- Son famosos por ser los más desagradables en el Digital Word -- comento el digimon dinosaurio.
-- ¿Los más desagradables? -- pregunto el peliazul.
Eso ya no le estaba gustando nada.
-- Oni - chan, ¿Puedes bajarme? -- pregunto ella y su hermano asintió mientras hacia lo pedido.
Todos esperaron atentos a que aparecieran los dichosos Numemon.
A lo lejos comenzaron a verse unos seres parecidos a unas babosas de color verde con manchas moradas.
-- ¡En verdad son los Numemon! -- exclamo Agumon.
-- ¡Corran!
Todos obedecieron a lo dicho por el digimon.
-- ¡¿Por qué tenemos que correr de ellos si son débiles?! -- pregunto el castaño mirando hacia los Numemon mientras corría.
-- ¡Ya te darás cuenta! -- contesto su digimon.
-- ¡Yo no quiero saber el porqué! -- exclamo la niña mientras aumentaba la velocidad hasta llegar adelante de todos.
Los digimon mencionados comenzaron ''algo'' de color rosa.
¡Numemon! Un débil molusco, que le gusta los lugares oscuros y húmedos. Ellos... e-ellos atacan su propio excremento.
-- ¡¿Qué?! ¡Repítanme lo que acaba de decir la narradora! -- exclamo Sparrowmon.
-- ¡No rompas la cuarta pared! -- le regaño Plotmon.
-- ¡Muy tarde, ya lo hice!
-- ¡¿Qué es esto?! -- exclama asqueada la chica de larga cabellera y una de esas cosas cae en una pared cerca de ella -- ¡Gya~!
-- ¡Asco! ¡Asco! ¡Asco! -- repetía sin cesar la niña.
Mientras corrían, el niño se percata en un túnel al igual que su amiga.
-- ¡Por aquí! -- señalo el niño y comenzaron a adentrarse en ese túnel.
Los Numemon siguieron igualmente a los chicos y digimon. Aquel túnel no era más que una cueva que los llevo a la superficie con los grandes rayos del sol alumbrando la salida.
Cuando aquellos digimon sintieron aquella luz comenzaron a quejarse y adentrarse nuevamente a aquella cueva.
-- Los Numemon odian la luz del sol -- el digimon miro el castaño y este a él y se encogieron de hombros.
Al menos se habían librado de ellos.
Los chicos vieron frente a ellos un claro lleno de pastizal algo seco.
El sol pudo haberlos ayudado con los Numemon, pero ahora los estaba matando de calor.
Aunque no faltaba la típica sorpresa que siempre les daba el Digital World.
Delante había muchas, pero muchas máquinas expendedoras y en todas y cada una habían refrescos.
-- Hay muchas máquinas de bebidas aquí... -- la ojimiel se veía realmente sorprendida.
Pero ella se consideraba con mucha suerte, podría cumplir al menos su deseo de tomar una gaseosa helada.
-- Mimi... no piensas conseguir una, ¿Verdad? -- el digimon planta esperaba una respuesta negativa.
Pero tenía que recordar quien era su compañera.
-- ¡Claro que sí! -- exclamo con gran alegría mientras bajaba hacia aquellas máquinas.
-- Ah~! -- su digimon no tuvo otra opción que seguirla.
-- ¡Mimi - kun, no funcionarán! -- el peliazul le grito intentado que entrara en razón.
¿Qué no recordaba que lo electrónico no funcionaba en este lugar?
Pero aquella chica no hizo caso de ninguna palabra palabras y siguió su carrera hacia aquellas máquinas para saciar su sed.
-- Joe - san, sabe que Mimi - san no lo escuchara, ¿Verdad? -- pregunto la niña hacia el peliazul quien suspiro derrotado.
-- Vaya... -- el castaño veía a la ojimiel bajar desesperada hacia las máquinas.
-- No hay solución, aún es una niña -- la pelinaranja puso sus manos sobre su cadera.
Sparrowmon se rió algo irónico al escuchar eso.
-- ¿Qué? -- pregunto el castaño al oír la risa del digimon.
-- Es que le dicen niña cuando ustedes también lo son -- el digimon volvió a reír -- Es irónico.
Antes que el castaño pudiera decirle algo, el digimon se fue al lado de la niña.
La ojimiel pasaba entre las maquinas con una sonrisa plasmada en su cara mientras que su digimon mas se veía preocupado.
-- Ah! ¡Gaseosa! ¿No quieres una, Palmon? -- pregunto emocionada.
-- ¡No! -- se negó de inmediato mientras ponía sus manos en su cadera.
A la chica no le gusto el tono que había usado su compañera.
-- No tienes que enojarte por eso -- le dijo con una ceja alzada.
La chica miro las diferentes gaseosas que ofreció la máquina y luego introdujo una moneda.
Con lo que no contaban es que la parte de adelante cayera, rebelando que no era más que una especie de caja que dentro de esta había un Numemon.
[...] Mientras tanto.
Nuestra protagonista estaba mirando el cielo algo avergonzada.
Lo que menos hubiera querido era llorar frente a los demás pero es que simplemente no había logrado contener sus lágrimas.
Extrañaba tanto su hogar.
-- ¿Estás bien, Kairi - chan? -- pregunto su amigo al verla con una mirada triste.
Pero debía prometerse que no lo haría más.
-- No, no me sucede nada Takeru - kun -- negó la niña mientras bajaba la mirada para verlo.
-- ¿Estas segura? -- insistió y ella asintió.
-- Estoy perfectamente -- le blindo una sonrisa para tranquilizarlo.
Pero...
-- Wah~!
Era obvio que no podrían estar tranquilos por mucho tiempo.
La ojimiel junto a su digimon eran perseguidos por una exorbitante cantidad de Numemon.
Todos exclamaron al ver la cantidad de Numemon que las perseguían.
-- H-Hay demasiados... -- tartamudeo la pelinaranja mientras señalaba a los digimon.
La ojimiel pasó entre ellos de manera veloz.
-- No puede ser... -- el castaño estaba con la boca abierta.
Y allí comenzó otra persecución.
-- ¡Moh~! ¡Estoy harta de las persecuciones! -- la niña estaba harta de estar corriendo.
-- ¡Dividámonos! -- grito el rubio mayor al ver que eran demasiados.
-- ¡Bien! -- el Yagami le regreso el grito y ellos comenzaron a ir por diferentes dirección.
-- ¡Kairi, suban rápido! -- pidió el digimon maquina -- ¡Tú también niño!
Sparrowmon no tenía el corazón frío como para dejar al mejor amigo de la Yagami a su suerte.
Los niños lograron subirse al digimon con sus compañeros y el digimon alzo vuelo alejándose de los Numemon.
Los Numemon intentaron lanzarles sus... ''ataques'' al digimon volador pero a la altura y distancia en la que se encontraba era imposible que le dieran.
-- ¡Bien hecho Sparrowmon! -- le celebro la niña al digimon.
-- Jeje, gracias -- el digimon tenía sus mejillas sonrojadas debido a la felicidad.
Kairi tenía una sonrisa en su cara, eso era lo que quería, que ella se mantuviera feliz y sonriente.
[...] Un corto tiempo después.
-- ¿Dónde debería bajar, Kairi? -- pregunto Sparrowmon quien seguía con los niños y digimon en su espalda.
-- Uhm~, creo que aquí está bien -- el digimon asintió.
Al momento que Sparrowmon bajo a una distancia prudente, los niños fueron los primeros en bajar y luego los digimon.
Patamon y Plotmon se subieron a las cabezas de sus compañeros y los niños no tuvieron ningún problema con ello. En realidad a ambos les gustaba que hicieran eso.
Sparrowmon les recomendó a los niños que lo mejor que podrían hacer en aquel momento era buscar a los demás.
-- Sparrowmon tiene razón -- concordó el cachorro digimon -- debemos encontrar a Taichi y a los demás.
-- ¿Pero en dónde? -- pregunto el niño y su digimon alzo el vuelo hacia delante suyo.
-- No lo sé.
Sparrowmon solo alzo la mirada un momento y miro de reojo a la niña.
-- Por ahora nos moveremos a nuestras corazonadas, y si en caso nos perdemos buscare a los demás desde el cielo -- señalo a lo que ambos niños y digimon asintieron.
Sparrowmon sería el líder por el momento.
-- ¡Estamos a tus órdenes, Capitana Sparrowmon! -- la niña hizo pose militar.
-- ¡A sus órdenes! -- el niño había imitado la acción de su amiga.
Lejos de sentirse aliviado, Sparrowmon se sentía algo estresado, nunca había tratado con niños humanos, pero con los bebes digimon él siempre había sido un asco así que no tenía muchas expectativa con ellos dos, pero espera que no se pusieran a llorar.
-- Vamos --Sparrowmon comenzó a avanzar siendo seguido por los niños y digimon.
Aunque lo único que no pudo ver Sparrowmon debido a que le estaba dando la espalda a esos niños es que el niño le había ofrecido la mano a su amiga y esta la acepto.
Ambos niños estaban yendo de la mano y sus respectivos digimon se sonreían entre si al ver tal gesto.
Sería un hecho que sus compañeros se llevarían bien por mucho tiempo.
[...] Minutos después.
-- Qué raro... todavía no encontramos a los demás -- Sparrowmon estaba confundida.
Se supone que no se habían alejado demasiado para encontrar más rápido a los demás chicos pero parecía como si a ellos se los hubiera tragado la tierra.
-- Que pequeño el mundo es~ -- comenzaron a cantar los niños.
-- ¡No! ¡Por favor no! -- Sparrowmon miro a los niños deteniendo su canto.
-- ¿Has escuchado la canción antes Sparrowmon? -- pregunto la niña y el digimon negó con la cabeza.
-- No, pero estoy segura que no me gustara -- el digimon siguió avanzando.
Ambos niños se mantuvieron en silencio por unos minutos cuando el niño le susurro algo a la niña y esta alzo su pulgar.
-- Tengo un montón de ricos cocos~
-- Biriri mira ahí están en fila míralos~
-- Grandes, chicos, tal y como tú lo vez~
-- ¡Atrás! -- Sparrowmon lanzo un rayo hacia delante levantando una nube de polvo.
Ambos niños detuvieron su cantar debido a aquella repentina reacción y miraron hacia donde el digimon había atacado.
Sus compañeros se pusieron alertas.
Unas pisadas comenzaron a escucharse y por lo que oían se acercaban hacia ellos.
Aunque lejos de cualquier escena de que frente a ellos apareciera un digimon monstruoso y aterrador apareció un oso gigante amarillo.
-- Bienvenidos a la Ciudad de los Juguetes -- dijo aquel digimon.
-- ¡Un Oso! -- la niña tenía estrellitas en sus ojos.
-- ¡Es Monzaemon! -- exclamo Plotmon.
Monzaemon. A pesar de que luce como un animal de peluche, en realidad es un Digimon del Nivel Perfecto. Su ataque especial, Lovely Attack, hace felices a sus enemigos.
-- ¿Otro digimon?
-- Si, ama a los juguetes, y los juguetes lo aman a él también -- comenzó a explicar Patamon -- Él es el alcalde de la ciudad de los Juguetes.
Al escuchar aquello último, ambos niños se imaginaron al digimon sentado con muchos juguetes a su alrededor.
-- Entonces es un digimon bueno -- el rubio afirmo mientras veía a su digimon.
-- Así es, Takeru.
¿Pero entonces porque Sparrowmon lo había atacado?
-- Hemos estado esperándolos, Señorita y Señorito -- hablo Monzaemon con neutralidad.
Todo estaba tranquilo hasta que...
¡Una explosión!
Los niños y los digimon estaban corriendo despavoridos.
-- ¡¿No que era un digimon bueno?! -- la niña pregunto mientras seguía corriendo por su vida.
-- ¡Se supone que es así! -- Plotmon igualmente corría por su vida.
Monzaemon lanzaba rayos rojos desde sus ojos hacia los niños y digimon.
-- ¡Por eso que ataque, tenía un mal presentimiento! -- renegaba el digimon máquina.
-- ¡Por favor diviértanse!
Las acciones del digimon contradecían por completo sus palabras.
-- ¡Es un honor conocerlos!
Sparrowmon se dio la vuelta y lanzo rayos láser desde sus pistolas contrarrestando el ataque de Monzaemon.
-- Random Laser.
-- Air Shot.
-- Lovely Attack.
-- Ah~!
.
.
.
[...] Tiempo después en otro lugar.
Gracias a la ayuda de un Numemon, Tachikawa Mimi y Palmon lograron librarse del mismo Monzaemon que había ido tras nuestra protagonista y sus amigos.
-- Se fue... -- la chica salió del escondite.
-- Me pregunto si ha pasado algo en la Ciudad de los Juguetes.
El Numemon salió igualmente.
-- Oye nena, ¿Quieres tener una cita conmigo en la Ciudad de los Juguetes?
-- ¡No! -- se negó sin dudarlo con un ceño fruncido -- ¡Vamos Palmon!
-- ¡Espera!
Ambas comenzaron a seguir a Monzaemon desde una distancia prudente.
-- Esa muñeca es muy ruda -- dijo Numemon mientras veía irse a la humana y su digimon.
A pesar de perder a Monzaemon de vista no mucho después, lograron ir al lugar deseado.
-- Esta es la Ciudad de los Juguetes -- dijo el digimon Planta.
Desde lo lejos se podía ver un castillo muy colorido, como de aquellos juguetes para niñas.
-- ¡Es hermosa! -- la chica se veía encantada -- ¡Es como un parque de diversiones!
[...] Minutos después.
Al adentrarse en aquel lugar solo veían muchos edificios coloridos, globos de colores con forma de oso y una música de feria se oía alrededor.
-- Parece que no hay nadie aquí -- comento la chica mientras seguía caminando.
Había algo curioso en el suelo, ya que el hocico y ojos de Monzaemon estaban pintados en el suelo.
En eso escuchan el sonido de algo acercándose.
-- Algo se acerca.
Ese sonido se combinó con el de pisadas humanas.
-- Qué divertido. Qué divertido -- se trataba del Yagami quien era perseguido por un cochecito de cuerda.
-- ¿Taichi - san? -- la ojimiel se veía claramente confundida.
-- ¡La ciudad de los juguetes es muy divertida!... Qué divertido. Qué divertido.
A pesar de decir aquellas palabras la sonrisa y voz del chico se oía... apagada y sin vida.
-- No parece muy divertido -- comento ella viendo como el chico se iba sin haberle prestado atención.
Detrás de ella iba pasando la pelinaranja quien era perseguida por un pequeño juguete de monito con platillos.
-- ¡Esto es muy, muy emocionante! -- exclama ella con el mismo tono que había usado el castaño.
-- ¿Qué lo es? -- pregunto el digimon planta mientras ella y su compañera volteaban a ver a la chica.
Ambas se hicieron a un lado cuando vieron al pelirrojo siendo perseguido por muchos, pero muchos, soldaditos.
-- Estoy feliz, estoy feliz, nunca antes he estado tan feliz.
-- No se ve muy feliz que digamos -- comento la ojimiel.
-- Sí.
Luego ambas vieron al rubio siendo perseguido por un tren de juguete.
-- ¡Estoy feliz, chu-chu-chu!... ¡Ja Ja Ja!
La narradora debe aclarar que perdió todo su respeto hacia el rubio y se rio de él.
-- ¡Esto es lo mejor! ¡Este es el mejor momento de mi vida! -- gritaba el peliazul mientras era perseguido por un ave gigante.
Detrás de ellas apareció la Yagami quien era perseguida por un caballo de madera
-- ¡Que divertido! ¡No quiero parar nunca! -- la niña doblo una esquina mientras seguía siendo perseguida.
-- ¡Banzai! ¡Banzai! ¡Banzai! ¡Banzai! -- el Takaishi exclamaba mientras era perseguido por un helicóptero.
La chica parpadeo confundida.
-- Es como si todos hubieran perdido sus emociones... ¿Qué les sucede?
Su digimon inclino su cabeza, estaba igualmente confundida.
-- Es extraño. Agumon y los otros deberían estar con ellos.
Ambas siguieron con su recorrido en busca de respuestas sobre aquella incógnita.
Y claro que las consiguieron.
Cuando pasaron sobre una de esas casas al ver en su interior por la ventana, vieron un cofre del tesoro moverse.
Ambas se miraron entre ellas y entraron en aquella casa.
-- ¿Hay alguien allí? -- pregunto la digimon.
-- ¡Palmon! -- ambas escucharon la voz de Agumon salir de aquel cofre.
-- ¿Eres tú, Agumon? -- pregunto la chica.
La digimon acerco su oído al cofre.
-- ¿Dónde están Piyomon, Tentomon, Gabumon, Gomamon, Patamon, Plotmon y Sparrowmon? -- pregunto.
-- ¡Todos menos Sparrowmon estamos aquí! -- contesto el digimon dinosaurio.
-- ¿Dónde está Sparrowmon? -- pregunto la ojimiel.
Como si al decir algo hubiera invocado algo un fuerte golpe se escuchado.
Al mirar más al fondo de aquella casa ven un cofre muy parecido al que estaban los digimon pero este estaba completamente hecho de metal y tenía muchas cadenas y candados en su alrededor.
-- ¡Sáquenme de aquí! ¡Le voy a dar a ese oso lo que se merece! -- la voz de Sparrowmon se oía dentro mientras aquel cofre se movía sin cesar.
-- ¡¿Qué paso?! -- la ojimiel se escandalizo.
-- ¡Fuimos derrotados por Monzaemon!
Flashback
Los primeros en el radar de Monzaemon resultaron ser Taichi y Agumon.
Ellos huían de los Numemon cuando Monzaemon se había puesto delante de ellos y con su ataque láser había espantado a aquellos digimon.
-- Bienvenidos a la Ciudad de los Juguetes -- decía mientras volteaba a ver a ambos y sus ojos brillaban de un rojo escarlata.
-- ¡Corre! -- el castaño fue seguido por su digimon.
Monzaemon ahora era quien los perseguía.
-- Baby Flame
El ataque no le había hecho daño.
-- ¡Qué mal! ¡El Baby Flame no funciona! -- antes eso no les quedo de otra que seguir huyendo.
-- Lovely Attack -- Monzaemon lanzo un ataque de burbujas de corazones de un color celeste.
Dos burbujas atraparon a humano y digimon dentro de estas.
Fin del Flashback
-- Cuando despertamos...
-- Estábamos aquí... -- Piyomon completo la frase de Agumon.
Con todos los demás había sido la misma escena, Monzaemon apareciendo, invitándolos hacia la ciudad de juguetes para luego atacarlos de repente y atraparlos con su ataque especial.
Aunque la historia había cambiado en el caso de los niños.
En realidad se debía a un golpe de suerte que había tenido Monzaemon, ya que Sparrowmon era realmente un enemigo difícil, pero cuando una de sus burbujas había atrapado a la niña se centró más en liberarla que defenderse y termino atrapado en un cofre de metal reforzado.
Flashback
-- Los Digimon irán a la caja de juguetes -- comenzó a decir Monzaemon mientras veía a los niños y digimon atrapados por su ataque especial -- ¡A los niños se les borrará sus emociones, y servirán de juguetes a los juguetes!
Fin del Flashback
-- ¿Juguetes para los juguetes? -- pregunto mientras hacía memoria.
-- ¡Chu-chu-chu!
-- ¡Esto es lo mejor!
-- Entonces, los juguetes estaban juguetes con ellos... -- ahora comprendía el porqué de su extraño comportamiento.
-- ¿Qué le pasó a Monzaemon? -- la digimon seguía pegada a aquel cofre.
-- No sé -- respondió Agumon.
La ojimiel se apegó más a aquel cofre.
-- ¿Cómo pueden salir de esta caja? -- pregunto preocupada.
-- ¡Intentamos romperla, pero no podemos! -- le explico Agumon.
-- Y tampoco parece que Sparrowmon pueda salir pronto -- comento Plotmon pues se seguía oyendo el escándalo que hacia Sparrowmon.
-- ¡Kairi está en peligro! ¡Debo salir! -- gritaba Sparrowmon!
-- ¡No se preocupen por nosotros, deben salvar primero a Yamato! -- exclamo esta vez Gabumon.
-- ¡A Kairi también! -- siguió Plotmon.
-- ¿Cómo? -- pregunto Palmon.
-- ¡Tendrán que derrotar a Monzaemon! -- ambas retrocedieron asustados al escuchar lo que había dicho Piyomon.
-- ¡Eso es imposible! -- dijo la chica de inmediato.
-- ¡Palmon, Mimi! ¡Son las únicas con las que contamos! -- el digimon dinosaurio intento darles ánimos.
Tanto humana como digimon se miraron entre sí.
-- ¿Qué deberíamos hacer? -- pregunto la digimon.
-- ¿Cómo podría saberlo?
Ella no era fuerte, tenía miedo y su digimon no podía evolucionar.
¿Qué podrían hacer en aquel momento?
-- ¡Oye! ¡Niña mimada! -- el enojo llego a ella al escuchar de qué manera la llamaba el digimon máquina.
-- ¡¿Cómo me dijiste?! -- exclamo colérica la chica mientras se acercaba al cofre donde estaba atrapada la digimon.
-- ¡No me tome el tiempo de aprenderme sus nombres! ¡¿De acuerdo?! -- dijo a la vez que el cofre se movía.
-- ¡Soy Tachikawa Mimi! ¡Apréndetelo! -- ella se contenía sus ganas de patear el cofre.
-- ¡No contamos con nadie más que en ustedes! -- la había ignorado -- ¡Pueden hacerlo, deben creer!
¿Creer?
[...] Minutos después.
Ambas salieron de aquella casa y comenzaron a caminar en busca de Monzaemon.
-- El ''Lovely Attack'' de Monzaemon llena de felicidad los corazones... Se supone que es un ataque feliz...
Palmon no entendía el porqué del comportamiento de Monzaemon.
Cerca de ellas cruzo el niño quien seguía siendo perseguido por aquel helicóptero.
-- ¡Banzai! ¡Banzai!
La chica vio eso con un deje de tristeza.
-- ¿Qué hay de feliz en eso? -- pregunto y luego el molesto sonido de platillos llego a sus oídos.
El monito que perseguía a la pelinaranja estaba frente a ella y tocando aquellos platillos una y otra vez.
La chica se arto rápido de aquel sonido.
-- ¡Silencio! -- con solo un movimiento de su pie el juguete cayó de espaldas y dejo de hacer ruido.
Como si aquello hubiera advertido a Monzaemon, este se apareció con muchos globos de colores en sus patas.
-- Bienvenidos a la Ciudad de los Juguetes.
Ambas retrocedieron al ver al digimon.
-- ¡Monzaemon!
-- Señorita, la hemos estado esperando -- menciono el digimon.
-- ¡Cállate! ¡No quiero saber que te ha pasado, pero no puedes ir quitándoles las emociones a mis amigos! -- los ojos del digimon comenzaron a brillar y Palmon se había dado cuenta de aquello -- ¡Devuélveselas! -- lo señalo con enojo y algo de miedo al mismo tiempo.
... Muy tarde se había dado cuenta.
¡Explosión!
La chica y su digimon comenzaron a huir de Monzaemon.
-- ¡Detente! -- exclamaba ella -- ¡¿Por qué tengo que ser perseguida por un oso de peluche gigante?! -- se quejaba.
-- ¡No sé! -- si su compañera no lo sabía menos ella.
-- ¡Por favor, diviértanse! -- Monzaemon lanzo rayos láser.
Lo que hacía y decía era muy diferente.
Cuando una nube de polvo de formo muchos Numemon aparecieron de repente en contra de Monzaemon.
-- ¡Nena, estamos aquí para salvarte! -- exclamo uno de ellos y le lanzo... su excremento a Monzaemon que termino cayendo en su frente.
Monzaemon se había enojado.
Los Numemon seguían lanzado su excremento hacia Monzaemon.
-- ¡Numemon!
-- ¡Numemon...! ¡¿Por qué...?!
Ellas no podían entenderlo, ¿Por qué los Numemon las estaban protegiendo?
Monzaemon con solo pisarlos era capaz de vencerlos.
La diferencia de poder era muy notable.
Pero aun así peleaban.
Sabían que podían perder, pero no les importaba.
-- Los Numemon están peleando por mí... -- ella seguía sin creer en lo que veía -- Aun cuando ellos no pueden hacer nada más que arrojar excremento...
Monzaemon blindo un zarpazo hacia los Numemon y mucho de ellos cayeron.
-- ¡Yo también puedo pelear!
-- ¡Palmon, aléjate!
Pero sus palabras no fueron escuchadas.
Mientras Monzaemon seguía golpeando a los Numemon, Palmon lanzo su ataque especial.
-- Poison Ivy
Las enredaderas sostuvieron por un momento a Monzaemon pero con usar su fuerza fue capaz de arrojar al digimon al lado de su compañera.
-- ¡Palmon! ¿Estás bien? -- pregunto ella mientras levantaba a su compañera.
-- ¡Mi ''Poison Ivy'' no funciona! -- exclamo preocupada.
-- Lovely Attack.
Ambas se levantaron rápido.
-- ¡Corre, Mimi! -- ambas se alejaron de aquellos corazones.
¿Este era su final? ¿Hasta aquí habían podido llegar?
No...
Todavía faltaba.
Los Numemon se subieron sobre ellos formando una barrera que protegiera a la ojimiel y su compañera de aquel ataque.
Tal y como se quería, el ataque no llego a ellas.
-- ¡Numemon!
Pero algunos terminaron atrapados dentro de aquellas burbujas.
-- Son inútiles y débiles, pero los Numemon están tratando desesperadamente de proteger a Mimi... -- Palmon frunció el ceño.
Ella no podía quedarse atrás, Mimi era su responsabilidad.
-- Palmon digivols a... Togemon.
El digimon recién evoluciona comenzó a chocar sus puños los cuales estaban protegidos con guantes de combate.
La chica veía impresionada a su digimon.
Togemon y Monzaemon se miraron desafiantes mientras se acercaban entre sí.
Solo hay una cosa que esta narradora puede decir en todos sus años narrando todo tipo de historias...
Si es...
Que esa pelea se parecía al de sus sobrinos peleando por el control remoto.
Aunque debe recalcar que se rió un buen rato.
Monzaemon iba a lanzar rayos láser pero Togemon lo golpeo en el rostro, desviando el ataque a otra dirección.
Tenía que dar el golpe final.
-- Chiku-Chiku bang bang
Monzaemon fue cubierto por completo de espinas, la cremallera en la espalda de Monzaemon se abrió de repente y de ahí salió un engranaje negro.
Monzaemon cayó al suelo derrotado y con relleno faltante.
Una luz envolvió a Togemon y este volvió a ser Palmon quien cayó de sentón debido al cansancio.
Su compañero corrió hacia ella y alzo a sus brazos.
-- ¡Palmon! ¡Eres maravillosa! -- la chica apretó su agarre mientras mantenía una gran sonrisa.
-- ¡No puedo respirar! -- exclamo Palmon mientras su rostro se ponía azul.
[...] Tiempo después.
El atardecer había llegado en la Ciudad de los Juguetes, Monzaemon había vuelto a la normalidad, los digimon fueron liberados y los chicos recuperaron sus emociones.
-- Cuando la gente se cansa de los juguetes... -- el digimon oso estaba sentado frente a los chicos -- los destruyen rápido sin pensar nada. No podía perdonar eso... Por eso como alcalde de la Ciudad de los Juguetes, quería elevar el rango social de los juguetes...
-- ¿Rango social de los juguetes? -- la ojimiel pregunto confundida.
-- Creo que se refiere a hacernos entender la importancia de los juguetes -- le explico el peliazul.
-- Así es -- confirmo Monzaemon -- No debemos jugar con los juguetes, sino divertirnos con ellos.
El castaño comenzó a rascar su nuca con algo de nerviosismo.
-- Es por eso que nos usaste para divertir a los juguetes.
-- Hmp -- Sparrowmon se cruzó de brazos.
-- No te enojes Sparrowmon -- la niña acaricio la cabeza del digimon.
-- Fue un golpe duro a su orgullo -- dijo algo burlesco el cachorro digimon.
-- Silencio.
-- Lo siento. Me deje llevar por mí mismo -- se disculpó sinceramente.
En ese momento los chicos escuchan algo cayendo y rompiéndose.
-- ¡Un engranaje negro! -- exclamo la pelinaranja.
-- Ese engranaje debió causar que Monzaemon actuara de esa forma -- apenas el castaño terminar de hablar aquel engranaje negro desapareció.
La ojimiel bajo su mirada hacia su digimon.
-- Puedo entender el amor de Monzaemon por los juguetes.
-- ¡Si!
-- Palmon, gracias por regresarme la sensatez -- Monzaemon comenzó a levantarse -- Para mostrarles mi gratitud, les daré felicidad.
Los chicos y digimon parpadearon confundidos.
-- Este es mi verdadero... Lovely Attack.
Los corazones ahora eran rojos.
La primera en ser atrapada fue Palmon.
-- ¡Feliz!
-- ¡Encantador! -- exclamo la ojimiel quien fue atrapada por otra burbuja.
Todos los digimon y humanos entraron a una burbuja y no podían dejar de reír y sonreír.
En una de las alcantarillas de aquel lugar salió un Numemon.
-- ¡Nena, dame un beso! -- le pidió a la ojimiel.
-- ¡No! -- negó con una sonrisa.
El Numemon se sorprendió.
-- No cambió nada... -- el digimon cayó derrotado.
Los chicos comenzaron a reír con sus digimon mientras aquellas burbujas los llevaban por toda la Ciudad de los Juguetes.
Hasta la próxima aventura
Bye~
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