❍❍❍❖ Capítulo 4. ❖❍❍❍
Temprano por la mañana Nene aun seguía recostada en la cama siendo aquella sabana blanca lo único que cubría su cuerpo desnudo. Definitivamente ayer por la noche debió de ser una de las más maravillosas noches que pudo tener, el sin fin de sensaciones nuevas que Akane provocó en ella fueron de las más adictivas y placenteras. Nunca en su vida pensó que su cuerpo reaccionaría de tal forma con los simples toques que él peli-naranja le otorgaba a ella; si tuviera que describir como fue su primera vez sería romántico, lleno de cariño, pasión y deseo del uno por el otro. Una noche única, eso fue lo que pasó.
Tan cómoda y calentita en su cama, sin ganas de querer levantarse de allí. Claro, eso es lo desearía. Hasta su molesto despertador empezó a vibrar y hacer esos molestos ruidos que siempre hace; lentamente la chica fue abriendo sus ojos, adaptándose a luz del sol que se asomaba en la ventana, perezosamente estiro su brazo hacia la mesita que tenía al lado de su cama y apagó la molesta alarma. Se sentó en el colchón de su cama cubriendo su torso desnudo con la cobija, escaneo la habitación buscando señal del peli-naranja pero no encontró rastro alguno. Dispuesta a levantarse para buscarlo en el resto de la casa, una pequeña nota estaba sobre su tocador, cubrió el resto de su cuerpo con la cobija que tenía a mano y se acerco para buscar la carta, la tomó y la leyó en voz alta.
"¡Buenos días, Yashiro-san! Lamento no estar allí para despertarte, me fui antes para evitar que alguien me vea salir de allí. Pero prepare unos mochis rellenos de fresa para ti, se que son tus favoritos. Nos veremos en la preparatoria. Te quiero.
Atte: Akane"
¡Que lindo!, se había tomado la molestia de dejarle una nota y de preparar su postre favorito, definitivamente Aoi Akane era el hombre ideal para ella. Guardó la nota dentro de un cajón y fue directo al baño para poder acicalar su cuerpo lo antes posible para hacer algo especial para Akane.
Una vez ella había terminado de limpiar su cuerpo —a consecuencia del pequeño "juego" que tuvo con Akane anoche—, fue a la cocina y degustó los deliciosos mochis de fresa que el vicepresidente el consejo estudiantil había hecho con sus propias manos, ese chico tenía un gran talento para la cocina. A penas con el primer mordisco sus ojos magenta se llenaron de estrellitas por el dulce sabor que este poseía. En cuestión de segundos ella terminó devorando todos los mochis que estaban en la bandeja, de allí no perdió más tiempo— al ver que iba retrasada a clases—. Preparo lo más rápido que pudo su bento, cogió su mochila y llaves y salió lo más rápido que pudo de su casa.
Corría y corría por las aceras de las calles, iba muy, muy tarde y era consiente de ello. ¡Sabía que no debía perder mucho tiempo haciéndose esa complicada trenza de pescado!. Pero en estos momentos no había tiempo como para lamentarse por ello, ella debía de correr lo más rápido que sus gruesas piernas de rábano le permitían. Si no llegaba a tiempo recibiría un castigo por parte de Tsuchigomori-sensei, ¡Así como la otra vez!. Donde Amane y ella...limpiaron el baño de chicas del antiguo edificio. Recordaba ese día como si fuera ayer, ese día fue cuando Amane se enteró de los sentimientos que ella tenía hacia él en ese entonces. Fue algo muy divertido, recuerda que Amane había llegado primero ese día y mientras la esperaba él se escondió en el tercer cubículo del aquel baño viejo, ella llegó unos minutos más tarde pensado que su compañero— y mejor amigo— no había llegado aun, así que como toda niña curiosa ella quería comprobar si era verdad aquel popular rumor sobre 'Él líder de los 7 misterios de la preparatoria Kamone, Hanako-san del baño', se puso frente a la puerta del tercer cubículo, dio tres golpes con los nudillos de su mano derecha y con voz temerosa llamó:
"Hanako-san, Hanako-san, Hanako-san, ¿Estas allí?"
Y sin esperar respuesta alguna empezó a pedir su anhelado deseo, pidió y suplicó que su amigo de ojos ámbar algún día correspondiera los románticos sentimientos que ella sentía por él. Una vez finalizó con su deseo, la puerta fue abierta lentamente mostrado a un Amane totalmente sonrojado hasta las orejas.
Ella estaba segura que no fue la confesión más romántica de todo el mundo y que tampoco era el lugar de hacer una— ¿Quién haría una confesión de amor en un mugriento baño?—, pero aun así ella fue correspondida. Claro, eso era en ese entonces. En estos momentos sus sentimientos se habían aclarado y se dio cuenta que él único y verdadero dueño de su corazón era Aoi Akane y siempre sería él.
Después de tanto corren azotó la puerta de su salón de clases mientras jadeaba por un poco de aire. Al azotar de esa manera tan repentina la puerta sobresaltó a la mitad del aula, todos la miraban preocupados por el estado en que ella se encontraba.
— ¿Nene-chan?, ¿Estas bien?— la primera en acercarse fue su mejor amiga.
— Y-yo... c-correr llegar t-tarde...— a penas y murmuraba algo entendible, estaba demasiado cansada como para explicar el porque su dramática entrada.
— No, Nene-chan. No llegas tarde. Ven vamos a tu asiento para que descanses— no tuvo que esperar una respuesta, la peli-crema fue lo más rápido que pudo hacia a su silla y recargó todo su peso en ella.
— Te ves cansada, Nene. ¿Mi pequeño Daikon corrió hasta aquí?, ¿Estás bien?.— preguntó su querido novio Yugi Amane, quien no dudo en preguntar si se encontraba bien.
— S-sí, estoy exhausta.— afirmo ella con voz apagada.
— Ya veo, entonces te mereces un pequeño premio por su esfuerzo~— prácticamente al decir esas palabras se levanto de su asiento y planto un beso en la frente y el punta de la nariz de su novia.
— Ni siquiera empiezan las clases y ya andan de melosos.— dijo Akane ¿burlón?, si eso aparentaba ser, aunque por dentro estaba con ganas de matar a Yugi Amane por tocar a SU chica.
— No puedo evitarlo, tengo la novia más hermosa del mundo.— habló relajado el de ojos ámbares, tomando asiento nuevamente detrás de Nene. Pfff, si Amane supiera lo que él hizo con la chica de hebras crema ayer por la noche, estaba segura que se le quitaría aquella expresión relajada del rostro.
— Yugi-kun, siempre dices lo mismo.— río Aoi.
— Solo digo la verdad.— respondió juguetón el chico.
Akane quería contestar a su comentario pero Yako-sensei ya había ingresado al salón dispuesta a dar su clase. ¡Oh, maldito seas!. Akane estaba seguro que si solo estaban Amane y él en el salón de clases o dudaría en darle una paliza por a verse acercado de esa manera a Nene. Aunque sea su novio, sabía que él tenía más privilegio de acercarse a ella de esa manera. Pero en fin, tarde o temprano demostraría que Yashiro Nene era solo de Aoi Akane.
¡Un separador!, algo kulero pero me conformo con eso. Más adelante encontrare la forma de como hacer unos mejores.
Algo corto el capítulo de hoy ¿no?. Lo lamento, me estoy quedando corta de inspiración. Pero aun así tarto de cumplir. ¿Qué les pareció el capítulo de hoy?, ¿Les gusta?. Espero que si!!
Ay gente no se imaginan el sueño que traigo, ni con el café más fuerte del mundo se me va a quitar. Es por eso que... ¡No diré ni una maldita palabra más!.
Tengan una maravillosa noche!!~
Cuídense y tomen mucho café!!!.~
Los quiero!!~
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