❍❍❍❖ Capítulo 2. ❖❍❍❍
Un cuento de príncipes y princesas. Donde el valiente y joven príncipe de imponente altura y brillante armadura siempre salva a la princesa del temible dragón, cruza ríos y montañas, enfrenta a más de mil hombres y con valía llega a la torre más alta de todas para poder desposar a la princesa. Esa era la historia de amor que ella siempre deseo tener con su querido novio Yugi Amane. Aquel chico de cabellos negros en corte de taza, con sus bellos ojos ámbares, su amable y juguetona sonrisa, y sin olvidar su imponente altura- que lo hacía ver como el príncipe que realmente era- .
Tenía todo lo que ella siempre deseo, un príncipe que la amará y respetara. Entonces... ¿Por qué estaba dudando?, ¿Justo ahora que todo iba a la perfección?, ¿Por qué cuando fantaseaba en vez de ver a su novio, veía aquel chico de hebras anaranjadas?. Era un misterio en su opinión. Si, disfrutaba de la compañía de Akane, eso era un hecho. Pero porque muchas veces se imaginaba a él estando en lugar de su pareja. Él de lentes era lindo y muy atractivo, muchas veces se sentía algo culpable de pensar en esa forma de él, ¿infidelidad? si, eso era lo que sentía. Y la hacía sentir mal, para ella era estar siendo infiel a la persona que le juro amor eterno, llámenla dramática si así lo prefieren pero esa era la forma en la que ella se sentía. ¿Tenían derecho a juzgarla?. Pudo jurar que en algún momento ella tal vez había gustado de él, pero tan pronto aquella idea aprecio en su mente la terminó descartando en un santiamén. Él estaba con su mejor amiga Akane Aoi y ella estaba saliendo con Yugi Amane, sentir algún tipo de atracción hacia el vicepresidente del consejo estudiantil más allá de la amistad estaba totalmente prohibido, era romper el código de mejores amigas y eso era lo que menos quería.
Resentida con su sin fin de sentimientos y emociones confundidos soltó un largo suspiro y volteo a ver hacia la ventana al lado de su asiento de clases. ¡Por poco olvidaba que estaba en medio de la clase de Biología!. Tsuchigomori-sensei siempre la atrapaba cuando más distraída estaba, era como si leía su mente cuando no entendía la lección y la hacía completar los ejercicios más difíciles. Pero ya ella no quería que eso volviera a pasar, descarto de su mente todo tipo de pensamientos que la distrajeran de la lección frente suyo. Así se dispuso a prestara atención a la clase de bilogía de su querido sensei con apariencia de araña.
La hora del descanso había llegado, y como acordaron Amane, Nene, Aoi y Akane, los cuatro fueron a la azotea del antiguo edificio para disfrutar de los deliciosos bentos que habían sido hecho en casa por los mismos.
- ¿Qué te parecen las donas, Amane-kun?- preguntó animada la peli-crema, había preparado con mucho esfuerzo aquel postre de dulce sabor solo para él.
- ¡Nene, estas donas están deliciosas!. Aprecio mucho que las hecho por mi, mi pequeño daikon~- río a lo último por el pequeño apodo que le había puesto a la chica desde antes que se convirtieran en pareja.
- ¡A-amane-kun, tonto!- a pesar que ella amara que él diera apodos como esos, le resultaba algo vergonzoso que la llamara de esa forma en publico, justo como ahora lo hacía frente a Aoi y Akane.
- Nene-chan, Amane-kun. Definitivamente son perfectos juntos.- halago Aoi. Si, Amane y ella hacían la pareja perfecta al igual que Aoi y Akane. Tal vez esa era la verdad que ellos aparentaban, tal vez eso era lo que debían ser, tal vez Nene debía ignorar cada sentimiento romántico que alguna vez ella sintió por el peli-naranja. Así era, definitivamente eso era lo mejor.
- Al igual que ustedes, Aoi-san. Akane y tú también hacen la pareja ideal.- afirmo el ojos ámbares, pero antes de que Aoi pudiera contestar a su amable comentario el estruendo de la puerta chocando contra la pared llamó la tención de todos.
- ¡Amane, Akane-san! ¡Aquí estaban, los estuvo buscando por todos lados!- exclamó un chico de cabellera rubia, y ojos color verde.
- ¿Yamabuki-kun?, ¿Sucede algo?- preguntó primero Aoi.
- Oye, amigo. Te vez cansado, ¿estas bien?- él se veía cansado, ver su rostro completamente rojo y el sudor caer de su frente era una prueba evidente de que estuvo corriendo.
- S-sí, pero eso no es importante. Amane, Tsuchigomori-sensei me pidió que te llamara, es sobre tu hermano.- informó el joven llamado Yamabuki.
- Maldición. Ese chico tendrá que escucharme ahora.- maldijo Amane entre dientes.- Gracias, Yamabuki. Iré ahora mismo- antes de irse deposito un dulce beso en la coronilla de la cabeza de su novia y luego se marcho.
- Akane-san, Misaki-sensei también te esta buscando.- también le informo a la chica.
- ¿A mi también?- soltó un ligero suspiro- Esta bien, iré para allá- el rubio solo asintió con la cabeza y se marchó del lugar.
- ¿Aoi-chan también te irás?- preguntó Nene.
- Si, lo siento mucho chicos. ¡Pero sigan disfrutando del almuerzo! ¡Nos veremos en clases!- y sin más que decir Aoi se despidió de ellos y salió también por la puerta. Dejando a Nene y Akane solos con un incómodo silencio.
El silencio reinaba entre ambos adolescentes, y a su parecer era bastante incómodo. Nadie decía nada y parece que ninguno de los dos tenía intenciones de dirigir la palabra al otro. Solo podía escucharse el como ambos masticaban su almuerzo y los gritos entusiasmados del club de soccer— tal parece que estos atléticos chicos estaban teniendo un entretenido juego—, bueno al menos ellos si se estaban divirtiendo. La incomodidad y los nervios de estar a solas con el peli-naranja si tenían muy estresada a Nene, ella era una persona que podía sacarle tema de conversación hasta la persona más amargada de todo el mundo y el hecho que no pudiera cruzar ninguna palabra la estaba afectando. ¿Y si le desagradaba su presencia?, ¿Y si hacía mucho ruido al comer?, ¿Qué tal si prefería estar sólo?, ¿Debería irse?. Mil y un preguntas pasaban por su mente, podía jurarse que de su cabeza empezaba a salir humo de tanto pensar. ¡Ya no lo soportaba más!, ¡Hablaría con él si o si!
— A-akane-kun... ¿T-todo esta b-bien?— preguntó nerviosa la chica de tobillos gordos, llamando la atención de Akane por su pregunta.
— ¿Qué te pasa hoy, Yashiro-san?. Estas muy rara— ¿esa era su respuesta? ¿en serio?. Ella se preocupada si todo estaba bien y él solo decía eso.
— ¿¡E-eh!? ¡¡No estoy para nada rara!!— bufó enojada.— ¿¡Qué te hace pensar eso!?, ¡Tú eres el raro!. ¡Yo me preocupo por ti y me pagas de esta forma!— volvió a repetir enoja y poniendo los ojos en blanco.
— ¡Yo no soy raro!, ¡Tú lo eres!.— acusó él.— Primero, te levantas temprano.— empezó a enumerar los sucesos.— Segundo, estuviste prestando atención a clases y Tsuchigomori-sensei no te llamo la atención en ningún momento. Y por último, ¡Me estas preguntando si todo esta bien, cuando claramente todo va de maravilla!— finalizó el de lentes, siendo totalmente detallista con los puntos resaltados.
— E-es solo que has estado muy callado desde que Amane-kun y Aoi-chan se fueron, pensé que no querías pasar tiempo conmigo...— dijo apenada la peli-crema, su vista estaba dirigida al suelo no quería decir absolutamente nada más, en cierta parte se sintió muy mal cuando el peli-naranja no le dirigía la palabra hace un rato y ahora se sentía aun peor por la respuesta que éste le dio antes. Pero antes de que vuelva decir otra palabra, fue sorprendida al sentir la mano del contrario sobre su cabeza y sentir como acariciaba su cabellera.
— No digas tonterías, Yashiro-san. Me encanta pasar tiempo contigo, es muy cómodo en realidad.— palabras sinceras eran las que salían de su boca. — No vuelvas a decir algo como eso, tu sabes que te aprecio mucho ¿no?— bajo de su cabeza para acariciar su mejilla, un suave tanto era el que él le provocaba tanto así que ella se entrego totalmente a ello y cerro sus ojos dejándose hacer.
Una bonita escena sería para todos, claro eso sería. Si no fuera porque todo lo que están haciendo esta totalmente mal, ellos solo eran amigos, eso es lo que debían aparentar ser, pero algo en el fondo les rogaba a ambos que se dieran el gusto de estar juntos. Que se dejen abrazar, que ambos fantaseen que en un mundo distinto puedan estar juntos, ninguno de los dos quería lastimar a sus parejas, pero no podían evitar amar al otro. ¿Acaso era pecado amar a otra persona que no sea tu pareja?. Si, si lo era. Pero a ninguna le importaba. Un dulce tacto, una dulce escena, y un dulce beso. Un pequeño roce de labios da el inicio de un amor prohibido, el inicio de una nueva historia de amor, y de una infidelidad. Debían parar ahora que podían, pero no estaban dispuestos a hacerlo, correrían el riesgo de ser atrapados si hacía falta. Ellos tan solo querían dar todo del uno para el otro, darse ese amor y atención que tanto necesitaban. Solo un poco más de aquella dulce fantasía. ¿Un poco más de eso era mucho pedir?. Si, lo era. Porque las mentiras y engaños siempre tienen pata corta. Y con las fantasías la realidad siempre termina haciéndolas añicos..
Hola, hola. ¿Cómo están mis bellas personitas?.
Segundo capítulo de la Akaneneweek2021. ¿Qué les parece? ¿Quedo bien?. Espero que si. Me esforcé mucho para que quedara bien, y si de por ahí mi Mamá pregunta ¿Por qué no terminaste tu tarea?, todos ustedes serán mis defensores. Quedo claro! Hoy será noche de desveló para hacer tarea atrasada!. Mátenme por favor!! :')
Cuídense, hagan su tarea y tomen mucho, mucho, mucho café!!!
Un abrazo para todos ustedes!!!
Los quiero!!!!
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