Aquella Paz

Era una mañana con sol en el cielo azul, Jimin no había podido recordar como ponerse de pie, el doctor había dicho que su mente había empezado a tener confusiones musculares, ahora estaba en una silla de ruedas, Yoongi la empujaba y Jimin sólo veía a todos lados, y su voz tembló al decir: — Sabes no es el fin del mundo, se siente como tal — aún cuando sus palabras sonaban atropelladas, Yoongi las entendió y le sonrió con la tristeza en su rostro.

— ¿Quieres saber lo que se siente volar — preguntó pero, Jimin no le respondió y sólo vio hacia el frente, Yoongi tomó con fuerza la silla y corrió el viento soplaba en su rostro y el de Jimin, una sonrisa se instaló en su rostro.

Jimin estaba cada vez más delgado, ya no comía, la comida no sabía a nada, había olvidado cada sabor, no podía recordar ningún olor también, los colores no eran reconocidos por sus ojos, pero siempre veía el cabello de Yoongi, ese Azul Brillante como el cielo, como el mar, como el olvido.

— He traído algo — dijo Yoongi esa mañana, Jimin estaba en la cama, no podía caminar, no tenía fuerzas y no había ningún signo de tristeza o dolor en su rostro , Yoongi le mostró el algodón de azúcar a Jimin, pero este no hizo ningún sonido o movimiento — Vi una foto tuya en la sala y comías uno. Eras muy guapo de joven, ojalá hubiese nacido en tu época, he traído uno, es azul — sonrió con tristeza y los ojos de Jimin vieron aquello extraño pero, tenía azul como el lugar en sus sueños, no podía pronunciar las palabras pero, quería tocar aquello.

Yoongi tomó un poco del algodón de azúcar y lo colocó en los labios de Jimin, no sé movió, aquello era suave pero, como lo sabría Jimin, no sintió algún sabor y olor, no había nada.

Lágrimas bajaron por los ojos  de Yoongi, Jimin lo observó, el dolor de su cabeza se había ido, se sentía en paz y sus labios se abrieron: — ya no duele y todo es Azul — susurró y cerró sus ojos como si disfrutara de aquello.

Lisa que estaba en la puerta junto a su padre empezó a llorar, Yoongi lloró y abrazó el cuerpo de Jimin, no respiraba, se había ido, ya no estaría allí, ya ni vería su sonrisa, ya no habría más azul para Jimin.

Yoongi sentía como si su pecho era aplastado con una roca enorme, mientras veía a Jimin con su rostro en paz en aquel ataúd, ya no había dolor, las lágrimas bañaron sus mejillas, Jimin había llegado de manera extraña a su vida. En ese parque, parecía que aquellos últimos momentos el azul de su cabello le había dado algún tipo de consuelo y color a su vida.

Pudo ver la felicidad en su rostro cuando lo hizo subir a la patineta o le enseñó a volar en una silla de ruedas, y ahora allí estaba, en aquel lugar, viendo como ya estaría en el lugar que mencionó de sus sueños.

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