Las mañanas o las tardes para Jimin con las semanas y meses empezaron a o ser nada, no sabía que era cada hora, las comidas iban perdiendo su gusto, ya nada sabía igual. Pero cómo sabría, él no recordaba a qué habían sabido alguna vez.

Había un insistente palpito en su cabeza, le dolía y lo hacía gritar, poco iba perdiendo su mente, poco a poco empezaba a sentirse más perdido, en lo más profundo de su ser, Jimin quizás se preguntaba, ¿por qué aquello le ocurría a él?, todos su recuerdos, toda su vida se iba y no podía hacer nada, sólo dejarlo ser.

Le dolía pero, no sabía porqué le dolía.

Constantemente lloraba o estaba triste y él desconocía aquellos sentimientos, él desconocía la razón, su corazón en cambio lo hacía, sufría amargamente.

Pero cada vez que aquel azul aparecía una sonrisa se dibujaba en su rostro, Jimin observaba los ojos de Yoongi, no recordaba su nombre, pero veía el azul también en la mirada de aquel joven.

Yoongi había empezado a sentir un cariño por Jimin, no era un cariño romántico, era una afecto, algo que no sabía explicar, ese día había llevado flores a Jimin y eran azules y sus ojos se habían iluminado al verlas.
Pero, una tarde Jimin había estado furioso y ni ver a Yoongi le había hecho sonreír, estaba perdido.

Se sentía con miedo, sus piernas se sentían pesadas, quiso golpearse, el dolor en su cabeza le hacía querer que parase como fuese, por primera vez Yoongi había llorado y tratado de calmar a Jimin, hasta que había quedado dormido.

El doctor había dicho que poco a poco sería peor, tenía un vendaje en la mano Jimin, se había cortado con un espejo roto.

Yoongi deseo con todo su ser poder quitar aquel dolor de Jimin. Deseó tanto haberlo conocido antes, definitivamente Jimin era su amigo.

Una tarde, Jimin estaba solo sentado y Yoongi estaba a su lado cuando habló: — Ayer tuve un sueño, era joven y estaba en lugar tan calmado y azul, habían mariposas y una salía del agua el sol se ocultaba en las nubes y yo sentía paz — Yoongi solo lo había visto y luego Jimin no dijo más, solo observó el cielo.

Su mente era más confusa cada vez, Jimin no sabía lo que era un sueño, no sabía lo que eran las nubes
Las lágrimas se derramaron de los ojos del pálido, entendía las palabras de Jimin y aquello lo hacía tan doloroso.