Treinta

Eun-ji aún estaba aturdida por la falta de aire, pero también estaba sorprendida por lo que la mujer acababa de hacer. A pesar de sus pocas fuerzas, dio un pequeño grito al escuchar el fuerte golpe que Jungkook recibió, y sus ojos se abrieron al ver una considerable cantidad de sangre saliendo de las fosas nasales de él. La madre del joven también estaba igual por la sorpresa de haber realizado esa cruel acción, así como la impresión de ver el resultado de su enojo. Eso la mantenían congelada en la misma posición.

Jungkook era el que estaba mucho peor que Eun-ji y la mujer. Decir que él estaba en shock no era la palabra acertada, estaba en un nivel más alto que eso. Tanto que, no sentía el dolor que una fractura debía causarle. En su mente solo se repetía una y otra vez la escena del rostro furioso de su madre que luego golpearlo. Ya había recibido golpes de ella en el pasado, pero nada comparado con lo que había recibido en ese momento: dado con odio y no para disciplinar.

Ahora entendía mucho mejor por qué su media hermana nunca intento defenderse, si él que era más alto y con más fuerza que su madre recibió tanto daño, la pequeña y delgada Eun-ji no podía hacer nada en su contra.

—L-lo lamento, lo lamento, yo no quería hacerlo —pronuncio la mujer con mucho nerviosismo—. Fue tu culpa, si no hubieras tratado de impedir que la matara yo no tendría por qué haberte golpeado.

—Eres una desgraciada.

La madre de Jungkook se quedó perpleja ante el insulto. Y a pesar del grave error que había cometido, se atrevió a regañar a Jungkook por llamarla de esa forma, pues era su madre y debía respetarla. 

—¡Al carajo con eso! Después de todo lo que has hecho no lo mereces —le reprocho con odio—. Esto nunca te lo voy a perdonar.

—No, hijo, no digas eso. No te apresures a decir insensateces, mejor sienta y arreglamos esto.

—Claro que no, acabas de intentar asesinar a una persona, me golpeaste, ¿y quieres que actúe como si nada?

Las cosas se estaban poniendo demasiado intensas y Eun-ji estaba cada vez más cerca de tener un ataque de pánico. De nuevo termino en el suelo y se arrastró hasta la pared con mucho miedo para pedirles que pararan de hablarse fuerte.

—Ahora mismo iré a contar todo lo que has hecho.

—¡No! No puedes hacer eso o si no…

—Ya no me importa lo que te pase.

Eun-ji repitió su petición de que se detuvieran, estaban pasando muchas cosas de forma tan rápida. Era mucho que procesar para su cabeza y esta comenzaba a dolerle. Repitió una vez más que pararan y no gritaran ¿Por qué no venía nadie a intervenir? ¿Acaso a nadie le preocupaba o le parecía extraño que gritaran tanto dentro de esa habitación?

Las cosas entre madre e hijo se pusieron tan mal que incluso comenzaron a forcejear. Ella lo halaba del brazo de Jungkook para evitar que este hablara de lo que ella intentó hacer y Jungkook intentaba soltarse de ella.

—¡Ya suéltame!

—¡Por favor no quiero ir a la cárcel! ¡Soy tu madre, no puedes hacerme esto!

Jungkook no aguanto más a su madre y en un arranque de ira la tomo de los hombros y la sacudió con brusquedad.

—¡Tú ya no eres mi madre! Y no me importa que vayas a la cárcel, es donde mereces estar.

—¡No Jungkook, por favor!

Los forcejeos se volvieron más fuertes. Ya a ninguno de los dos les importaba hacerse daño, se habían olvidado muy rápido del vínculo que los unía y todo porque ambos se estaban dejando llevar por su enojo. Madre, e hijo al final de cuentas.

Y solo asta entonces un doctor acompañado por varias enfermeras llegaron a la habitación para separar de inmediato a los que se suponía eran madre e hijo. Mientras tanto, una enfermera se acercaban a Eun-ji y trataba de calmar a la alterada chica que también había comenzado a gritar debido a la ansiedad que el momento le estaba provocando. Era demasiado para ella y no podía manejarlo.

Una vez lograron hacer que Jungkook y la mujer se calmaran, el doctor preguntó que es lo que había sucedido para que actuaran tan salvajemente. Jungkook estaba dispuesto a decir lo que había descubierto, pero su madre fue más rápida y muy inteligente, supo aprovechar muy bien aquella situación, dijo algo que tomo por desprevenido a su hijo y lo coloco en una muy mala posición frente a todos.

—Él se puso violento conmigo e intento hacerme daño. Sintió muchos celos por toda la atención que estaba recibiendo ella —dijo señalando a Eun-ji—. Entiende que ella está muy mal, por eso tengo que estar mucho tiempo con ella.

Jungkook lo negó de inmediato, mientras él trataba de narrar la verdad de lo sucedido. Era la palabra de uno contra otro, pero ninguna de las dos ver iones fue escuchada. Todos observaron a los dos ser más revoltosos qué un par de perros, así que los dos tendrían que irse, ya que Eun-ji no estaba en condiciones de explicar nada.

* * *

Antes de ingresar al hospital, Seulgui se tomó un rato para sentarse en la acera y descansar un rato. Desde la tarde se la había pasado de hospital en hospital buscando a esa chica que tenía como loco a su amigo, y no se había detenido para nada.

Cuando él les contó todo lo que estaba sucediendo quedaron sorprendidos. No es de todos los días escuchar historias como la que esa chica de nombre Eun-ji vivió, parecía sacado de alguna historia ficticia. Sobre todo la parte de los cortes y como esa mujer tenía cuidado de solo golpear los lugares donde era fácil ocultar los golpes, y más sorprendente aún, que todo eso sucediera bajo el mismo techo donde vivían otras dos personas que parecían vivir en un mundo diferente que al de Eun-ji.

Al principio todos se quedaron callados, procesando lo que Hoseok acababa de contar. Después se mostraron indignados, sobre todo Jin, que tenía un instinto protector igual que el de Hoseok. Sin embargo, cuando él pidió ayuda para encontrar a su chica y rescatarla cuál príncipe azul, fue que comenzaron a dudar, sobre todo Yoongi y Namjoon.

Era indignante lo que ella estaba viviendo, y ningún ser humano merecía pasar por aquello; sin embargo, no querían meterse en problemas. Además de que no tenían un buen plan para poder ayudar a esa chica y estaban dejando escapar, muchos detalles que podían perjudicarlos a todos y el más afectado sería Hoseok. La mente maestra detrás de todo ese desastre de plan improvisado.

Al final, a pesar de que Yoongi y Namjoon no estaban del todo de acuerdo, terminaron aceptando solo para ayudar a su amigo. Seulgui, la única chica del grupo, fue la que más entusiasmada se sentía con la idea de ayudar a Hoseok a buscar a su chica. Él se la pasaba negándolo a cada momento y no dejaba de lanzar miradas juzgadoras a Seulgui por hacer comentarios empalagosos y ridículos sobre él y Eun-ji. Pero no podía evitarlo, para ella, una chica amante de las historias románticas, le resultaba tan bonito que Hoseok actuara de esa forma para salvar a Eun-ji, la chica que, aunque él no quisiera aceptar, le gustaba por montones.

Como resultado se ganó miradas de hastío de parte de los chicos. Seulgui los había empalagado con sus comentarios y al final fue ella la que termino corriendo a los chicos para que iniciara la búsqueda.

Al principio Seulgui estaba muy animada con dicha misión. Después las largas camitas de un lugar a otro, el clima caluroso, y los resultados fallidos, le fueron mermando sus ánimos. El cansancio estaba haciendo de las suyas y todo el romanticismo que ella veía en aquella búsqueda que Hoseok comenzó, había perdido su magia.

Revisó la hora mientras le daba un masaje a sus doloridas piernas, ya faltaba poco para las nueve y treinta. Seulgui suspiro con cansancio.

—No me cabe la menor duda, en verdad amo mucho a Hoseok —se dijo a sí misma en voz alta—. Me deberás un favor enorme después de este esfuerzo que estoy haciendo.

Dicho eso, la chica se levantó y camino para entrar al hospital. Se notaba desde lejos el enorme cansancio que traía encima, aun así se acercó a la recepcionista para preguntar por una chica de nombre Eun-ji.

—Es ella —mencionó mostrándole una foto.

La chica de la recepción agudizo la mirada para poder observarla mejor. Le hizo unas cuantas preguntas a Seulgui, quien tuvo que mentir un poquito para que confiaran en ella y pudieran darle lo que ella quería. Lo tomo como una buena señal.

—Sí, tu amiga se encuentra internada desde hace algunas semanas en este hospital.

—Ah, por fin.

—Se encuentra en la habitación doscientos tres, cuarto piso.

—Muchas gracias señorita. —Se alejó de la recepción con mucha alegría y con sus energías renovadas—. Hoseok se pondrá muy contento.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top