☪ Capítulo 5: Nuevos amigos ☪
—Mírame —la omega agarró la muñeca del alfa—. ¡Mírame!
A pesar de que obviamente el alfa era más fuerte no pudo evitar romper en llanto frente a ella.
—Puedes llorar, no tienes que hacerte el fuerte frente a mí, cariño.
Recientemente el padre del alfa había muerto, ante eso una gran responsabilidad había caído con él y ahora todo sería más acelerado, su boda, su ascensión, tener hijos.
—¿Qué voy a hacer?
–Voy a estar a tu lado, el mundo se puede acabar y tú me tendrás aquí.
—¿Quién eres? —Jimin intentó llegar a ellos, pero no logró moverse.
La omega le miró.
—Cuídale, por favor.
Esta vez Jimin no gritó cuando se despertó, solamente abrió los ojos y lucho por seguir respirando silenciosamente.
Se giró hacia Yoongi quien dormía acurrucado a su lado dándole la espalda, puso su mano en su pecho y suspiró más calmado. Desde que había llegado al extraño pueblo todas las noches tenia sueños extraños, algunos más que otros.
Comenzaba a pensar que eran manifestaciones de toda la información nueva que Yoongi le enseñaba cada día y cada vez era más confuso y agotador de entender. Sin poder volver a dormir y ya con el sol alumbrando las cortinas de la ventana pues pronto todos despertarían, se levantó de la cama y fue a la cocina a por un poco de agua.
La cabaña de Yoongi era bastante simple, con solo un cuarto grande para la sala y la cocina, otro para la habitación y al final de todo el baño, que era bastante grande. Se había escandalizado un poco cuando descubrió que no había nevera, ni lavadora, tampoco electricidad, era como vivir en algún lugar realmente recóndito del planeta.
Todo era vivir como en la antigüedad, aunque la ropa no era muy diferente a la actual, seguía siendo un estilo más simple. Jimin había insistido que brindar cualquier conocimiento para ayudar la calidad de vida del lugar, pero la anciana, Ahn, negó esto diciendo que solo querían información para las futuras generaciones, que realmente no querían cambios.
Sentirse inútil fue algo común los primeros días, no hacía más que hablar con Yoongi y la anciana, pero Taehyung sorpresivamente intercedió por él cuando lo vio tan nervioso y agobiado, que aceptaron tomarse las cosas con más, al final se quedaría un buen tiempo hasta que pudiera emprender su camino de vuelta a Gwanju.
—Buenos días, Jimin ¿dormiste bien? —le saludó Yoongi cuando se asomó por la puerta del cuarto.
—Sí, hyung —ya se había acostumbrado a la presencia de Yoongi por lo que dormir o pasar todo el tiempo juntos, no le era molesto y he de decir que al omega tampoco le incomodaba, había estado viviendo solo durante muchos años, tener a alguien a quien cuidar le daba alegría.
Jimin en la media hora que había esperado a que el mayor se levantará ya había preparado los alimento, pan, frutas y avena, era en general la base de los alimentos, la carne era escasa y cuando los guardianes –alfas que salían cada semana a revisar los terrenos circundantes del pueblo– cazaban algún animal, solían darles a todos una ración bastante pequeña y solo duraba un par de días.
Aun le incomodaba un poco el sistema económico, o más bien, la falta de este, pues no tenían moneda, en general todo era repartido equitativamente, comida, ropa, materiales, etc. Si necesitabas algo en específico y de urgencia –como armas o material– podías pedirlo prestado o intercambiarlo por algo.
En general todo era armonía y paz.
—Oh, esa avena se ve muy bien ¿tuviste problemas? —preguntó Yoongi al sentarse a comer junto a él.
—No, esta vez se me hizo más fácil.
Al estar acostumbrado a la tecnología, algunas actividades manuales se le daban fatal.
—Iras a donde Jihyo hoy ¿verdad? —el menor asintió llevándose uvas a la boca—. A ella le irá muy bien tu ayuda, sé que no es lo mismo a como los betas confeccionan su ropa, pero aprenderás rápido.
—Eso espero, aún hay personas que me miran mal, por más que me explicas sigo sin entender por qué me odian.
—Porque no te conocen realmente, te siguen viendo como lo que aparece en los libros de la escuela, dales tiempo, sé que te amaran, como yo, Ahn, Namjoon y Taehyung.
—Namjoon puede que no me odie, pero le doy asco y Taehyung solo me soporta porque es su trabajo.
—Bueno —Yoongi estiro su brazo y acarició el cabello del más bajo—. Siempre me tendrás aquí, hasta que el mundo de acabe... o hasta que te marches.
—Gracias, hyung, siempre sabes cómo alegrarme.
Yoongi sonrió y ambos continuaron con su comida. Jimin estaba nervioso, por fin tendría algo más para hacer que contar sobre la civilización de los "betas", además regresar a hacer algo que amaba, cuando su padre falleció tuvo que dejar sus estudios en diseño, algo que también le afectó bastante.
A media mañana Taehyung lo vino a buscar, Yoongi se despidió de él, su trabajo siempre era en casa, se quedaba a escribir los libros de las escuelas y actualizarlos con la información de Jimin.
—¿Descansaste bien? —preguntó el menor caminando al lado del alfa, pero este no respondió—. ¿Y comiste bien? el pan que preparan aquí es muy delicioso, espero conoc-
—Basta.
—¿Eh?
—No tienes que fingir interés en mí y yo no estoy interesado en crear amistad contigo.
Jimin se mordió el labio ante esta declaración y evitó mirarle, de alguna forma pensaba que lograría ablandar el corazón del más alto, hacer las cosas más amenas, pero este seguía apartándolo como si fuese la peste.
—Hemos llegado —ambos de detuvieron frente a una gran casa de madera, tenía dos pisos y sorprendentemente una de las esquinas de la casa era atravesada por un árbol—. Ten esto, hazlo sonar cuando me necesites y no juegues con él, mi paciencia tiene limites.
El mayor le entrego en la mano un pequeño tubito, debía ser de hueso tallado, tenía un par de huequitos muy pequeño y el grosor disminuía de una punta a la otra.
—Claro, gracias —el menor le dedico una sincera sonrisa, se dio la vuelta para caminar, pero se detuvo en el primer paso.
Apretó su puño y miró al alfa.
—Yo no finjo, Taehyung, no quiero que creas eso.
Retomó su camino y tocó la puerta esperando a que le permitiesen la entrada.
Taehyung solo se quedó detrás de él, observando como la omega bajita se lanzó a abrazar al beta y luego se lo llevó adentro.
Puede que Jimin no fingiese querer estar en buenos términos con él, pero eso no era conveniente, el alfa a pesar de su intimidante aspecto le era fácil encariñarse con las personas y no quería sentir ningún tipo de sentimiento por Jimin mas allá de protegerlo.
Al final un día se marcharía y todo volvería a la normalidad.
—Namjoon me ha contado de ti —la chica soltó un grito agudo de emoción—. Que emocionante, tengo a un verdadero beta delante de mí.
Otro grito se escuchó en la sala. El muchacho solo podía mirarla sin decir nada, traía un vestido liso sin mangas de color blanco, el cabello le caía hasta la cintura ligeramente ondulado y no traía zapatos, lo que más resaltaba era una marca casi circular en el cuello.
Esta parecía más como una vieja cicatriz, una fina línea donde antes debió de haber una herida.
—Soy Jihyo, un placer, oh pero que emoción tengo.
El menor le dio una enorme sonrisa contagiado por la burbujeante personalidad de la omega y extendió su mano.
—Me llamo Jimin, también es un placer —la chica en vez de estrechar su mano lo abrazó zarandeándolo de un lado al otro.
—¡Hala! ¡Qué nombre más lindo!
—Venga, Jihyo, déjale respirar —una chica les interrumpió mientras baja las escaleras que rodeaban al gran árbol que atravesaba la casa, traía cabello corto hasta los hombros, unos pantalones apretados, botas oscuras, y una camisa ancha también de un color oscuro.
—¡Es que es muy lindo! —respondió soltándome y acercándose a la mujer—. Nunca pensé ver a un beta en mi vida, siempre pensé que eran feos y horribles, pero míralo.
—Sí, sí, lo entiendo —la chica se acercó a Jimin y se presentó con la mano—. Soy Nayeon, un placer.
—Soy Jimin —respondió estrechándola suya.
—Yo me tengo que marchar ya, dejo a mi compañera a tu cuidado —Jimin intentó que su gesto no delatase su sorpresa, forzó una sonrisa y se despidió.
Yoongi le había explicado al joven lo básico sobre los licántropos, como se dividían y en general la diferencia entre los omegas y los alfas, algunas cosas habían quedado en el aire y le daba demasiada vergüenza preguntar, pero al final entendía un poco de esta nueva sociedad.
Hasta el momento solo había visto transformarse a Yoongi, un par de veces, el mayor asumió que esto ayudaba a Jimin a dormir cuando lo veía muy nervioso y así era, pero lo que no podía evitar era despertar vuelto un humano y desnudo. La primera vez fue algo incómodo, ahora para ambos era normal, sorprendente para el poco tiempo que llevaban de conocerse.
—Bueno, vamos —la omega lo agarro de la mano y lo condujo hasta el final del primer piso donde había una habitación sin puertas, en esta solo se encontraban 3 mesas pequeñas y un par de sillas de madera, pero las paredes estaban abarrotadas con telas, papeles, bordados y algunas cosas más—. No hay tiempo que perder, me dijeron que de dónde vienes te encargas de las ropas ¿verdad?
Jimin solo asintió mientras seguía mirando el lugar, se sentía otra vez en sintonía consigo mismo, hace semanas que no tocaba una aguja o una tela y le daba emoción volver a diseñar.
—Perfecto, ven por aquí —le guío—. Esta es tu mesa, trabajaremos juntos ¿Ok? ¿Te explicaron cómo funcionan las cosas aquí?
—¿En el pueblo? —ella asintió—. Una vez a la semana se tienen que entregar cierta cantidad de insumos al círculo ¿es así?
—Sí, así que no podemos retrasarnos o será un desastre, generalmente las prendas se almacenan y son entregadas cada luna llena —Jimin hizo el cálculo mental y supuso que debía de ser una vez al mes—. Ten estas son las cosas que tenemos que hacer.
Ella le pasó una lista con la forma de las prendas y los números, tuvo que intuir algunas cosas pues la forma de escritura era diferente al coreano moderno, de igual forma era entendible.
El resto del día se lo pasó dentro de esa casa junto a Jihyo, bordando formas, cosiendo prendas, recortando tela; por medio de ella te enteró que la manada o el pueblo para ser más exactos era uno de aproximadamente 38 y que cada 15 días pasaba una caravana —llamada los caminantes—. con materiales e insumos de otras manadas, así que el intercambio era la principal economía para esta sociedad.
—Taehyung es quien te cuida ¿verdad? Supongo que él te dirá lo que tienes que hace cuando los caminantes lleguen —dijo guardando lo que no habían terminado ese día.
—¿A qué te refieres?
—Eres un beta, si ellos te ven te harán pedazos, la abuela Ahn y Namjoon oppa son buenas personas, ellos entendieron tu situación y te ayudaron, pero las manadas del norte son más... hmm... ¿Cómo podría decir?
—¿Rigurosas?
—Anticuadas —dijo dejando caer unos manojos de hilos dentro de una pequeña canasta—. Ya sabes, las cosas nuevas asustan a muchas personas y nuestra manada es de las más antiguas, además de ser de las más cerca al territorio beta, por lo que cuando los muros se construyeron había otras manadas nuevas y/o apartadas que no tuvieron contacto con los tuyos.
Jimin se sintió aún más confundido, pero logro entender el punto.
—Y además están los alfas —la omega por fin terminó de recoger y se sentó a su lado—. Ellos son las tres T, torpes, toscos y tercos, no les gusta mucho el cambio.
—Entiendo.
Jimin quería hablar un poco más con la chica, pero la puerta se abrió y sus ojos se iluminaron.
—¡Amor! —se levantó ella corriendo hacia la entrada.
El joven la siguió a una distancia prudente solo por curiosidad u vio cómo su recién amiga se abalanzaba a los brazos de la recién llegada.
—Hoy me has hecho mucha falta, más que otros días —dijo la más baja.
—¡Tonta, eso dices siempre!
—Me pongo romántica y tú me lo dañas —dijo ocultando tu cara en el cuello de Jihyo, Jimin supuso que se susurraban pues rieron por lo bajo mientras las manos volaban.
De repente Nayeon descubrió al joven observando y le lanzó una sonrisa.
—¿Te divertiste hoy?
—Ah, sí, señora.
—Es bueno escuchar eso —dijo Jihyo girándose sin dejar de abrazar a su pareja—. Porque oficialmente trabajaras aquí, lo hiciste muy bien, Jiminie.
El pecho del nombrado se sentía pesado y caliente, algo que le ponía nervioso.
—Taehyung te está esperando afuera, vinimos juntos de la guardia, aunque si quieres quedarte a cenar y tenerlo parado afuera a propósito durante un tiempo no me negaré, me hará sentir mejor.
—¿Te volvió a derrotar hoy? —preguntó la omega a lo que Nayeon asintió.
—No, agradezco su invitación, pero no debería dejarlo esperando.
—Si así lo quieres —ambas se despidieron de él.
En efecto Taehyung le estaba esperando a varios metros de la entrada, con su vestimenta negra y su frondoso cabello, sintió un escalofrío cuando su pesada mirada calló en él, pero esta se volvió un gesto más suave.
Otra cosa que si notó fue como la noche era más fría que nunca, con el pasó de los días había olvidado que se aproximaba otoño y con eso un frio invierno.
Corrió hasta el más alto y vio como le salió baho por la boca cuando habló.
—¿Te fue bien? —el corazón de Jimin volvió a palpitar con pesadez.
Esas simples palabras le robaron una sonrisa.
—Bastante, sí.
A pesar de la oscuridad de la noche y lo casi llena que estaba la luna, sí que pudo ver la sonrisa de Taehyung.
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