☪ Capítulo 4: Una gota de compasión ☪





¿Quiere casarse contigo? la beta frente a ella la miro como si estuviese loca.

Sí.

¿Y qué le dijiste?

Entre en pánico ¿Qué le podía decir? la beta se rio por lo bajo y le pellizcó la mejilla.

Tenías que decirle que sí, boba.

Tengo miedo ¿Y si él no es el correcto?

¿Y si sí lo es? Nunca sabrás si el agua esta fría hasta que te metas completamente en el rio la beta me miró a los ojos. Se valiente.

—¿Cómo?

Inténtalo, Jimin.

Jimin se quedó un buen rato mirando el pan y las frutas en su plato, la manta sobre sus hombros pesaba cada vez más y el frio de la mañana se acumulaba en la madera del suelo.

Yoongi se sentó frente a él con un plato igual al suyo, este había insistido en que no era necesario que siguiera despierto pues aún era bastante temprano, pero las pesadillas no ayudaban.

—¿Sin apetito? —preguntó cuándo termino de tragar la fruta en su boca.

—Eso creo.

—Inténtalo, Jimin —la frase lo hizo temblar, pero fue efectiva cuando por fin comenzó a comer.

Yoongi sonrió cuando el menor comenzó a comer con esmero, debía tener mucha hambre, pero se había abstenido por ¿temor? ¿desconfianza? Al omega aun le quedaba mucho para poder llegar al corazón del beta.

—Y dime ¿de dónde vienes?

Jimin se tomó su tiempo para contestar.

—No lo sé ¿Dónde estoy?

—Al otro lado del muro —Jimin le miró confundido—. Debiste pasar por él para llegar aquí.

—Eso creo, pero sigo sin saber que es este lugar.

—Es la manada Calliope, somos la más cercana al muro, aunque hay otras más al sur, por las montañas –Yoongi quería seguir, pero notó como Jimin se sentía cada vez más confundido.

—¿Manadas? —soltó una suave risa—. Que extraño nombre para los pueblos.

—¿Tú crees? ¿los betas no le ponen nombres a sus comunidades?

—¿Los que? —dijo alzando más la voz, cuando se dio cuenta bajo la cabeza y se disculpó.

—Eres un beta, eso es obvio —Jimin negó con la cabeza, entonces Yoongi lo entendió—. No sabes que es un beta.

El menor volvió a negar.

—Tampoco sabes que es el muro ¿verdad? ¿sabes de nosotros? Los licántropos, omegas y alfas.

—No, lo siento.

—Cuéntame, por favor, cuéntame más sobre ti, sobre tu hogar, sobre tu familia.

A Jimin le abrumaron estas preguntas.

—Yo, n-no creo-

Unos golpes se escucharon en la puerta, Yoongí miró la ventana y pudo ver como efectivamente los primeros rayos de sol se asomaban, sin embargo no le dio tiempo a decirle nada a Jimin.

La puerta se abrió y el primero en entrar fue Namjoon.

—Jimin, ve al cu-

—El beta se queda —la voz de Namjoon fue bastante autoritaria.

—Pero-

—Basta, Namu, lo asustas —la anciana detrás de él agarró su muñeco y se abrió paso por la sala—. Hola Yoon, disculpa por llegar tan temprano.

—Está bien, Ahn, siempre eres bienvenida.

Jimin se giró suavemente para verles. Un hombre alto, piel bronceada, ojos oscuros y cabello ceniza, seguida de él había una anciana, bajita, de piel clara, cabello rubio canoso y cara regordeta con muchas arrugas, por ultimo un muchacho, más joven que los dos primeros, de frondoso cabello negro y ojos azules.

El menor apartó la mirada cuando la cruzo con la anciana.

—¿Me puedo sentar?

—Por supuesto —Yoongi corrió una silla al lado de Jimin y la anciana tomo asiento.

Jimin la miró de reojo, estaba asustado. Yoongi apretó su hombro al pasar por su lado.

—Hola —dijo la anciana inclinándose un poco hacia él—. Soy Jeon Ahn, como puedes ver soy de las más viejas en este lugar.

Namjoon quiso decir que no era vieja, pero se abstuvo, si lo era, aunque no habría usado esas palabras.

—Hola —susurró Jimin.

—Me dijeron que llegaste ayer y mi querido Yoon te ha cuidado —Yoongi sonrió cuando la anciana le miró—. ¿podemos hablar un poco?

Jimin bajó más la mirada y casí entierra su propia cabeza entre sus hombros.

—Esto es una pérdida de tiempo —comentó Namjoon cruzándose de brazos.

Ahn lo ignoró rodando los ojos.

—Jimin —Yoongi se arrodillo a su lado y tomó su mano—. No queremos hacerte daño, yo realmente quiero ayudarte, pero necesitamos que colabores.

El menor apretó la mano del contrario y tome aire. Lo que vio la anciana cuando sus ojos se chocaron de nuevo fue algo que no había visto antes.

—Así que ¿te llamas Jimin? Es un bonito nombre.

—Yo... —respiró profundamente y continuó—. No estoy aquí para lastimar a nadie, escapé de mi casa, crucé el bosque y llegué aquí.

—Ya veo —la anciana agarró suavemente el cuello de su camisa y bajó lo suficiente para ver algunas marcas—. ¿De quién escapas te hizo esto?

Él asintió.

—Dime quien eres.

—No entiendo —Ahn paseó su mirada de Namjoon a Yoongi—. Hyung me ha estado llamando beta, pero realmente no sé a qué se refiere.

—¿No sabes dónde estás?

—No, bueno, supongo que algún pueblo, nunca antes había salido de Seúl solo.

—¿Seúl? —Namjoon miró a Yoongi buscando una respuesta que el contrario tampoco sabía.

—Vengo de la capital, no nací ahí sino en Busan, pero crecí allí.

La anciana ladeó la cabeza y luego sonrió.

—Me encantaría saber más sobre tu... ciudad, Jimin.

—Entonces... ¿Se quedará?

—Bueno, obviamente no es un peligro para nadie, debe venir de un lugar muy hostil para que quisiese escapar.

—Es un beta, Ahn, sabemos de sobra lo que pasó cuando los ancestros confiaron en los de su tipo.

—Pero tal vez hayan cambiado —intervino Yoongi.

—No tenemos seguridad de eso, si atacan a uno de los suyos, nos atacaran a nosotros también —exclamó Namjoon bastante enojado ya—. Tenemos que acabar con él.

—¡No puedes hacer eso! —el omega de puso frente a él.

—Sí puedo y lo haré.

—Podemos regresarlo —esta vez fue Taehyung quien intervino, se había quedado callado en una esquina desde que llegaron, simplemente analizando todo, en parte estaba con Namjoon, un beta con toda su historia por detrás era muy peligroso, pero no quería causarle daño a Yoongi, sabia lo compasivo que era su amigo.

—¡No!

Todos miraron Jimin quien ante las palabras del pelinegro se había levantado de la silla.

—No sé qué está pasando aquí, ni quienes son ustedes y entiendo que soy un desconocido, pero por favor, no quiero regresar.

Si regresaba estaría peor que muerto, perdería toda humanidad que quedara en su cuerpo.

—Yo no sabía de este pueblo, llegue por casualidad, mi intención era ir a Gwanju.

Debía de estar loco para contarle a un montón de desconocidos a donde quería ir, pero era eso o que lo regresaran a Seúl.

—¿Dónde queda? —preguntó Namjoon más calmado.

—¿Eh?

—Gwanju, a donde vas —le respondió Yoongi.

—Hacia el sur.

—Eso sobrepasa los límites del muro, es terreno beta —informó Taehyung.

Entonces la discusión regresó entre los 3, Jimin volvió a sentarse apretando sus manos, había escapado de un problema para entrar otro. La anciana que acercó a él y le acarició el cabello, eso fue suficiente para que los hombres callaran.

—Nuestra paz a durado años, querido Jimin, tomar una decisión no es muy fácil —el menor asintió entendiendo sus palabras—. Quiero confiar en que Yoongi hace bien al protegerte, pero no tengo ninguna seguridad de eso.

—No soy alguien malo.

—Voy a confiar en tu palabra —ella se giró a Namjoon—. El beta se quedará, solo hasta que encontremos la forma de hacerlo llegar a su destino y esperar que con el tiempo se recupere de sus lesiones.

—Pero Ahn-

—Esa ha sido mi decisión, Namu, yo informare al consejo de esta situación y espero que tú puedas controlarla, no queremos caos en la manada.

—Sí, señora.

Yoongi corrió y abrazó a Jimin.

—Te cuidaré bien, ya lo veras.

—Gracias.

—Sin embargo —ambos miraron a la mujer—. Tenerte aquí será de gran ayuda, Jimin, nos encantaría saber información actual sobre tu sociedad ¿no te importará darnos un poco de información, o sí?

—No, no, ayudaré en todo lo que pueda —dijo con determinación.

—Me alegra escuchar eso —la anciana entonces comenzó a avanzar hacia la salida—. Oh, oh, casi lo olvido, Taehyung, eres uno de los mejores guardianes, tú debes desde ahora y hasta el día en que Jimin parta, le cuidaras.

—¿¡Qué!?

—Es una persona vulnerable, físicamente inferior a nosotros, no quiero que muera antes de tiempo.

Yoongi abrazó con más fuerza a Jimin, comenzó a entender que en realidad a la anciana no le importaba mucho el bienestar del joven, solo no quería que este falleciese antes de darles toda la información sobre el mundo del que venía, pero quería creer que, si este completaba su cometido, entonces lo dejarían ir. Era algo sucio, pero serviría para mantenerle vivo.

Todas las palabras dulces y el numerito eran en realidad para calmar a Namjoon, de no ser por eso le habría roto el cuello con una sola mano.

—Está bien, lo que sea correcto para la manada.

—Espero que te sientas bien aquí, Jimin, ha sido un placer conocerte.

—El placer es mío —respondió antes de que se marchara.

Ahora solo con su hyung se sentía mucho más tranquilo, todavía había cosas que no entendía, que le perturbaban, pero ya las resolvería con calma. 






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