☪ Capítulo 27: Entre agua clara y secretos ☪🔥




Incluso en invierno, el sol era tan fuerte que picaba en la piel de Jimin, teniendo que masajear sus pómulos para quitar la sensación de hormigueo antes de precipitarse hacia suelo desde el lomo de Taehyung. El enorme lobo se sacudió un poco de la nieve pegada a su pelaje, acercándose al mayor para revisar que estuviese bien después de la inesperada lluvia de granizo que los golpeó horas atrás, teniendo que serpentear entre los arboles al no encontrar un lugar en donde refugiarse.

La risa de Jimin vibró en los oídos de Taehyung cuando este pegó la nariz fría en su cara para olisquearlo, afilando la vista en la marca circular de su cuello por si las líneas habían avanzado demasiado. Por suerte, no habían crecido más que un par de centímetro desde que estuvieron en la cabaña de Jannie. Sabía que irían cubriendo el hombro de Jimin con el tiempo —buscando acabar con él, por supuesto— y que lo único que los detendría de ir más allá de su brazo sería el aconitum pintado en este, una mancha purpura que había sido absorbida por la piel, dejando solo una pequeña zona clarucha y delgada en su bíceps.

Basta —pidió Jimin, pasando la mano detrás de las orejas erguidas del animal—. Estoy bien.

Taehyung obedeció, caminando detrás de él para que la desagradable transición no estuviese a su total disposición, así que todo lo que el rubio vio fue una cola desaparecer en su costado izquierdo y al hombre bronceado aparecer en el derecho. Al parecer no le molestaba el frio ni la nieve acumulada en el suelo, ya que lo primero que hizo fue bajar la gruesa bufanda gris de Jimin, revisando una última vez, sumido en sus pensamientos.

Jimin se preguntaba si seguía sintiéndose culpable, aunque le hubiese dicho que no lo hiciese.

Culpabilidad; era algo a lo que Jimin estaba acostumbrado, llevando consigo un peso invisible que nunca quiso compartir con Hoseok.

Inclinó la cabeza a un lado, aplastando sin mucha fuerza la mano de Taehyung con su hombro. Le miró esperando algo, pero todo lo que recibió fue un pellizco en su mejilla, que le hizo alejar la cara de inmediato, escuchando una carcajada del alfa. Sus mejillas se inflaron en un gesto aniñado que el menor nunca había visto en él y admitió que le resultaba encantador.

Jimin estiró el brazo para devolverle el pellizco, pero su mano fue esquivada. Lo intentó de nuevo y se rindió cuando supo que no podría tocarle, por lo menos no con sus intenciones. Simplemente se apartó recogiendo los bolsos que había dejado despreocupadamente sobre la nieve baja y lanzando uno a Taehyung, quien lo atrapó con bastante facilidad. Espero a que este desamarrara los cordeles para abrirlos y metiera la mano a por ropa, obteniendo su oportunidad, acercándose inocentemente y lanzándose a él en el último tramo, pero de nuevo, solo lo esquivó rápidamente, haciéndose a un lado y dejando que Jimin estampará la cara contra la nieve.

—No entiendo tu juego —se burló el menor, dejando caer el bolso que sostenía sobre la espalda del rubio para ponerse los pantalones. Jimin resopló, apartando con los dedos la nieve en su cara y sentándose frente al alfa casi vestido. Había decidido que buscaría algún lugar para pasar la noche. Pensó en seguir incluso si Jimin se dormía en su espalda, pero tarde o temprano sus energías cederían y quería evitar darle alguna carga pesada al rubio. Además, estaban más cerca de la próxima manada de lo que Jannie había dicho, por lo que, si despertaban al amanecer y echaban camino, llegarían antes de que el sol se pusiese en lo alto. Conocía a alguien en esa manada que les daría refugio, había ido un par de veces, pero el siguiente camino era desconocido para él, desde los demás licántropos hasta las zonas.

Taehyung ahogó una exclamación cuando se vio de repente en el suelo y con la camisa aun en su mano. Jimin, a su lado, reía por haberle hecho caer con las piernas enredadas en sus tobillos. Había cumplido su pequeña venganza.

—Jimin uno, Tae cero —rio el mayor, viendo el vaho blanquecino salir de su boca.

—Hiciste trampa, estaba desconcentrado —refunfuñó el alfa, en realidad, algo dentro suyo se sintió calmado de haber caído a su lado y no sobre él como el entrenamiento de guardianes dictaba en caso de ser atacado en las piernas. Pudo haberle roto algún hueso.

Jimin se calmó cuando lo vio tan cerca, sus narices a solo centímetros y el aliento caliente Taehyung golpeando sus mejillas. El moreno rodó encima suyo, apoyándose en los codos para no dejar todo su pesó en el beta—. Estas brillando —susurró, rozando los dedos en su cabello.

Jimin lo miró curioso—. Es lo que pasa cuando eres rubio.

—No, me refiero, a que hoy estas radiante... —¿pero que tonterías estaba diciendo? —. N-no, digo, siempre lo estas, es solo qu-

Una suave risa brotó de los acolchados labios de Jimin y levantó una mano, acariciando la piel ardiente del menor—. Eso es lindo, sigue haciéndolo.

—¿Qué cosa?

—¿Me harás decirlo?

—No puedo oler tu esencia, así que no se lo que sientes.

Jimin soltó un suspiro entrecortado y se estiró para besarlo—. Solo dime las cosas sin pensar tanto, sé que te envuelves en ti mismo y te apartas antes de que alguien pueda preguntar.

Taehyung frunció el ceño, pero el rubio no le dio tiempo a que respondiese—. No lo tomes a mal, te amo incluso cuando no hablas.

—No es eso... —y él lo sabía. Sabía perfectamente muy en el fondo le desesperaba que hubiese una brecha entre ellos que le recordaba que las cosas estaban perdiendo su curso y en realidad no deberían de estar juntos. Jimin no era un licántropo, no podía darle hijos, no tenía esencia, no podía transformarse, no podía ser marcado y en definitiva no era su mate, no importaba si en alguna vida pasada él fue un omega o lo que sea que significase.

Se repetía todo el tiempo las palabras que le había dicho "No es tu culpa", pero si que lo era, no solo suya, de ambos, en realidad.

¿Qué hubiese pasado si cuando le conoció le hubiera destrozado el cuello? Seguiría en su puesto de guardián, viviendo una rutina pacifica y viendo a todos sus conocidos seguir con sus vidas como siempre. ¿Y si Jimin moría en aquel rio? Habría llorado y lamentado el no poder salvarlo, pero probablemente lo superaría y continuaría como si nada.

Y tenía miedo, porque ahora no podría seguir sin él.

—Lo estás haciendo de nuevo.

—¿Qué?

—Pensando demasiado, Taehyung, basta, enfría tu cabeza un momento o terminaras echando humo por las orejas —regañó, tomando su mandíbula con una mano y apretando lo suficiente para fruncirle los labios.

—Eso no es posible —respondió este, como si fuese algo que pudiese suceder.

—Lo sé, es solo un decir —esta vez Jimin empujó con suavidad su pecho, buscando que ambos quedaran sentados frente a frente—. Escucha, esto que esta pasando... es difícil y yo trato de ignorar el hecho de que tengo una bomba de tiempo en mi maldito cuello —Taehyung lo miró sorprendido por la dureza de sus palabras hacía si mismo—. Y yo amo cuando de repente olvidas absolutamente todo y solo sonríes, dice algo lindo y recuestas tu cabeza en mi hombro.

Jimin vio las intenciones del moreno por decir algo, pero no se lo permitió, acomodándose sobre sus piernas y besándole. Sus labios chocaron más allá de un beso casto y Taehyung tuvo que sujetarle de los hombros para obtener oxigeno—. Tae, olvidemos por un momento a donde tenemos que ir y concentrémonos uno en el otro ¿Sí?

Le vio dudar, claro, porque Jimin estaba en cuenta regresiva y él no quiera arriesgarlo.

—Por favor —suplicó el rubio, pasando sus dedos por el cabello oscuro y desordenado del contrario.

—Está bien —respondió, rindiéndose a él. 

—Te amo —dijo, recargando la frente en su hombro desnudo. Su piel caliente era agradable contra el frio inevitable del invierno.

—Y yo a ti —le oyó responder, sus brazos estrechando el menudo cuerpo hasta que su mejilla quedó pegada contra su clavícula y podía escuchar las vibraciones de su corazón bombeante.

—Tae.

—¿Sí?

—Apestas —comentó, aguantando la risa por unos segundos para simplemente dejarlo salir al escucharlo resoplar molesto. Taehyung echó la cabeza hacía atrás apretando los labios para evitar caer en las burlas de su pareja, pero sus hombros se sacudían levemente, delatándolo—. No te rías —le regañó el rubio—. Estoy hablando en serio.

—¡Te reíste primero!

—¡Pero no lo hagas tú!

El alfa negó con una de sus peculiares sonrisas, levantándose para poder ponerse por fin la camisa—. Pensaba ir hasta una zona rocosa a un par de millas, pero si tanto te molesta mi olor entonces nos desviaremos hasta los caños.

—No me molesta tu olor, es que... —sus labios de cerraron con tanta rapidez que Taehyung creyó por un momento que se había mordido la lengua—. Olvídalo, sí, vamos allá.

—¿Qué ibas a decir?

—Nada —respondió, ocultando su nerviosismo tras la gruesa bufanda gris.

El menor quiso volver a preguntarle, pero se abstuvo de crear un ambiente incomodo, si Jimin decía que no era nada, entonces no tendría porque sobre-analizarlo.

Emprendieron camino a pie. Para Jimin fue agradable, caminando tranquilamente y estirando los brazos y las piernas cada cuando por haber estado cabalgando por demasiado tiempo, no era algo a lo que estaba acostumbrado. Taehyung, en cambio, no renegaba de su forma lobuna, le habían entrenado para pasar días en ella, pero siempre había un inconveniente; el retroceso.

Jimin había escuchado ese termino de la boca de Namjoon cuando regañó a Kai una tarde por haber permanecido convertido casi todo el día, alegando que la razón de su malestar generalizado era por esa misma razón.

—¿Lobo interior? —había preguntado Jimin, confundido y curioso al mismo tiempo mientras preparaba agua caliente para el cachorro.

—Es algo de licántropos —dijo sin muchas ganas de dar una clase, pero después de un par de suplicas cedió solo para que el rubio cerrara la boca—. Cada alfa y omega tiene un lobo interior, es algo así como una parte de nosotros que permanece en las sombras.

—¿Cómo otro tú?

Namjoon pareció pensarlo unos segundos—. No, es como algo oculto que sabemos que esta allí, pero no toma el control, a menos que lo dejemos. Cuando pasamos demasiado tiempo convertidos, nuestra propia conciencia se va perdiendo y el lobo interior es quien toma las riendas. Pero es solo instinto, esta inculcado en cada uno de nosotros, a veces sale de forma espontánea, pero no permitimos que pasé a mayores.

—¿Cómo un lobo normal? —Jimin preguntó, recibiendo un asentimiento en cambio.

—Olvidamos quienes somos, nuestros nombres, nuestras familias, prácticamente todo —continuó—. Pero Kai estará bien, aún es un cachorro y que sufra dolor después de evitar el retroceso es normal, aunque le faltarían un par de días más para que su lobo interior tome el control por completo.

—¿Retroceso?

—Es lo que pasa cuando ya no puedes volver a ser humano.

El retroceso era algo de lo que todos temían, sobre todo por los cachorros quienes eran los más susceptibles a caer en él. Taehyung suspiró, sí tan solo pudiese olvidar lo que ocurrió en el pasado, era un secreto a voces que no le dejaba en paz.

Su propio lobo interior siempre estaba allí, alzado detrás de él, esperando volver a tomar las riendas.

—Tae —la voz del mayor lo sacó de su nido mental—. ¿Falta mucho? El sol esta cayendo —mencionó, señalando con la nariz a la puesta de sol que coloreaba el cielo de rojo y naranja.

—Sí, de hecho, ya llegamos.

—¿En serio?

Taehyung sonrió, trotando hasta un par de arbustos que sorprendentemente no tenía nieve acumulada y las hojas seguían verdes y frescas. Jimin abrió la boca sorprendido cuando detrás encontraron números caños redondos en donde el agua cristalina dejaba ver las rocas coloridas del fondo, pero lo que no esperó fue el ser golpeado por una ola de viento tibio, que coloreó sus mejillas con gotas de sudor.

—¡Son aguas termales! —dijo sorprendido—. Wow, no sabía que hubiese algo así por aquí.

—Las personas no suelen venir, sabes que nosotros aguantamos perfectamente el frio así que estos lugares se quedan intactos.

—Te aseguro de que si los betas descubriesen esto ya habrían colocado un puesto turístico.

—¿Un qué?

—Son lugares para que la gente los visite, pero lo único que hacen es dañarlo, así que prefiero que se quede así, escondido.

El alfa sonrió, sonaba como un licántropo en vez de un beta.

—El agua permanece caliente, lo suficiente para no quemarte, anda, yo esperaré aquí —sus intenciones era dejar que Jimin se limpiase allí y luego lo haría él, después de lo que le hizo su celo, quería evitar algo de lo que sabía no podría controlarse. Pero Jimin le sujetó por la cintura del pantalón.

—¿A dónde vas? ¿No entraras conmigo? El que necesitaba un baño eras tú.

—Iré después de ti, no te alteres —dijo con calma, besando su frente y quitándole la mochila de la espalda.

—Espera, no, vamos juntos.

—Ji-

—¡No! Lo esta haciendo de nuevo.

Él tragó saliva, mirando el ceño fruncido en el rostro del mayor.

—Lo siento, es solo... lo siento.

—Tae —le llamó con delicadeza, apartando cualquier carga de sus brazos y acercándose para tomarle de las manos—. ¿Algo te asusta?

—N-no.

—Estas mintiendo —no quiso que su voz sonase a reclamo, así que se prendó a su nuca, bajando su cabeza para que pudiera besarlo con comodidad. Él lo sujetó por las caderas, siguiendo el ritmo demandante de sus besos que parecían no querer darle tiempo para apartarse, separándose solo cortos segundos a por aire—. Olvídate de lo que sea que tengas en la mente —le pidió, agitado y con los labios húmedos.

—¿Y si lo que pienso es en hacerte mío? —un deje de temor se saboreó en sus palabras.

—Ya soy tuyo, no tienes que pensar para hacerlo.

Como si de un interruptor se tratase, eso fue suficiente para encender algo dentro del alfa, que lo atrapó con posesividad entre sus brazos, pasando la lengua por los acolchados labios del rubio y apretando las garras sobre la tela de sus ropas, que terminaron volando a todas partes sin importancia.

Jimin se habría emocionado mucho del agua caliente sino fuera porque las manos de Taehyung estaban robándole toda la atención, bajando por su estómago y cadera en caricias ansiosas, tanteando un terreno del que ya había obtenido permiso. Este se apoyó en una de las rocas, dejando que el agua les llegara hasta los hombros y colocó al mayor sobre sus muslos, alternando entre besar sus labios y lamer su cuello, subiendo hasta los lóbulos de sus orejas para mordisquearlos juguetonamente. Se tragó un gemido cuando las pequeñas manos del rubio acariciaron ese lugar sensible y erecto que lo hizo temblar, no supo si era por el agua tibia o porque en realidad Jimin lo volvía loco.

Jimin besó su mentón, sonriendo ante los gruñidos del alfa cuando atrapó el miembro de ambos entre sus dedos y frotó, deleitándose de ver que esta vez Taehyung se veía más dispuesto a entregarse.

—Agh, eso s-se siente bien —le escuchó balbucear, los músculos de sus brazos contrayéndose para atraparlo en su fuerte abrazo, buscando la fricción. Esta vez quien se deshizo en quejido y suspiros fue Jimin.

—Ahhh Tae, te amo —brotó de entre sus labios temblorosos. Tuvo que enterrar las uñas en la roca húmeda a espaldas del moreno cuando se sacudió por el orgasmo.

Un sonido profundo escapó de la garganta de Taehyung cuando sintió su nudo inflarse contra sus estómagos, siento mas sensible que la ocasión anterior por la humedad y calidez del agua.

Se fundieron en un beso más suave, el aliento agitado de los dos chocando contra las mejillas del contrario mientras se calmaban.

Jimin dejó caer la cabeza hacía atrás, mostrando como su pecho subía y bajaba con su respiración. Taehyung volvió a besarlo, desde los labios hasta su cuello y se quedó mirando la marca de dientes en la curvatura, suspirando para apartarse de los enredos que inevitablemente acosaban su mente.

—Jimin —le llamó—. ¿Qué me has hecho?

El rubio rió, bajito y burbujeante—. Yo debería de preguntar eso.

Sus comisuras se curvaron en una sonrisa agotada y se permitió descansar contra el hombro blanquecino del mayor. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top