☪ Capítulo 2: Un miedo racional ☪
—Cariño —la omega de cabello malta se acerca al alto alfa que está sentado en la hierba de la llanura mirando la caída del sol—. ¿Sigues enojado?
El alfa no contestó, pero si apretó la mandíbula, algo que no pasó desapercibido por su pareja.
—Lo piensas demasiado, ellos no son tan malos.
—Lastimaron a un cachorro, lo tenían premeditado —responde el alfa—. Si fueran como nosotros lo habríamos sabido hace mucho tiempo.
La omega suspiró y apoyó su cabeza en el hombro del contrario.
—Pero no lo son.
—¿Qué?
—No digo que no sean malvados, pero tampoco son diferentes a nosotros, solo tienen más libertad —la omega se abrazó a sí misma—. Y la libertad a veces trae cosas horribles.
—Fuiste de nuevo a ver a esa beta ¿verdad? Soyeon.
—¿Eh?
De la cara del alfa comenzaron a caer granos de arena.
—¿Hansol?
—Despierta.
Jimin despertó estrepitosamente levantándose del montículo de tierra del que estaba recostado, respiraba rápidamente y muy profundo pues pensaba que el aire que entraba en sus pulmones no era suficiente.
Miró a su alrededor mientras se calmaba, altos árboles, matorrales, hierva y tierra lo rodeaba.
El sol estaba alto en el cielo, pero sus rayos no le llegaban.
Más tranquilo intento pararse, dándose cuenta de que sus piernas estaban entumidas, tenía rasguños y cortadas por todas partes. Dándose la vuelta vio que el muro de madera se veía más alto, debió de haber caído por un pedazo de tierra suelta que cedió bajo él y le permitió pasar al otro lado, sin embargo, por donde sea que haya entrado debía de estar totalmente cubierto por tierra ahora.
Después de varios intentos logro pararse, su pantalón estaba sucio y roto, la camisa igual, pero no le importó más que saber dónde estaba.
Bosque, basto y frondoso se alzaba sobre él.
Entonces recordó, estaba escapando de los gorilas de Ong. Comenzó a buscar el bolso que cargaba consigo, pero no se veía por ningún lado, había perdido lo último que le quedaba.
Suspiró.
Su vida era un asco y lo sería más si Ong lo encontraba.
Sin nada que poder rescatar se adentró en el bosque buscando el otro lado de la carretera.
Los minutos pasaban, no veía nada realmente útil, el sol lo mantenía caliente, pero al caer la noche se vería vulnerable ante el frio y cualquier animal que rondara esos bosques.
Exhausto se recostó contra un árbol y de repente escuchó un ruido característico, risas.
Sin moverse aun vio como un poco a lo lejos, colina abajo había 3 niños jugando con un perro, reían, saltaban y gritaban simplemente divirtiéndose.
Él sonrió, si había niños, habría padres y tal vez a ellos podría pedirles ayuda, a lo mejor podría conseguir alguien que le ayudara recuperar su mochila, si es que se podía.
Cojeó hasta los niños, uno de ellos se quedó quieto y lo miró incluso mucho antes de que él saliera de entre los árboles.
El infante solo se le quedó mirando, podía ver su naricita vibrar un poco, lo siguiente fue un grito, Jimin se sobresaltó un poco, no era precisamente su intención. Los demás también lo vieron y entre gritos los vio transformarse en... ¿cachorros?
—No, esperen, no quiero-
Por un momento pensó que empezaba a alucinar por el hambre y el cansancio.
No alcanzó a dar ni dos pasos en la colina cuando frente a él se mostró un hermoso lobo, de pelaje oscuro y cautivador. Ahora Jimin sabía perfectamente que estaba perdido, en su estado no era competencia ni para un pequeño conejo.
El lobo gruñó e hizo sonidos guturales, él con ojos pesados calló sobre la hierba, si se lo iban a comer entonces era mejor estar inconsciente ¿no? Tal vez no sentiría nada.
🌕
Cuando los gritos alertaron a Taehyung quien se encontraba tranquilamente recostado en la hierba al borde de la colina, no dudo en sacarse la ropa rápidamente y transformarse, los cachorros venían estrepitosamente hacia él.
—¡Es un monstruo! —Gritaba uno.
—¡Guardián, nos va a comer! —gruñía el otro.
Detrás de ellos no venía nada, igual corrió hacia ellos pasándolos de largo para enfrentar a cualquier cosa que invadía los territorios de su manada.
Cuando frente a frente con lo que había asustado a los niños por un momento quedo confundido, solo era otro licántropo, tal vez alguno que venía de otra manada y se había perdido entre las montañas. Pero cuando intentó percibir su olor no pudo, él no traía ninguno.
—¿Quién eres? —gruñó—. ¿De qué manada provienes?
Jimin temblaba, probablemente del miedo, pero no respondió a ninguna pregunta.
Ahí fue donde Taehyung lo supo.
—Eres un beta ¿¡Que haces aquí!? —Ladró y se sorprendió de verlo caer en el suelo, aun sin decirle nada y cerró los ojos.
Taehyung gritó intentando despertar al hombre frente a él, pero no logró nada. Un poco más cerca vio sus heridas y lo famélico que se veía. Debía de haber pasado por mucho, pensó el alfa.
Volviendo a su forma humana revisó que siguiera respirando, veía todas las heridas, la sangre y la suciedad. Sentía una mezcla de sentimientos, le tenía pena por su estado, pero también se sentía enojado y ansioso. Cualquier beta era un peligro para su manada, a pesar de que llegó a pensar que estaban extintos.
—Taehyung —el alfa se miró al ver su amigo, Yoongi.
—No deberías estas aquí —le recriminó el menor.
—Sí, sí, lo que tú digas, déjame ver —el más bajo pasó de él inclinándose sobre el beta.
Taehyung se sintió enojado por la imprudencia de su amigo, un omega siempre seria considerablemente más débil que un alfa, por lo que si el intruso no estuviera en tan mal estado Yoongi habría sido una desventaja para este.
—Pobrecito —comentó Yoongi.
Ahí había otra cosa que molestaba al alfa. Todos habían sido educados para odiar y aborrecer a los betas, pero una excepción fue Yoongi, él se sentía atraídos por ellos, cuestionaba las razones de tantas luchas y mal entendidos en el pasado.
—¿Por qué estás aquí?
—Hana, me pidió que fuera a por ti, los demás guardianes están ocupados.
Hana era la madre de uno los niños que habían gritado, debió de estar preocupado no solo por ellos sino también por Taehyung.
—Ya viste lo que querías, regresa ahora, me encargaré de él.
Yoongi se giró bruscamente, levanto un brazo para apartar su amigo y extendió otro sobre el muchacho en el suelo.
—No lo vas a matar ¿verdad?
—Es peligroso Yoongi, no sabemos de dónde viene o si hay más por ahí rondando, esto es serio —gruñó Taehyung—. No me importa que mundo de fantasía hallas creado en tu cabeza, pero la realidad es esta, ellos no son buenos.
—¿Cómo lo sabes? Hemos sido educados durante años por antiguos libros y normal arcaicas, incluso pensábamos que éramos los únicos y ellos habían muerto hace años, sin embargo, míralo ¡aquí hay uno!
—Se acabó, no pondré en peligro a la manada por tus tonterías.
Taehyung agarró la muñeca de su amigo causando que este con un gran sonido gutural se lanzara sobre él, rasgando las ropas mientras se transformaba.
—No te dejaré tocarlo —decía entre gruñidos.
—¿Vas a preferir a un desconocido por encima de tu amigo?
—No quiero lastimarte y sé que si te transformas para atacarme cederé rápido.
Sus miradas chocaron durante largos segundos.
—Va a tener que hablar con Namjoon de esto y te aseguró que no estará feliz.
Yoongi le lamió la mejilla y él le dedico una media sonrisa.
Humano, de nuevo, Yoongi se arrodilló frente al muchacho y apartó el cabello de su cara, tenía un par de rasguños en las mejillas y unas grandes ojeras. El mayor se preguntó qué había pasado con él para llegar a ese estado y su pregunta siguió rondando su mente cuando lo cargó en su espalda, el muchacho no pesaba casi nada y tampoco es que Yoongi fuera muy fuerte, esto realmente lo preocupaba.
Taehyung mantuvo la distancia de su amigo y el beta, caminaron de regreso a la aldea mientras el crepúsculo se mostraba y la noche anunciaba su llegada.
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