☪ Capítulo 15: Errónea confianza ☪
Los sueños habían parado y Jimin se sentía tan... incorpóreo.
Apenas despertó su cabeza se había sumido en un tornado arrasador de pensamientos que no lograba poner en orden. Taehyung, Jungkook, Yugyeom, sus sueños, los misterios, incluso habían regresado los pesados y oscuros ojos de Ong a su mente, torturándolo con la interrogante de ¿Qué iba a pasar cuando tuviera que irse?
Jimin le había contado todo lo que Yoongi necesitaba para cambiar los libros de historia sobre la sociedad beta y uno que otro detalle referente a la vida, la ciencia, conocimientos básicos. Tarde o temprano tendría que marcharse.
Ese era otro miedo que tenía. Enamorarse y quedar destrozado por tener que volver a escapar.
Al final seguía atrapado en un bucle mental del que no podía salir, aunque lo intentara.
La cuando el sol estuvo en lo alto, Yoongi abandonó la cabaña por una reunión con Namjoon, Kai también se marchó con el pretexto de que Youngjae hyung le daría instrucciones del entrenamiento por adelantado para que se fuera preparando —pero Jimin sabía que en realidad solo iba a jugar con Beomgyu, el cachorro de 15 años que vivía en la panadería del pueblo—, así que cuando Yugyeom cayó de entre los arboles frente a él que había estado esperando por un rato sentado en los escalones de madera, no tuvo problemas en apretar el abrigo entre sus manos y seguirle.
Caminaron en silencio por unos minutos que el beta sintió como una eternidad. Se supone que por fin sabría cosas de Taehyung, pero empezó a entrarle el remordimiento. Si el alfa moreno se enteraba se enojaría mucho con él. La sola idea de que eso pasara le hacía estremecer ¿pero por qué? No es que le tuviese realmente miedo, por supuesto que, al principio, cuando Yoongi lo acogió, le incomodaba. Taehyung le miraba como si fuese una piedra en el zapato.
¿Si se enteraba volverían a ese momento? ¿Lo miraría como una molestia? Sin duda se sentiría traicionado.
Noto que Yugyeom se había adelantado bastante en el camino por el bosque, dejándole varios metros atrás, haciendo que se girase un poco impacientado—. No te quedes tan atrás ¿los betas son así de lentos?
Jimin corrió hasta llegar a su lado y continuar mientras aguantaba resoplar por sus palabras—. No, solo estaba pensando.
—¿No vas a preguntar nada?
—¿Eh?
—Sobre Taehyung, se supone que por eso estamos aquí ¿no? —la sonrisa que le dedico le hizo encogerse de hombros ¿le estaba coqueteando? No, Jimin solo estaba muy nervioso y malinterpretaba todo.
—Ah, si... hmm, puedes hablarme de ustedes. Dijiste que son amigos de la infancia.
Yugyeom le miró con irreverencia ¿en serio le iba preguntar esa miseria cuando había confesado saber todo sobre Taehyung?
—Sí, originalmente mi abuela era de esta manada, por lo que veníamos bastante seguido a verla, éramos solo unos chiquillos y Taehyung acababa de cumplir 7.
Jimin escuchó sus palabras con demasiada atención. El alfa contaba lo divertido que era ir a atrapar peces cuando en verano el rio era bajo, los panecillos de manzana que preparaba su abuelo, las carrerillas por el campo persiguiéndose entre sí por ver quién era mejor; eran solo cachorros disfrutando su niñez. Pero cuando la adolescencia llegó y empezaron a verse menos, Taehyung había comenzado su entrenamiento para ser guardián, Jungkook quería seguir sus pasos para viajar junto a la caravana y Yugyeom se había vuelto el mejor rastreador de su manada, ganándose un lugar junto a su hermano.
Y las cosas parecieron empeorar cuando llegaron los primeros celos, siendo el del mayor es más inestable, por lo que se sentía en la obligación de apartarse más.
—Sabes lo que es el celo ¿verdad? —Jimin asintió, Yugyeom ni siquiera se giró a mirarle—. Bien, el olor de los demás nubla sus acciones.
—No entiendo.
—El olor de un omega lo hace detestablemente vulnerable, se tira en el suelo a llorar y revolcarse por ninguna razón. Con un alfa es lo contrario, demasiado iracundo y descontrolado, creo que su padre tiene una cicatriz en el antebrazo gracias a él.
Jimin pausó por unos segundos su cabeza, Taehyung había mencionado que la mayoría de sus hermanos se habían ido al encontrar pareja, pero no recordaba si había hablado de sus padres ¿por qué no estaban con él?
Yoongi había mencionado que su padre era un alfa muy mayor cuando se unió a su esposa —considerablemente más joven— y le tuvieron a él, pero falleció cuando cumplió las 18 lunas, después de eso su madre volvió a unirse a otro alfa para intentar superar su marca anterior y no la volvió a ver. Él aún cree que debe estar en alguna manada, teniendo otros hijos y viviendo feliz.
"Después de todo, nunca amó a mi padre, solo unieron por conveniencia. No la culpo por querer olvidar todo lo que tenga que ver con él. Incluso si soy yo" le dijo una noche en la que ninguno de los dos podía dormir y la lluvia sonando fuera de casa. Jimin recordó como lo decía con una normalidad tan dolorosa; claramente resignado a una verdad silenciosa.
—¿Me estas escuchando? —preguntó Yugyeom sacudiendo una mano frente a su cara.
—Ah, lo siento —el alfa gruñó y Jimin aprovechó el espacio—. ¿A dónde vamos? —llevaban caminando un buen tramo, pero él no se había atrevido a preguntar.
—A nuestro lugar favorito —respondió como si fuese obvio.
El menor siguió hablando incluso si el rubio no preguntaba nada. Solo se dedicó a escuchar.
Hablaba sobre su familia, sobre Jungkook, incluso sobre su manada y la de Taehyung, pero no específicamente de él y eso lo impacientaba. Necesitaba saber que había pasado entre ellos.
Conforme avanzaban empezó a escuchar un sonido bastante fuerte, por lo que cuando el sol empezaba a descender estaban sobre un acantilado con una gran vista el bosque al otro lado del furioso río.
Jimin se acercó solo un poco a mirar abajo, era alto, no tanto como para ser peligroso, pero al menos unos 5 o 7 metros de alto debía de tener. Pero no negaría que el paisaje era hermoso, con el viento frio mover bruscamente las copas de los arboles al compás del agua viajando a gran velocidad.
Parecía una postal.
—Desde aquí nos tirábamos en verano, era divertido solo ver quien daba el mejor salto —comentó Yugyeom colocándose a su lado.
Entonces le miró—. Quiero saber ¿Por qué Taehyung me pidió alejarme de Jungkook?
El alfa frunció el entrecejo, apretando la mandíbula y colocando sus oscuros ojos en él—. ¿Qué?
—Es que él, hizo un trato conmigo —comenzó—. Dijo que debía alejarme de Jungkook y yo le pedí que me diera una razón a cambio, pero no me ha dicho nada. Por eso quería preguntarte ¿pasó algo entre ellos?
Jimin podía jurar que, si la mirada de Yugyeom cortara, ya no quedaría nada de él, pero lo entendía, alguien a quien consideraba su amigo —o lo que fue su amigo— ahora pedía que nadie se acercara a su hermano. Si fuese el caso de Jimin, también estaría enfadado.
—No es necesario que me digas el por qué, solo quiero saber que no es mi culpa.
—No lo es —le respondió tajantemente—. Fue algo que pasó hace un año, estaban discutiendo por algo, yo me metí y terminé pagando la leche derramada.
—Ya veo... entonces —dudó un momento, pero terminó cediendo a la curiosidad—. Que tonto, pensé que él tenía algo con Jungkook y por eso me pedía no entrometerme —rio para sí mismo por ser tan crédulo—. Suena tonto ¿verdad? Porque... oh, no puedo creer que lo diré en voz alta, pero me gusta Tae —apretó su saco con nerviosismo—. Sé que no puedo ni siquiera intentarlo porque yo soy un humano y ustedes son como otra especie, pero de igual forma... ay, no lo sé, debes pensar que me estoy comportando como un niñato ¿se nota lo mucho que me atrae? —preguntó cubriéndose la cara con las manos—. Eres el único a quien se lo he confesa-
La mano de Yugyeom se posó pesadamente en su hombro, haciéndole levantar la cabeza, pero el alfa fue más rápido, agarrándole por el saco y caminando con furia hacia la orilla del acantilado, donde tuvo que agarrarlo con ambas manos para que no cayese en seguida.
—¡Ahg! ¡Yugyeom! —los pies del beta se menearon en el aire, intentando alcanzar un poco de suelo, estaba entrando en pánico y no entendía que estaba pasando o por qué el alfa estaba haciendo eso.
Yugyeom abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar, callando cualquier advertencia.
—P-por favor, basta ¿Qué estás haciendo?
—Diente por diente —fue todo lo que respondió.
—¡No! No, por fa- —sus suplicas quedaron en el aire cuando el alfa lo soltó.
Jimin se estrelló contra el agua helada del rio, siendo cubierto rápidamente por esta e impidiéndole salir a tomar aire. Luchaba contra la corriente, realmente lo intentaba, pero esta era demasiado para él.
¿Así terminaría? ¿Ahogado en un río? ¿Después de haber luchado tanto?
Sus brazos intentaban impulsarlo, pero el abrigo se había vuelto pesado por el agua y lo arrastraba lentamente hacia abajo.
El aire comenzó a faltarle, su cuerpo daba giros sobre sí mismo haciéndole perder el norte. Él agua, tan fría, parecía clavarse en su piel como pequeñas agujas.
En un momento alcanzó a sacar un brazo del abrigo y logró sacar un poco la cabeza, lo suficiente para mendigar una bocanada de aire, pero las fuerzas le fallaban y no aguantaría por mucho.
Algo golpeó su estómago haciéndole botar el poco aire que le quedaba y tragando agua en el proceso inconsciente por conseguir un poco más.
¿Qué había hecho mal? ¿Por qué la vida estaba en su contra?
¿Qué pasaría con Yoongi? ¿Y con Namjoon? ahora empezaba a verlo de manera amistosa y él estaba ahí, muriendo lentamente, sintiendo su garganta y nariz llenándose de agua.
Sus manos agarraron el silbato en su cuello, pero antes de incluso poder apretarlo, estas perdieron la fuerza que les quedaba, alejándose de su pecho.
Para cuando algo lo arrastró por entre las aguas, ya él no estaba respirando.
Jungkook usó sus afilados caninos para rasgar el abrigo del rubio y librarse de la pesada prenda.
Con el cuerpo del mayor más ligero pudo nadar hasta la orilla. Cuando logró salir, ambos estaban sobre el pasto se la orilla, Jungkook temblando —porque, aunque fuese un licántropo, nada se comparaba con el frio de un rio en invierno— y Jimin inmóvil.
Jadeando se arrastró estrepitosamente hacía él—. ¿Jimin? —pero no hubo respuesta. Se veía tan pálido, tan delicado... tan mortal—. Jimin, por favor responde ¡no hagas esto!
Lo sacudió intentando despertarlo. El silbato se resbaló por su cuello haciendo un golpe húmedo. Jungkook lo reconoció, se supone que esos objetos se hacían en la antigüedad como una forma de comunicación entre licántropos y betas, ahora solo se tallaban como símbolo de buena suerte.
Cuando lo agarró entre sus dedos suplicó por qué si funcionará.
Aunque un humano normal no escuchase nada, el alfa menor si pudo percibir el silbido agudo que disparó el pequeño objeto.
—J-Jimin ¡por favor! —empezó a sacudirlo cuando la paciencia se esfumaba por entre sus dedos. Rasgó su camisa con las manos, inclinándose sobre el pecho pálido y colocando su oreja, pero no percibía nada—. No, no te dejaré, no puedes. —sus palabras salieron temblorosas y ahogadas, mientras colocaba sus manos sobre el esternón del mayor y comenzaba a presionar varias veces.
Agradecía hacer aprendido esa técnica de su madre por simple curiosidad.
—Vamos, vamos, por favor ¡maldición! —pegó sus labios a los agrietados del beta para pasarle aire—. Venga, vamos, él ya viene. Jimin, te lo suplico.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez compresiones y seguía sin responder.
—Tienes que vivir, tienes que quedarte a su lado, por favor, te escuché y sé que Tae también siente lo mismo, solo aguanta un poco más —otra ventilación en su boca y siguió con las agotadoras compresiones—. Por favor, Jimin, él te necesita —no sabía en qué momento había comenzado a llorar—. Tienes que hacerle feliz, hacer lo que yo no pude, por favor.
—¡JUNGKOOK! —el ladrido lo pudo escuchar incluso estando a cientos de metros.
Pero él no se detuvo, no hasta que se resbaló y cayó a un lado por el cansancio, pero lo vio.
Jungkook pudo ver a Jimin girarse y escupir el agua en su boca. Eso lo hizo suspirar de alivio y se recostó sobre la hierba fría viendo el cielo tornarse de color naranja advirtiendo el comienzo del crepúsculo.
—¡Jimin! —el lobo negro saltó por sobre unos montículos, tomando impulso para pasar sobre el rio sin necesidad de un puente. Derrapó sobre la orilla y se convirtió frente al tembloroso y débil beta. Taehyung, se aferró a él, cubriéndolo con sus brazos y estrechándolo en su pecho con delicadeza.
—T- —él intentó hablar, pero su garganta dolía como los mil demonios y le costaba respirar.
—Shhh, no hables, ya estoy aquí, lo siento —le meció, transmitiéndole calor—. Lo siento tanto, lo lamento, oh por la Luna —y se rompió, sosteniendo el cuerpo de Jimin que a sus ojos se veía incluso más pequeño que antes, estuvo a punto de perderle y no lo sabía.
Era la primera vez que Jungkook lo veía llorar de esa manera tan desconsolada y entendió por fin los sentimientos de su amigo, porque eran los mismos que sentía por él. El menor siempre había querido amarlo, entregarse a él sin importar si ambos eran alfas, solo queriendo ayudarlo y verlo feliz.
Y ahora lo había logrado, no de la forma en que el habría deseado, pero le importaba mucho más su felicidad que la de él mismo.
La mano fría de Jimin agarró débilmente la de Taehyung sobre su hombro.
—Aquí estoy —le susurró el alfa, ciñéndose sobre su cuerpo—. Todo estará bien, aquí estoy.
Taehyung le dio una rápida mirada a Jungkook, una de ojos cálidos y sensibles.
"Gracias".
El menor sonrió y sintió que se había quitado un peso de encima.
"Para eso están los amigos" quiso decirlo, pero lo guardo como las palabras más preciadas para sí mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top