☪ Capítulo 14: Compañía extraña ☪
Esa mañana de viernes Jimin se sentía energéticamente inestable, corriendo de un lado a otro limpiando y organizando hasta el más mínimo objeto fuera de lugar, ordenando las prendas que había terminado de confeccionar entando —de nuevo— encerrado en casa y ayudando a Yoongi —a modo de arrepentimiento por escapar días atrás— en todo lo que pudiese, siguiendo seguido torpemente por Kai, quien se había estado comportando mejor después de la charla con el beta.
Yoongi estuvo algo enojado con ambos al regresar, sobre todo con Jimin por haberle engañado para escabullirse sin estar del todo sano, pero la calma llegó con las disculpas del joven alfa, prometiendo un comportamiento si no se enojaba con el rubio —porque después de todo, había ido a buscarlo, no podía dejar que toda la furia de su tío cayese en el delicado beta— y por supuesto no pudieron faltar las suyas propias.
—Wow, wow —dijo Yoongi al entrar por la puerta y ver a Jimin terminar de colocar la mesa, con Kai ya sentado cortando pedazos de pan—. Parece que alguien estuvo ocupado toda la mañana.
Jimin sonrió con entusiasmo—. Solo quise encargarme el día de hoy, después de comer dejaré las prendas terminadas con Jihyo y me dará tela nueva —Yoongi le escuchó atentamente mientras dejaba su bolsa llena de manuscritos en una esquina de la habitación y se sentaba junto a ellos a comer—. Dijo que esta vez trajeron cuero y tela teñida.
—Oh, eso es para los uniformes de los guardianes —comentó Yoongi antes de llevarse un poco de arroz a la boca.
—Sí, mencionó que ya estaba listo para el siguiente nivel, después podré diseñar junto a ella y estoy ansioso por eso, ustedes ya merecen un cambio —Kai soltó una carcajada sin realmente intervenir en la conversación.
—¿Dices que nuestra ropa es anticuada?
—Si —esta vez el menor se aguantó la risa.
—Te has vuelto muy insubordinado —dijo divertido.
—Es broma, no hay nada de malo, solo cambiare un par de patrones, tal vez algunos cordones y a ti se te vería muy bien un corte de V en el cuello.
—Ah no —dijo con la boca llena, el nivel de confianza había escalado tan alto entre ellos, que todo era cotidiano. Jimin gustaba de desenredarle el cabello a Yoongi cuando se duchaba y este le había visto correr por la casa desnudo al olvidar meter una toalla al baño. Eran como hermanos, solo que si se llevaban bien—. A mí no me usaras como vaca de prueba.
Jimin se ahogó con un pedazo de pan al escuchar el extraño dicho—. Necesito a alguien.
—Usa a Kai.
—No —su respuesta fue rotunda—. Comenzare mi entrenamiento con Youngjae hyung el domingo.
Jimin sopló sus labios con desanimo.
—Puedes pedírselo a Taehyung —Jimin dejó de masticar unos minutos y Yoongi levantó su ceja—. ¿Aún no se reconcilian?
—No, bueno, sí, digo, es algo complicado.
Era cierto que después de la extraña conversación entre ambos ese día, el alfa ya no lo había seguido evitando, a veces pasaba a verle un par de minutos, asomándose por la ventana de la habitación y constatando la salud de su amigo. Jimin agradecía eso, aun si estaba ocupado, siempre le visitaba.
—No debería, tiene mucho trabajo y ahora está ayudando a la caravana antes de que se marchen.
—Ah cierto ¿debería enviar a esta bestia de regreso? —dijo apuntando con los palillos a Kai, que se había puesto a jugar con los trozos de zanahoria en su plato, demasiado concentrado como para prestarles atención.
—Pensé que habías cambiado de opinión.
—No sé —dijo desganado. Kai se había portado mejor los últimos días, pero Yoongi estaba más que acostumbrado a la casi soledad, incluso antes de que llegara Jimin a su vida.
—Deja que se quedé un mes, hasta que vuelva la caravana.
—Está bien, no sé qué hiciste, pero gracias por hablar con él, a mi realmente no se me dan los niños.
Jimin se preguntó internamente si Yoongi, a sus 27 años, no buscaba compañía romántica de alguien. Le había comentado que los licántropos solían emparejarse y tener hijos muy temprano, entre los 18 y los 23, pero a él le gustaba ser un alma solitaria.
El resto de la comida fue con calma, Kai jugando con la fruta en su plato, Yoongi hablando de como la primera nevada debería de caer en aproximadamente una semana y Jimin de lo emocionado que estaba por la nieve.
Cuando el beta salió de la cabaña, cubierto hasta el cuello por ropa gruesa que había sido cuidadosamente confeccionada por Jihyo, se sintió inesperadamente nervioso, como siempre, era Taehyung quien gobernaba su mente.
Su trato estaba cumpliéndose de cierta forma, porque Jimin había evitado salir y eso acortaba bastante las probabilidades de encontrarse con Jungkook, pero Taehyung seguía sin dar razón a la petición de alejarse del alfa menor. Claro que él se había imaginado muchos escenarios en su cabeza, lo más cercano era que siguiese enojado por el accidente con su hombro o que fuese de mucho antes. Algo que no tenía que ver específicamente con él.
Jimin se estaba sintiendo cada vez más ansioso con respecto al alfa, quería pensar que solo era el hecho de que por fin estaba considerando ese lugar como un hogar, incluso si se fuera ese mismo día, no sería capaz de olvidarlo nunca. Namjoon se mostraba más neutral con él, Yoongi seguía siendo el mismo lobo tranquilo que le acariciaba el cabello hasta que se durmiese, los demás licántropos lo trataban como uno más de ellos incluso cuando al principio lo miraban asustados o incomodos y también estaba Taehyung, quien a pesar de pareces una caja llena de misterios, no seguía ocultando su verdadera personalidad.
¿Había algo que no fuera lindo en Taehyung? Jimin hubiera respondido un "No" rotundo. Él alfa era hermoso, con su piel olivácea, sus ojos grises, el cabello largo y alborotado, su varonil cuerpo y aquella sonrisa con la cual no podía evitar contagiarse. El alfa podía verse amenazante e intimidante cuando se lo proponía, pero Jimin se sentía orgulloso que aquellos días de tensión entre ellos hayan terminado. Le gustaba cuando estaban cerca y él podía sentirse protegido a su alrededor, cuando le quitaba las hojas atoradas en su cabello o como se derretía cuando le toca-
Se detuvo de repente sacudiendo la cabeza al verse lleno de pensamientos delatantes. El alfa solo era su amigo, no debía de estar pensando de esa forma.
¿Y si gustaba de él?
Jimin paró en seco en mitad del sendero. El sol iluminándolo mientras el frio del invierno intentaba colarse por entre las telas de su ropa.
No podía ser eso ¿o sí?
Se abrazó al cargamento de ropa que llevaba entre sus brazos. Lo que se le pasó por la menta no era si de verdad gustaba del alfa —porque no podía negar que, si le atraía, solo que no esperaba que sobrepasara la admiración—, se preguntaba si Taehyung se había dado cuenta de esto.
Reanudó la marcha con pasos nerviosos, hasta que chocó con alguien frente a él por tener la cara casi enterrada entre las ropas intentando librarse de la maraña de pensamientos.
—Discul- —levantó la mirada hacia arriba topándose con la cara hosca del mellizo de Jungkook, Yugyeom.
Jimin tragó en seco. La última vez que le había visto fue el día del accidente con su hombro.
—¿Te comió la lengua el lobo? —preguntó de forma cínica.
El beta frunció el ceño—. No.
Y se quedaron unos segundos en silencio, en una tensión casi palpable ¿por qué razón seguía frente a él cortándole el paso?
—Tu hombro...
—Estoy mejor, ya ha vuelto a la normalidad, en su mayoría.
—Eso es bueno, no quiero vivir pensando que mi hermano dejó invalido a alguien... no podría vivir con eso —Jimin elevó la ceja confundido porque parecía más preocupado por su hermano que por él. Aunque no lo culpaba, después de todo Jungkook era su familiar y Jimin solo alguien que de repente había aparecido en el radar—. Eres diferente a como creí que seria un beta.
Él se encogió de hombros—. Me lo suelen decir mucho.
Eso pareció divertirlo y se carcajeo cruzando los brazos. Ahora notaba que tanto Jungkook como Yugyeom llevaban el mismo brazo tatuado, lograba reconocer flores, árboles y la misma luna que llevaba su mellizo. Vestía de forma despreocupada, con una camisilla gris y un pantalón ancho que se sujetaba en la cadera y los tobillos con un lazo negro. No se sorprendió al verle descalzo.
—¿Vas a algún lado?
Jimin se sintió tentado a no contestar y solo despedirse, pero no podía ser descortés—. Dejaré esto en casa de una amiga.
—Puedo acompañarte —se ofreció sin realmente ser una pregunta—. Hace mucho frío y te ves como pan de centeno con esa cantidad de ropa sobre sí.
—Claro... gracias —sonrió con incomodidad, no entendía si Yugyeom no se daba cuenta de lo ansioso que lo ponía o solo lo ignoraba.
La mitad del camino fue en absoluto silencio, solo escuchando sus pies caminar por sobre las hojas marchitas y al viendo mecer las delgadas ramas de los arboles.
—Así que eres el mate de Kim —comentó Yugyeom.
—¿El qué?
El alfa frunció un poco el entrecejo—. ¿No te han dicho? —recibió una negativa con la cabeza—. Es cuando te vuelves la pareja definitiva de un alfa.
—Ah ¿es cuando la otra persona lleva la marca en su cuello?
—Sí, bueno, al menos sabes la mayoría.
Jimin soltó una risita nerviosa—. Soy un beta, de donde vengo no se muerde a las personas en el cuello —él no quiso entrar en detalles sobre eso porque aunque si se hacía, no en las mismas condiciones que los licántropos... bueno, más bien no tan fuerte—. y... definitivamente no soy la pareja de Taehyung, si es a lo que te refieres.
—Te veo muy cercano a él... ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—Creo que un mes y algo.
—¿Y te hablo de nosotros?
Jimin lo miró consternado—. Te refieres a...
—Mi hermano y yo.
Eso le llamó demasiado la atención y Yugyeom lo supo al ver sus ojos tan atentos a sus palabras, le dedicó una amable sonrisa y prosiguió—. Hemos sido amigos desde muy pequeños, pero un día algo pasó y nos distanciamos.
—¿Por qué?
—Porque hay cosas que no puedes cambiar por mucho que lo intentes —respondió, Jimin dándose cuenta de que se lo decía más a sí mismo que a él—. No te ha dicho nada ¿verdad?
Él negó con la cabeza, abrió la boca para decirle que de hecho le había prohibido acercarse a Jungkook, aunque en realidad no estaba hablando con él sino con su hermano.
—Taehyung ha preferido guardarse algunas cosas para si mismo.
—Típico de él.
Jimin levantó la vista al reconocer el camino empedrado a la casa de Jihyo que ya se alzaba frente a él. Se mordió el labio sin apartar la mirada, realmente sentía curiosidad de por qué Taehyung lo quería lejos de ellos dos.
¿Y si se había dado cuenta que le atraía y no quería verlo cerca de ellos porque tenía algo con Jungkook? Le resultaría muy fácil fingir estar enojado con ellos porque Jimin era demasiado estúpido para darse cuenta, al menos él lo veía de esa forma. No descubrió el verdadero rostro de Ong hasta que ya fue demasiado tarde ¿Qué lo diferenciaba de Taehyung?
Mucho, demasiado para ser concisos.
—Me pregunto que estará pasando por esa cabecita tuya —dijo sin miramientos, como si Jimin fuera inferior a él, aunque fuese mayor.
Bajo la cabeza intentando contenerse, pero no consiguió nada más que dudas—. Yo... necesito saber algo. Taehy-
—Ya hemos llegado, asi que hasta aquí queda nuestra conversación —le interrumpió tajante, casi ciñéndose sobre él como si de una pequeña presa se tratase, pero comenzó a apartarse, dándose la vuelta para volver al sendero.
—¿Qué? No, espera.
—Qué tal si hablamos mañana ¿Mmm? Responderé a cualquier duda que tengas.
¿Realmente debía confiar en él? ¿Cuál seria el precio de la curiosidad?
—Está bien.
Yugyeom le regalo una cálida sonrisa y se marchó.
Y Jimin se quedó atrás con el corazón en la mano.
Sí Taehyung se enteraba estaría muy enojado, no podía olvidar que ambos habían peleado encima de él apenas se había reencontrado.
Pero necesitaba saber. Se volvería loco si no lograba comprender al menos algo pequeño del alfa, quien se veía con más secretos que él mismo.
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