☪ Capítulo 12: Sensaciones extrañas ☪




La omega sentada en el banquillo observaba como el amanecer se alzaba por sobre las montañas, señalando el comienzo de otro día.

Otro día sin él.

Las décadas en soledad la habían golpeado con fuerza, arrugando su blanquecina piel y llevándose lentamente la poca vida que le quedaba.

—Te extraño —murmuró al viento mañanero—. Seguiré esperándote.

Jimin sentado a su lado no dejaba de ver su melancólica mirada.

—¿Quién eres? —preguntó por enésima vez en sus sueños.

Ella solo cerró los ojos y curvó una suave sonrisa.

—Cuídalo, por favor, es el amor de mi vida.

—Dime quien es, por favor ¿a quién te refieres?

—Alfa.

Jimin se despertó abruptamente por gritos en la casa, intentó levantarse deprisa pero el dolor en su hombro se lo impidió.

"Tomate las cosas con calma, tendrás que reposar por al menos una semana" le había dicho Yoongi días atrás.

—¡Deja eso! ¡Basta! —esa sin duda era la voz de Yoongi.

—¡Atrápame si puedes anciano! —y esa claramente era la voz de Kai.

Suspiró calmándose al recordar que realmente no había peligro y se volvió a echar sobre la cama. Huening Kai era el sobrino de Yoongi quien había venido de visita junto a la caravana, Jimin se sorprendió bastante cuando el muchacho se presentó el día después del encontronazo con los hermanos Jeon, él simplemente despertó y el revoltoso cachorro estaba ahí, hablando efusivamente sobre tonterías y mirando al beta en todo momento.

Solo habían pasado 4 días, pero el omega mayor estaba totalmente hastiado con el cachorro de 16 años, una de las razones por las que no se había enlazado a alguien era porque no gustaba de cuidar niños y la sola idea de tener uno le daba migraña; la segunda venia unida a la primera, no había un solo alfa que estuviese dispuesto a no tener hijos, incluido Namjoon. La última era porque se sentía a gusto solo, sin más responsabilidades que la suya propia, aunque debía admitir que recientemente tener a Jimin cerca le era agradable, pero el joven beta estaba algo lejos de ser un niño, mucho menos comparándolo con el endemoniado Kai.

El cachorro fue dejado a los pies de Yoongi con una nota de su hermano mayor que dictaba:

"Hace 10 años que no lo ves, recupera un poco el tiempo mientras yo viajo y Sunhee cuida de los más pequeños.

Sé que te divertirás con él.

Te quiero mucho.

Min Yoonkwang"

Sin poder ignorar más el bullicio que formaban ambos licántropos, se levantó de la cama. A diferencia de los primeros dos días su hombro ya no estaba tan adolorido, lo sentía algo entumido y le costaba un poco moverlo, pero seguía disfrutando de hacer sus quehaceres y más ahora que el joven alfa se encontraba con ellos, lo cual duplicaba las tareas a realizar. Pero eso era bueno para él, le distraía de pensar en Taehyung, ya que la última vez que le vio fue el día en que llegó la caravana.

Lo que sí rondaba por su mente era Jungkook y su hermano, las dudas le cubrían sobre esos dos chicos ¿Por qué Yugyeom estaba tan enojado? ¿Qué habrá pasado entre Taehyung y él? Además de que Jimin era lo suficientemente inocente como para pensar que el menor de los hermanos se sentía culpable por haberle dislocado el hombro.

A penas Yoongi le diese permiso de salir, iría a ver a Jungkook antes de que se marchasen.

Al salir de la habitación una manzana amenazo con golpearle en la cara, si no fuese por Yoongi, que la agarró a solo centímetros de la nariz del más bajo.

—¿Ves? Jimin casi sale lastimado por tu culpa —le restó Yoongi. Kai bajó de la silla en la que estaba y convirtiéndose saltó por la ventana.

Yoongi solo suspiró y regresó la manzana al cuenco de frutas.

Si, él era pésimo para cuidar niños.

—¿Todo bien?

—Kai me enerva, no puedo con él —admitió apoyándose sobre la mesa.

—¿Qué pasó esta vez? —Jimin no podía alardear de ser mejor que Yoongi en controlar al menor, pero al menos este no buscaba problemas con Jimin, solía quedarse tranquilo a su lado, tal vez incluso algo aburrido.

—Namjoon vino temprano esta mañana, me dijo que la caravana de ira en una semana —mientras el mayor hablaba, Jimin recogía algunas cosas tiradas por el suelo a causa de la pelea—. Le dije que era mejor que regresara con su padre.

Jimin se giró un poco asombrado.

—¿Qué?

—Es que, hyung, eso fue algo rudo.

Yoongi suspiro y se llevó una mano a la frente—. Lo sé, pero no puede quedarse, tengo que cuidarte y ese cachorro esta malcriado, no tiene lugar aquí.

—¿Es eso lo que realmente te molesta?

—¿A qué te refieres?

—Solo le has ignorado y dado órdenes desde que llegó, tal vez eso le ha enojado. Yo no justifico su comportamiento, pero ninguno de los dos ha hablado realmente con el otro.

—Jimin, ugh, realmente no tengo paciencia para esto.

—¿Quieres que hable con él?

—Igual lo harás cuando no este mirando —sonrió algo cansado—. Si, cuando se le dé por regresar te daré un espacio, parece más manso contigo.

Jimin no es que tuviese mucha experiencia con niños, menos con adolescente mitad lobo. Cuando conoció a Hoseok y su madre, solo tenía 12 años, obviamente era el menor de los dos, pero comprendía los sentimientos de Kai, al menos en parte. Estar de repente en un lugar completamente diferente a donde te has criado era duro y más si te trataban de una forma... ¿tosca? Poco agradable.

—Tomaré un baño, tu desayuna —habló Yoongi arrastrando los pies.

—Oh, Jihyo me trajo una bolsa de flores aromatizantes, puedes usarlas también, dijo que eran buenas para el cansancio.

—Eres un sol, Jimin, gracias —comentó Yoongi perdiéndose entre la habitación.

Bien, era ahora o nunca.

Aprovechó que Yoongi estaría distraído para por fin poner un pie fuera de la casa, además de ir a hablar con Kai y tal vez poder encontrarse con Taehyung en el camino. Agarró un abrigo de las perchas en la pared y cubrió su brazo herido con este, era mejor no llamar la atención con el cabestrillo.

Cada día había más frio y agradecía al par de licántropos el dormir junto a él convertidos en lobo. Pero le gustaba la vista del otoño abrirse ante él, ver las hojas amarillentas llenar todo, los atardeceres se hacían más bonitos y solo disfrutar. Le hacía recordar cuando su padre y él recogían las hojas en el parque para después saltar a los montículos y volver a regarlas.

Estando ya en el camino hacia el centro del pueblo se dio cuenta que realmente no sabía dónde buscar al adolescente. Mierda, estaba perdido. El chico bien podía estar acostado a solo metros de la cabaña o haber cruzado todo el bosque hasta el rio. Solo estaba buscando a ciegas.

Así que cambió de planes, tal vez era mejor buscar a Taehyung primero, pedirle que rastreara a Kai y luego hablar. Aunque ahora que lo pensaba bien, nunca supo donde quedaba la casa de Taehyung.

Dios, se sentía igual de perdido que cuando llegó a la manada ¿realmente había algún cambio en todo el mes que pasó?

Bien, solo le quedaba una opción.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Namjoon claramente molesto. Había caminado todo el camino hasta la cabaña que compartía con otros dos alfas, Jaebum y Youngjae.

Jimin intento suavizar el momento con una sonrisa—. Busco a Taehyung.

—Estas buscando en la casa equivocada.

—Sí bueno, la cosa es... que no sé dónde vive.

Namjoon suspiró—. Mira, Jimin, lo mejor es que regreses con Yoongi, ni siquiera deberías de estar afuera en primer lugar.

—Bueno... es que salí a hablar con Kai.

—¿El sobrino de Yoongi? ¿se escapó?

—Algo así.

El ambiente se tornaba incómodo.

De repente Namjoon fue apartado de la puerta por Youngjae, quien se apoyó en el marcó—. Ya deja de molestarlo, pobrecito —le dijo a Nam y luego miro al más bajo—. Es cerca de aquí, sigue hasta el fondo del sendero y luego doblas a la derecha, veras manzanos, tu solo sigue por ahí que la encontraras.

—Gracias —Jimin fue rápido en despedidas evitando más palabras con Namjoon y así se marchó.

Entonces se puso a pensar que realmente sabia poco de Taehyung, muy pocas cosas. No sabía su comida favorita o con quien vivía, tampoco si tenía pareja ¡Oh diablos! ¿Taehyung alguna vez había mencionado que tenía pareja? No lo recordaba y hasta el momento no la había conocido.

¿Con quién vivía Taehyung?

Había llegado hacia un mes y no sabía algo tan importante.

Pero ¿por qué se preocupaba por eso?

Solo era curiosidad, sí, simple curiosidad.

Taehyung solo era un amigo, no tenía por qué andar pensando cosas en las que nadie lo había llamado.

Supo que iba por el camino correcto cuando vio el primer manzano, marchitándose por el otoño. Después ante él se alzó una gran casa de madera que debía tener 2 pisos y bastantes habitaciones.

Su familia debió de ser bastante grande.

Se escuchaba bullicio y música desde adentro cuando subió los escalones de la entrada. Tenía un aire algo occidental, un poco diferente a las demás cabañas ligeramente más tradicionales.

Tuvo que tocar la puerta varias veces para que alguien le abriera la puerta, pero no se encontró a quien realmente buscaba.

Jungkook llevaba solo un pantalón ancho cuando se platón frente al más bajo. El cabello castaño le llegaba a las orejas en un revoltijo de hebras brillantes y su pecho desnudo lucía un tatuaje extravagante de formas tribales y árboles. No había notado eso cuando le conoció, aunque tampoco es que Taehyung le haya dejado ver bien al chico.

¡Taehyung! Cierto, estaba buscando a Taehyung.

Sacudió la cabeza antes de hablar—. Hola, eh, estoy buscando a Tae.

La mirada de Jungkook se endureció unos segundos antes de percatarse de como Jimin sujetaba la tela de su abrigo por sobre el hombro herido. El que él había lastimado. Entonces su gesto se suavizo a uno más arrepentido.

—¿Te duele? —preguntó ignorando la pregunta, un poco apropósito.

—Oh, no, estoy mejor ahora, grac-

—Lo lamento, n-no sabía que los betas fueran tan débiles.

—Estas bien... emm, ustedes... no me odian ¿verdad?

—¿Qué? —dijo sorprendido por la alegación—. No, no, no, Namjoon hyung habló con nosotros, con toda la caravana en realidad, dijo que no eras más peligroso que un conejo.

Si, sonaba a algo que diría él.

—La verdad me siento curioso, pensaba que los betas eran más... feos, sin ofender.

Jimin rió divertido—. Creo que me siento alagado —por detrás de Jungkook vio pares de ojos curiosos mirándoles a él y a Jungkook—. Emm ¿te estás quedando aquí?

—Sí, la caravana siempre nos quedamos aquí cuando llegamos, es el lugar más grande del pueblo, después del consejo, pero somos demasiado ruidosos para esos viejos.

—Ya veo... bueno ¿esta Taehyung?

La mirada de Jungkook se volvió tan dura que Jimin se tensó bajo esta.

Jimin no era alguien creyente, ni tampoco se fijaba mucho en supersticiones o cosas religiosas, pero realmente sintió el aura oscura de Jungkook ceñirse sobre él, haciéndole cada vez más pequeño.

—B-bueno, yo solo... eh... si no está, no pasa nada, v-volveré a verle en otra ocasión.

—Espera —él le detuvo tomándolo por la muñeca, Jimin soltó un pequeño grito y cayó al suelo asustado.

La última vez que Jungkook le había tocado había terminado con un hombro fuera de lugar. También estaba el sentimiento de estorbo y enojo que le trasmitía. Si Namjoon no lo mataba sí que lo haría Jungkook.

—Lo siento, lo siento —se excusaba el menor retrocediendo—. N-no te tocaré, lo prometo.

Jimin jadeaba incomodo en el suelo—. Solo dile que vine.

—Espera, y-yo sé dónde está, iba a decir que podía guiarte.

El mayor tragó saliva y se levantó—. ¿Puedes?

—Claro.

Cinco minutos después estaban caminando por el campo rio abajo, ambos incomodos y sin decir nada.

—Emm oye, lo siento.

—No, yo lo siento, sobre reaccioné.

Jungkook parecía un enigma para Jimin, más de lo que lo fue Taehyung ¿Cómo podía estarlo torturando con la mirada y al siguiente ser como un simple muchacho nervioso?

—Entonces eres la pareja de Tae —susurró, pero él alcanzó a escucharlo.

—¿Qué? No, no, en absoluto.

El alfa le miró sorprendido, el beta se encogió de hombros.

—¿Ah no? Pero-

—No, Tae y yo solo somos amigos, él me ha ayudado mucho a adaptarme aquí... no hay nada entre nosotros —intentó que lo último no sonará más triste de lo que lo hacía sentir.

—Bien.

Cuando creía que no podía caminar más vio por fin el rió al final de la colina, donde en una orilla también estaba una cabaña redonda. Desde arriba observo a Taehyung salir de ahí siendo seguido por una chica bajita que le lanzó agua con un pequeño cuenco. Jimin soltó un quejido de sorpresa ante esto y le hormiguearon las piernas con la intención de salir corriendo hacia él.

La chica le gritaba cosas que él no alcanzaba a escuchar y Taehyung solo se quedaba ahí parado, con la cabeza gacha y el agua escurriéndole por el cabello.

Ella también le lanzó el cuenco de madera, pero esto sí que lo pudo esquivar. Al final la chica con paso firme y claramente enojada regresó a la casa.

Vio al alfa suspirar y mirar hacia la colina, encontrándose con sus ojos preocupados.

Lo que recorrió a Taehyung en ese momento fue un cumulo de sentimientos y sensaciones que lo devoraban sin piedad, pero solo la sorpresa fue visible en su cara. No esperaba encontrarse al beta ahí ¿se notó mucho que le estaba evitando? Aunque en realidad se sentía culpable y no quería importunar en su recuperación

Pero un gesto serio se plantó cuando vio a Jungkook a su lado, quien claramente había escuchado a la perfección los gritos de la omega y si estuviese convertido en ese momento habría bajado las orejas con vergüenza.

Como un rayó Taehyung subió la colina, y cada paso que este daba era como se sentía el corazón de Jimin.

Lo que no esperó el beta fue a su amigo empujar a Jungkook tan pronto como estuvo frente a ellos. El alfa no cayó al suelo por pura suerte, pero sí que retrocedió varios pasos.

—¿Qué haces aquí?

—Taehy-

—El beta solo pidió verte —murmuró, bajando la cabeza.

—Regresa, no te quiero ver.

—¡Taehyung! —Jimin se interpuso entre ambos—. Yo se lo pedí, lo siento, no lo culpes a él... no sabía que estabas ocupado.

El alfa le miró con el ceño fruncido, quiso también decirle duras palabras a Jimin, pero se abstuvo. Eso lo lastimaría y la frágil relación que tenían y que tanto les había costado entablar se rompería.

Sus ojos bajaron de los del contrario hasta su hombro cubierto—. Sigues herido, venga, volvamos, conociéndote sé que te escapaste de Yoongi.

—Lo siento.

—Está bien —dijo colocando nerviosamente su mano en la cintura del mayor.

Jimin no estaba mejor que él, siendo un manojo de pensamientos confusos.

No se dio cuenta que estaba caminando hasta que se giró a ver a Jungkook, aun cabizbajo y con los puños apretados. 





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