☪ Capítulo 10: La caravana ☪
La mirada de la omega se cruzó unos segundos con la del alfa.
–Es Hansol, alfa de la manada Apache del sur –le susurró Mina, su hermana–. Es tan apuesto.
–Debe ser arrogante, todos los alfas del sur lo son.
–¿A qué viene eso?
–No, no lo es, él-
Las palabras de Jimin no llegaron hasta la omega.
Se despertó antes de terminar la frase y se vio envuelto en un frondoso pelaje negro, Yoongi había vuelto a dormir en forma de lobo. Era recientemente común que el mayor durmiera así con él, las noches se estaban volviendo frías conforme el invierno se acercaba y quería que Jimin, que obviamente no tenía pelo para soportar los climas bajos, durmiera cómodamente sin terminar hecho un tempano de hielo.
Los sueños que tenía se volvían más claros con el paso del tiempo, era como tener una novela en reproducción automática cuando cerrabas los ojos en la noche, el problema radicaba en el significado ¿Por qué soñaba con ellos? O más bien ¿Quiénes eran?
Jimin no tenía suficiente imaginación como para haberse inventado alguna historia de la antigüedad, mucho menos si los personajes son precisamente licántropos, con lo eran Yoongi y Taehyung.
Se preguntaba si en algún momento podría darles respuesta a sus ensoñaciones.
Taehyung fue el primero en hablar cuando el beta salió a su encuentro para marchar a casa de Jihyo.
–Buenos días –preguntó cuándo lo vio acercarse, el más bajo traía un gran abrigo de lana que Jihyo había hecho solo para él, por la carencia de forma lobuna claro–. Wow, vas muy cubierto.
–Sí, cada día hace más frio y apenas estamos en otoño.
El alfa soltó una suave risa que hizo temblar Jimin de alegría, por fin se estaba abriendo a él, mostrando ese lado amistoso y amable que tenía detrás del ceño fruncido. El ataque de fiebre había sido una semana atrás y de alguna forma eso los había unido.
Y también estaba Namjoon, seguía comportándose de forma distante con él, pero al menos no se notaba en su cara el desprecio que le traía.
–Tendrás que pedirle a Jihyo ropa mucho más abrigada para cuando la nieve caiga.
–Ay no –dijo sacudiendo la cara haciendo que su cabello se despeinara el doble, ya no tenía absolutamente nada del tinte castaño con el que había llegado, ahora solo disfrutaba de un hermoso rubio claro, que le quedaba infinitamente mejor–. No soy muy bueno con él frio.
–Calma, aquí en el sur no suele durar tanto, un mes y unos días como mucho.
Jimin hizo una cara de sufrimiento que robo varias carcajadas de Taehyung.
–En estos momentos los envidió a ustedes, siempre están... calientes –sintió vergüenza por decir eso en voz alta, pero Taehyung no se lo tomó a mal, no entendía el doble sentido de esa palabra.
–Bueno, es cierto que nuestro calor corporal es mayor al de los betas.
–Y tienen pelo.
–Y tenemos pelo.
–¿En verano no es asfixiante tener tanto pelo?
–No –soltó una carcajada como si fuese obvio–. Mudamos pelo, se nos cae de a poco y queda mucho más cortó que en invierno.
"Como un perro" pensó el más bajo, no lo quiso decir en voz alta por si eso resultaba ser algún insulto.
–¡Jimin! –el grito de emoción de Jihyo no se hizo esperar cuando llegaron a la enorme casa, no la había podido ver en una semana después de todo, Yoongi había sido el encargado de ir a buscar los materiales para que trabaja desde casa y que insistió tanto en que no quería atrasarse con las entregas, que al mayor no le dio de otra que cumplirle el deseo.
–¿Qué tal, Jimin? ¿estas mejor? –saludó Nayeon, quien bajaba de las escaleras atándose el largo cabello en una cola.
–Sí, gracias –hizo una reverencia por educación–. Ya me encuentro bien.
–Eso es genial, porque tenemos que llevar estas cajas a la cornucopia, la caravana vendrá en 2 días y es mejor que todo esté listo para el intercambio.
–Pensé que se entregaban el mismo día de su llegada.
–Siempre es así, pero el Namjoon ha decidido que es mejor adelantarnos, la mayoría de los que viajan en la caravana son alfas del norte, a ellos no les alegrará para nada ver a un beta aquí –respondió Nayeon, colocándose al lado de Taehyung.
–Nosotros les ayudaremos a cargar con los paquetes –comenzó el alfa.
–Después solo volverás a casa, continuaras el trabajo allá hasta que la caravana se haya marchado –continuó la omega.
–Y así estarás seguro –terminó la alfa.
Jimin bajó la cabeza pensativo, lo estaban ocultando y todo había sido idea de Namjoon, pensó que por fin el odio que tenía el alfa sobre él se estaba calmando un poco, pero tampoco sería suficiente razón para protegerle. Si Namjoon quería deshacerse del beta ese era su mejor oportunidad, crear una disputa con los alfas del norte por su presencia podría quitarle la carga del muchacho de una vez por todas, sin que le importase mucho si terminaba exiliado o muerto.
"tengo que darle las gracias" fue todo lo que pensó.
Le odiaba, pero aun así lo protegía, incluso permitió que Taehyung volviese a ser su cuidador sin nada más que una advertencia y un pequeño regañó de parte de Yoongi.
–Gracias –dijo intentando que no le llegaran las emociones a la voz–. Por cuidar de mí.
–Ow, cariño, puedes ser un beta, pero también eres mi amigo –le abrazó Jihyo, que de los presentes era la más expresiva, Nayeon le acarició el cabello y Taehyung solo sonrió por la escena.
El alfa sabía que Jimin, con lo dulce que era, se estaba conteniendo.
No tardaron mucho en ponerse manos a la obra con los encargos, Taehyung llevaba dos enormes cajas con ropa, al igual que Nayeon, los más bajos ya solo se encargaban de uno.
La cornucopia, era como hacían llamar a un gran almacén en el centro del pueblo, tenía forma circulas y 2 pisos. En la planta alta almacenaban los insumos no perecederos, cosas como telas, madera, huesos, entre otras cosas, en la parte baja se colocaban los implementos ya diseñados, desde comida, armas, herramientas u ropa.
La manada de Calliope era conocida por las manos textiles de Jihyo, por la cosecha de miel, harina de trigo y verduras, ya que el clima, más cálido que en el norte, ayudaba a estos trabajos.
No tomó realmente mucho en llevar todo, se mantuvieron en una marcha constante, solo cruzando un par de palabras en el camino y eso le gustaba a Taehyung, disfrutando solo de la presencia de sus cercanos, aunque en más de una ocasión quiso entablar una conversación profunda con Jimin, tenía un par de preguntas que rondaban su mente desde hacía días, pero no tenía valentía para hacerlo.
Al final la mañana pasó y terminaron pasado el mediodía, comieron cerca a la cornucopia, como si fuera un picnic, Nayeon comentó que, en los días de entrega, cuando la caravana venia solían comer todos juntos. A Jimin le incomodó al principio, no es que se llevará mal con los demás licántropos, de hecho, todo lo contrario, lo apreciaban, pero igual estaba bastante acostumbrado a solo comer con Yoongi, por lo que cuando vino una omega a ofrecerle un poco de carne no hizo nada más que pegarse a Taehyung, quien terminó aceptando el gesto.
–Parece que voy a tener que sacarte más seguido de la madriguera de Yoongi –le comentó.
Además de Taehyung, Yoongi, Namjoon y los ancianos del consejo, la reacción de los demás pueblerinos fue más positiva, sintiendo curiosidad y asombro por el chico, pero solo fueron los primeros días, después lo vieron como otra persona más que vivía en el lugar. Alfas compañeros de Taehyung lo saludaban cuando le veían y muchas veces su trabajo junto a Jihyo fue pausado por amigas de la omega que venían a por su "tarde de chismes" trayendo té y bocadillos, invitándolo a unirse también.
Todos lo trataban con cordialidad, a excepción de Namjoon y los otros 3 alfas ancianos del consejo. Namjoon podía ser el alfa líder de la manada Calliope, pero el consejo era quien tomaba las decisiones más importantes, Jimin vio su estadía peligrar cuando se reunió con ellos semanas atrás, a solo días de haber llegado, sin embargo, la anciana Ahn fue más persuasiva, insistiendo en que el muchacho de metro setenta y cincuenta kilogramos no era rival ni para una mosca.
–Bien, ese era el ultimó –dijo Jihyo algo marcando en un pequeño papel arrugado y entregándoselo a una omega que se encargaba de recibirlos.
Jimin soltó un largo suspiro y se sentó en el suelo sin que le importase nada, estaba cansado, como la mayoría, pero se sentía bien al mismo tiempo. Recordaba las noches en las que se quedaba en el estudio de su universidad cociendo bordillos hasta que le saliesen todos bien.
–Dormiré como roca hoy –comentó el beta viendo como el vaho salía de su boca al hablar.
–Y mucho más con este frio –respondió la omega–. ¿Te gustaría tomar algo caliente en el confeccionario?
–Diablos, sí.
Taehyung, recostado en la entrada de la cornucopia les veía hablar a ambos, pero aquella paz del momento fue interrumpida por un sonido que todos percibieron bien, excepto el beta.
Un aullido.
Taehyung se paró erguido intentando escuchar bien, le dio un rápido vistazo a Jihyo quien también estaba alerta, la reacción repentina de la muchacha hizo que Jimin se preocupara.
–Ta-
–Están aquí.
–¿Qué? –preguntó el menor.
Otro aullido les sacó cualquier duda que tuvieran en el cuerpo, este fue mucho más claro y alto que hasta Jimin lo puso percibir, pero los licántropos entendieron las palabras ocultas en este "hemos llegado".
–¿Qué sucede? –se acercó el beta a ambos en la puerta.
Namjoon apareció corriendo hacia ellos sorprendiéndolos.
–¡Taehyng! Tienes que llevártelo, la caravana se ha adelantado y si lo pillan, no podré hacer nada –de repente un sonido de tambores se alzó en el aire desde la lejanía e iba aumentando el volumen conforme se acercaban–. ¡Largo!
Ese grito fue lo único que necesitaron para que el alfa menor cogiese de la mano al beta y se largaran corriendo de la cornucopia.
Taehyung era veloz aun en su forma humana, en cambió Jimin apenas y podía seguirle el paso. Se adentraban más en el bosque, ya que si iban por el sendero común del pueblo serian pillados tarde o temprano.
–Espera, Tae –soltó un quejido al golpearse el pie con una roca en el camino, diablos, correr por el bosque no era realmente lo suyo.
–Venga, solo un poco más y me transformaré para llevarte, debó ocultarte con mi olor antes y corriendo en una de las mejores formas.
–Pero, ahg ¿y la otra?
Taehyung se reservó la respuesta, la otra era algo que en definitiva no quería hacer, demasiado intimo como hacerlo en mitad del bosque y en un momento así, además, era un beta.
El alfa sacudió su cabeza apartando los pensamientos lascivos, más por el hecho de que no le molestaba hacerlo con Jimin que del acto en realidad.
Maldición, debía evitar pensar así.
Un sonido extraño le hizo alertarse el doble y en un movimiento rápido jaló de Jimin para abrasarlo cayendo y rodando ambos por la hierba.
El enorme cuerpo de un lobo voló por sobre ellos y cayó a unos metros.
El beta era un manojo de nervios bajo el pecho de su amigo, en ningún momento quitó la vista del lobo, incluso cuando el pelaje se ocultó bajo la piel blanquecina y el hocico abrió paso a la cara de un muchacho.
Un apuesto y desnudo muchacho.
–¡Taehyung! ¡No puedo creer que hayas estado huyendo de mí! sigues siendo igual de ve- ¿eh?
Taehyung se mordió el labio al ver a su viejo mejor amigo.
–Hola, Jungkookie.
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