CAPÍTULO 2
Kagome se encontraba preparando el desayuno para sus hijos mientras tarareaba una canción, aprovechando que sus pequeños aun no despertaban.
Estaba por terminar de preparar la comida cuando el timbre sonó insistentemente, con extrañeza apagó la estufa para ir a ver de quien se trataba.
Con un paño tomó el pomo de la puerta para abrirla y ver al propietario del departamento con el ceño levemente fruncido.
- Oh, buenos días Rokuro-san ¿En qué puedo servirle? -
- Vengo por el pago de la renta, llevas una semana de atraso -
- Lo siento mucho Rokuro-san, deme por favor un par de días para completarle el dinero - Suplicó mientras cerraba levemente la puerta para que sus niños no se despertaran - Le prometo llevársela personalmente a su casa -
El hombre de cabellera negra y ojos amarillos se quedó pensativo por un momento, sopesando la petición de la azabache, la cual esperaba un poco ansiosa por alguna respuesta del hombre.
- Sabes de sobra que no se puede hacer eso - La chica se desanimó un poco - Pero solo por esta ocasión hare una excepción -
- ¿Enserio Rokuro-san? -
- Pero que quede claro que solo porque se trata de ti, eres de las pocas personas que pagan puntual la renta - Soltó un ligero suspiro - Así que no importa cómo le hagas, pero quiero mi dinero en tres días ¿De acuerdo? -
- De acuerdo Rokuro-san, le prometo tenerle su dinero en tres días -
- Más te vale Higurashi, más te vale -
La ojichocolate soltó un suspiro de alivio mientras veía al propietario retirarse del lugar, procedió a entrar al departamento en cuanto lo perdió de vista, dirigiéndose a la cocina a terminar sus labores.
- Creo que no tendré de otra que vender el anillo de bodas - Frunció levemente el ceño tras pensar eso - No quería recurrir a algo que me dio el imbécil de Inuyasha, pero de no hacerlo no podré pagarle a Rokuro-san - Miró la mano en la que antes reposaba dicho objeto - Al menos mis ahorros fueron los suficientes para sobrellevar los gastos de mis hijos y el departamento -
Fue sacada de sus pensamientos al escuchar a sus bebitos llorar, claro indicativo de que estos ya estaban despierto, con una pequeña sonrisa la ahora Higurashi se encamino a la habitación de los niños para llevarlos al comedor.
A transcurrido un año desde que dejo a su Exmarido, sí, Exmarido; Kagome se había divorciado del peliplata dos semanas después de haber dejado la casa, tiempo en el que ella sola a criado a sus trillizos.
Las cosas no han sido fáciles para ella, pero como la mujer determinada en la que se convirtió a sabido cómo manejarlo.
Por suerte se había casado con el ojidorado por bienes separados, de lo contrario ella tendría que darle la mitad de sus bienes. A escondidas del hombre hacia pequeños trabajos que le permitían hacerse de unos ahorros en caso de emergencia, los cuales le funcionaron muy bien después de su separación.
- Abre tu boquita Kairi - Solicitó mientras introducía la cucharita en la boquita del infante - Muy bien cielo, ahora tu turno Umi - Obedientemente el segundo bebé le hizo caso a su mamá - Que buen niño eres - El halago de su progenitora lo hizo soltar una pequeña risita, contagiando a los otros dos - Haber mi pequeño risueño, abre tu boquita para que también pueda darte de comer - Al igual que sus hermanos mayores el pequeño azabache recibió el bocado que le ofrecía su madre -Perfecto Taki, sigue el ejemplo de Kairi y Umi, y los tres serán unos niños fuertes y sanos - Los trillizos rieron con fuerza en cuanto su progenitora les besaba su pequeña nariz - Bien mis amores, después de que mami les termine de dar de comer vamos a dar un paseo - Una tierna sonrisa se dibujó en sus labios al verlos aplaudir - Ese es el espíritu mis pequeños angelitos -
Una hora después la ojichocolate y sus niños ya se encontraban alistados para salir del departamento; la mayor vestía un sencillo vestido color lila sin mangas y los pequeños estaban con un conjunto de overol de mezclilla color azul con una playera blanca con franjas horizontales negras y los conjugaba unos pequeños tenis blancos con negro.
La Higurashi tatareaba una tranquila melodía a sus hijos mientras el elevador bajaba al primer piso, ya que ellos se encontraban viviendo en el tercero.
Se detuvo un momento en la entrada del edificio para poder acomodar la carpita de la carriola para que los trillizos pudieran estar entre la sombra.
- Buenos días Higurashi-san ¿Va a ir de paseo con los bebés? - Esa infantil voz hizo que la azabache levantara la mirada y se topara con una niña de ojos purpura y cabello lavanda.
- Buenos días Shiori, y sí, vamos a dar una vuelta aprovechando el buen clima que se presenta hoy -
- ¿Puedo ir con ustedes? - Preguntó con ilusión, poniendo a la de ojos chocolates en un pequeño dilema.
- Por Kami Shiori, no hagas eso por favor - Fue la pequeña reprimenda de la mamá de la menor - Disculpe las molestias que mi hija pudo haberle causado - Hizo una reverencia tras decir esas palabras.
- No tienes por qué Shizu, después de todo es una niña -
- Okaa-san, quiero ir con Higurashi-san y los bebés a pasear - Suplicaba la pequeña ojipúrpura mientras alaba la manga de la blusa de la mayor, quien le daba una negativa con la cabeza - Okaa-san... -
- Nada de peros Shiori, Higurashi no puede estar cuidándote a ti también, además, tal vez tenga cosas que hacer - Soltó un suspiro al ver como su hija hacia un puchero al no salirse con la suya.
- Oye Shiori - La voz de la ojichocolate llamó la atención de la niña - Te propongo algo, en cuanto regrese llevare a los niños a tu casa para que puedan jugar -
- ¿Enserio Higurashi-san? - Vio a la mayor asentir - ¡Yupi, Yupi! ¡Jugare con Kairi, Umi y Taki! - Esa era la frase que repetía una y otra vez la ojipúrpura mientras daba saltitos alrededor de las mayores.
- No se vea obligada a ir Higurashi, si no puede Shiori tiene que entender eso -
- Para nada me siento así Shizu, además, mis pequeños se divierten mucho con Shiori - Sonrió al ver a sus hijos reír por los saltos de la pelilavanda - Así que las dos salimos ganando -
- Vaya, no lo había visto de esa manera -
- Bueno, me voy, entre más rápido haga mis pendientes más temprano llegare con ustedes -
- De acuerdo Higurashi, los estaremos esperando entonces -
Sin más ambas mujeres abandonaron el lobby del edificio para que así cada quien tomaran caminos diferentes.
**************************
Kagome mecía la carriola de un lado a otro esperando pacientemente a que el joyero terminara de evaluar su anillo de bodas, teniendo la esperanza de que al menos fuera lo suficiente para el pago del alquiler.
- Bien - La voz del hombre captó la atención de la azabache - Este anillo es de excelente calidad, además de estar muy bien cuidado - Explicó mientras dejaba dicho objeto en una almohadilla de terciopelo rojo - Así que lo que le daría por él...- El joyero comenzó a hacer unas cuantas operaciones en su pequeña calculadora para después mostrársela a la ojichocolate - Sería justamente esa cantidad -
La Higurashi quedó completamente sorprendida del valor de su anillo, algo que ni siquiera se le había pasado en su mente.
- ¿En...enserio eso es lo que me pagaría por el anillo? - Lo vio asentir - ¿No me está jugando una broma verdad? -
- En lo absoluto señora, ese es valor que tiene su anillo - Frunció un poco el ceño al ver a la chica pensativa - ¿Hay alguno problema? Me gustaría ofrecerle un poco más, pero a pesar del buen estado de las cosas estas se van devaluando con el pasar del tiempo -
- No se preocupe por eso señor, lo entiendo muy bien - Respondió la azabache al salir al fin de su estupor - Solo que me tomó un poco por sorpresa -
- Entonces ¿Aun quiere vender el anillo? -
- Por supuesto que sí señor - Respondió sin vacilación alguna.
- Perfecto, entonces aguarde un momento para dar inicio con la transacción -
Sin más el hombre entró a una pequeña habitación llevándose consigo el anillo, dejando a la ojichocolate con sus trillizos, hincándose frente a ellos para jugar un momento.
- Muy bien mis amores, parece ser que mami se encuentra de suerte - Se enterneció al ver sus hijos sonreírle - Aunque creo que ustedes son mis amuletos de la suerte -
- De acuerdo señora - La chica se levantó al escuchar al joyero - Aquí tiene el dinero - La fémina recibió un mediano sobre amarillo - Si gusta puede contarlo aquí -
- No hay necesidad, puedo confiar plenamente en usted -
- Le agradezco mucho el voto de confianza que me tiene, es muy grato saberlo - Sonrió un poco al ver a los niños - Usted y sus pequeños serán bienvenidas en mi joyería cuando quiera -
- Muchas gracias - Hizo una pequeña reverencia - Le deseo una excelente tarde -
- Lo mismo para usted y los niños -
Con aquellas palabras madre e hijos salieron del establecimiento, la primera con una gran sonrisa en su rostro y los bebitos degustando un refrescante jugo de manzana en sus respectivos biberones.
**************************
El timbre de una casa sonaba con mucha insistencia, lo cual empezó a fastidiar a la persona que residía ahí.
- Ya voy, ya voy - Expresó el dueño de la casa algo irritado - ¡Que ya voy! Menudo impaciente - Lo último lo murmuro mientras colocaba su mano en la perilla de la puerta para abrirla - Oh vaya, pero si eres tú -
- Muy buenas tardes Rokuro-san -
- Higurashi, no te esperaba hasta el viernes ¿Qué es lo que haces aquí? - Preguntó algo sorprendido al ver a la fémina con sus trillizos.
- Lo que sucede es que ya tengo el dinero del alquiler - Eso asombro más al hombre - Así que aquí tiene - Le entregó el dinero, mirando como este lo tomaba a salir de su estupor.
- Oye Higurashi, aquí hay más de lo que debías - Expresó pensando que la ojichocolate lo había contado mal.
- Es que ahí también va el adelanto de la rentan del siguiente mes -
- ¿Y cómo le hiciste para conseguirlo? ¿Acaso asaltaste un banco? - Bromeó el sujeto mientras guardaba el dinero en su cartera.
- Nada de eso Rokuro-san, ese dinero lo conseguí de manera honrada - Contestó con voz risueña haciendo sonreír al mencionado - Digamos que algo bueno salió del idiota de mi Exmarido - Hizo una leve mueca tras mencionar al peliplateado - Bueno Rokuro-san, con eso quedamos a mano lo que le debía y el siguiente mes, agradezco mucho su consideración conmigo -
- No tienes nada que agradecer Higurashi, hasta el momento está comprobado que a pesar de todo tratas de cumplir con tu palabra -
- De cualquier manera, le agradezco Rokuro-san - El hombre solo negó levemente con la cabeza - Nos veremos después -
- Vayan con mucho cuidado -
El pelinegro palmeó suavemente la cabeza de los trillizos antes de que este ingresara al interior de su casa.
- Rokuro-san puede ser serio la mayoría del tiempo, pero no quita el hecho que puede ser amable de vez en cuando ¿No lo creen mis amores? - Rio un poco al ver a sus hijos aplaudir - Es hora de irnos, no queremos hacer esperar a Shiori - Con eso emprendieron marcha hacia el hogar de la niña de ojos purpura.
**************************
- A todos los pasajeros abrochen sus cinturones, que el tren turístico de la maravillosa Shiori está apunto de iniciar su recorrido -
Kagome y Shizu no pudieron evitar soltar una pequeña risa ante las palabras de la pelilavanda, la cual aumento al escuchar a los más pequeños reír.
- Tal parece que los bebés están disfrutando el juego de Shiori -
- Eso parece Shizu - Respondió mientras tomaba el jugo que la pelinegra muy amablemente le había ofrecido - ¿Y Tsukuyomaru? Pensé que ya había regresado de su viaje -
- Él me llamo justamente uno minutos antes de que llegarás, me dijo que por unas fallas en los sistemas de la aerolínea todos los vuelos estarían atrasados por tiempo indefinido -
- Uy que mal - Miró por un momento a los niños para después regresar su atención a Shizu - Por lo menos se ha comunicado contigo, eso quiere decir que está bien, así que no hay de qué preocuparse - Trató de animarla al verla un poco decaída, lográndolo al verla sonreír.
- Tienes razón, no debo de darle mucha importancia al asunto, no es como si nunca lo valla a volver a ver -
- Así se habla, no hay... - La ojichocolate no pudo terminar de hablar cuando el timbre del teléfono la había interrumpido.
- En un momento vuelvo Higurashi -
- Anda ve, no me moveré de aquí -
Sin más la fémina se levantó del sofá para responder el teléfono, dejándola sola en la sala; la Higurashi frunció levemente el ceño al no escuchar ningún ruido en todo el apartamento.
- ¿Le habrá pasado algo a los niños? - Pensó algo preocupada, por lo que también se levantó de su asiento para averiguar lo que sucedía con los cuatro infantes - Con que aquí estaban, eh - Miró con ternura a los niños en cuanto los encontró.
Y no era para menos, pues la estampa que se formaba frente a la Higurashi era linda; Kairi se encontraba recargado en la espalda de la ojipúrpura, Umi estaba a un costado de la niña y Taki tenía su cabecita reposando en el regazo de la pelilavanda, los cuatro profundamente dormidos.
N/A: Es una referencia de la posición en la que estaban los niños.
Sin poderse contener saco su móvil para poder tomarle un par de fotos, guardando ese encantador momento.
- Una disculpa Higurashi, era...- La voz de Shizu se escuchó a las espaldas de Kagome, por lo que inmediatamente se dio la vuelta para mirarla.
- Shh, los niños están dormidos - Murmuró mientras se alejaban de ahí en completo silencio.
- Oh lo siento, no sabía que lo niños se habían quedado dormidos - Respondió la pelinegra en cuanto volvieron al sofá.
- Tal parece que el juego termino por agotarlos - Contestó la azabache de manera risueña - Por cierto ¿Quién era Shizu? -
- Ah de verás, se trataba de Tsukuyomaru, me llamaba para decirme que le acaban de reprogramar su vuelo en tres horas, por lo que llegara mañana a primera hora -
- Que bien Shizu ¿Ves? Todo tuvo solución al fin de cuentas - Se colocó de pie para dirigirse nuevamente a donde estaban los niños - Bueno, creo que nosotros ya nos retiramos, ya es algo tarde -
- No creo que sea muy...- La pelinegra detuvo su comentario al mirar el reloj de la pared - Tal parece que tienes razón, puede ser que por eso que los pequeños se quedaron dormidos -
Con mucho cuidado Kagome colocó a sus hijos en la carriola mientras que Shizu tomaba a la ojipúrpura en sus brazos, está acompaño a la ojichocolate a la puerta agradeciendo su visita antes de que su invitada se marchara del lugar.
**************************
- Creo que este es un buen lugar para los niños - Pensó la Higurashi con satisfacción mientras miraba a sus risueños hijos - Sí, definitivamente es un excelente lugar -
Con una sonrisa en los labios Kagome comenzó a empujar la carriola hacia la sombra de un frondoso árbol; había decidido llevar a los trillizos al parque central para jugar un rato, después de todo necesitaban salir de vez en cuando de su departamento.
Estaba por terminar de colocar la manta que había traído consigo cuando un extraño tipo de cabellera y ojos negros se le había acercado de la nada, por lo que se colocó de pie para averiguar que necesitaba.
- Buenas tarde joven ¿Se le ofrece algo? -
- Claro preciosa - Aquel "halago" hizo que la ojichocolate frunciera el ceño - Quería ver si tan bello ángel me daría su nombre -
- ¿Y cómo para que quiere saberlo? - Preguntó mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
- Para invitarle un café, por supuesto - Eso solo hizo que la Higurashi alzara una ceja ante tal propuesta - Después de todo una belleza como tú no puede estar sola en este enorme lugar -
- ¿Este tipo está ciego acaso? Los niños están a un par de metros de nosotros - Pensó con incredulidad - Lamento desilusionarlo, pero no le daré mi nombre y mucho menos aceptar su propuesta -
- ¡¿Qué??! ¿Por qué no? - Exclamó con sorpresa - Vamos no seas quisquillosa y acepta -
- ¿Es que acaso no entiende? Un no es un no, métase eso en la cabeza -
Tal vez aquel chico no estaba para nada acostumbrado a ser rechazado, ya que de un momento a otro su semblante amable cambio radicalmente a uno de enojo.
- No sabes el grave error que estas cometiendo, deberías de sentirte afortunada que Nobunaga Amari se fijó en una chica como tú -
- ¿Ah sí? - Preguntó con algo de burla.
- ¡¿Cómo puede ser esto posible?! Nadie, óyelo bien, absolutamente nadie me da un no por respuesta -
- Oye, suéltame maldito loco - Exclamó la azabache con molestia en cuanto esté la había tomado con fuerza de su brazo - Te dije que me sueltes -
- Tú vendrás conmigo ya sea por las buenas o por las malas -
- ¡Suéltame como un carajo! ¡No puedo dejar a mis hijos solos! -
El tal Nobunaga estaba tan decidido en llevarse a la joven que ni siquiera había escuchado el último grito de esta.
Mientras la poca gente que pasa por aquellos lares no hacían caso alguno, pues creían que se trataba una mera pelea de pareja, por lo que a todos se les hizo más fácil ignorarlos.
- Ella te acaba de decir que la sueltes -
O casi todos.
- A ti nadie te pidió tu opinión idiota - El desconocido chico frunció el ceño al escuchar ese leve insulto - Así que piérdete, que la dama y yo tenemos muchas cosas que hacer -
Kagome trató de soltarse del ojinegro mientras discutía con el recién llegado, pero no pudo hacerlo, pues el tipo la tenía fuertemente agarrada de su brazo. Aunque de un momento a otro la Higurashi se liberó de ese agarre para terminar tras la espalda de su anónimo salvador.
- Oye amigo, yo la vi primero - Exclamó un colérico Amari mientras miraba al tipo que robaba a su "presa".
- Déjame dejarte muy en claro algo amigo, más te vale alejarte de ella si no quieres tener un serio problema conmigo -
- ¿Y quién te crees que eres? ¿Policía? - Se extrañó un poco al mirar la sutil sonrisa del chico.
- Es curioso que lo digas, ya que precisamente eso soy -
A pesar del mal rato que la hizo pasar la azabache se preocupó un poco al ver a Amari palidecer de un momento a otro.
- So...lo es...tas alardeando - El ojinegro tartamudeo un poco - Eso es una vil...- No pudo continuar cuando el desconocido sujeto sacaba algo de su camisa - Está bien amigo, no quiero tener problemas, mejor me retiro de este lugar -
Y como perro con la cola entre las patas Nobunaga se fue de ahí, con el orgullo herido y sin conseguir salirse con la suya.
- No puedo creer que aun haya este tipo de gente, solo le dan mala imagen el resto de nosotros -
El joven permaneció de pie mientras miraba al desagradable sujeto irse, dejando momentáneamente olvidara a la chica tras suyo.
- Muchas gracias oficial - Se escuchaba la voz de la ojichocolate mientras jalaba levemente la camisa de su rescatador - De no ser por usted mis hijos se hubieran quedado solos -
- Oh vaya, casi la olvido - Esa voz lo devolvió a la realidad - No tiene por qué - Respondió este mientras se daba la vuelta para mirarla - Realmente me desagradan los tipos como ese, no podía ignorar el problema q... -
El chico no pudo terminar de hablar, pues se llevó tremenda sorpresa al por fin ver a la chica que ayudo, pero tal parecía que no era el único, ya que Kagome se encontraba igual o más asombrada al conocer a su desconocido salvador, ya no tan desconocido.
El silencio reino por unos instantes, el cual era suavemente roto por las risas de los trillizos, los cuales eran completamente ajenos a la situación por la cual pasaba su adorada madre. El primero en reaccionar fue el joven, pues frente a él se encontraba alguien que no había visto durante varios años.
- Esto si es un muy curiosa coincidencia - Pensó sin dejar de mirar a la azabache - Pensé que nunca la volvería a ver - Vio a la mujer soltar un ligero suspiro, saliendo ella también de su asombro.
- ¿Realmente eres tú? - Preguntó la Higurashi obteniendo una ligera sonrisa del hombre frente a ella.
- Así es Kagome, soy yo, Tomioka Giyuu - Inconscientemente la mencionada chica también dibujó una sonrisa - No sabes la dicha que me da el volverte a ver -
**************************
Hola,hola mis queridos lectores,espero que esten muy bien 😊.
Les traigo ante ustedes el segundo capítulo,espero que sea totalmente de su agrado 😉.
Les comunicó que loos capítulos restantes los estaré subiendo el lunes y jueves, para que no estén con la incertidumbre de cuando los publicaré 😅.
Sin otra cosa mas que agregar les mando un muy fuerte y caluroso abrazo.
Les deseo que tenga una maravillosa y excelente mañana 🌄/ tarde ☀️/ noche 🌙.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top