8.

El día transcurrió, Ethan seguía sentándose con ella para hablar en todas las clases que estuvieron juntos, no fueron muchas pero a Talía se le hacían eternas, nunca logró averiguar qué fue lo que había pasado antes de la primera clase, había intentado persuadirlo para que le dijera, o al menos siquiera mencionara algo de lo que pudo haber pasado, él siempre contestaba que no había pasado nada y que por el enojo era que se había fijado mal en la ropa que traía puesta, él nunca se había cambiado. Su hermano gemelo hoy había faltado a la única clase que le tocaba con Talia, pero anteriormente ya lo había visto pasar por uno de los pasillos, ambos andaban vestidos exactamente igual, a excepción del color del suéter, el suéter de Eiden era color mostaza, jamás los había visto con el mismo estilo de ropa, jamás, Eiden solía tener un estilo formal pero casual a la vez, quizá con alguna camisa a cuadros o  de cuello con unos jeans ajustados, algunas veces, pero muy pocas, traía puesta la chaqueta del equipo, en cambio Ethan solía andar siempre con alguna chaqueta de cuero, aveces de colores diferentes, cualquier camiseta por dentro y un jeans. Vestían diferente, sus estilos, no completamente definidos pero si bien identificados, nunca se cruzaban, y hoy verlos así era algo más que extraño.

--Dime Hale ¿Piensas comer sola? - alguien había sacado abruptamente a Talía de sus pensamientos, estaba tan ida que no se había dado cuenta que alguien se había sentado justo al frente de ella. --¿Hola.....? Tierra a Talía. ¿Me escuchas?

--Si, si. Solo estaba pensando en algo. -Talia volvió a ver a la persona que tenía enfrente.

--Bueno, yo ya pensaba que debía llamar a la enfermera, tu cara era la de una sicópata a punto de matar a alguien.

--Lo siento Nayan me tomaste en un mal momento. -Talia frotó sus ojos con sus puños, debía volver al planeta tierra.

--Si claro, como digas... -Nayan mordió una manzana y volvió a ver la mesa donde se encontraban los gemelos hablando con Zara y otras personas que Nayan no conocía muy bien, era alguien relativamente nuevo en el colegio, había sido trasladado hacía unos meses, Talía fue la persona encargada de guiarlo su primer día, después de ahí no le había vuelto a hablar hasta hoy, él aún comía solo e ir con Talía le pareció una buena idea, ella siempre estaba con Keitlyn, alguien al que Nayan le tenía miedo, según él no parecía muy amigable.

--¡Talia! -cuando Nayan volvió su mirada hacia Talía una manzana venía directo hacia ella. Talía sin siquiera inmutarse cerro sus ojos y la atrapó centímetros antes de que impactara en su almuerzo.

--Hasta aquí. Hoy es un día de mierda, no puedo más. -se levantó, tomó su bolso y salió de ahí. Nayan la siguió hasta que llegaron al gimnasio, donde Talía tiró su bolso en las graderías y se tumbó en el centro del gimnasio. Nayan se quedó en la puerta mirándola.

***

--No, no y ¡NO!

--¿Porqué? ¿Acaso no crees que es lo justo?

--Se que fui yo, se que es en parte mi culpa ¿Pero que querías que hiciera? Ya viste como reaccionó.

-- Reaccionó así porque tuvo que enterarse por las malas, yo también me enojaría, eres su mejor amiga.

Ethan y Keitlyn caminaban por los pasillos vacíos, ambos deberían de estar en clase, mas ninguno podía concentrase y decidieron salir, faltaban unos pocos minutos para que fuera hora de almuerzo, así que se dirigían para allá.

--Si no le dices algo va el empeorar, te lo digo enserio, intenté hablarle y nada, era fría y cortante, además mírame, parezco muñeco de revista, en algún momento se va a enterar, prefiero que sea alguno de nosotros quién se lo explique antes de que Chest Wood explote, tú sabes porqué te lo digo.

--¿Estás loco? Si se enojó conmigo por esto imagínate si le digo -bajó la voz -quien es su Alfa, me mata en el acto, o a ella, la verdad es que ya ni sé cómo reaccionaría, nunca se había enojado conmigo de esta forma. Ella siempre me perdona.

Habían llegado al comedor, apenas y habían unos cuantos estudiantes, ambos fueron a sentarse en diferentes mesas.

Ambos estaban completamente atentos a Talía desde que esta llegó, intentaban mirarla disimuladamente, pero aunque no lo hicieran ella no se habría dado cuenta, parecía ida en otro mundo. Ambos se sorprendieron cuando Nayan se sentó con ella, él no traía ninguna bandeja, debió haber comido antes, solo traía su bolso y un libro en su mano, cuando se sentó saco una manzana.

Ethan no conocía al chico que se había sentado con Talía, así que fijó su mirada más en él, le llamó la atención, su cabello era rojo, era demasiado llamativo como para no haberlo visto antes, Keitlyn apenas y sabía quién era, en algún momento Talía lo había mencionado, no le había prestado importancia. Ella hablaba de un cabello rojo.
Ethan creyó que Nayan lo había visto mirándolo, inmediatamente se volteó y siguió hablado con Zara, ella hablaba temas demasiado irrelevantes y tontos para él, a quien le importa si la chica rubia de primero traía medias de abeja. O si una tal Vanesa había reprobado educación física.

A ambos los tomó por sorpresa cuando una manzana proyectil casi impacta a Talía, ninguno vio de donde provenía, solo vieron como Talía la atrapó, recogió sus cosas y se fue, el chico la siguió.
Ninguno de los dos la siguió.

S

olo se quedaron mirando desde la distancia.

***

Quedaban solo 15 minutos de la última clase del día, aleluya pensó Talía, ya se podía ir a su casa, como el clima seguía siendo el mismo su madre le había dejado su auto en el estacionamiento y las llaves las tenía el guardia, solo debía ir por ellas, había tenido pereza de ir antes.

Cuando la campana sonó Talía con toda la paciencia y alegría del mundo recogió sus cosas y salió por la puerta fue la última en salir. Cuando llegó con el guardia este inmediatamente la saludó y le entregó las llaves, ya tenía varios años de conocerla.

--Gracias Don Jeff, que tenga un lindo día y salude a doña Victoria de mi parte.

--Claro Talía, deberías decirle a tus padres que vayan a comer algún día, Vicky los extraña. -el guardia vivía en el pueblo vecino Durstain.

Hablar con Don Jeff había cambiado un poco el humor de Talía, recordó aquellos tiempos donde corría por los parques y zonas verdes de Durstain.

Talía abrió la puerta de su auto, pero inmediatamente alguien bruscamente la cerró.

--Tenemos que hablar. -Talia rodeó los ojos.

--Y ahora de que quieres hablar, creí haber dejado claro que no había nada que decir.

--Por Dios Tal lo siento ¿ok? -Keitlyn se apoyó en la puerta del auto.

--¿Crees que eso es todo y nada más, todo será como antes?

--No podía decirte, solo vamos a tu casa y déjame explicarte. -los ojos de Talía se empezaron a humedecer.

--Porfavor ya déjame -cuando Talía intentó abrir la puerta sus garras atravesaron el metal --¿Lo entiendo ok? Eso es lo que más me enfurece, si soy así ¿Quién va a querer a alguien como yo? Tu trabajo es matar a las criaturas como yo y no te culpo, se que somos peligrosos así que.... -una flecha pasó entre ellas, Talía apenas tuvo tiempo de alejarse un poco para que no la lastimara.
Sus ojos se encendieron. Los cerro inmediatamente, primero debía tranquilizarse, habían demasiadas personas en el estacionamiento, las podía escuchar hablar claramente, no entendía de donde provenía esa flecha. Keitlyn en cambio se volteó hacia la dirección de donde provenía la flecha.

--Keit vámonos, sube al auto. -Talia abrió la puerta, seguía sin estar tranquila, era mejor salir de ahí.

--Yo conduzco -dijo Keitlyn, Talia la detuvo, solo tuvo que mirar su rostro para saber qué eso no iba a suceder, se sentó en el asiento del pasajero.

Condujeron hasta la casa de Talía. Ambas entraron, saludaron a la madre de Talía y subieron a su habitación.

--Bueno, eso fue extraño.

--¿¿¿Que dices??? Una flecha casi me hiere -Talia saltó a su cama exhausta.

--Si, lo sé. Culpa a Ethan por eso, le dije que era una mala idea.

--¡¿Pero que carajos dices?! ¿Ethan me apuntó con una flecha?

--Sip, lo siento. -Keitlyn se sentó en un puff --Bueno, lo siento de nuevo. Perdoname por no haberte dicho nada, no podía, es una de las reglas más sagradas de los cazadores, no podemos hablar de nada sobrenatural.

--¿Nisiquiera si hace unos pocos meses tu mejor amiga se convierte en un ser sobrenatural sin siquiera saber qué existen personas que los cazan? -Talia se sentó en su cama a hablar con Keitlyn. Estaba demasiado eléctrica.

--Si, así es....

--Keitlyn o sea, te perdono. El problema aquí es..... bueno que seamos siendo amigas -ahora fue una carcajada de Keitlyn quien interrumpió.

--¿Eso es lo que te preocupa? Claro que podemos ser amigas, nada más no le digas nada a mis padres. -keitlyn suspiró --De hecho, tenía pensado presentarte a alguien.

El teléfono de Keitlyn sonó, su padre la llamaba.

--Si, claro, no...... Estoy con Talía. No, ya te había dicho que no.....Esta bien ahí voy.

--Tal me tengo que ir. Mi padre organizó una cena familiar. Mañana no iré a clases ¿Te veo mañana en la nueva heladería de la calle seis? Lleva tu moto.

Keitlyn se despidió de Talía y bajó las escaleras, Talía escuchó que Keitlyn también se despidió de su madre y se fue. Ya había parado de llover.

Como en toda serie de adolescentes, las mejores amigas volvieron a ser las más unidas.

***

Que pensarías si crees que alguien que conoces conspira contra ti, tu intentas averiguar porqué, pero no lo logras. ¿Dejarías que todo lo que crees sea destruido?

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