58.

Rea le prometió otra salida a Talía después de dejarla sana y salva, aunque con un poco de miedo; la forma de viaje de Rea no fue muy placentera.

--La verdad es que voy a hablar seriamente con Cherokee -hizo una pausa y miró a su alrededor --Hoy confirmé que tengo razón.

Un silencio sepulcral las consumió a ambas.

--Bueno, antes de irme y perderme de nuevo -Rea se volvió seria --Necesito que reflexiones acerca de ti misma, esas dudas que tienen nos van a costar caro.

--¿Dudas?

--Si Hale. No supiste decirme con certeza que piensas hacer en un futuro. Sé que eres una adolescente aún y me siento muy mal por tener que decirte esto, pero por experiencia propia te digo que debes intentar tomar esta decisión como adulta. No sólo pienses en lo que tú quieres en un futuro inmediato.

--¿Me estás hablando por lo de la fuente Lycan, no? -en esos momentos Talía sintió que habían cambiado de tema.

--No solo hablo de eso, pero la mayor parte sí se relaciona. Piensa en tu familia, tus amigos. Esos chicos de ahí adentro te necesitan, aunque odio usar este término y sé que a ti tampoco te encanta, pero la verdad es que eres su alfa, la líder que los dirige, y aunque me cueste aceptarlo, ya que es magia que no suelo usar ni manejar, un lazo de manada es para siempre.

--¿Un lazo de manada? -era la primera vez que lo escuchaba, ni siquiera Ingrid lo había mencionado en algún entrenamiento.

--Ellos tienen algo de ti, y tú tienes algo de ellos, sea como sea, te pertenecen como tú les perteneces, perderte sería perder una parte de ellos mismos que no podrán recuperar. Además que, por lo que veo, fuiste tú quien los uniste como amigos. -Rea acomodaba la falda de su vestido roto.

--No es así del todo pero...

--Talia. -Rea levantó la vista y la miró con severidad.

--Si si, entiendo... -Talia empezó a mover los hombros arriba y abajo expresado que entendía lo que sucedía. A pesar de no ser del todo cierto.

--No me mires así, te juro que soy la menos indicada para decirte esto, pero sé que soy la única capaz de decírtelo.

Talia abrió la boca y frunció el ceño. No entendía de que hablaba Rea, y su cabeza en esos momentos daba vueltas.

--Ya te dije que no me mires así, sabes muy bien que todos los adultos que conoces, a excepción de supongo Jerez, te tratan como una niña. -Talia volvió a fruncir el ceño.

--Pues si... Es frustrante.

--Lo sé, recuerda que soy la hermana menor de Viveka, ella me trataba como una bebé. A los ojos de ella soy una rebelde; por eso me sorprendió que me llamara aquella noche.

--La noche del frasco negro. -comentó Talía mientras recordaba la furia contra Viveka que había cargado esa noche.

--Jugo de hiedra negra. -añadió Viveka perdida en su cabeza.

--Eso no era hiedra negra. -la expresión de Rea se oscureció.

--¿Cómo lo supiste? -tenia entrecerrados los ojos y los labios formando una línea recta.

--He tenido mucha experiencia con ese veneno. -eso le pareció muy inusual a Rea, ya que su hermana nunca había utilizado ese tipo de instrumentos de magia negra. Viveka no se atrevía a utilizarla.

--Supongo que no con Viveka. -Rea se cruzó de brazos.

--No, antes tenía otra instructora, ella me enseñó lo que sé. -una sonrisa se escapó del rostro de Rea.

Le agradaba escuchar que Talía hablara tan alegremente sobre su otra instructora, además que, decir que ella le había enseñado todo lo que sabía, era como decir que los entrenamientos de su hermana no le habían servido.

--Que Viveka no te escuche decir eso. -Talia entendió que quizá lo que dijo había sido captado por Rea. Le agradó que entendiera la indirecta.

--Ella lo sabe, y además -Talia tenía una mueca de disgusto --Ambas nos repelemos.

--Pues claro, la forma de ser de Viveka no es muy fácil de llevar. Bueno, creo que nos desviamos del tema.

--Si, creo que...

Escucharon una ventana romperse y un golpe sordo. Corrieron hasta el lugar de origen de aquel sonido. Talía ahogó un grito cuando vio un cuerpo sin vida en el suelo, pero su mirada se consoló cuando vio a Jhonny asomarse por la ventana.

--Tuvimos visitas inesperadas. -gritó desde el marco de la ventana.

--Creo que no solo nosotros tuvimos una noche emocionante. -le dijo Rea

--Me parece que no.

Rea las hizo flotar y subieron hasta la ventana rota, donde Jhonny las esperaba. Entraron por ahí y miraron el lugar con asombro, se notaba que ahí había tenido lugar una pelea.

--¿Qué sucedió aquí? -Jhonny se rascaba la nuca.

--Pues.... ¿Pedimos sushi?

Rea volvió a carcajearse con fuerza, Jhonny se asustó por su reacción, Talía solo la ignoró, pero Rea habló:

--Dejaron entrar a alguien. Le dieron su dirección a quien sabe quién. -Talia entendió las palabras de Rea, se suponía que la andaban buscando, y sus amigos les habían indicado el lugar exacto en donde encontrarlos.

--¿Y los demás?  -Talia necesitaba verificar que todos se encontraran bien, si habían venido por ella lo más probable es que vinieran armados hasta los dientes.

--Supongo que en las otras habitaciones, nos drogaron y luego unas diez personas entraron por la puerta principal, Jerez fue el más herido.

Rea palideció.

--¿En dónde está él? -dijo Rea con voz preocupada.

--Abajo en la cocina, Nayan está tratando de... -Rea no esperó a que Jhonny terminara, desapareció en una niebla negra.

--Busquemos a los demás. -dijo Talia.

Luego siguió a Jhonny por todo el piso, buscando a sus amigos. Al primero que encontraron fue a Fabián, el cual estaba detrás de una puerta, tenía la nariz rota y sangre salía de ella, se la acomodó de un solo golpe cuando notó que eran ellos y no más hombres encapuchados.

--Te perdiste toda la diversión. -le dijo Fabián a Talía mientras limpiaba la sangre que tenía en la cara con su camisa.

--Tuve mi propia diversión. -confesó ella.

--¡Talia! -Keitlyn se lanzó sobre ella entre sollozos y lágrimas --Ellos venían por ti, te buscan con desesperación.

--Ellos te necesitan. -conpletó Fabián.

--Lo sé.

--No, no entiendes niña tonta, mientras ellos peleaban sin sentido, pudimos interrogar a uno de esos sujetos. -Fabian escupía sangre, por alguna razón sus heridas no sanaban tan rápidamente.

--¿Enserio ustedes...?

--Obvio, nosotros tenemos más experiencia en esto que todos ustedes juntos. -Keitlyn le dio un golpe en el hombro a su novio, ni siquiera a ella le gustaba el tono burlón y superior con el que hablaba.

--Si, como sea, hablaremos de eso luego. Por ahora solo quiero ver que todos estén bien. -Talia los ignoró.

--Si, si. Tú te preocupas por esos ineptos.

--Fabian, por favor. Si no vas a decir nada productivo maten la boca cerrada. -Keitlyn le agarró la nariz y se la estrujó.

Fabián arrugó el rostro, estaba molesto y dolido.

Cuando llegaron a la cocina, toda la tensión que llevaba dentro de ella se disipó, todos sus amigos restantes estaban ahí; Jane, Hilary, Zoe Edi y.....

--Dime quien soy. -unas manos le taparon los ojos a Talía. La tomó por sorpresa y dio un respingo, antes de darse vuelta y quitar de un manotazo a la persona que le había bloqueado la visión y la había asustado.

--¿Nayan? -Talia lo miraba confundida, pero a la vez alegre, se lanzó para darle un abrazo fuerte.

Una sensación de alegria y placer le llenó el alma, como si no hubiera podido hacer aquello en meses. Abrazar a su querido enamorado.

--Talia... Me aplastas. -dijo él intentando safarse de su agarre.

--Lo siento, es solo que. -Talia sonrió de lado y como acto reflejo le dio un beso, pero él se alejó casi al instante. La euforia y alegría de Talía por verlos a todos, se disipó de golpe.

La cara de Nayan había empezado a cambiar de color, de tonalidades azules, verdes y amarillas.

--¡Ketai! -Talia estaba roja de la vergüenza, su amigo la miraba perplejo, abría y cerraba los ojos con impacto.

--¿Talía? -al parecer el verdadero Nayan se encontraba ahí, en la misma habitación que todos ellos.

Talía seguía en su sitio, pero cuando reaccionó, le dio un golpe a Ketai en la cara y salió de la habitación muy enojada.

--Te dije que se iba molestar. -espetó Jane. Todos miraban a Nayan y Ketai, el cual había caído al piso por la fuerza del golpe.

--Pero tú se lo permitiste. -Hilary acusó a Nayan con un dedo.

--Yo nunca dije que sí. -se defendió él.

--Por Jesucristo Zoé, tu idea fue terrible. -agregó Jane muy molesta.

--Fue gracioso, admitelo. -Zoe parecía divertida con la situación.

--No lo fue. -Hilary estaba tan roja que parecía querer explotar.

--Eres una amargada. -Edi se mantenía callado detrás de Zoé.

--Claro que no. Simplemente no me gustaría que me engañaran. Y tú -señaló a Nayan con un dedo de nuevo; Nayan se encontraba en el piso mientras le daba calor a Jerez --Caiste muy bajo amigo, eso no se hace, incluso si tú mejor amiga te dio la idea. Recuerda el pastel de fresa.

Hilary también salió de la habitación, Andrew la siguió.

A Zoé parecía no importarle, la sonrrisa burlona de su rostro no desaparecía, sino más bien se agrandaba a cada segundo.

--Esa chica tiene razón, ustedes no saben lo mucho que su amiga está pasando -Rea se puso en pie e intentó levantar a Jerez --Bromitas como estas solo dejan ver lo poco maduros que son.

--Rea tiene razón chicos. -agregó Jerez.

--Oh por favor, no vine a este lugar para que personas que ni siquiera me importan estén dándome lecciones de vida. -Zoé se cruzó de brazos, pero no se movió del lado de Nayan, el cual miraba sus tenis.

--Nadie te dijo que vinieras. -Rea ayudó a Jerez a salir de la habitación.

--Por cierto -Jerez habló con un tono forzado, parecía realmente molesto --Mañana mismo nos iremos de aquí, si quieres puedo pedir un avión que te lleve de nuevo a Durstain. -no dijo nada más y ambos salieron de la habitación.

Jhonny, Keitlyn y Fabián estaban perplejos, ellos también se habían sorprendido con el cambio de Ketai.

--¿Eres un cambia formas? -para sorpresa de todos los presentes, Fabián ayudó a Ketai a levantarse del piso, estaba en shock, y el golpe de Talía lo había hecho caer tan fuerte que le costaba levantarse. El nombrado solo pudo asentir, sus neuronas no procesaban lo sucedido.

--¿Estás bien? -le preguntó Jane notando que Ketai tenía la mirada perdida y apenas respiraba.

--¿Cómo lo soportas? -las muecas de confusión llenaron la habitación, Ketai miraba a Nayan con excitación.

--¿De qué hablas? -decidió preguntar al no encontrar un sentido a sus palabras.

--Eso fue.... Celestial. -los ojos de Ketai estaban desorbitados.

Jane creyó que habían perdido a su amigo, tenía la boca abierta y la mirada perdida en el infinito. Ella intentaba hacerlo volver moviendo sus manos enfrente de él, pero no funcionaba.

--¿Hablas de Talía? -a Nayan se le escapó una sonrisa graciosa y extraña. A Jhonny le recordó la primera vez que escuchó a Talía hablar de él, una sonrisa tonta típica de un mundo de fantasía.

--Solo fue un beso amigo. -Jhonny golpeó la espalda de Ketai intentando quitarle importancia. Aunque Jhonny suponía que eso no había sido algo sin importancia. Un beso era un beso, y ese no había sido cualquier tipo de beso.

Ketai empezó a caminar sin sentido alguno, sus brazos le caían en los costados, y arrastraba los pies al caminar.

--¿Y a ese que le sucedió?

Zoé parecía molesta, una vena de su frente parecía a punto de explotar.

--Es un idiota, seguramente nunca le habían besado, y claro, Talía lo besó como si fuera Nayan. -Jhonmy parpadeó un par de veces, perdido en el ambiente espeso que se había creado. No podía creer las palabras que salían de la boca de Zoé.

Todos los miraban impactados, a Nayan parecía no importarle la forma tan vil con la que hablaba su supuesta mejor amiga, incluso si el tema era su propia novia.

Zoé acariciaba el brazo de Nayan con sus uñas, lo cual, según la idea de Jhonny no lo veía correcto. Pero a estas alturas de vida ¿Quién era él para decir que era lo correcto? Había vivido la mayor parte de su vida en una cárcel llena de guerra, el amor y cariño no le iban, ni lo entendía.

--Yo me voy, no tengo nada que empacar pero estoy cansado. -Jhonny se despidió moviendo la mano sobre su cabeza mientras caminaba hasta la sala.

--¿Qué me dices si vamos a ver las estrellas? Ayer salí sola y encontré un lugar perfecto. -Zoé se había subido a una encimera mientras se miraba las uñas.

--No creo... Debería... Debería... -Nayan tartamudeaba.

--¿Ir con Talía? -los ojos de Nayan se posaron en su mejor amiga.

--Si, yo...

--Por favor Nayitan. No creo que quiera verte, perdón que te lo diga yo, pero parecía muy enojada.

--Si, por eso...

--¿Vas a ir a disculparte? -una sonrisa malévola invadía la visión de Edi desde la distancia. Él era un espectador fantasma, así había sido desde que era amigo de esos dos.

--Claro que...

--No, ella...

--¡Zoé, basta! -Nayan gritó, y la nombrada dio un brinco mientras lo miraba.
El cabello de él se había vuelto fuego, pero ella sonrió.

--Perdón, solo quería... Tú sabes... -Zoé le hizo señas a Nayan para que se sentara junto a ella, él negó con la cabeza --Se supone que somos mejores amigos desde niños y me haces falta, te fuiste por demasiado tiempo.

Zoé había apagado el cabello de Nayan con su mano helada, ahora tenía el cabello mojado por el hielo derretido.

--No fue para tanto Zoé, y además tu sabes que Talia... -Nayan estaba confundido, su mirada lo demostraba.

"Cara de estupido" pensó Edi.

--Es tu novia, lo entiendo pero... -Zoé volteó su cabeza a otro lado --¿Estás consciente que vas a arruinar tu vida por alguien tan egoísta como ella?

A Nayan le molestaron las palabras de su amiga, pero Zoe no le dio tiempo de decir nada.

--Piensalo. Perdiste tu beca en la mejor universidad del mundo, porque por favor, no todos tienen la oportunidad de ir a Oxford, yo hubiera matado por ese privilegio.

--Pero... -Zoé le puso una mano en la boca a Nayan para que la dejara terminar.

--Además de que el simple hecho de estar aquí te pone en peligro, y solo imagínate la tristeza que le causaría a tu madre saber que uno de sus hijos murió antes que ella. Los padres no tienen porqué enterrar a sus hijos. -lagrimas salían de los ojos de ambos, pero Zoé parecía una catarata helada, sus lágrimas eran pequeños copos de nieve, ya que su cabello estaba tan blanco como la misma nieve.

Una escena cargada de sentimientos y palabras rudas inundaban a esos dos, se miraban con determinación, intentando consolarse mutuamente.

--Y yo... Ay Nayan por favor, esa perra de Talía no entiende que ella no es el centro del universo. -Zoé tomó del cuello a su amigo y jugueteó con la cadena que traía puesto este, sonrió al sentirla entre sus dedos.

--Ella no quiere ser el centro del universo. -Nayan volvió a colocar la cadena a su lugar.

--Nayan. Perdón por ser cruel contigo. Te quiero como tú no te lo imaginas y por eso es que quiero lo mejor para ti pero ¿Te has puesto a pensar en que sucedería si Talía en verdad usa la fuente? Sé que yo propuse la idea pero...

--¿Hablas del precio a pagar? -Nayan arrugó su rostro y Edi empezó a sentir como sus amigos se contrarrestaban para que la habitación no se congelara o ardiera en solo un segundo.

--Eso es algo importante pero no me refiero a eso. Solo digo que si Talía se vuelve humana....

Un peso infinito cayó sobre Nayan, como si esas palabras hubieran sido reforzadas y muy bien planeadas. Nayan cayó en la misma conclusión que Rea le había advertido a Talía esa misma noche.

--Yo no podría estar con ella. -por unos segundos Zoé creyó escuchar que la voz de Nayan se quebraba.

--Los papeles se invertirían, ya que...

--Yo jamás podré estar con una humana. -Zoé sonrió disimuladamente y volteó su cabeza en otra dirección.

--No... Tú podrías...

--No lo digas por favor. -espetó Nayan, recordando momentos que deseaba nunca volver a repetir.

--Ok.

--Nayan... -Zoé lo abrazó con fuerza y él agradeció el gesto, no se había puesto a pensar en todo esto.

"Estabas segado por el amor"

Como un vaso de agua helada, todo un sinfín de pensamientos negativos invadieron al joven de cabellos rojos.

Edi miraba con atención, imaginando y creando teorías en su propia cabeza, él lo sabía todo, él siempre estaba ahí, observando cada detalle de la vida de los demás.

***

Las bromas pesadas nunca salen bien. Y si lo hacen siempre destruirán a alguien.

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