3.
Desde el día en que le conté a Keitlyn que era una mujer lobo y tenía súper fuerza me ha estado diciendo que entre al equipo de fútbol del colegio, y cómo según ella ahora le debía por haberme quedado en su casa -que buena amiga tengo- pensé. Me amenazó a que me inscribiera e hiciera la prueba.
Y ahora estoy en los vestidores sin saber que hacer, ya que no traje el uniforme de física, Keit me dijo que no importaba y saliera así, pero la entrenadora me lanzó un uniforme del equipo, que para mí parecer era de hombre ya que me quedaba gigantesco, cuando salí a la cancha todas me volvieron a ver, si, me quedaba grande lo sé, pero no tengo otra opción.
A la entrenadora le dio pereza hacerme la prueba a mí sola así que simplemente me dijo que entrenara con ellas por hoy, y si veía un buen rendimiento me quedaba, y así fue, entrené con las otras jugadoras, era una experiencia interesante porque de nunca haber jugado fútbol antes, ahora con los nuevos poderes me resulta súper fácil todo.
Al final del entrenamiento hicieron un "colectivo" con todos las jugadoras, Keit compartía el título de capitana con Joanna, una chica demasiado deportiva y competitiva, ellas dos eran las que iban a elegir los equipos, pensé que ni a palos Joanna me iría a elegir por ser la novata, pero me equivoque, fui la primera que eligió, aunque yo sabia que Keit no lo iba a permitir, le hizo todo un drama a la entrenadora, de que yo era su mejor amiga, que era muy novata y necesitaba ayuda, todo lo que se le ocurrió; yo al ver toda la escena que mi mejor amiga hacia solo por el simple hecho de tenerme en su equipo, en lo más profundo de mi ser me sentía súper orgullosa de conocerla, además de la risa que me daba verla pelear, era algo muy gracioso que había notado con el tiempo, Keitlyn tiene mucha facilidad de convencimiento con la palabra, pero no del tipo que te intenta convencer con cosas buenas de los demás, sinó más bien echándole en cara todo lo malo que había hecho la persona con la que discutía. Eso en varias ocasiones permitía que se metiera en problemas sin que tuviera ninguna consecuencia. Al final terminó ganando y jugué en su equipo, pero como unos veinte minutos antes de terminar yo corría con la bola hasta el lado contrario intentando hacer un gol cuando de pronto siento que alguien llega a mi lado y me empuja, caí al suelo, obviamente era una falta, lo había hecho a propósito, cuando me quejé de que Joanna me había empujado nadie me creyó, todos dijeron que me caí sola.
—No fue para tanto. ¿Te dolió demasiado princesita? Tal vez no deberías seguir jugando. -la gota que colmó el vaso, esto no era bueno, sabía que mis ojos habían cambiado de color y mis "garras" saldrían en cualquier momento, estaba demasiado enfadada, salí corriendo de ahí, llegué a los vestidores y no recuerdo nada a partir de ahí.
Narrador Omnisciente
Talía salió corriendo a los vestidores, Joanna creyendo que ella simplemente era una cobarde ni se inmutó y siguió jugando, en cambio Keitlyn sabía lo que sucedía y no dudó ni un segundo en ir con ella e intentar calmarla.
Cuando Keitlyn llegó encontró a una Talía echa un ovillo temblando y gruñendo como un animal.
—Tal.... ¿Estás bien? -se atrevió a preguntar mientras se acercaba con demasiada precaución.
—¡Largo! -gritó Talía, estaba perdiendo el control y lo sabía. Keitlyn se siguió acercando hasta que le tocó el hombro, pero esta reaccionó y sus ojos amarillos como estrellas resplandecientes la miraban sin expresión alguna, como un animal, <como un lobo> pensó Keitlyn. Ella se asustó y retrocedió, Talía intentó atacar a Keitlyn pero ella corrió para evitar el ataque, pero Talía no paró, la siguió atacando sin importarle que fuera su mejor amiga.
Esos minutos de gran desesperación y miedo se hicieron eternos para Keitlyn, hasta que Talia la hirió en la pierna y cayó, Keitlyn pensó que iba a morir en las manos de su mejor amiga.
—¡Talía! ¡Despierta ya! -gritó creyendo que era su última esperanza.
Cuando de la nada alguien abrió la puerta de golpe, le dio un puñetazo a Talía en la cara y la rodeó con sus brazos dejándola inmóvil, ella se retorcía tratando de soltarse, pero él la sostenía con mucha fuerza.
—¿Que haces tú aquí? -le preguntó Keitlyn a Ethan, el hermano gemelo de Eiden.
—Evitando que te maten.
—Pero...
—Si, Keitlyn lo sé. -Eiden al notar que Talía no se detenía saco sus garras y se las clavó a Talía en las costillas, Talía grito de dolor y a los pocos segundos cayó en los brazos de Ethan.
—Wow, eres agresiva. ¿Por qué se enojó? -Talía lo miraba confundida, no sabía que había pasado.
—¿Eres un hombre lobo? -Ethan se echó a reír ante la pregunta de Talía.
—No. Jamás, soy un hombre cigüeña. ¡Claro que soy un hombre lobo, tonta! -sus ojos cambiaron de color, a un amarillo brillante, igual a los de Talía.
Los tres salieron, Ethan les empezó a explicar algunas cosas básicas de ser un hombre lobo.
—Bueno, empezando por lo básico, tienes todos los sentidos mucho más desarrollados, además, como ya debiste haber notado, la luna llena te vuelve loca, -Keitlyn empezó a reír recordando como se había comportado su mejor amiga ayer -ah cierto, tus ojos, el brillo de tus ojos se reflejan en las fotos, me imagino que ya has notado que se crea un destello en tu cara.
—Si, lo sabemos. -dijo Keitlyn.
Todo esto sucedía mientras caminaban por el pasillo, hasta que se encontraron con Eiden quién al ver a los tres juntos quedó extrañado y le brindó una mirada asesina a su hermano quién simplemente se limitó a encogerse de hombros y se fue.
Eiden pasó su brazo por el cuello de su novia y le dio un ligero beso en la cabeza.
—Tal, temo a preguntar pero... ¿Te sientes bien? ..Haz estado muy extraña estos últimos días -Talía se ruborizó, empezó a recordar todo lo que había hecho ayer.
***
Cuando cayó la noche la joven beta practicaba en su cuarto antes de ir a dormir, sin saber que la vigilaban desde su ventana cerrada.
Esa misma noche una familia de cazadores de hombros lobo salían a "entrenar" a uno de sus reclutas más jóvenes. Cuando de pronto una de las cazadoras sintió que algo o mejor dicho alguien venía hacia ella, al momento de girarse para darle la cara a lo que se aproximaba, con su arma lista para disparar vio una cara familiar, era Eiden el novio de su mejor amiga.
—Que carajos haces aquí, debería disparate y clavarte una flecha también.
—Sabes que me curare y mañana estaré como si nada hubiera pasado.
—No si yo misma me aseguro que se quede dónde la clavé, bola de pelos.
—Ya ya, no vengo a pelear, ocupo hablar contigo.
—Si lo sé, me imaginé que vendrías, no quieres que le diga a tu novia que ella está así por tu culpa.
—Si, exacto.
—Y que ganaría yo, porque la verdad me conviene que ella te deje, o que te asesine por tu estúpida idea. No tendría que volver a verte.
—Te conviene porque sino se me podría escapar el que seas una cazadora y que tú o tu familia tuviera que matarla.
—No lo harías.
—Pruebame, cazadora. -la mirada que tenía Keitlyn era una mirada asesina, como si estuviera calculando el momento perfecto como para levantar su arma y dispararle justo en la cabeza del chico de ojos amarillos neón que tenía justo al frente con una mirada amenazadora y llena de autosuficiencia.
—Hija, tenemos que seguir, deja al lobo y vámonos, a nadie le agrada que esté aquí. -gritó el padre de Keitlyn, un hombre alto, corpulento lleno de cicatrices en los brazos y abdomen, tenía el cabello negro como el de su hija y sus ojos eran verdes como esmeraldas.
—Trato hecho, pero asegúrate que a la maldita alfa no se le ocurra tocarle ni un solo cabello, ni que Talía se enteré quién es.
—Lo haré. -dijo Eiden, pero la cazadora ya iba de camino hacia el Jeep de su padre junto con otros cazadores.
Chest Wood era un pueblo lleno de criaturas sobrenaturales, pero hace muchos años los cazadores y los seres sobrenaturales que vivían en ese tiempo hicieron un pacto, si nadie de ninguno de los dos bandos rompía ninguna de las reglas que habían escrito podrían vivir en paz, sin atacarse mutuamente de ninguna forma, de hecho muchos creían que Chest Wood era una zona en la que seres sobrenaturales se refugiaban y muchos cazadores novatos llegaban a ser instruidos, debido a la gran armonía que había entre ambos.
Mientras todo esto sucedía la joven Beta escuchó un leve golpe en su tejado, sabía que pudo haber sido algo que el viento pudo haber llevado hasta ahí pero su curiosidad la condujo hasta el marco de su ventana, así en camiseta y pijama abrió la ventana y saco la cabeza por ella para revisar, un joven intentando no ser atrapado subió a lo más alto de su tejado, pero este al subir volvió a producir otro extremadamente leve sonido, el cual sabía que ella podía haber escuchado, sabiendo prácticamente que había sido descubierto se quedó quieto en su lugar, pero escucho un golpe y cuando se asomó para ver de dónde provenía se encontró con una Talía colgando del techo sostenida con solo una mano, inmediatamente la ayudo a subir pero ella lo miró con una cara de confusión pura, qué demonios estaba haciendo él ahí, acaso la estaba acosando?
—¿Qué carajos estás haciendo aquí? -preguntó Talía, mientras se sentaba junto a él.
—No estoy aquí por gusto.
—¿Entonces? Explicate, no es normal vigilar a alguien por la ventana y mucho menos cuando casi es media noche.
—Estoy afuera de tu casa desde las seis de la tarde -dijo Ethan molesto —Eiden dice que podrías estar en peligro, ya sabes, por lo de anoche.
—¿Espera qué? -dijo Talia levantándose y volviendo a ver a Ethan —¿Qué sucedió ayer?
—Cierto.... Me imaginé que no podrías recordar nada. -Ethan se acostó en el tejado —Bueno, resumidamente tú rechazas te nuestra manada en el rito de iniciación.
—No entiendo nada.
—Aish, tú sí que molestas. -aún acostado sobre el tejado la miró a los ojos sonriendo de lado.
—Lo siento por no conocer un mundo que hace unos meses ni siquiera sabía que existía.
—Bueno, en resumen, nuestra alfa tiene un tipo de ritual para poder ser parte de la manada, para así tener algún tipo de poder sobre nosotros, es como un tipo de pacto que no puedes romper o algo así. Ayer Eiden te llevo hasta el árbol mágico o algo así, lo cual es un árbol viejo que tiene poder en lo sobrenatural, pero tú pues de alguna forma te negaste y saliste corriendo, si hubieras visto la cara del alfa en ese momento, casi me orino de la risa, todos estaban súper confundidos, no es usual que una beta escape de esa forma.
—Ajá... Digamos que entendí, y...... ¿Por qué carajos no recuerdo nada o por que amanecí desnuda en medio del bosque? -Ethan se echó a reír como si le hubieran contado lo más cómico del mundo, Talia se enojo y lo golpeó en la cara. No lograba retener los impulsos de golpear todo lo que la molestaba.
—Auch. -Ethan se acomodó la nariz, de la cual salieron una diminutas gotas de sangre, y volvió a ver a Talía con una cara extraña, como si le hubiera gustado que ella lo golpeara, Talia volvió a levantar su puño para advertirle que lo volvería a golpear.
—Bueno, bueno, ya entendí. Tal vez amaneciste desnuda porque en algún momento la ropa que llevabas se rasgó, o como llevabas un vestido se cayó por ahí, la verdad no sabría decirte con exactitud, nunca me ha pasado y cuando saliste corriendo no te persigue, aunque creo que Eiden si, podrías preguntarle. -Talía se sonrojó
—Ah ok... gracias...
Ethan y Talia se quedaron en el tejado por un tiempo, mirando al cielo, y de vez en cuando hablando de alguna ocurrencia de alguno de los dos.
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