26.

—Ella falleció hace 120 años. Nosotros la asesinamos, no fue nuestra culpa, nunca quisimos hacerle daño realmente; solo queriamos saber el porqué de su existencia.

—No mientas, ustedes la mantenian cautiva a pesar de que ella les habia dado todo. -dijo Andrew apareciendo de la nada lleno de cortadas y sangre en su cara, parecia haber salido de una pelea de cuchillos —Después de escucharte hablar de los Lycans fui a hablar con otra persona que sabia del tema. Ella me lo confesó todo, incluso me mostro pruebas.

Cherokee parecia desconcertado y cayó al piso de rodillas antes de empezar a sollozar.

—Aun eramos jovenes y buscabamos respuestas a misterios que no las tienen. Ella nos ofreció esas respuestas pero su precio era demasiado alto.

—Y por eso la secuestraron, torturaron e hicieron lo que quisieron con una niña de 16 años. -exclamaba furioso Andrew.

Los demás se quedaban al margen.

La expresión de Cherokee cambió, su expresión era la de un loco, sus ojos parecian salirse de sus cuencas y se jalaba el pelo con desesperación. La madre de Talia lo zarandeó para que reaccionara y le gritaba que eso no importaba en aquellos momentos; que podia redimirse si ayudaba a su hija.

Cherokee pareció calmarse y empezó una corta historia que al final no les ayudó en nada pues segun él habia bloqueado esos recuerdos despues de la muerte de Adriana, como se llamaba la Lycan que habian robado, su dolor era tanto que necesitaba deshacerse de cualquier rastro de ella.

Los mandó junto a Ingrid a buscar una pequeña cabaña entre las montañas donde podrian encontrar respuestas si es que esas aun existian.

***

Después de que que Cherokee se fuera y dejara las instrucciones que debian seguir a partir de hoy con la promesa de que aunque todos se lo pidieran a Dios no habia forma de revertir el gen Lycan en Talia, entraron a la casa y discutieron sobre temas cotidianos.

—Hija ¿Sabes que tienes que ir a clases de vacaciones verdad? -preguntó el padre mientras recogian los papeles en la mesa.

—Si, lo sé. -contestó ella sin prestar atención.

—¿Porqué debes ir a clases de vacaciones? ¿Qué hiciste? -preguntó Hilary asombrada, dejando caer el baúl que llevaba en las manos. Desde que la conocía siempre la había visto muy aplicada con sus estudios y las clases de verano practicamente solo le eran asignadas para los estudiantes más problemáticos de la institución; basicamente el colegio se volvia un reformatorio de sobrenaturales.

—Es una larga historia, pero se puede decir que era eso o una expulsión el segundo día de clases. -Talia estaba incómoda ante la conversación, no era un recuerdo que le gustara mencionar. El padre se echó una risita y bajó al sotano.

—Y no es por menos Talia, lanzaste al profesor Gerald por la ventana. -dijo Jacob riendo.

El chico le contó a todos como Talia perdió el control ante las burlas de un profesor. La chica sin pensarlo y dejandose llevar por la rabia tomó la silla en la que estaba sentado el hombre y ambos fueron expulsados por la ventana.

—El colegio tiene muchos incidentes de ese estilo, no te preocupes. -le dijo Jane frontandole la espalda a su amiga.

—En fin, desperdicié tres de mis cinco días libres siendo una bestia salvaje y ahora deberé explicar porque parezco una super modelo exótica. Como desearia poder volver a mi vida normal. -suspiró Talia recordando su vida de hace solo un año.

—Tal ¿No recuerdas haber consumido sangre Lycan en algún momento? -preguntó Hilary de la nada —Cherokee nos dijo que era de las unicas explicaciones lógicas a esto.

—No, en ningún momento. -contestó Talia sin pensarlo mucho. Sentia que olvidaba algo pero creyó que no era importante.

***

En la casa solo quedaban Jane, Jacob y Ketai para cuidar a Talia mientras sus padres habia ido a comprar cosas al supermercado, los amigos de Talia creian que ellos habian salido para despejarse.

—Chicos, ya por último y dejamos esto en la tierra ¿Cómo es que volví a ser humana? O al menos, a tener una forma humana.

—No lo sabemos. -dijo Nayan dirigiendo su mirada a Ketai —La noche de luna llena desapareciste de la nada cuando Ketai estaba a cargo de mantenerte vigilada, luego Jacob te encontró el alguna parte del bosque; estabas llena de tierra y completamente desnuda. ‐Nayan miró a su amigo que poco a poco habia ido alejandose de ellos —El te trajo de vuelta a la salida del sol.

Talia no dejó que Jacob escapara, lo tomó del brazo y por más que puso toda su fuerza en soltarse no logró nada.

—Algo que quieras comentar.

—Nada en particular. -contestó él mirando al suelo y frontandose con la mano donde antes Talia lo habia sujeto.

—¿Esto ya estaba así? -preguntó de nuevo haciendo movimientos con sus manos y brazos señalando su cuerpo y cabello, el cual había crecido radicalmente, antes corto hasta los hombros, ahora más abajo de su trasero.

—Si, al inicio no sabía si eras tú pero... -Jacob apretó los labios y se los relamio —Por alguna razón sabía que si lo eras.

—Es algo curioso, nosotros al inicio no lo creiamos. Le dijimos a Jacob que se habia equivocado de persona pero él aseguraba que no era así. Fue tu madre y Cherokee quien confirmó las palabras de mi hermano. -dijo Jane.

—En fin, como dije, dejemos esto en el pasado como una extraña anecdota y dime querido Jacob ¿Tú también tienes clases de vacaciones verdad? -dijo Talia soltandolo al fin

—Si, falté casi tres semanas por culpa de la fiebre y los temblores. -dijo encogiéndose de hombros para restarle importancia.

A pesar de que el chico pretendia quitarle importancia a su extraña experiencia nadie podia negar que él había sufrido unos síntomas poco habituales hasta para los no humanos. Había tenido una fiebre tan alta que cualquier doctor hubiera dicho que moriría, eran fiebres más allá de los 41° y los temblores que padecia eran escalofríos horribles que hacian que su cuerpo pareciera una gelatina. Le era imposible ponerse siquiera en pie y el primer día que los padeció su familia pensó que estaba teniendo un ataque epileptico.

—Cierto, yo hice todos tus trabajos y tareas. -dijo Talía ganadose una encogida de hombros por parte de Jacob.

—Por eso es que te ganaste mi corazón. -Jacob le guiñó un ojo y Talia empezaba a colorarse.

—¿Enserio estoy en la dimensión correcta? ¡Porfavor que alguien me ayude! -todos se rieron ante el comentario de Talía pero su preocupación era razonable, Jacob no era de los que solian hacer bromas ni mucho menos interesarse por los demás; él era una persona estoica que solo salia a divertirse porque su hermana lo obligaba, de lo contrario desaparecia sin saber nadie donde.

—Necesitamos hacer algo normal. Algo que nos haga olvidar esta locura. -opinó Ketai metiendo en el baul el ultimo libro que les faltaba.

—¿Ustedes aún recuerdan cómo nos conocimos todos? -dijo Ketai emocionado y contagió a los demás con esa emoción al recordar aquella noche.

—Nayan me iba a llevar a acampar para sentirme de vuelta a la "normalidad". Y eso fue lo que menos hubo. -dijo Talía riendo.

Los demás fueron contagiados con la risa y empezaron a contar detalles del día en que se conocieron y se volvieron amigos.

—Yo solo recuerdo una loca fiesta que se salió de control. -dijo Jacob simulando con sus manos una explosión.

—Para mí esa vez fue un punto critico en mi vida. -empezó Talia —El mundo sobrenatural era nuevo para mí, yo vivía ajena a todo esto. Nunca les dije, pero todas mis primeras veces fueron con ustedes. No se rían, en verdad es vergonsozo para mí. Ustedes me devolvieron algo que creí haber perdido hace mucho tiempo. En verdad me revivieron. -Todos la abrazaron y dieron animos, tambien hubo una que otra lagrima.

A pesar de lo que Talia creyera, ellos si lo sabían. Simplemente no querían apagar esa pequeña llama que encendieron el día que iniciaron su historia juntos.

***

El señor no soporta los planes malvados,
Pero le agradan las palabras sin malicia
Proverbios: 15.26

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