17.
—Dime que no fuiste tú...
—¿Qué si lo hice? Tenía que protegerla, las cosas se salieron y fue lo mejor que se me ocurrió.
—¡Incendiaste una casa! Destruiste la comodidad de toda una familia que obligaste a irse a otra ciudad con el temor de que alguien los quería dañar.
—¡Y así es! Todos saben que Cardinam es un ser muy peligroso que hará lo que sea por apoderarse del poder de un Alfa recién nacido.
—¿Como es que...? ¿Podías estar segura de que era ella? ¿Qué hubiera sucedido si no?
Keitlyn lo cortó dándole un golpe en el pecho que lo dejó sin aire.
—Yo lo sabía. Era obvio, desde la semana después de que Zara la convirtiera podía notarse el gran poder que traía consigo, su manera de ser, la influencia que ella tenía en los gemelos y otros...
—Keitlyn, dime por favor que no tuviste nada que ver con volverla un ser sobrenatural. Te lo imploro con todo el corazón que sabes que te pertenece. Le cambiaste la vida a esa pobre chica por un capricho tuyo para después mandarla a una ciudad totalmente nuevo en donde Dios quiera no sea así pero no tendrá con quien hablar de sus problemas, en especial los sobrenaturales que ni ella misma entiende. La vi un par de veces en Santo Tomás, la pobre siempre se encuentra asustada y ese "poder" que notaste yo no lo sentí. Es una pobre omega que fue abandonada por todos. Además, no era tu deber alejarla de Cardinal, de eso se encargan los consejos y aquí en Chest Wood hubiera estado más protegida que en cualquier otro lugar. Tu no tenias porqué...
Keitlyn se había puesto a llorar y eso detuvo el regaño de Andrew, incluso lo hizo sentir mal por haberle hablado tan duro.
Andrew habia olvidado que Ethan seguía presente y lo miró de reojo, él estaba estático como animal asustado.
—¿Hay algo más que deseas agregar? —le preguntó Andrew al gemelo, el cual empezó a parpadear volviendo a la realidad.
—El chico de fuego nos amenazó con decirle la verdad a Talia. -soltó Ethan y Keitlyn dejó de llorar. En su mirada había pánico y un enojo tan salvaje que ni siquiera Andrew habia visto nunca en ella.
—No lo hará. -dijo para sorpresa de todos Andrew.
Ethan iba a preguntar que cómo lo haría pero Keitlyn lo detuvo sabiendo que Andrew utilizaría sus métodos de cazador para lograrlo y él se comportaba muy serio cuando se trataba de su trabajo como cazador.
"Prefiero separar mi vida personal de las cosas que debo hacer con mi padre" —repetía él cada vez que ella preguntaba algo que según él no debía.
Ahora no podía imaginar lo que le esperaba a aquel chico que pensaba delatarlos.
La actitud de Andrew tensó el ambiente a niveles que ninguno de los otros presentes creyeron fuera capaz. Andrew echó de la casa a Ethan y se encerró solo en su habitación hasta la una de la mañana cuando escuchó un golpeteo en la cocina.
Keitlyn estaba preparando un bowl entero de papas fritas.
—¿Como sabías que estaba aquí? -lanzó de lleno Keitlyn apenas ambos estuvieron cómodos en en sillón.
—Desde ayer lo escuché rondar la casa. Tiene pisadas muy fuertes. -respondió Andrew reposando la espalda.
—No entiendo cómo no lo supe. -contestó Keitlyn poniendo su cabeza en el regazo de él.
—Te hacen falta años de práctica, además que tú ya estás acostumbrada a su presencia —Andrew bajó la mirada para verla a los ojos —Yo no.
—Siempre estás alerta. -contestó ella.
—Es un don y una maldición —dijo él mientras levantaba las cejas; un signo que Keitlyn tomó como superioridad.
Pasaron unos minutos mirándose en silencio. Sólo se escuchaba el viento agitar los árboles.
—Deberías ir a Durstain. —lanzó él .
—¿Para que? —dijo Keitlyn sentándose de nuevo.
—A visitarla. -agregó Andrew poniendo los brazos en jarra.
—No tengo nada que decirle además, sería extraño si lo pones de la forma en lo que dijiste antes. No soy buena para ella...
—Igual deberías hacerlo. Una disculpa no estaría de más.
***
El curso lectivo estaba casi por terminar y desde hacía un par de semanas atrás Keitlyn estaba como loca. Nunca en su vida académica había tenido tantos labores que hacer; jamás había tenido que hacer todos los trabajos sola, además:
—Oye ¿Tu eres Keitlyn, no? -Keitlyn miró al chico de gafas tintadas con cabello negro y mechones verdes, asintió —Que alegría encontrarte, soy el presidente de los clubes artísticos.
—Un placer... -dijo Keitlyn solo queriendo llegar a su salón de clase sin interesarle lo más mínimo aquel chico.
El chico continuó:
—Y como tu eres la amiga más cercana a Talía creí que podrías pregúntarle si vendría al festival de fin de año. Ella lo organizó antes de irse pero desde entonces no la hemos podido contactar y nos imaginamos que tú podrías avisarle que está invitada aunque ya no sea estudiante aquí.
—Le haré llegar el mensaje. -le dijo Keitlyn quitárselo de encima. Era la quinta persona que la buscaba para comunicarse con Talía en menos de tres días. Y para colmo le estaban pidiendo algo que ni siquiera ella había podido lograr.
—¡Keitlyn! -gritó una voz a lo lejos.
Porqué no podían dejarla tranquila ¿Acaso solo ella estaba tan ocupada con su trabajo?
—Te juro que si lo que quieres es que le diga algo a Talía Hale te corto la lengua. —le dijo Keitlyn a la persona que gritaba su nombre sin tener en cuenta quién era.
—Tranquila sanguinaria. No vengo a eso —era Ethan y la miraba con diversión.
—Lo siento, pero esos chicos raros ya me tienen arta.
—Si lo sé, tambiénhe sido su víctima. Unos chicos de mi clase me han preguntado acerca de Talía y sobre todos los clubes y trabajos que debía hacer.
—Extraño ¿No? Yo hasta ahora me doy cuenta que Talia pertenecía al grupo de debate. -dijo Keitlyn mientras doblaban una esquina entre los pasillos llenos de estudiantes.
—Tambien entrenaba con las basquetbolistas, y solía practicar natación. Incluso me dijeron que les daba tutorías a los de primer y segundo año. —agregó Ethan. —¿Tú sabías todo eso?
—No, y eso que se suponía era su mejor amiga. Ultimamente me he puesto a pensar que nunca le dí la oportunidad de contarme que hacía en su tiempo libre; yo siempre la obligaba a hacer lo que yo quería. -dijo Keitlyn retorciendo un mechón de su cabello.
—Como el equipo de fútbol. -mencionó Ethan.
Keitlyn se sonrojó de la vergüenza pero antes de poder defenserse, una chica bajita que cargaba libros se interpuso en su camino.
—¿Tu eres Keitlyn Argent y tu Ethan, no? -ambos asintieron ya cansados de eso.
—Me llamo Vanessa. -contestó la chica mientras se ajustaba las gafas.
—¿Deberíamos conocerte? -fijo Ethan en tono cínico. La chica bajó la cabeza y Keitlyn le dio un codazo al chico.
—Venía a preguntarles si querían ir a visitar a Talía. La otra semana hay un baile en el colegio de Talía; se supone que cualquiera puede ir. Talía nos invitó a Jhonny y a mí. Entonces se nos ocurrió que ustedes... -dijo la chica mientras sus oyentes se quedaban boquiabiertos.
—Alto ahí chica. ¿Me estás diciendo que tú has sabido de Talía todo este tiempo?
—¿Acaso ustedes no? —la sonrisa de Vannesa se volvió ladeada.
—Eso no importa. Sí queremos ir. -dijo Ethan mientras se cruzaba de brazos.
—Perfecto, le diré a Jhonny que les envíe la información. Los veo allá. -dijo Vannesa despidiéndose con la mano y alejándose lentamente mientras los libros se balanceaban en sus brazos. Los otros dos se miraban entre ellos, molestos por enterarse que su amiga los había olvidado a propósito mientras se juntaba con un ratón de biblioteca. ¿Acaso Vannesa y Jhonny eran mucho mejor amigos que ellos?
No lo entendían.
***
Yo solo espero el día
que te vuelva a ver
Y te dé un fuerte abrazo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top