16.

Al día siguiente era hora de volver a clases después de tanto tiempo y las cosas pintaban ser diferentes. Ya no estaría con su mejor amiga y el colegio se volvería aburrido, eso creía Keitlyn.

Ese día fue complicado, los profesores querían revisar todos aquellos trabajos que habían enviado cuando no tuvieron clases, fue una masacre para los alumnos pues la mayoría de ellos no hizo los trabajos y habían pasado la mayor parte del tiempo jugando y llendo de compras.

-¿Como te fue en la masacre? -le preguntó Keitlyn a Issac, quien venía casi por inercia a sentarse en la mesa del comedor.

-No logré hacer nada. Me faltaron más de la mitad de trabajos y los profesores nos hicieron pasar el ridículo.

Keitlyn asintió y le dio un mordisco a la manzana mientras volvía su vista de nuevo al problema matemático.

-Eso es... Noup, yo me rindo -dijo Issac mientras dejaba caer su cabeza en la mesa y se frotaba las sienes.

Issa se quedó dormido y cuando el timbre sonó se asustó y cayó hacia atrás con todo y silla. Keitlyn empezó a reir y tomó sus cosas antes de ayudarlo a levantarse e irse a su clase.

***

—Tengo una semana de clases y algo no me agrada, sigue faltando la esencia del colegio. -dijo Keitlyn lanzando un bloque libros sobre la mesa.

Andrew se encontraba comiendo en el mismo lugar y el impacto tambaleó su plato y casi derrama su vaso. Ya habían tenido aquella conversación muchas veces en pasado donde Keitlyn se quejaba de sus clases y la cantidad de trabajos que tenia que hacer; Andrew normalmente la regañaba porque ella era muy vaga y en general en su colegio no le hacían entregar muchos trabajos pesados.

—¿No será que extrañas a tu amiga? -dijo Andrew tratando de desviar las quejas y enfocarlo en otro punto.

—Claro que la extraño, ella me hace mucha falta ahora que debo afrontar todo sola y los demás... En el equipo de Fútbol todos me preguntan porqué se fue, dicen que era la mejor lanzadora y también portera. Es frustrante, ella no sabía nada del fútbol hasta que yo la obligué a que hiciera la prueba, y de no ser por...


Keitlyn se detuvo y abrió un libro rojo de tapa gruesa que impidió un Andrew le viera el rostro.

—¿Por...? -Andrew insistió mientras se levantaba y metía los platos al lavavajillas. Luego se acercó a Keitlyn y le quitó el libro de la cara.

—Porque Zara la convirtió en mujer lobo. -dijo Keitlyn ruborizada y Andrew le sonrió de lado.

—¿Qué tiene que ver eso con el colegio?

—En realidad todo y nada a la vez. La cosa es que Talia me ayudaba mucho en el colegio, todo lo haciamos juntas y siempre que no tuviera tiempo de no hacer algo ella lo hacia por mí. Y no lo sé, creo que ahora que no está aquí conmigo entiendo lo importante que era en mi vida. Siempre daba por hecho que ella estaría conmigo para cualquier cosa y que siempre tendría su apoyo...

Andrew la instó a seguir, pues quería entender la relación que habían tenido esas amigas. Él nunca había visto a Keitlyn preocuparse por alguien más que no fuera ella, y mucho menos extrañarlo.


—Y cuando su vida cambió yo no hice nada al respecto. Supuse que si lo dejaba pasar ella seguiría ahí, siendo la misma Talía de siempre. Nunca creí que pudiera perderla. Ahora dejó un vacío.

—Profundo. No creí que tú fueras capaz de algo así. -le dijo Andrew con burla. Keitlyn lo miró dolida y él le besó la frente sin dejar de reír.


—Te doy un consejo ¿Por qué no simplemente la llamas y le preguntas cómo está? Y así hablan horas y horas, así como lo hacen ustedes las mujeres -dijo Andrew mirando el rostro de Keitlyn, sus ojos parecian estar conectados, solo perturbados por momentos donde Andrew bajaba un poco la mirada solo unos segundos.

Keitlyn apartó sus rostros de un manotazo y buscó en su pantalón hasta sacar su teléfono. Marcó al número de Talía.

El timbre sonó varios minutos y nadie contestó

—De seguro está dormida. -dijo Keitlyn lanzando el teléfono en el sillón.


—¿Un viernes a las 8:00pm? No me lo creo

—Ella siempre ha sido muy ermitaña, era yo la que siempre la hacía salir de casa a fiestas y demás. Si fuera por ella pasaría todo el día estudiando.

Andrew se sentó en el sillón y se quedó pensando y recordando el día en que había conocido a Talia. Él no la había visto como un ratón de biblioteca, ni una ermitaña o una chica a la que no le guste salir de casa. Andrew miró de nuevo a Keitlyn y percibió su inquietud.

—Increíble. Eso es lo que te hace falta. Necesitas molestar a alguien.
K

eitlyn se sintió ofendida y le lanzó un libro que Andrew sólo esquivó y terminó junto a la puerta principal.

—Ella siempre me acompañó en mis locuras aunque no estuviera de acuerdo. Nunca ponía excusas para mis planes, solo me daba ideas y consejos que rara vez tomaba a pesar de saber que eran buenos.


—Que amistad tan interesante. Ven, no creo que vayas a estudiar mucho más, quédate a ver una película conmigo -Andrew señaló el asiento junto a él. Ella se sentó junto a él y Andrew empezó a hacerle piojito; ella solo dejó que la mimara.

—Creo que deberíamos  comer palomitas también. -Dijo Keitlyn intentando levantarse pero Andrew la retuvo de la muñeca.


—Antes creo, deberíamos invitarlo a él también. -dijo Andrew mirando a la puerta. Keitlyn lo miró confundida y luego pasó su mirada hacia la puerta. Solo ellos se encontraban en la casa, sus padres habían salido desde ayer y no habían regresado. No esperaban a nadie y no había tocado el timbre.

Andrew se dirigió hasta la puerta principal y la abrió. Keitlyn pudo ver a uno de los gemelos en el umbral, los habían estado escuchando desde hace quién sabe cuanto tiempo.

—Hola -dijo Ethan parado en el umbral de la puerta.

—¿Que haces tú aquí? -preguntó Keitlyn de forma brusca y poniendo sus manos en la la cintura.

—Puedo explicarlo. -dijo Ethan moviendo las manos en señal de paz.

—Adelante -le dijo Andrew invitándolo a pasar mientras lo examinaba con la mirada.

—Yo solo quería hablar contigo Keitlyn ¿Has sabido algo de Talía? Le he estado llamando y no contesta. -dijo Ethan entrando en la sala y metiendo sus manos en los bolsillos.


—Amigo, debes inventarte otra mejor historia si quieres que me la crea. Desde ayer nos estabas espiando y no creo que fuera solo para preguntar cómo se encontraba tu amiga. -dijo Andrew mirandolo con incredulidad.

Keitlyn los miró sorprendida ¿Cómo no se había dado cuenta? O mejor dicho ¿Como Andrew si? Habían estado en la casa juntos desde ayer y según ella no había sentido la presencia de nadie cerca.

—Keitlyn, quería hablar contigo sobre tu plan. Tu místico plan no ha funcionado. Cardinal sabe que Zara no es quien lo atrajo hasta aquí y ya ni siquiera se encuentra en la ciudad, adivina en donde han habido avistamientos de personas con ojos color rojos. Ellos la persiguen a ella y...


—Detente ahí. -comandó Keitlyn sosteniéndose la cabeza con las manos.

Andrew puso los brazos en jarra y pidió una explicación. No podía creer que lo que pasaba por su cabeza fuera cierto; no podía creer que Keitlyn pudiera hacer algo como aquello... era su amiga...

—Dime que no fuiste tú...


***

Aveces me pregunto si habrá alguien que se alegre de haberme conocido.

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