Capitulo 9 (Atención)
Se sorprende de forma grata el León dorado, incluso dando un pequeño salto hacia atrás, por la impresión inicial.
No creía que esta situación, se iría mejorando de a poco con un apoyo de "Amistad", iniciando con una invitación así de intensa.
O bueno, intensa al parecer de Aioria.
-¿Cómo?- Pegunta por inercia, solo por la invitación, que no sabe cómo reaccionar.
-Salgamos un poco en la tarde, ¿Qué opinas? O ¿Tienes algo que hacer?- Se acerca lentamente hacia el Griego, no para tocarlo, pero si para intimidarlo de una forma sensual.
Se siente la tensión en la escena, no romántica, sino una atmosfera extraña, de un coqueteo y dominio que se presenta sin previo aviso.
-No- Rápidamente contesta, mostrando una linda sonrisa, sus ojos fijos en el contrario, aunque el rubor se manifiesta en sus mejillas, no tan intenso, pero... Lo hace lucir bastante lindo –No, tengo nada que hacer...- Los nervios, un poco lo invaden, rascando su cabeza por los mismos –Me parece bien... Salir contigo, claro como amigos ¿Cierto?-
Pregunta algo dudoso, pues se supone que su relación es de esta índole, al menos Aioria lo tiene un poco más en claro, que el capricornio.
-Desde luego, saldremos como un par de amigos- Su sonrisa puede querer dar confianza, pero... No es por completo así, lleva algo más oculto en su mente y corazón perverso –De eso no te preocupes Aioria, te lo prometí ¿No?-
-Sí, sí, es cierto...- Asiente aun con la vergüenza de sentirse extraño con el peliverde.
Desde luego, desde el momento en que tuvieron sexo, su relación se volvió muy diferente, al grado de solo buscarse para eso, pero ahora... Quieren que las cosas sean diferentes.
Y sabiendo que Shura, le confeso que ahora él tiene parte de su corazón, es extraño para el griego.
-Bueno... ¿A dónde podríamos ir?- Pregunta, desviando su mirada, acomodándose un mechón de su cabello que se desordenó por no haber terminado de peinarse adecuadamente.
-¿Quieres cenar algo?- Es la propuesta que dedica Capricornio, pero... Haciendo un movimiento atrevido, que se puede interpretar de muchas formas.
Ayudar al castaño claro, con ese mechón en su cara, para acomodarlo detrás de la oreja, sonriéndole, con una cercanía de pocos centímetros, sin que sus manos toquen más el cuerpo del menor.
-¿Eh? Bueno... Yo...- Los nervios lo invaden sin previo aviso, aumentando el sonrojo repentinamente, dedicándole una sonrisa tímida, bajando los ojos verde oscuro –Me parece bien...-
Accede a estos, ya que le agrada y lo hacen sentir diferente a su corazón, son placentero, y la atención que le da... Es apreciada para él.
-Entonces, vendré por ti a las ocho- Le dicta estas palabras con suavidad, con toque de seducción en su voz, con un destello lujurioso en los jades, reflejando la inocente cara del felino.
-Sí, de acuerdo...- Su cuerpo tiene un potente escalofrió, recorriéndolo por completo, el tono de Shura es suficiente para hacerlo estremecer.
Ambos se dedican una sonrisa, una gentil y sincera de parte del quinto guardián, pero la que presenta capricornio, solo quiere demostrar que podría confiar el otro en él por completo, sin embargo, esa no es la realidad de este momento.
Sin más, la hora del entrenamiento llego.
Shura espero un tiempo a Aioria, para que terminará de alistarse.
Claro que también le dedicaba algunas miradas poco inocentes.
Era curioso verlo vestido ahora, si lo conocía mucho mejor de otra forma, solo dos veces claro en la adultez, pero... Le gusto verlo así.
Solo para él, deseaba volver hacerlo, sin embargo... No debería actuar por una imprudencia o impulsó, ya que echaría a perder su nuevo plan.
Es mejor dejar el sexo a un lado, y darle lo que más desea Aioria, atención de alguien más... De una persona que le pudiera dar amor.
Si Shaka no se lo dará, por obvias razones, Shura lo hará... Con la condición obvia, que al final dejar destruido el cuerpo y corazón del griego, venganza al final de siempre.
Cuando fue el momento, ambos bajaron desde de Leo, platicando, conversando, intentando actuar como antes... Solo como buenos amigos o al menos disimulando que se llevan bien.
No toma de raro esto a nadie, de echo cada persona está ocupada por otra u otros... Riendo, bromeando, conversando.
Como una familia bastante grande y disfuncional, pero... Era agradable a veces, cuando se podían ver de esa manera.
Claro, que las parejas no se separarían así como así, disfrutando estar tomados de la mano, conversando.
Esto sin dañar a nadie, o no hacerlo a propósito.
Si bien, para este momento todos están en el coliseo, recibiendo las instrucciones de cómo se llevara a cabo el entrenamiento de hoy, por parte del patriarca y el caballero de Libra.
Se dividieron en binas, para así comenzar el arduo entrenamiento.
Aioria se había hecho la promesa, de evitar a toda costa, ver a Shaka y Mu, sonrientes, conviviendo y demostrándose su amor a como pudieran.
Creía que de esta menara, no le dolería este hecho, si hace como si ni existiera, claro sin olvidar que debe dejar ir ese amor a como dé lugar.
Sabe que no los puede sacar de su vida así como así, pasaran mucho tiempo en el santuario, como caballeros de esta generación, pero intentará hacer lo mejor por su propio bien.
Toma algunas decisiones de forma bien y congruente, pero otras no.
A su vez, Shura decidió tomar como pareja al castaño claro, esos entrenamientos lo harían acercarse a él, y poder aprovechar de tocar de formas algo atrevida ciertas zonas, obviamente poniendo de pretexto el hecho del ejercicio matinal.
Un poco de provocación, para que el menor, asocie sensaciones sensoriales con la persona de Shura.
Está intentando hacer todos los movimientos y trucos sucios que conoce.
Sí que se puede ver la verdad de una persona, en sus peores momentos y más cuando la oscuridad de su corazón por no ser correspondido, domina en su cabeza.
Incrementándose, al ver como Saga y Aioros entrenando, dedicándose sonrisas, palabras de aliento, demostraciones discretas de su amor.
Enferman y hacen perder la paciencia al décimo guardián, pero sabe que debe tranquilizarse, y no ser tan obvio.
Su querida presa, aun ni se ha dado cuenta que será solo el reemplazo de su propio hermano y el método de la venganza.
Pero la cercanía de estos dos, no pasa desapercibidas por dos personas, que por un instante se quedaron apreciando lo que ocurre entre Shura y Aioria.
-¿Desde cuándo la cabra es tan amistoso con el gatito?- Pregunta burlescamente el de cabellos morados, mientras entrena con su querida florcita.
-No lo sé, pero... ¿No es algo grosero de parte de Shura, depreciarnos a nosotros, pero estar conviviendo como si nada con Aioria?- Afrodita indignado, recodando muy bien, las veces que Capricornio se molestaba por solo que estos le hablaran.
-Puede que le quiera jugar una broma o fastidiarlo con algo más adelante- Cáncer, solo lanza opciones, sin siquiera pensarlas y dejando de prestar mayor atención.
Igualmente esta ofendido por como ellos dos se preocupaban demasiado por el bienestar y salud mental de su amigo y este solo les dedicaba insultos, malos tratos y que fueran ignorados.
Claro que esta actitud en Capricornio es desde luego fuera de él mismo, por eso se preocupaban tanto estos, sin embargo dejaron de preguntarle, pues no estaban para aguantar ese tipo de trato.
-Shura, no es del tipo que se pone a jugar bromas a los demás, no es como tu Death- Le refuta rápidamente, con una sonrisa y una rosa en sus labios, como acto de burla.
-Debería hacerlo para variar y cambiar su mal humor- Gira los ojos, sonriente mostrando los dientes y con la pose de ataque de su constelación.
-¿Crees que este bien?- El peli celeste, no puede seguir ignorando su sentir, está preocupado por su mejor amigo, ya que no la agrado verlo sufrir de esa forma, varias veces pudieron apreciarlo semanas antes.
-¿Quieres de nuevo ser insultado por la cabra loca esa?- El cangrejo, sigue sin perdonarle esa última confrontación física, y sobre todo, el hecho que Shura se atrevería a decir cosas privadas de él a su cara.
Como cuando algo que sientes, y se lo revelas a alguien, esta persona te lo restriegue en la cara, para burlarse de ti.
Sí que capricornio, no se había estado comportando como un buen amigo con ellos, por eso ellos decidieron dejar de insistir.
Sin embargo ellos no han dejado de preocuparse, y viendo esta cercanía entre Leo y Capricornio, pueden tomarlo como una buena señal.
Pero en el pensar de Afrodita, que es un poco más observador que el cangrejo dorado, es simplemente curioso esto.
No lo podría explicar, pero... No lo ve con tan buenos ojos, aunque Shura sonríe, pues lo conoce y esa meuca, no es de forma sincera.
Después de este entrenamiento, algunos ejercicios más, es que concluye esta rutina diaria y los caballeros dorados podrían hacer lo que gusten, claro... Nada que ponga en riesgo a las personas o el prestigio del santuario, que si bien, es un camino aun largo para lograr una redención completa, por varias situaciones que se salieron de control.
Capricornio en ningún momento se aleja de Leo, al contrario, se ha mantenido a su lado al de tener que volver, fue incluso muy atentó en acompañar al otro.
Dándole lo que ha estado buscando y más necesita el griego, la atención que ha rogado por mucho tiempo.
Poco a poco con apenas un esfuerzo mínimo consigue tenerlo más cerca, aunque deberá hacer más, para que caiga por completo, pero es un proceso que lo intentara llevar lento o rápido, dependiendo de cómo evolucioné todo.
Al tener la cita de verse en la noche, no es necesario el hecho de seguir conviviendo, se despidieron sin más, pues cada uno, tiene cosas que hacer en su templo.
Es mejor no importunar de más, esto lo tiene muy claro el de cabellos verde corto.
---Templo de Leo---
Apenas el León dorado se queda solo, sabiendo que ya habían pasado todos los que van después de su casa, se cree en una completa tranquilidad.
Para sentarse un momento en su sillón, dejando escapar un suspiro, para intentar controlar los latidos apresurados de su corazón, que se presentan sin aviso alguno.
Su mente esta confundida, su corazón aún no.
La atención que le brindo Shura fue algo que le agrado mucho, estuviera atento, hablándole de forma amable, siendo cortes, y a veces tocándolo un poco demás, en su pecho, glúteos y piernas.
Fuera de esto último, en lugar de hacerlo enojar, solo provocaba que se desconcentrará algo o sintiera que sus mejillas se ruborizaran, recordando las veces que estuvieron juntos.
Fueron rápidos, lo hicieron solo para olvidar, y ahora... Una ayuda que se pide de parte de ambos, para también dejar ir un amor no correspondido...
Solo que... ¿Seria por completó correcto como lo están haciendo?
Aioria no entiende que se está dejando inundar por detalles por un hombre que no conlleva nada bueno, pero ser demasiado amable el peliverde con él, lo hace cegarse tanto.
Sin embargo sus pensamientos son interrumpidos, por la voz de alguien que lo llama con una sonrisa y emoción de por fin encontrarlo
-¡¡¡AIORIA!!! ¡¡¡HERMANITO!!!- Los brazos del noveno guardián envuelven al menor, pues ya era necesario encontrarse en un momento de dichosa privacidad.
-Aio... Ros...- Siente que el aire le falta, por como el centauro lo rodea con los brazos, siendo algo apretado su agarre, al grado de sentir el apretón de una boa constrictor.
Sí que el griego de cinta roja exagera mucho, pues no hace más de una hora que lo vio en el entrenamiento, pero... Al fin tienen esta oportunidad.
-Me alegro que ya te sientas mejor- Sonríe tan ampliamente, sin alojar su agarré.
-Me... Estas... Aplastando...- La voz del León sale apenas audible, no es bueno que un caballero dorado abrece de esa forma a alguien con la guardia baja, sin estar midiendo la fuerza.
Bien podría quebrarle la columna vertebrar.
-Oh, lo siento hermanito- Sonríe apenado, dejándolo por fin tranquilo, mirándolo bastante atento.
-Aioros...- Recuera un poco de su aliento, estirándose, y levantándose con algo de pesadez, pero dándole cierto gustó la alegría del mayor, siempre es algo que emociona su corazón sin importar que -¿Por qué estás tan animado?-
-¿Qué?- Pregunta algo ofendido de forma fingida, alzando las manos en señal de tregua –Un hermano mayor ¿No puede ir a ver a su hermanito, para darle un abrazo y saber cómo está?-
Aioros igual se levanta del sillón, para seguir al castaño claro.
Niega rápidamente con la cabeza, habiendo escuchado perfectamente lo que pronuncia Sagitario, sabe que algo más oculta, lo conoce, pero le seguirá el juego con una actitud normal.
-Bien, está bien, tu ganas...- Es agradable un momento de hermandad aunque sea corto, ya que el castaño oscuro, ha pasado mucho tiempo con el peli azul desde que se han vuelto pareja.
Así que Aioria se acostumbró a compartir a su hermano mayor y no le molesta del todo, ambos siguen siendo hermanos y nadie lo podrá evitar.
Bueno... Si solo supiera, que el hombre que tiene delante, es el verdadero interés romántico de quien intenta jugar con su corazón, las cosas cambiarán tanto...
Pero... ¿Serian entre los dos hermanos?
Si, de hecho... Ninguno tiene culpa alguna.
-¿Cómo has estado? ¿Ya te sentiste mejor?- Lo cuestiona rápidamente, aunque es obvia la preocupación, pero quiere un inicio para la conversación que tendrá a continuación.
Ya se prometió a sí mismo, no irse de Leo hasta que pueda hablar con su hermanito sobre el tema de los donceles y embarazos.
-Bien...-Baja ligeramente la cabeza, si su hermano supiera que esa vez que se desmayó, no fue por la sobre exigencia del entrenamiento con Shura, si no por andar de calientes y deseosos de olvidar, que lo llevo a un extremo incapaz de controlar –Debí haber tomado mis precauciones de...- Sus mejillas se sonrojan, pero debe ser coherente –No sobre exigirme en el entrenamiento...-
-Así es hermanito- Le toma de los hombros rapdiamente, la diferencia de estaturas es algo que se denota, pero... No es mucho en si –Por favor, debes cuidarte mucho, sabes que nuestros cuerpos, si están muy entrenados para soportar mucha cosas, pero tampoco exageres ¿Quieres?- Le sonríe de lado, mostrándose comprensivo.
Un suspiro sale del menor, negando con la cabeza y apartándose de golpe del otro.
De nuevo el noveno guardián lo trata como un niño, y si bien... Es por que en efecto, aun intenta recuperar el tiempo perdido con el pequeño León que tuvo que dejar solo.
A veces sobreprotegiéndolo, pero intentando darle su espacio.
Es complicada también esta situación, sin embargo, ambos están haciendo su mejor esfuerzo para llevarlo.
-Aioros, sabes que ya no soy un niño pequeño- Se gira de golpe, para darle la espalda al otro, cruzado de brazos, refunfuñando un poco, pero con una pequeña sonrisa se muestra.
-Si lo se...- Sonríe a medias, cierra sus ojos, sintiendo como los nervios lo recorren, apretando sus puños y dejando ver un poco de sudor que se queda impregnado en su cinta roja.
Las palabras, el rumbo a donde la conversación va, bien puede ser que sea para que se cuidara de los entrenamientos de más, sobre exigiéndose, pero tiene que ver con el cuerpo y algunos cambios.
Era como si tuviere que darle la charla de los cambios propios de la adolescencia, aunque ya son ambos adultos.
Pero debe hacerlo, lo siente como su responsabilidad y saber si esto le ocurre, es primordial ponerlo en sobre avisó, para evitar algún accidente o simplemente un embarazo no deseado.
Cualquier cosa, es importante y Aioros hará lo que sea para cuidar de su hermano.
-Aioria...- Lo llama con un tono más severo, pero calmado.
-¿Qué pasa Aioros?- Le pregunta sin muchas ganas, caminando hacia la cocina, pues como es costumbre, ira a beber algo de jugo de naranja.
-¿Sabes lo que es ser un doncel?- Le suelta rápidamente el tema y la pregunta.
Su rostro esta sonrojado y nervioso, pues será algo de lo que no está para nada preparado en hablar, pero lo intentará hacerlo.
El León dorado se para en seco, abriendo sus ojos como platos, sus pupilas contrayéndose, para sentir el sudor frío recorriéndole la espalda, con la respiración agitada.
Sí que esto será algo de lo cual no le gustaría estar hablando precisamente con su hermano mayor, y más... Que este enterado de algo que se supone, que la misma Atena menciono que solo se les informo a los que tienen esa condición.
En su mente una pregunta surca...
Seria acaso... ¿Qué su hermano mayor tenga esa misma condición?
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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien mea robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?
Aquí mamá terrón de azúcar, publicando el hermoso capitulo del día de hoy, si que estamos viendo, que algunos se dan cuenta de esto, y que es extraño.
demás que Aioris anda en modo... Vamos a hablar sobre las flores y abejitas hermanito.
Jakjajajajajaj si que sera una platica difícil, pero alguien debe hacerlo.
Jjajajaja sin embargo... ¿Que ocurrirá con esto ahora?
Dita y Death se dan cuenta, pero... Lo malo es que... Están aun indignados.
Sin mas, nos vemos en la próxima entrega.
Bueno mis terrones de azúcar, muchas gracias por estar leyendo, apoyarme y estar siempre conmigo.
De verdad lo agradezco tanto mis terrones de azúcar.
Nos leeremos en la próxima actualización.
Los quiero mucho.
Cuidense por favor, hagan caso a las medida de higiene, no se expongan.
Ammu se va.
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